viernes, 30 de noviembre de 2018

El 349, un Decreto en torno a la circulación del arte


Granma publica entrevista de Alexis Triana con Alina Estévez, directora de Recursos Humanos del Ministerio de Cultura acerca del Decreto 349
El Decreto 349 no es un enemigo de los aficionados ni de las manifestaciones genuinas de la cultura popular, como han manipulado en las redes sociales o se ha malinterpretado. Foto: Dunia Álvarez Palacios
Desde hace un tiempo, un número de tres cifras recorre las redes sociales, cargando con culpas que nada tienen que ver con la regulación estatal a la cual responde. Tal normativa fue concebida como necesidad ineludible para los tiempos que corren y su puesta en contexto obedece a reclamos diversos de lo más sensible y valedero de nuestra vanguardia artística e intelectual. A propósito del tema, dialogamos con Alina Estévez, directora de Recursos Humanos del Ministerio de Cultura+
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–Este Decreto, sobre el que hay un grupo de preguntas y cierta polémica en el sector artístico, ¿es algo completamente nuevo?, ¿tiene antecedentes?

–Sí, tiene antecedentes. La primera sección del texto contiene una reproducción exacta del Decreto No. 226, del 29 de octubre de 1997: «Contravenciones personales de las regulaciones sobre prestación de servicios artísticos», que se emite en el contexto del surgimiento y proliferación del trabajo por cuenta propia, la apertura a la inversión de capital extranjero, la creación de empresas mixtas y tuvo como objetivo definir aquellas conductas, que por acción u omisión de las personas naturales, infringían las regulaciones jurídicas para la contratación de servicios artísticos, realizadas al margen del sistema institucional de la cultura y en detrimento de la imagen de nuestros creadores y el arte en general. La ocurrencia de esas infracciones, denominadas contravenciones, figura jurídica destinada a tipificar conductas que si bien ilícitas carecen de peligrosidad social, –de lo contrario sería una conducta delictiva penal sancionable por el Código Penal–, conlleva la aplicación de una medida administrativa.

«En aquel antecedente se prestaba especial importancia a que individuos sin calificación se presenten públicamente como artistas, incurriendo en una intrusión –se ha utilizado desde entonces ampliamente el término intrusismo para definir el alcance del Decreto No. 226. Las personas que incurren en estas conductas, además de infringir la ley, restringen las opciones de empleo a la masa de artistas de alto nivel que ha formado y/o profesionalizado el país.

«Este nuevo Decreto responde, además, a una demanda de larga data de los artistas y escritores cubanos, expresada en distintos eventos de la UNEAC y de la Asociación Hermanos Saíz. En estos foros, además del intrusismo, se ha criticado ampliamente la chabacanería, la vulgaridad, el mal gusto, la realización mediocre de presentaciones y productos culturales diversos. Se han denunciado reiteradamente las ilegalidades, las incoherencias y las contradicciones que dañan profundamente las jerarquías artísticas. Las organizaciones de creadores se han referido a la contaminación del «clima sonoro» y a los símbolos y mensajes que contradicen nuestros valores éticos y estéticos.

«Recuerdo que, hace apenas unos años, un Consejo de la UNEAC dedicó abundante espacio a una presentación muy mediocre ante turistas de un crucero, -fíjate cómo aparecen los ingredientes presentes ya en el análisis desde 1997 y aun antes-, en la que incluso se consideró que se produjo un uso inadecuado de la bandera cubana. Recuerdo a intelectuales como Desiderio Navarro y a Fernando Martínez Heredia reflexionando sobre el uso de los símbolos, este último en un texto extraordinario aparecido en Cubadebate por aquellos mismos días. Apenas unos meses después, otro Consejo de la Uneac distinguió entre aquel hecho y el uso de los símbolos en la creación de vanguardia, completamente justificado y cada vez más original y efectivo entre nuestros creadores de las artes plásticas.

«Es perfectamente legítimo que una sociedad, que aspira al crecimiento espiritual de su población, preste atención a la formación del gusto y a la apreciación artística, a su fomento entre los ciudadanos y que, al mismo tiempo, adopte medidas en pos de las normas de convivencia, la decencia y el rigor en todo lo que se hace. Más allá de cualquier normativa específica, estas son demandas crecientes entre la población, como sucede, por ejemplo, con el enfrentamiento al ruido ambiental y la necesidad de mantener la higiene y la limpieza en todos los ámbitos, particularmente en el espacio público. Se trata del mismo tipo de medidas, orientadas hacia el bien público, que logran amplio consenso en nuestra sociedad.

«De modo que, si ubicamos correctamente en contexto el Decreto 349 y sus propósitos, no es difícil colegir que el texto recibirá oposición de los que defienden la filosofía del vale todo y de que no hacen falta reglas, porque el mercado puede tranquilamente ocuparse de eso. Por ese derrotero, los mediocres que necesitan la vulgaridad para ganar notoriedad, la discriminación, el desorden, las ofensas, las molestias al público y el mal gusto tendrían –como ya tienen según la percepción de muchos ciudadanos– el camino libre para esas expresiones irrespetuosas.

«En un escenario en el que se producen violaciones arbitrarias de la política cultural del país, el Decreto 349 representa un paso de avance para detener la oleada globalizadora y sus imitaciones nacionales. También apuesta por resolver otro reclamo de la vanguardia artística e intelectual, el de detener el retroceso de la calidad del consumo cultural en amplios sectores de la población, específicamente en el campo de la música y el audiovisual.

«Si comprendemos que abundan en la actividad cotidiana de instituciones estatales y en el sector no estatal presentaciones públicas y ofertas de bienes que no tienen nada que ver con el arte, es sencillo entender la necesidad de una regulación de esta naturaleza».
La nueva norma, que contará con otras complementarias, busca regular que tanto en los espacios públicos estatales, como privados, proliferen la mediocridad y la vulgaridad. Foto: Internet
–¿Cuál es, entonces, el ámbito de aplicación del Decreto 349?

–Según la lógica descrita, el Decreto 349 no constituye una normativa a aplicar estrictamente y en exclusiva al sector no estatal, pues, como se establece claramente en su letra, las infracciones pueden cometerse tanto en instituciones estatales como por personas naturales, con independencia de que sean o no trabajadores por cuenta propia; de lo cual se infiere que relacionar el 349 solo y directamente con los cuentapropistas es, cuando menos, una manipulación interesada.

«El Decreto, por otro lado, no cambia ninguna de las disposiciones existentes sobre la relación entre escritores y artistas con las instituciones estatales y no estatales que hoy les resultan afines. Tampoco se trata de una modificación del derecho de los artistas visuales a exhibir obras en sus estudios y a vender en estos las piezas de su autoría, aprobado desde el 2007 y consagrado por la Resolución No. 984 del 2015, del Ministerio de Finanzas y Precios.

«El perfeccionamiento del trabajo por cuenta propia, proceso necesario en la actualización del modelo económico cubano, unido a una creciente toma de conciencia sobre desviaciones evidentes en el funcionamiento de algunas instituciones estatales, condujo a la revisión y modificación de todas las normas asociadas a la actividad, las cuales se tornaban insuficientes para dar respuesta a las exigencias del nuevo momento de transformaciones que está viviendo el país. De ahí que el 349 expresa la intención de generar el marco adecuado para nuevas disposiciones, que amplíen y naturalicen (porque los bares privados, por ejemplo, ya existen y operan en este sentido), los diferentes escenarios de exhibición pública del arte, tanto en el sector estatal como en el no estatal. En otras palabras, el Decreto 349 da respuesta al actual entorno económico, social y político y refuerza la autoridad del Ministerio de Cultura en su función de orientar y ejecutar la política cultural del Estado y del Gobierno, y de evaluar su puesta en práctica. Al propio tiempo, refuerza también la autoridad de la vanguardia artística e intelectual que ha sido tan exigente frente a estas deformaciones, línea de acción que, entre otras aristas, comprende la promoción de lo mejor del quehacer artístico en favor de la formación cultural y estética de la población.

«A través del Decreto se tipifican y sistematizan conductas que violan normas jurídicas anteriores, a través de las cuales se fijan derechos, obligaciones y procedimientos en cada temática y que continuarán vigentes y regulando las relaciones entre el creador y las instituciones. Hay que entender que una cosa no sustituye la otra, sino que la complementa. Por ejemplo, la contratación de servicios artísticos está regulada en la Resolución No. 70 del 2013 del Ministro de Cultura, las cuestiones en materia de derecho de autor están dispuestas en la Ley No. 14 de 1977, “Ley de Derecho de Autor”. En el caso de las artes plásticas y aplicadas existe un Decreto Ley, el No. 106 de 1988, con un grupo de normas complementarias que regulan la comercialización de sus obras. Cuba es signataria de Convenciones que protegen los derechos de la niñez y la infancia, hay regulaciones urbanísticas en materia sonora, etc. De manera que, cuando se incurre en alguna contravención de las tipificadas en el Decreto No. 349, es porque se ha violado algún aspecto del ordenamiento legal anterior.

«El Decreto 349 es más amplio, pues además de abordar las conductas que violan las regulaciones para la contratación de servicios artísticos, incorpora otras que también atentan contra la política cultural. Serán por lo tanto destinatarios de esta norma, las personas naturales y jurídicas que en su actuar, en el espacio público y en cualquier sector, realicen acciones promocionales y comerciales desconociendo el ordenamiento jurídico vigente, divulguen materiales que bajo un supuesto ropaje artístico sean lesivos a la moral, la ética, las buenas costumbres, irrespeten los símbolos patrios, efectúen actos discriminatorios por el color de la piel, género, orientación sexual, discapacidad».

–En los debates en la prensa digital y en las redes sociales se ha promovido la idea de que el Decreto 349 atenta contra la libertad de creación artística y literaria. ¿Hay alguna razón para esta prevención?

–El Decreto 349 no se refiere a la creación artística ni a sus contenidos, sino a la difusión, exhibición o promoción, sin amparo legal ni institucional, de producciones que en la mayoría de los casos carecen de valor estético. Esto quiere decir que el nuevo Decreto está llamado a operar sobre la circulación, no sobre la producción de la obra artística.

«Ponderar, enaltecer y privilegiar la creación artística y literaria, diversa y plural en formas y estéticas, crítica pero comprometida con el proyecto social cubano, contribuir a la formación cultural de la población, así como combatir la mediocridad, la banalidad, el irrespeto y el intrusismo profesional, son las premisas fundamentales de esta necesaria regulación. Esta ha sido, insisto, una demanda de los artistas y escritores cubanos planteada sucesivamente en congresos, reuniones y otros escenarios, con el propósito de garantizar las mejores condiciones para su trabajo y la difusión de su obra.

«Puede suceder que la terminología usada en el texto confunda y me parece importante detenernos en ese punto. Las palabras que se emplean para definir el marco de las contravenciones son “utilización” y “servicios artísticos”, expresiones que los juristas especialistas en la materia han acuñado hace tiempo. La primera se refiere a la exhibición o comercialización de soportes de obras, visuales, sonoras o audiovisuales; el segundo término se refiere a los espectáculos. Como ves, se trata de la exhibición, no de la creación. El artículo más descriptivo trata de los medios audiovisuales, o sea, de productos ya terminados, y tiene en cuenta el hecho harto conocido de que no es lo mismo la proyección de un material en la televisión o en una instalación gastronómica, sobre todo de videoclips con mensajes ofensivos hacia la mujer y la dignidad humana, que la de una obra audiovisual en el cine, o en circuitos especializados y espacios experimentales.

En este caso, tanto o más que en otros, la participación de la institución cultural en el análisis y su relación con los creadores será decisiva para la toma de cualquier decisión. Téngase en cuenta que las manifestaciones discriminatorias, sexistas, ofensivas de la

dignidad, groseras y chabacanas, son particularmente notables en determinado tipo de producción audiovisual. Fue precisamente en esto en lo que se meditó largamente durante la redacción del Decreto que ahora nos ocupa.

«El Decreto 349 en definitiva no modifica en lo más mínimo la relación de los artistas con las instituciones del Estado, sean aquellos graduados de la enseñanza o autodidactas. Las formas de ordenar esa relación están establecidas hace tiempo y han sido perfeccionadas con los años, con independencia de que su funcionamiento no ha sido siempre eficiente. Pretender utilizar este nuevo Decreto para cuestionar esas formas de relación entre el artista y la institución no tiene nada que ver con la letra y el espíritu del 349».

–¿Por qué cree que el Decreto ha sido tan atacado?

–Primero, porque pone orden en medio de una situación en la que hay espacios privados sin respaldo legal y otros estatales y privados que difunden música o audiovisuales ajenos a nuestra política y que para nada tienen que ver con la obra de nuestros artistas o promueven a intrusos sin talento alguno. Después, es obvio que los enemigos de la Revolución lo han manipulado y han orquestado una campaña en la que lo presentan como un ataque inexistente a la libertad de creación. Por último, porque existe –incluso entre compañeros serios– el temor de que puesto en manos de funcionarios sin preparación, o de alguien extremista, el Decreto se convierta en una herramienta de censura. Esta prevención se vincula a las percepciones sobre la ineficacia de las instituciones que, de no atenderse adecuadamente, pueden crear espacios de confluencia con las tendencias que pretenden la destrucción del sistema institucional para dejar que sea el mercado quien establezca las jerarquías.

«Debo añadir la justa inquietud relacionada con formas de promoción del arte vinculadas al sector no estatal -galerías, estudios de grabación y otras– que se están analizando para elaborar normas jurídicas que les otorguen un marco legal que hoy no tienen»
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–Usted se ha referido a preocupaciones legítimas que contribuyen a esclarecer la información. ¿Hay algún otro tema que merezca ser comentado? ¿Puede adelantarnos algo sobre la aplicación del Decreto?

–Estamos trabajando ahora en las normas complementarias, sin las cuales no podría entrar en vigor. Hemos tomado nota de cuanta preocupación ha despertado la eventual actuación incorrecta de los inspectores y ese es un asunto en el que estamos meditando mucho. Varios funcionarios de nuestro organismo han participado en debates con centenares de artistas de todas las manifestaciones y el análisis colectivo ha sido muy enriquecedor. Otros debates han estado asociados a los recientes eventos de la Asociación Hermanos Saíz, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, que acaban de concluir sus congresos y al Consejo Nacional de la Uneac, realizado a mediados de este mes. También se han sostenido reuniones con representantes de estas organizaciones de varias provincias. A partir de ello, las direcciones de la Uneac y la Asociación Hermanos Saíz propusieron a un grupo de compañeros para trabajar en la redacción de las normas complementarias. Se ha hecho un ejercicio concienzudo y se han tenido en cuenta opiniones muy diversas, modelando cualquier escenario, incluso los más hipotéticos. Una cosa está clara y aparecerá así en las normas: el Decreto 349 no se aplicará a la creación artística ni los inspectores actuarán contra las instituciones culturales o los espacios de los artistas amparados por la ley. Como es natural, por el momento tampoco se actuará en aquellos espacios ya mencionados, que aunque hoy no tienen amparo legal, se está trabajando en el diseño de políticas para regular su funcionamiento en consonancia con la política cultural del Estado.
«Aunque la contravención sea una manifestación relativamente leve de la violación de la legalidad, todavía no constitutiva de delito, no vamos a tomar este asunto a la ligera y es importante atender el debate que se ha suscitado, aun cuando ha habido mucha manipulación, sobre todo en las redes sociales, por parte de gente a quienes el arte y el bienestar de la población cubana no les interesa en lo más mínimo.

«Un decreto no puede decirlo todo, por exhaustivo que pretenda ser. Las normas complementarias, como su nombre lo indican, esclarecerán muchas de las preocupaciones y otorgarán a la relación entre el artista y la institución un lugar privilegiado en la decisión sobre la intervención de los inspectores y en la prevención de cualquier desacierto. Queremos que haya mucha claridad en esto último y por eso se ha analizado cada detalle.

«Tal como se ha concebido en la redacción de las normas complementarias, la implementación del Decreto se concentrará en contravenciones muy específicas, claramente definidas en la norma. El carácter obviamente lesivo a los intereses públicos de tales contravenciones, no demanda de un ejercicio de interpretación a ningún inspector, pues se trata de hechos y actitudes sobre cuya negatividad hay un abundante consenso. Hemos apreciado ese consenso en las discusiones sostenidas con los escritores y artistas, especialmente en los temas referidos a la contaminación sonora, la vulgaridad, la chabacanería y la presentación de productos de pésimo gusto y calidad en instalaciones gastronómicas de todo tipo. Se trata de cosas que están muy claras, que no pueden dar margen a la interpretación errada. Se establece una relación previa, profesional y útil, entre las instituciones y los representantes de las mismas que deben visitar las instalaciones. Divulgaremos y discutiremos ampliamente las normas complementarias, sobre todo entre los artistas y escritores. Como ha sido una práctica, una vez elaboradas, estas normas serán consensuadas con representantes de las organizaciones de creadores y del Sindicato de la Cultura.

«Hay que revisar, a la luz de esta nueva norma, las funciones y composición de los equipos de inspectores. La misión de supervisión se hace más compleja y debe preverse que se cumpla para lograr el propósito de defender la creación auténtica en toda su diversidad. Se iniciarán en breve seminarios de capacitación de estos equipos. La norma complementaria es enfática en este punto.

«También se dejará muy claro el derecho de los artistas aficionados a realizar y promover su labor. Esto es algo muy importante para evitar confusiones. Se trata de la capacidad demostrada por muchos autodidactas muy valiosos, de la labor de los aficionados de las universidades, las escuelas, las casas de cultura, las organizaciones y los centros de trabajo y, también, de creaciones esenciales de la cultura popular, que son obra de aficionados y necesitan de la máxima protección y promoción. En otras palabras: el Decreto 349 no es contra la creación ni contra los artistas; es para defenderlos. No es contra los aficionados ni contra las expresiones auténticas de la cultura popular. Es contra quienes pretenden dañarlos».

martes, 27 de noviembre de 2018

¿ Por qué no despegamos economicamente ?


Por: José Miguel Vázquez.

¿Por qué no despegamos económicamente?, es la pregunta que muchos cubanos nos hacemos cada vez que se nos dice que la economía del país es crítica.

 Razones son multicausales Pongamos a un lado el criminal bloqueo yanqui contra Cuba que casi data  de 60 años, y que ha provocado millones de dólares en pérdidas al país .Hay otras causas la insuficiente liquidez financiera para saldar  compromisos internacionales, hasta el punto de tener que hacer frente a una deuda millonaria con varios países y que nos presiona, al punto de estar en serio peligro de perder cualquier crédito para obtener importantes mercancías y materias primas que el país, necesita.

Pero volvamos un momento al bloqueo de EEUU contra Cuba, los gobiernos norteamericanos saben y conocen el daño que nos hacen con su criminal política de bloqueo, han tratado durante casi 60 años de destruir la Revolución Cubana, y se han encontrado con una resistencia férrea de nuestro pueblo  que les ha impedido lograr sus propósitos, pero lo cierto es que no lo quitan.. Por qué, Porque saben que nos hace daño, pues retranca, ralentiza y daña el desarrollo económico, eso es un hecho cierto, y para que ellos decidan quitar esa política, quieren a cambio que Cuba se rinda, que eche abajo sus principios de nación socialista, en una palabra que volvamos al capitalismo, y eso no lo podrán lograr nunca.

Pero aparte del serio daño que nos hace el bloqueo, también el país carece de recursos importantes para lograr un sostenimiento adecuado .En primer lugar el petróleo que se necesita para moverlo todo, lo que hace que siempre tengamos que estar limitando su uso por razones obvias. El petróleo que produce Cuba en una inmensa parte se utiliza para alimentar nuestras centrales termoeléctricas, y  es insuficiente para satisfacer sus necesidades industriales y económicas, entonces hay que importarlo, sea de donde sea, y hay que pagarlo o bien con dinero, o bien con servicios.

Pero tenemos también la improductividad manifiesta en no pocas industrias, el poco rigor en exigir para que las cosas se hagan bien, el descontrol administrativo existente.

Como se ve el asunto es complejo, hay que buscarle una solución a este asunto, pero....esta solución jamás será la de volver al capitalismo porque eso además de no ser una solución viable, sería perder la independencia, la soberanía y el derecho de ser dueños de nuestros propios destinos.

Entonces, solo queda un camino, trabajar y trabajar, sin descanso, ahorrar todo lo que se pueda ahorrar, pero también quitar del camino a quienes no sean capaces de ser lo necesariamente productivos que se requiere.

No soy economista, ni mucho menos, pero segun como veo las cosas, mientras no seamos lo suficientemente  rigurosos en extremo y busquemos por encima de todo la productividad en todos los ordenes de la vida socioeconómica del país, tendremos siempre la espada de Damócles de las limitaciones económicas sobre nosotros.

Sucesos del 27 de Noviembre: Cuatro historias contra el odio (+ Video)




Contrario a la pintura más conocida, a los estudiantes los asesinaron de dos en dos, con las manos atadas a la espalda, de rodillas y de espaldas al pelotón de fusilamiento. Foto: Archivo
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El suceso es uno de los más dolorosos de la historia de Cuba. Más de 40 estudiantes de primer año de medicina fueron llevados a dos Consejos de Guerra, acusados de profanación de tumbas y luego de infidencia. En el primer juicio unos quedaron absueltos y otros tuvieron condenas menores, pero la furia del Cuerpo de Voluntarios de La Habana y la bajeza del gobierno colonial español se combinaron para anular la sentencia. En un segundo y todavía más injusto proceso, ocho jóvenes recibieron la pena de muerte.

Ninguno de los fusilados pasaba de los 21 años y en el Cementerio de Espada únicamente habían correteado con el vehículo usado para conducir los cadáveres a la sala de disección. El más joven —de solo 16 años— arrancó una flor. Sin embargo, los señalaron como los profanadores del sepulcro del periodista Gonzalo Castañón, un furibundo anticubano muerto un año antes.

Contrario a la pintura más conocida, a los estudiantes los asesinaron de dos en dos, con las manos atadas a la espalda, de rodillas y de espaldas al pelotón de fusilamiento. De la sentencia definitiva al momento final apenas pasaron poco más de tres horas. Casi siglo y medio después, todavía los mitos y la realidad se entrelazan para contar esta historia de horror y tristeza.

El defensor de los estudiantes en el primer juicio


Capdevila pronunció un discurso memorable donde echó por tierra cada acusación. Foto: Archivo.
De todas las figuras relacionadas con el fusilamiento de los estudiantes de medicina, la del capitán español Federico Capdevila es quizás la más conocida. Nacido en Valencia el 17 de agosto de 1844, fue el abogado de oficio con la responsabilidad de defender a los 45 jóvenes acusados del delito de profanación de tumbas durante el primer Consejo de Guerra.

Luego de escuchar todas las declaraciones del fiscal, Capdevila pronunció un discurso memorable donde echó por tierra cada acusación. Según el testimonio de Fermín Valdés Domínguez, durante las casi siete horas del juicio el capitán español “se elevó a un alto puesto entre los hombres de verdadera fe patriótica”.
No es difícil imaginar las circunstancias en las que este hombre de solo 27 años enfrentó a unos magistrados carentes de argumentos, pero impulsados por la furia de los Voluntarios de La Habana. Según varios historiadores, afuera del edificio miles de ellos exigían la muerte de los estudiantes; en la sala, mientras tanto, los gritos prácticamente impedían avanzar e incluso uno de los voluntarios intentó agredir al defensor de los estudiantes.

Sin embargo, prácticamente sin apoyo frente a la muchedumbre, Capdevila no dudó en describir el juicio como triste, lamentable y repugnante, y a los voluntarios como “un puñado de revoltosos que hollando la equidad y la justicia, pisoteando el principio de autoridad y abusando de la fuerza, quieren sobreponerse a la sana razón y a la ley”.
“Desde la apertura del sumario he presenciado, he oído la lectura del parte, declaraciones, y o yo soy muy ignorante, o nada, nada absolutamente encuentro de culpabilidad (…) ¿Dónde está el delito, ese desacato sacrílego? Creo y estoy firmemente convencido que sólo germina en la imaginación obtusa que fermenta en la embriaguez de un pequeño número de sediciosos”, aseguró.
Luego del primer juicio, los voluntarios intentaron apresarlo y el Presidente del tribunal lo obligó a salir hacia otra habitación. Desde ese momento, los más de 40 procesados quedaron solos ante el terror. Ante la inconformidad de los voluntarios con las sanciones menores, un segundo Consejo de Guerra fue convocado apenas cuatro horas después.

Cuando Capdevila supo del fusilamiento quebró en público su espada y renunció a continuar prestando servicios como oficial. Años más tarde, cuando otra injusticia lo obligó a cumplir tres años de cárcel en Santiago de Cuba, un grupo de cubanos recaudó 1200 pesos para él, pero de nuevo el español dio muestras de honestidad y se negó a aceptar el dinero.

Según un artículo publicado en 2009 por las periodistas María Julia Guerra y Ángela Peña, Capdevila propuso invertir esa suma en un monumento a los estudiantes asesinados. Entonces, el grupo le entregó una espada con una icónica inscripción: “Al Señor Federico Capdevila, el héroe del 27 de noviembre de 1871”.
Capdevila murió de tuberculosis el primero de agosto de 1898 y luego de un breve enterramiento en Santa Ifigenia, en 1903 sus restos fueron depositados junto al de los estudiantes. Más de treinta años después de su defensa y de ver por última vez a aquellos muchachos, la historia lo colocó por fin en el sitio que merecía.

Nicolás Estévanez: “Antes que la patria están la humanidad y la justicia”


la Oficina del Historiador de la Ciudad. Foto: Habana Radio.

Desde el 27 de noviembre de 1937 la Oficina del Historiador de la Ciudad organiza cada año un acto junto a una tarja en las afueras del actual Hotel Inglaterra. El sitio, conocido hace más de cien años por las tertulias y discusiones escenificadas por los sectores progresistas del país en la Acera del Louvre, es otro de los lugares vinculados al fusilamiento de los estudiantes de medicina.

El protagonista resultó el capitán español Nicolás Estévanez, un hombre de 33 años que había llegado a Cuba para evitar luchar contra los republicanos en su país. Como mismo ocurrió con Federico Capdevila, al escuchar las descargas de los fusiles contra los estudiantes, Estévanez no pudo contener su ira, escenificó una airada protesta pública y en el acto renunció a su carrera como militar.

Según cuenta en sus memorias, días antes había escuchado de la revuelta de los voluntarios contra los estudiantes, pero no le dio importancia e incluso se echó a reír cuando alguien le anunció el posible fusilamiento.
“Sometidos los muchachos a un consejo de guerra y probada su inocencia, hubieran sido absueltos si los capitanes que constituían el tribunal militar no hubiesen tenido la debilidad de creer que se evitarían mayores males imponiéndoles algún castigo”, escribió años más tarde para referirse al primer juicio.

En un contexto marcado por la furia de los voluntarios y el desapego a las leyes y la justicia, la actitud de este hombre fue un acto casi temerario de valentía y dignidad. Foto: Archivo.

Sin embargo, Estévanez no se enteró del segundo Consejo de Guerra y el asesinato lo tomó por sorpresa. “Me detuve en la puerta del Louvre muy sorprendido de que allí no hubiera casi nadie. En aquel momento llegó a mis oídos el ruido seco de una descarga cerrada. ¿Qué sucede? —pregunté—. Es que fusilan a los estudiantes, respondió un camarero”. Según contó, en ninguno de los trances de su vida perdió la compostura como en ese momento.

“Me descompuse, grité, pensé en mis hijos, creyendo que también los fusilaban; no sé lo que me pasó; ahora mismo no acabo de explicármelo. Dos camareros se apoderaron de mí encerrándome en un patinillo, sin lo cual es posible que a mí también me hubieran asesinado cuando las turbas aullando volvían del fusilamiento”, escribió años más tarde al recordar el suceso.

En un contexto marcado por la furia de los voluntarios y el desapego a las leyes y la justicia, la actitud de este hombre fue un acto casi temerario de valentía y dignidad. De hecho, al decir del historiador cubano Emilio Roig de Leuchsenring, Estévanez fue el más puro, noble y digno de los pocos españoles que se pronunciaron contra el crimen cometido por los voluntarios con la complicidad de los gobernantes de la Metrópoli.
Después de aquel acto de valentía y honor, el capitán español decidió abandonar la Isla y regresó a España a inicios de 1872. Luego de varios años vinculados a los movimientos republicanos en la península, murió en París el 19 de agosto de 1914.
Junto a él, a los profesores Domingo Fernández Cuba y Juan Manuel Sánchez Bustamante, los generales españoles Antonio Venenc y Rafael Clavijo —opuestos al crimen pero obligados por los voluntarios a permanecer en el juicio—, así como el capitán Víctor Miravalles y Santa Olalla —vocal del primer Consejo de Guerra y negado a firmar la sentencia—, representan los más altos ejemplos de hidalguía en aquellos momentos oscuros.
Recordarlos a todos, según las palabras del Dr. Félix Julio Alfonso, es “un acto que ennoblece y engrandece el alma cubana”.

El guardián de la inocencia


En 1872 Fermín Valdés Domínguez llegó a Madrid y junto a José Martí organizo muchos d elos trabajos para rescatar la memoria de sus compañeros muertos. Foto: Archivo.

Con solo 19 años, Fermín Valdés Domínguez ya tenía en su historia la fundación junto a José Martí del periódico El Diablo Cojuelo y una condena de seis meses acusado de infidencia. Sin embargo, quizás durante toda su vida nunca estuvo tan cerca de la muerte como en aquellos días de 1871. Fermín fue uno de los estudiantes conducidos a prisión en la tarde del 25 de noviembre.

En un magnífico libro publicado dos años después, Valdés Domínguez fue el primero en contar los detalles de esas horas. De las acusaciones del Gobernador Político recuerda la brusquedad y su “habilidad funesta para teñir de política los actos en el cementerio”.

Mientras tanto, del profesor Pablo Valencia —incapaz de detener el arresto en su salón de clases— rememora el “miedo egoísta que embargaba todas sus facultades”. De la prisión, habla de las dos noches obligados a dormir en el piso y sin mantas.

Sin embargo, pocos testimonios son tan reveladores como el de la espera para conocer el veredicto del segundo juicio.
“Momentos fueron aquellos terribles para nosotros; aquella galera era nuestra capilla. Aquella ansiedad, que no era mayor que la de toda la noche y todo el día, duró una hora. Todo indicaba que iba a consumarse el crimen, pues la capilla de la cárcel esperaba ya a las víctimas; una compañía de Voluntarios la custodiaba, y aun no sabíamos quién había de morir”.
En el segundo Consejo de Guerra, Fermín y una decena de estudiantes recibieron la condena de seis años de cárcel. Otros debían cumplir penas de cuatro años. No obstante, luego de varias gestiones y gracias al escándalo desatado en algunos países por el fusilamiento de los jóvenes, a mediados de 1872 el rey Amadeo I firmó un indulto para todos y sin rehabilitarlos públicamente los deportó a España.

Nada más llegar a aquel país, Fermín comenzó un titánico trabajo para denunciar la injusticia cometida con sus compañeros muertos. En el primer aniversario de los hechos circuló por Madrid un impreso que recordaba a los estudiantes y en años sucesivos publicó varias ediciones de su libro Los voluntarios de La Habana en el acontecimiento de los estudiantes de Medicina

Junto a ello, en enero de 1887 logró que uno de los hijos de Gonzalo Castañón confirmara la normalidad del nicho de su padre, un testimonio que echó por tierra la justificación empleada 16 años antes para fusilar a los estudiantes. A su vez, impulsó la exhumación de los restos de sus compañeros y recaudó fondos para erigir el actual monolito funerario. Más tarde él también reposaría allí.

Gracias a las gestiones de Fermín Valdés Domínguez fue posible salvar de la demolición un fragmento de la pared que sirvió para fusilar a los estudiantes. Foto: Archivo.

Finalmente, cuando se habla del fusilamiento de los estudiantes es imposible no recordar el pequeño monumento que guarda el sitio donde los ocho jóvenes encontraron la muerte. Allí también estuvo la mano de Fermín Valdés, porque gracias a sus gestiones fue posible salvar de la demolición un fragmento de la pared que sirvió para colocar a los estudiantes frente a sus verdugos.

Es un sitio pequeño, con ocho columnas de mármol y algunas inscripciones para recordar aquel fatídico día. Si uno se acerca lo suficiente puede ver las huellas de las balas sobre los bloques de la pared. A su lado, esbelta, la bandera cubana que Fermín Valdés elevó sobre el muro como prueba de fidelidad y patriotismo.
“Icé con mis manos la bandera que, al lado del pedazo de pared de La Punta, dice al mundo que allí está algo de nuestro corazón, que aquella sangre allí derramada hace de aquel lugar altar donde nuestro amor a la nacionalidad nos tiene siempre de pie y dispuestos a lo que el deber nos mande hacer en honra de ella”, contó casi al final de su vida.
La labor de este hombre fue vital para preservar la memoria histórica sobre los hechos. Sin su constancia quizás muchos detalles se hubieran perdido en el tiempo. Con sus textos, su valentía y su labor de años para demostrar la inocencia de los estudiantes y denunciar lo ocurrido, reveló quiénes deberían ser los verdaderos acusados.

Entre la verdad y el mito: Los héroes negros


Desde el 2006 los miembros de la sociedad abakuá realizan una peregrinación hasta el lugar donde según la tradición cayó uno de los negros aquel día. Foto: Archivo.

La muerte de cinco negros el mismo día del fusilamiento de los estudiantes de medicina es tal vez la más mítica y desconocida de las historias que hasta hoy llegan en torno al 27 de noviembre de 1871.
Para unos, aquellos hombres pertenecían a la sociedad secreta abakuá y se lanzaron casi al suicidio en cofradía con uno de los suyos. Para otros, ese acto es la muestra para negar que no todos los cubanos quedaron indiferentes ante el crimen.

Como varios sucesos de la época, este es un hecho con muchas inexactitudes históricas. Esencialmente transmitido de forma oral, todavía quienes lo investiguen deben limpiar la hojarasca para dejar la verdad. Así, algunos se refieren a que el intento por rescatar a los estudiantes tuvo lugar cuando salían camino al paredón de fusilamiento
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Otros, por su parte, afirman que todo ocurrió más temprano y fue un ataque contra los voluntarios apostados en las afueras de la cárcel. Algunos más exageran la historia y hablan de un levantamiento de negros en La Habana e incluso del enterramiento colectivo de todos —atacantes y estudiantes— en la misma fosa común. Quienes sostienen esa idea no tienen pruebas de tales afirmaciones.

Sin embargo, todos coinciden en un elemento: al parecer en el acto murieron cinco negros liderados por el hermano de leche de Alonso Álvarez de la Campa, el más joven de los estudiantes condenados. De hecho, esa es la versión que sostiene la película cubana Inocencia, inspirada en los sucesos del 27 de noviembre y que tras una profunda investigación tiene su estreno este martes en La Habana.

Del asunto también habló el Che Guevara en noviembre de 1961. Entonces dijo que el terror “no solamente se cobró en esos días la sangre de los estudiantes fusilados. Como noticia intrascendente que aún durante nuestros días queda bastante relegada, porque no tenía importancia para nadie, figura en las actas el hallazgo de cinco cadáveres de negros muertos a bayonetazos y tiros”.

La marca de los abakuás termina en el monumento a los estudiantes. Foto: Archivo.

En un artículo publicado en 1998 en La Gaceta de Cuba, el investigador cubano Serafín Quiñónez recoge tres documentos que arrojan cierta claridad sobre el asunto. En el primero de ellos, se cuenta cómo “apostados detrás de los fosos que se extienden frente a la plaza, unos negros dispararon sus revólveres contra los voluntarios, hiriendo a un alférez de artillería”.

A su vez, Quiñónez cita un segundo testimonio que agrega cómo “el resto de los que se sintieron atacados por los negros arremetieron inmediatamente contra ellos, y en aquel punto fueron despedazados los cinco que se creyeron autores de la agresión”
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Finalmente, también habla sobre un estudio publicado en Santiago de Cuba en 1956 que recoge el testimonio del celador del lugar: “son cinco los hombres de color muertos, recogidos en diferentes lugares de este barrio, los cuales estaban heridos de arma de fuego y bayoneta”.

Autores contemporáneos como los periodistas Pedro de la Hoz y Pedro García, así como el investigador cubano Félix Julio Alfonso, se han referido al tema. En el discurso pronunciado el 27 de noviembre de 2015 en las afueras del Hotel Inglaterra, Alfonso aseguró que “tampoco podemos olvidar a los mártires abakuás que, en una acción temeraria, casi suicida, intentaron en vano salvar la vida de los condenados y fueron cazados a tiros en las calles aledañas al lugar del crimen”.

Por su parte, en el epistolario de Emilio Roig de Leuchsenring, antiguo Historiador de la Ciudad de La Habana, aparece una carta fechada el 18 de enero de 1943 dirigida al Ministro de Obras Públicas y donde, luego de hablarle de los cinco negros muertos, le pide que “dicte las órdenes oportunas para que en el Parque de los Mártires (…) se rinda cerca del templete que rodea el lienzo de pared junto al cual cayeron los estudiantes de 1871 un permanente homenaje a la memoria de los que pagaron con su vida la defensa de aquellos inocentes”.
Aun así, para otros historiadores cubanos, entre los que se encuentra Luis Felipe Leroy y Gálvez —autor de una de las más completas investigaciones sobre el 27 de noviembre de 1871—, la muerte aquel día en La Habana de cinco hombres negros no es un indicio concluyente para afirmar que lo hicieran en defensa de los estudiantes, y mucho menos que existiera un levantamiento mayor.

De acuerdo a su criterio, la escasa credibilidad “se patentiza por el hecho de que no sólo no existe tradición seria en ese sentido, sino también que el número de defunciones asentadas en los libros de entierros del cementerio de esta capital, mantiene el nivel normal durante esos días”

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No obstante, desde el 27 de noviembre de 2006 los miembros de la sociedad abakuá realizan una peregrinación hasta un jagüey situado en la esquina de Morro y Colón en La Habana Vieja, el lugar donde según la tradición cayó uno de los negros aquel día. Luego siguen su recorrido hasta el templete erigido en el sitio donde murieron los estudiantes.

Para el Dr. Orlando Gutiérrez Boza, Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y Presidente del Consejo Supremo de la Asociación Abakuá de Cuba, recordar los hechos del 27 de noviembre de 1871 es una manera de honrar a sus antepasados. Según dijo a Cubadebate, la peregrinación incluye cantos luctuosos propios de ese grupo religioso, así como bailes y ofrendas florales tanto a los estudiantes como a los negros muertos.

La historia de los cinco negros muertos casi junto a los estudiantes de medicina aun necesita conocimientos mayores. Sacar a la luz los documentos citados por algunos investigadores, aclarar desde la historiografía detalles importantes de lo sucedido ese y los días siguientes, así como sistematizar —desde lo oral pero también desde las pruebas documentales— un estudio definitorio sobre lo ocurrido, son aspectos decisivos para arrojar la exacta claridad sobre el asunto y zanjar de una vez las dudas sobre el tema.

El antiguo Cementerio de Espada fue el lugar de los sucesos que sirvieron para justificar la detención. Foto: Archivo.

Así luce en la actualidad el sitio donde murieron los estudiantes. Foto: Archivo.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Privilegiado y desafiante modo de heredar


La única manera de mantener vivo el legado de Fidel, de ser fieles a su genialidad revolucionaria, es estudiar la historia de su vida, así como las enseñanzas que en el orden político, filosófico y espiritual nos ha dejado, no como material de biblioteca, sino como herramientas para vivir en un mundo cada vez más hostil y complejo

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Antes de Fidel; y después de él. Así será, como con Cristo. Y muchos seres humanos, especialmente los hijos de Cuba, sabrán que, habiéndose convertido el líder excepcional en legado, luego de acompañarnos terrenalmente, estamos habitando una nueva era.

Es decir, que somos seres fronterizos; algunos, con el privilegio de haber escuchado al Comandante en Jefe en su propia voz, de haberlo visto en su pasión y entrega durante gran parte del siglo XX y algo del XXI; y otros muchos con tan solo la evocación y el afán de imaginarlo a través de testimonios de quienes sí coincidieron con él en tiempo y espacio.

«Me quedé sin poderlo entrevistar…», me dijo hace poco una colega muy joven. Reparé entonces en los velos que el paso del tiempo va tendiendo en el camino; y en cómo en lo adelante sucesivas generaciones tendrán al líder de la Revolución como un importantísimo ejemplo, pero —he aquí el desafío— como un referente que se aleja cronológicamente y que solo puede mantener su vigencia y gravitación sobre cada uno de nosotros, si se estudia la historia de su vida, así como la herencia que en el orden político, filosófico y espiritual nos ha dejado, no como material de biblioteca, sino como herramientas para vivir en un mundo cada vez más hostil y complejo.
Repasaba en estos días las Reflexiones del Comandante en Jefe. Con él me sucede como con José Martí: me enfrento a un universo en el cual un concepto lleva a otro, en una invitación a no terminar la lectura. Esta vez quería ubicar su idea —para mí de las más profundas— acerca de que el trabajo ideológico nunca termina, pues vivimos en el mundo de los humanos. Y en esa búsqueda pude volver sobre su texto titulado Regalo de Reyes, con fecha del 14 de enero de 2008, y terminado de escribir a las 7:12 de la noche.

Rica, llena de información del momento, de remembranzas sobre la historia de la humanidad, de análisis y de frases para todos los tiempos, encontré en el     artículo expresiones como las siguientes, las cuales me atrevo a sacar con pinzas a riesgo de descontextualizarlas: «Lo bueno se espera, lo malo sorprende y desmoraliza. Estar preparado para lo peor, es la única forma de prepararse para lo mejor».

«La escritura, como muchas personas saben, es un instrumento de expresión que carece de la rapidez, el tono y la mímica del lenguaje hablado, que no utiliza signos. Emplea varias veces más del escaso tiempo disponible. Escribir tiene la ventaja de poder hacerlo a cualquier hora del día y de la noche, pero no sabes quiénes van a leerlo, muy pocos pueden resistir la tentación de mejorarlo, incluir lo que no dijo y tachar parte de lo dicho; a veces sientes el deseo de echarlo al cesto por no tener al interlocutor delante. Toda mi vida lo que hice fue transmitir ideas sobre los sucesos tal como los veía, desde la más oscura ignorancia hasta hoy en que dispongo de más tiempo y posibilidades de observar los crímenes que se cometen con nuestro planeta y nuestra especie».

A continuación de lo anterior —y es este el corazón de mis líneas—, Fidel extiende a las nuevas generaciones un consejo que es legado en el cual habitan las claves de cómo ser en estos tiempos. Para quienes hace ya dos años en la Plaza de la Revolución, durante la velada por la partida física del líder, exclamaron desde lo emotivo «Yo soy Fidel» cuando un amigo de Cuba preguntó dónde estaba el Gigante, asumir cabalmente las recomendaciones del extraordinario luchador es un modo de tenerlo presente y vigente, sin que este se diluya en el tiempo.

Dejó escrito Fidel: «A los revolucionarios más jóvenes, especialmente, recomiendo exigencia máxima y disciplina férrea, sin ambición de poder, autosuficiencia, ni vanaglorias. Cuidarse de métodos y mecanismos burocráticos. No caer en simples consignas. Ver en los procedimientos burocráticos el peor obstáculo. Usar la ciencia y la computación sin caer en lenguaje tecnicista e ininteligible de élites especializadas. Sed de saber, constancia, ejercicios físicos y también mentales.

«En la nueva era que vivimos, el capitalismo no sirve ni como instrumento. Es como un árbol con raíces podridas del que solo brotan las peores formas de individualismo, corrupción y desigualdad. Tampoco debe regalarse nada a los que pueden producir y no producen o producen poco. Prémiese el mérito de los que trabajan con sus manos o su inteligencia».

«Ser dialécticos y creadores. No hay otra alternativa posible». Esas últimas palabras me hicieron pensar en Julio Antonio Mella, el muchacho que nos pidió fuésemos seres pensantes, no seres conducidos. En nuestra historia sería imperdonable desconocer continuidades tales, sobre todo si estamos hablando de quienes hoy tienen el mundo por delante.

Nadie piense, desde luego, que llevar a la práctica las recomendaciones del Comandante en Jefe será un paseo sobre pétalos de rosas. La burocracia, por ejemplo, el corsé de un pensamiento rígido tan consustancial a ella, presentará siempre muros terribles, emparentados con la inducción del temor y del castigo posible, sombras que solo podrán ser superadas por la virtud y por la capacidad, por una voluntad fuerte y llena de optimismo y confianza en el triunfo.

Lo otro es que a la modestia, a la ética —a esa idea martiana y que tanto gustaba a Fidel de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz— siempre querrán distraerles el centelleo de la vanidad, del éxito hueco y estridente, no sustentado en el denuedo y en el paso tenaz y hasta muchas veces callado. Salir ilesos de esa dicotomía nunca será fácil.

La ignorancia como mal terrible, no educar a quienes crecen, son también certezas recurrentes en las Reflexiones del Comandante en Jefe. Solo estudiar, incluso hasta el rigor de la ciencia, podrá salvarnos.

Solemos hablar mucho entre cubanos sobre el concepto de Revolución, otra definición capsular donde hay ideas que muchas veces repetimos, pero sobre las cuales debemos preguntarnos todos los días cuán realizables y defendibles son, porque en cada una de ellas hay brújulas invaluables para quienes se propongan ser coherentes con el pensamiento y la praxis fidelistas.

Recordemos —por su valor— el concepto, y meditemos en que corporizarlo tampoco será sencillo, sino que implicará, comenzando desde lo más recóndito de cada uno de nosotros, una batalla de conciencia cuyo desenlace, si la Revolución gana en la balanza, habrá mantenido intacto el legado de Fidel:

«Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo».

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sábado, 24 de noviembre de 2018

¿Cómo se concibió el sitio que guarda las cenizas de Fidel?



Foto: Jorge Luis Sánchez/ Bohemia/ Cubadebate
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Una roca extraída de un sitio próximo a la Gran Piedra, lugar del oriente del país que pertenece a la Sierra Maestra, tan raigalmente vinculada a la vida revolucionaria de Fidel, contiene la urna de cedro que guarda sus cenizas.

Con una compartimentación muy alta laboró durante diez años un reducido grupo de trabajo en el proyecto. El entonces ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz, le encomendó la tarea en 2006 al arquitecto Eduardo H. Lozada León, quien junto a su esposa, la también arquitecta Marcia Pérez Mirabal, concibió la concepción del recinto.

El Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque asesoró la labor y buscó soluciones como la del cercado perimetral, para lo cual propuso tener en cuenta la parte superior del monumento dedicado al Apóstol en Dos Ríos. Después de fallecer Almeida, el viceministro de las FAR, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, asumió la responsabilidad. Él guardaba en su memoria la existencia de la piedra y señaló el lugar donde se encontraba.

Durante tres años se trabajó en el perfeccionamiento de la roca granitoide, que posee un peso de entre 48 y 49 toneladas aproximadamente, y una altura cercana a los cuatro metros. Pulirla, perforar el espacio para la urna, revestir el interior y preparar la tarja de mármol verde y letras en bronce con el nombre de Fidel fue una delicada tarea.

De forma paralela, mientras integrantes de la Empresa de Construcciones Militares de Santiago de Cuba laboraban en el elemento principal, el Coronel (r) Mariano Lamber Matos, en función de inversionista, adelantó detalles como la creación de las columnas del cercado y el piso, construidos con mármol color crema de yacimientos existentes en Bayamo. Se hicieron 19 con este material, en representación de las columnas y el pelotón Las Marianas, del Ejército Rebelde. Las cadenas que atan estos elementos denotan la unión de las acciones de las citadas fuerzas.

Las columnas están compuestas por tres elementos: la base, en alusión al grito de Libertad o Muerte de Carlos Manuel de Céspedes; el intermedio, que representa la labor de Martí para materializar la Guerra Necesaria; y toda la parte superior, que recuerda a la Revolución liderada por Fidel que continúa en ascenso. El símbolo que las corona glorifica la lucha victoriosa en las montañas. Lo rodean el laurel y el olivo de bronce con un apoyo y tres montañas.

A la entrada de la tumba de Fidel se levantan dos pedestales semejantes a otros que conforman el cercado del cementerio, en alusión a la acción cívica y el movimiento de la clandestinidad.

A ambos lados de la senda que conduce al monolito hay un pequeño espacio en el suelo, enchapado con piedras chinas pelonas, las cuales fueron recogidas de las desembocaduras de los ríos que corren por La Plata y el Uvero.
Cada detalle en este sitio contiene un significado, incluso la vegetación: los helechos son propios de la Sierra y las posturas de café, ubicadas en las jardineras, contienen el uniforme verde olivo mientras su aroma recuerda el de las montañas.
Soldados realizan el cambio de la Guardia de Honor al Héroe Nacional José Martí, y al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el cementerio Santa Ifigenia, de Santiago de Cuba. Foto: Miguel Rubiera/ ACN.

(Tomado de Revista Verde Olivo/febrero 2017)

“Paranoico, poco sofisticado e ignorante”, así describe a Trump su biógrafo


A su juicio, no está a la altura de la presidencia.

Tim O’Brien, biógrafo del presidente estadounidense, Donald Trump, y editor ejecutivo de Bloomberg Opinion, consideró que el mandatario actúa basado en la paranoia y que rara vez toma decisiones basado en los hechos, un comportamiento que lo haría poco apto para ser el líder de un país.

Entrevistado en un programa de la cadena de MSNBC, el autor de Trump Nation (Nación Trump, trad) analizó los hábitos de confrontación del presidente y consideró que el mandatario disfruta de las peleas verbales con sus rivales políticos.
“Él funciona la mayor parte del tiempo en un nivel: en el de oposición, paranoia, disidencia y división. Es profundamente antinstitucional de una manera muy irresponsable para ser el presidente de los Estados Unidos”, explicó O’Brien al anfitrión David Gura.

Trump
TIM O’BRIEN (Captura) blogswarm / Youtube

“Y él vuelve las cosas en algo personal, como cuando persigue a John Roberts o persigue a Jay Powell, ambos son procesados y presiden instituciones que son parte de un gobierno que se define por la separación de poderes”, acotó el biógrafo.
A su juicio, el presidente “no solo necesita” sino que “disfruta” cuando genera polémica en las redes sociales con sus rivales políticos. “Esto lo hace poco sofisticado e ignorante, y por lo general no puede discutir cosas basadas en hechos o no puede presentar una estrategia o un punto de vista opuesto que esté exento de burlarse de alguien”, opinó el biógrafo.

En conclusión, O’Brien consideró que el comportamiento errático de Trump hace que “simplemente no esté a la altura” para ejercer el cargo de presidente.

Puede ver parte de la entrevista, a continuación:

Pensando en voz alta.

jueves, 22 de noviembre de 2018

¿Quién mató a Kennedy? Las teorías conspirativas más famosas

Este día, hace 55 años, John F. Kennedy (JFK), el 35º presidente de Estados Unidos, fue asesinado. El mundo sigue sin saber quién mandó a matar al mandatario.

El 22 de noviembre de 1963, Kennedy y su esposa Jackie recorrían el centro de Dallas, Texas, en un automóvil descapotable, cuando al presidente le dispararon a muerte.
El asesinato del líder demócrata, muy popular entre el pueblo norteamericano, "transformó permanentemente la política estadounidense", de acuerdo con el columnista de CNN Peniel Joseph.
La versión oficial señala que el exmarine Lee Harvey Oswald disparó y mató a Kennedy desde el edificio del Texas School Book Depository. No obstante, las teorías de conspiración abundan. Estos son algunos de los ejemplos más notables.

¿Cuántos francotiradores había?

En 1964, la comisión de investigación concluyó que Kennedy fue asesinado por una sola persona: Lee Harvey Oswald. Sin embargo, el comité para investigar el asesinato que trabajó entre 1978 y 1979 decidió que había una alta probabilidad de que un segundo hombre armado disparara contra Kennedy y que "probablemente fuera una conspiración".
Este hallazgo fue rechazado hace cinco años por un equipo de historiadores y oficiales retirados del servicio secreto, quienes utilizaron la última tecnología digital para analizar todas las películas disponibles y ofrecieron una "confirmación categórica" de que Oswald actuó solo. Pero las conclusiones de las investigaciones del FBI y las comisiones gubernamentales que no son coherentes han alentado a muchos a rechazar la versión oficial.

La 'teoría de la bala mágica'

Oswald disparó solo tres balas en Dallas pero mató a JFK e hirió de gravedad al gobernador John Connally, quien estaba sentado frente al presidente. La Comisión Warren, que fue la primera en investigar el asesinato de JFK en 1963, ideó la 'teoría de la bala única' para explicar cómo Oswald hizo tanto daño con solo tres disparos. Se afirma que ambos hombres fueron alcanzados por una sola bala que "entró en la parte superior de la espalda de JFK, salió por su garganta y luego alcanzó a Connally, le rompió una costilla y una muñeca y finalmente se quedó en su muslo". Los escépticos dicen que esta trayectoria es imposible y la llaman la 'teoría de la bala mágica'.

Vagabundos sospechosos

Las fotografías de los periódicos registran que poco después del tiroteo, la policía detuvo a tres vagabundos que fueron encontrados en un vagón de ferrocarril al lado del sitio del asesinato. Debido a que los hombres estaban bien afeitados y bien vestidos, se especulaba que eran asesinos de la CIA y no unos sintecho.

Rafael Cruz

Durante su campaña presidencial, Donald Trump insinuó que el padre del senador Ted Cruz tenía algo que ver con el asesinato. Sus comentarios se basaron en una foto publicada por el National Enquirer, que, según el periódico sensacionalista, muestra a Rafael Cruz distribuyendo folletos con Oswald unos meses antes de la muerte del presidente.

La larga lista de culpables

Si Oswald fue un asesino a sueldo, ¿quién le estaría pagando?
La CIA: supuestamente Kennedy no apreciaba el trabajo de la organización y quería disolverla.
La mafia: Robert, hermano de John y fiscal general de Estados Unidos en ese momento, inició una guerra contra el crimen organizado. Su "cruzada contra la mafia" provocó un fuerte aumento en el número de juicios sobre figuras de la mafia.
La KGB: según esta teoría, los soviéticos tenían un motivo para matar a JFK: vengarse por la humillación de la URSS en la crisis de los misiles cubanos de 1962.
Lyndon B Johnson: el vicepresidente que supuestamente anhelaba el poder tras perder las elecciones primarias frente Kennedy. Tanto, que lo mató.
El complejo industrial militar: la teoría de que el llamado complejo industrial militar, una frase del presidente Dwight D Eisenhower para describir la alianza informal entre el Ejército y la industria armamentística, fue responsable del asesinato ha ganado popularidad últimamente.
Los teóricos de la conspiración apuntan a la intención de Kennedy de sacar a las tropas estadounidenses de Vietnam, una decisión que posteriormente fue revertida por el presidente Johnson, como el motivo por el que el Ejército (y aquellos que buscan beneficiarse de la guerra) tuvieron que deshacerse de él.
Otras teorías nombran a extraterrestres, Illuminati, Jackie Kennedy e incluso un hombre desconocido y misterioso con un paraguas negro.

¿Qué le pasó a Lee Harvey Oswald?

Oswald logró matar a una persona más, el oficial de policía J.D. Tippit. Cuando lo transportaban de la sede de la Policía a una cárcel, le dispararon también a él.
Jack Ruby, propietario de un club nocturno, surgió de una multitud de policías y reporteros y lo mató con una bala en el estómago. Oswald fue llevado al Hospital Parkland y murió a solo un par de metros de la habitación donde Kennedy había muerto dos días antes. Algunos creen que Oswald fue asesinado para evitar que revelara una teoría de conspiración más grande. El mismo Ruby afirmó que estaba tan indignado por la muerte del presidente que había sufrido "epilepsia psicomotora" y le disparó a Oswald inconscientemente. Sin embargo, lo hallaron culpable de asesinato premeditado. Murió de cáncer de pulmón en 1967 antes de una condena definitiva

martes, 20 de noviembre de 2018

Bolsonaro y los pacientes brasileños de los médicos cubanos

Islamiacu

 


 
Norelys Morales Aguilera.─ Para un ultraconservador como Jair Bolsonaro el elogio de Washington vale más que millones de sus compatriotas, que vieron por primera vez que tenían derecho a la salud y a un médico que practica el humanismo.

Bolsonaro llegó a la presidencia de la República Federativa de Brasil como resultado de sucesos multifactoriales, más visibles desde el golpe a la presidenta electa Dilma Rousseff en 2016, que en época de confusiones y sorderas tras ruidos en medios sociales y convencionales, el llamado "Trump brasilero", hizo una campaña paradigmática de manipulaciones y promesas que no cumplirá.

Bolsonaro, en una clara señal de alineamiento con la política exterior norteamericana, fue elogiado por el gobierno de Estados Unidos: "Qué bueno ver al presidente electo Bolsonaro insistir en que los médicos cubanos en #Brasil reciban su justo salario en lugar de dejar que #Cuba se lleve la mayor parte para las arcas del régimen.", publicó la principal funcionaria del Departamento de Estado para América Latina, Kimberly Breier. @WHAAsstSecty 

¿De verdad Breier, Bolsonaro y su amigote Marco Rubio [1] están interesados en el salario de los cubanos, médicos o no?

Pero, para cubrirse ante su electorado, Bolsonaro declaró: "Infelizmente, Cuba no aceptó las nuevas condiciones para la continuidad del programa", dijo el futuro mandatario al referirse a lo que las autoridades sanitarias de la Isla han considerado como requisitos "inadmisibles" que motivan la decisión: que nuestros profesionales revaliden sus bien ganados títulos, y que la contratación sea "individual". [2]

El hecho es que que la decisión de retirarse dejaría a millones de brasileños sin acceso a los médicos, ha dicho, el ex ministro de Salud, Alexandre Padilha, quien argumentó que "Bolsonaro no entiende que un médico no solo practica la medicina por dinero" y añadió que, "Los médicos que trabajan en las áreas más pobres no solo están pensando en el dinero".

Los pacientes brasileños

Ante los insultos del mandatario electo de Brasil, grupos sociales y personas individuales se han manifestado allí contra los insultos y la manipulación a la presencia de galenos cubanos, pero los medios lo han silenciado olímpicamente.

Sin embargo, hay voces que se alzan aún frente al posible silencio. La periodista Elaine Tavares dibuja bien el panorama. [3]
El presidente electo, al ofrecer a los cubanos una relación capitalista, persona a persona, atacó un estado soberano , que ha resistido por 60 años la fuerza de un imperio que lo bloquea. Hizo un caso, para atacar a Cuba... Lo hizo sin pensar un segundo ni siquiera en esos 150 millones de brasileños empobrecidos, muchos de los cuales votaron por él con profunda esperanza. Una gente que nunca tuvo la posibilidad de ser atendida con cariño, con cuidado, con atención y con una calidad técnica que es reconocida en todo el mundo. Los médicos cubanos son los mejores del mundo. Esa gente ahora se quedará sin médico, sin atención.Espero que los médicos brasileños se dispongan a ir a los cantones de Brasil, como lo hicieron los cubanos. Y que esa gente toda pueda seguir teniendo atención. Espero, pero no sé ...
La estimación es que al menos 24 millones de brasileños queden sin ningún tipo de asistencia a la salud en función de la salida de los médicos cubanos, además de amenazar otras iniciativas como el Programa de Salud de la Familia (PSF). Como estos profesionales realizan la atención en áreas rurales, ciudades y localidades pequeñas y distantes de los grandes centros, comunidades indígenas y áreas conflictivas, estados y municipios ya comenzaron a presionar al Gobierno Federal para que se encuentre una solución urgente al problema. [4]

Los profesionales de la isla laboraban en dos mil 800 ciudades y pueblos, y eran 'los únicos médicos en mil 700 de esos pueblos".

La salida de los médicos cubanos de Brasil va a generar desasistencia a la población más vulnerable. Ello sirve a los intereses corporativos, es reserva de mercado, lo que, por obvio, va a gravar más aún los municipios, ya sobrecargados porque los recursos para salud federales están congelados por 20 años y sufrieron cortes.[5]

A nivel individual llegan noticias de gente humilde que llora, que siente ahora una feroz desolación al faltarle aquella mujer u hombre, calificado como doctor, pero más calificado como ser humano que llegaba a la casa humilde en un recóndito paraje, para saber de su paciente-amigo/a o que le dejó enseñanzas de vida o de cuidados de su salud.

El humanismo y la solidaridad no van a las estadísticas. Tienen la virtud de crecer en los corazones de la gente sobrepasando cualquier relación monetaria.

El pueblo brasilero que tantas veces fue engañado y vilipendiado, que añora a los galenos que por vez primera los miró a los ojos y rozó sus manos con afecto, en esas propias manos tienen una semilla que crece sin importar tiempos o indolencias.