viernes, 1 de septiembre de 2017

El Louvre: vestigios de Francia en Matanzas



Durante los siglos XIX y XX, época en la que Matanzas alcanzó un auge económico y cultural comparable con los de cualquier ciudad del mundo, afloraron en la urbe instalaciones hoteleras de renombre, conocidas por su majestuosidad y la calidad de los servicios que prestaban.
Una red con cerca de una veintena de hoteles que, en la mayoría de los casos, hoy forman parte de los documentos históricos y del recuerdo de quienes peinan canas o, desamparados, se van destruyendo cada vez más con el paso tiempo. Dentro de ese entramado de hoteles, el Louvre, ubicado en el centro histórico de Matanzas, fue fundado en el año 1879.
Hablar de Matanzas es hablar de este importante recinto hotelero caracterizado en su época por su lujo, buen gusto y la exquisitez de sus servicios. “Fue la casa de vivienda del gobernador García Oña y posteriormente, durante el siglo XX, jugó un papel importante como hotel. Si se recupera el Louvre, Matanzas contará con un lugar de albergamiento que la ciudad necesita”, consideró Ercilio Vento Canosa, Historiador de la Ciudad de Matanzas.
Las primeras referencias que se tienen del Louvre se pueden hallar en el periódico Aurora del Yumurí, que en 1876 anuncia por primera vez los servicios de su antecedente, la Fonda y Posada del mismo nombre, propiedad de Escalante y Hermanos, ubicada en Gelabert número 46, actual calle Milanés, al costado del teatro Sauto.
En 1883 el edificio pasó a ubicarse, como restaurante hotel, a Gelabert número 56, local que hoy ocupa la Dirección Territorial de Etecsa, hasta recalar finalmente en el año 1904 en su ubicación actual, en Milanés 47. Para esos tiempos se reconocía a la instalación como el único hotel de primera en la ciudad y se subrayaba el lujo y la majestuosidad de las habitaciones, así como el servicio de excelencia que se brindaba.
Dada su importancia patrimonial y su excelente ubicación hace poco más de un mes iniciaron las labores de restauración del inmueble, considerado en 1985 como el único hotel del país con características coloniales en el que se conjugan edificio, mobiliario y las piezas que posee. El proyecto está liderado por la Inmobiliaria del Turismo de Varadero y la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería (EMPAI).
“La obra tiene dos contratos, uno de restauración del Louvre original y uno de ampliación. Contará entonces con 42 habitaciones de categoría 4 Estrellas, un grupo de servicios públicos como tiendas, bar, cafetería, desayunador para los clientes.
“Conformará un complejo administrado por Cubanacán como Hotel Encanto, tipología desarrollada por el Ministerio de Turismo para el turismo de ciudad”, detalló Iván Cowen, jefe técnico del grupo de contratos de las obras del Louvre.
Por su condición de edificio patrimonial de grado de protección 1 y el avanzado deterioro que exhibe tras años sin ser habitado, la restauración del Louvre exigirá mucho de los trabajadores de la unidad empresarial CITUR, de Varadero, especializada en acciones de la construcción.

“Se recuperan los mármoles existentes, se brinda tratamiento profundo a la carpintería, los herrajes. Ya se desmontaron los ocho vitrales que mantienen condiciones adecuadas, los demás estaban destruidos; la barra de mármol y granito también será recuperada. En el caso de la escalera exhibe una imagen conservada.
“En la última crujía se ubicarán una habitación común y una dedicada a minusválidos”, precisó Leudis Yaim Alonso, inversionista directo a pie de obra. ”
Como en todos los procesos de gran envergadura, la restauración del Louvre está dividido en varias etapas”, precisó Cowen.
“El proceso de ampliación incluirá la cimentación, estructuras de elementos prefabricados y posteriormente estructuras de muros de bloques, empotramientos sanitarios y eléctricos. Se trabajará después en la restauración e impermeabilización de la cubierta”, a ello Alonso agregó quese llevarán ambas etapas a la vez. Como tienen tantos criterios de intervención diferentes, para cumplir con la fecha establecida, en algún momento entraremos en dobles turnos”.
Cada área de trabajo conlleva importantes acciones a realizar.
“Cuando llegamos aquí estaba bastante deteriorado, lleno de basura y escombros. En la parte de albañilería hemos realizado demoliciones de estructuras en mal estado y las paredes divisorias para crear paneles ligeros y quitarle peso a las columnas de apoyo”, señaló Raciel Duvier Marquetti, jefe del grupo de albañiles.
“Estamos instalando servicios eléctricos en las habitaciones, quitando las conexiones dañadas y restableciéndolas por fuera temporalmente para trabajar dentro de los cuartos”, explicó Jorge Luis Hernández, electricista principal.
“Apuntalamos los techos, que se encontraban en muy mal estado, para demoler las paredes del segundo nivel. Después nos dedicaremos a la restauración de la carpintería de las habitaciones y el mobiliario”, subrayó Ernesto Herrera, al fernte de la brigada de los carpinteros.
Según explicó Leudis Yaim Alonso de las doce habitaciones que se encuentran en la planta alta del edificio, las cuatro con acceso visual al Parque de la Libertad se proyectarán con criterios de diseño de época, con referencias a los principales movimientos arquitectónicos desarrollados en la ciudad.
Tras los embates del período especial las administraciones se esforzaron por preservar los valores y su funcionalidad, pero en el año 2005 cerró como hotel, asumiendo otras tareas: almacén o mercado ocasional, en detrimento de su importancia patrimonial.
La pérdida de cuantiosos bienes patrimoniales que albergaba el inmueble representa una de las problemáticas más serias a las que se enfrenta la instalación. Así sufrieron daños considerables y quedaron en paraderos desconocidos mobiliarios, artes decorativas y vajillas.
“En total existían 260 piezas con valor histórico, en su mayoría de artes decorativas y algunas de pintura y dibujo. Había, por ejemplo, juegos de cuarto y elementos pequeños que formaban parte de las vajillas. De ellas, según chequeamos en el último inventario (año 2014), queda una veintena, en mal estado mayoritariamente” (entrevista concedida el 10 de septiembre de 2014 por Maritza Cuba Díaz, directora del Registro de Bienes Culturales en Matanzas).
En medio del proceso reconstructivo la preservación de los bienes patrimoniales que aquí permanecen se reafirma como propósito esencial. “Nos enfocamos en la recuperación de elementos ornamentales originales del hotel para reproducirlos durante el proceso de restauración, gracias a un grupo de trabajo conjunto con la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Centro provincial de Patrimonio.
“En la parte de decoración final se incorporarán los especialistas del Fondo Cubano de Bienes Culturales para ambientar el hotel a partir de sus características originales”, reveló Iván Cowen.
“Conservaremos el mobiliario original, el reloj, otros elementos decorativos, como cuadros, respaldos de cama… Su nivel de deterioro es notable y su recuperación estará guiada por los trabajadores del Museo de Arte de Matanzas”, amplió Leudis Yaim Alonso.
Aun cuando reconocen que las tareas que tienen por delante no son nada fáciles, los trabajadores poseen una vasta experiencia en temas de restauración de inmuebles de este tipo con valor patrimonial, desarrollada en varias provincias del país y un compromiso latente de cumplir con el término establecido y la calidad garantizada.
“Nuestra empresa ha trabajado en otras regiones del país con resultados satisfactorios. El plazo es un año y pocos meses, nos dedicaremos por entero a la tarea para cumplir con este importante compromiso. Estamos unidos para terminar en tiempo y forma y regalarle esta obra a la ciudad en su cumpleaños 325.
“No tenemos miedo porque estamos preparados y contamos con el apoyo del Gobierno y el Partido en la provincia. Esta es la ciudad donde nací y hacía demasiado tiempo que el Louvre estaba cerrado.”
Para convertir a esta ciudad en un destino turístico entre las más importantes acciones se encuentra el rescate de los hoteles de ciudad “porque ahora con la entrada de San Cristóbal al turismo cultural de ciudad, esa agencia exige alojamientos dentro de Matanzas.
“Para eso se trabaja en el Louvre, que será una gran instalación con más de 30 habitaciones y se encuentran en proyectos el Libertad, con una empresa alemana, el Plaza de la Vigía, en la esquina del Palacio de Junco, con un consorcio italiano, y el Yara, un hotel de lujo solo para suittes y tiendas Caracol debajo”, aclaró Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad de Matanzas.
De cumplirse estos pronósticos, Matanzas sumaría entre 70 u 80 habitaciones a las 16 existentes, para conformar un fondo habitacional de respaldo al turismo. Integrar elementos de los movimientos contemporáneos con estructuras de valor patrimonial se instituye como uno de los más importantes retos dentro de la restauración de la ciudad. Este proceso de rehabilitación le devolverá a los matanceros una de sus joyas más apreciadas.
Modernidad e historia deberán converger para que el hotel Louvre vuelva a mostrar con orgullo su magnificencia de antaño. Se cerraría así una página recordada con el dolor de quien pierde su patrimonio para lucir en lo adelante la majestuosidad de un edificio que ha velado los sueños de matanceros y visitantes durante los años de esplendor de la Atenas de Cuba.

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