sábado, 23 de enero de 2010

Amateurs del sonido en Matanzas.



Por: José Miguel:

En mi diaria lectura por el sitio digital de los periodistas cubanos, me encontré este interesante trabajo de Danayris Caballero García, que recoge la historia de la radiotelefonía aqui en la ciudad de Matanzas, lo traigo a mi página por dos razones: En primer lugar para reconocer lo valioso de esta investigación, y para abrir otra ventana que permita que los internautas afionados a estos temas tengan acceso a el, así pues los invito a leerlo.

Danayris Caballero García
Fotos: Archivo de la autora

El surgimiento y propagación de la radiotelefonía en la ciudad de Matanzas, deviene un suceso de masas gracias a los esfuerzos de los pioneros yumurinos en la transmisión y recepción del sonido, así como a la labor divulgativa del diario El Imparcial.
El “encantamiento” de la radiotelefonía atrapó a los matanceros desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial, cuando aún no se conocía la telefonía sin hilos. Fue el joven Osvaldo J. Escobar el primero en tener aparatos de radio en Matanzas para comunicarse con distintos países.
Cuenta el “radiohistoriador” yumurino, Manolo García García, que desde 1920, fecha de las primeras manifestaciones de la radio en Cuba, dos jóvenes matanceros, los hermanos Julio y Octavio Álvarez, mostraron gran interés por esa modalidad comunicativa.
Poco a poco, las ondas hertzianas fueron conocidas y dominadas por muchos fanáticos en la tierra del Yumurí, cuyos cimeros esfuerzos estuvieron siempre encaminados a la popularización del naciente medio de difusión sonora.

TRES PIONEROS Y UN PERIÓDICO

Entre los aficionados o amateurs vinculados a las tempranas prácticas radiotelefónicas en la ciudad, la historiografía destaca al doctor Ernesto Valdés Figueroa, al Capitán Médico doctor León González Vélez y al señor Pastor Morejón, propietarios, respectivamente, de las pequeñas estaciones 5AZ, 5BY y 5PM.
Estos intelectuales, transmisores y receptores de señales sonoras, operaban, desde sus casas, aparatos artesanales de radiotelefonía, mediante los cuales captaban espacios musicales, sobre todo de emisoras norteamericanas.
Indudablemente, el amateur más distinguido fue el doctor Ernesto Valdés Figueroa, farmacéutico de gran renombre en la ciudad, quien por sus vastos conocimientos y la constante experimentación y propaganda en materia de radiotelefonía, fungió como delegado en Matanzas del Radio Club de Cuba.
Su entrañable amistad con Félix Ubaldo Casas Rodríguez, director del periódico El Imparcial, le valió a Valdés Figueroa un importante respaldo propagandístico que magnificó su labor ante los colegas radioaficionados y el público matancero en general. Es justo reconocer que el diario divulgó otros resultados radiotelefónicos sobresalientes, pero siempre desde una perspectiva más discreta.
El 28 de octubre de 1922, apareció la primera referencia en la prensa local sobre la radio en la ciudad de Matanzas. Así, la pluma de Casas Rodríguez vaticinaba el acelerado proceso de desarrollo y aceptación popular de la nueva forma de comunicación masiva: “Los progresos del siglo XX parece que no pasan desapercibidos para los habitantes de esta culta ciudad, denominada antaño Atenas de Cuba. Uno de los adelantos que ocupan la atención del mundo civilizado lo es la Radiotelefonía, que hasta hace poco era asunto de científicos solamente y parecía que tardaría mucho tiempo para que fuera abordado por aficionados o amateurs de esa rama de la electricidad. Mas, ese gran paso se ha dado en Matanzas, (donde) existe una estación telefónica receptora, de la propiedad del Dr. Ernesto Valdés Figueroa, Delegado del Radio Club de Cuba y un gran propagandista de la radiotelefonía en esta ciudad (…) Es de esperarse que al igual que en los Estados Unidos sean muchos los cubanos que se aficionen a la radio telefonía y sea ello una gran fuente de entretenimiento familiar en Cuba”.
El editorial llamaba la atención sobre el desconocimiento acerca de las ventajas de la radiotelefonía en Cuba y, por supuesto, en Matanzas. Asimismo, imponía el entendimiento del tema como una necesidad ineludible para la época. Además, señalaba la virtual existencia del público radiofan en la Atenas de Cuba:

“(…) Ya se dice que varias personas de esta ciudad han ordenado aparatos receptores de radiotelefonía para ser instalados en sus respectivas casas.”

RADIOTELEFONÍA “LEGAL” Y EN CASA

Para 1923, varias empresas norteamericanas: Westinghouse, General Electric, Heinemann Electric Company, de Filadelfia, y una amplia red de importadoras y comercializadoras de menor escala, promovieron directamente el desarrollo de la radio en la Isla.
Aparecen por esa fecha, en la región matancera, casas comercializadoras de un connotado american style, con “equipos y accesorios de radiotelefonía de todas clases a precios reducidos”.
Cuando la Dirección de Comunicaciones de la Secretaría de Gobernación de Cuba “hizo el honor” de legislar sobre el nuevo servicio público, nacido de los usos sociales de la Radiotelefonía, para evitar prejuicios a la correspondencia pública, facilitar los experimentos y estudios de esa ciencia y dar facilidades a los que poseían establecimientos por distracción o recreo, los matanceros debieron legalizar sus prácticas radiotelefónicas.
El 31 de mayo de 1923, El Imparcial publica una relación de las estaciones transmisoras y receptoras de radiotelegrafía autorizadas por la Dirección General de Comunicaciones. En total se mencionan 26 estaciones en todo el país. De ellas, tres corresponden a Matanzas: 5DW, de Ramón Sarría Calderón, con 20 watts de potencia y 250 metros; 5AZ, del doctor Ernesto Valdés Figueroa, calle Medio 130, entre Dos de Mayo y América, 50 watts, 200 metros; 5CX, de Erasmo Brito Armas, situada en el poblado del Roque, (sin más detalles).

5DW (1923-1926)

Entre los días 16 y 17 de abril de 1923, se produjo la inauguración de la Estación Transmisora Radiotelefónica 5DW, instalada en la casa de Ramón Sarría, con domicilio en la calle de Jovellanos No. 22. Constituye la primera Estación Transmisora y Receptora de Radiotelegrafía autorizada en la ciudad de Matanzas por la Dirección de Comunicaciones del gobierno civil cubano.
Desde antes de su apertura y a modo de prueba, transmitía de forma experimental con disco, sin horario determinado, a través del sistema de bocinas del tipo Paragón y podía escucharse por teléfono en un área muy limitada. Su propietario era el ingeniero español Ramón Enrique Sarría Calderón, director y administrador de la Compañía Hidroeléctrica de Matanzas S.A., dueño de la Cía. Eléctrica y agente de ventas de la Westinghouse en la ciudad.
Muy pronto se distinguió el ingeniero Sarría por la excelente calidad técnica en sus transmisiones, gracias a su inagotable disposición experimental con la potencia de las ondas sonoras. Entre sus méritos en la Radiotelefonía se halla una de las emisiones inaugurales, realizada por control remoto desde la Audiencia de Matanzas, sobre el juicio contra el famoso bandolero Arroyito, en la segunda quincena de abril de 1923.
Contribuyó también el español a la existencia de una mayor cantidad de radiorreceptores en la ciudad, resultado de las ventas de aparatos, de los cuales destinó “50 ó 60 para distribuirlos entre las personas que se sientan interesados en el nuevo entretenimiento científico”, según expuso por aquella época El Imparcial.
Desde julio de 1923, el comerciante ibérico insertó en las páginas de la citada publicación, un anuncio comercial de la Westinghouse Electric. El producto promocionaba a la agencia distribuidora de efectos eléctricos de Ramón Sarría y Compañía, y a la Estación Transmisora de Radio. La 5DW declaraba públicamente su relación directa con una de las grandes patrocinadoras de la radio en Cuba.
Poco a poco, su programación fue diversificándose en cuanto a contenido y público, de igual forma se iban subsanando desperfectos técnicos aparecidos en los momentos de transmisión.
Durante las emisiones radiotelefónicas de la 5DW, correspondientes al 4 de agosto de 1923 y al 5 de septiembre de 1924, los matanceros amantes del boxeo conocieron, respectivamente, los detalles de las peleas Fierro-Renault y Firpo-Willis, esta última transmitida con amplificación para la calle Santa Teresa, entre Medio y Milanés.
La popularidad de la estación del señor Sarría aumentó vertiginosamente. Al respecto, el 8 de noviembre de 1923, informaba El Imparcial: “El señor Sarría, correspondiendo a solicitudes que le han sido hechas por numerosos radiofans de la capital (ciudad de Matanzas) transmitirá los lunes y viernes en lugar de lunes y jueves como se proponía y como fue anunciado”.
También se comunicaba un reporte de escucha radiotelefónica, proveniente de Santiago de Cuba, sobre los conciertos radiotelefónicos ofrecidos por la 5DW. Desde su salida al aire, dicha estación alcanzó niveles de audiencia apreciables debido al alcance de sus transmisiones de conciertos. Por ese motivo, en febrero de 1926, recibió una tarjeta postal remitida desde Perú, la cual notificaba que en Lima habían sido escuchados en un radiorreceptor Fada los referidos espacios musicales.
Numerosos reportes similares, emitidos desde distintas regiones cubanas, así como desde Cleveland y Ohio, Estados Unidos, motivaron una inspección a la planta del ingeniero Sarría, el 10 de mayo del propio año, por parte del Departamento de Comunicaciones.
Este organismo reconoció a la 5DW como la Mejor Estación Modulada de la República. Tal nombramiento le permitió incluir más a menudo en su programación números musicales de artistas locales y conferencias sobre Matanzas. Se afirma que además retransmitía las emisiones de la PWX dos veces a la semana, los miércoles y los sábados de 8:30 de la noche a 1:30 de la madrugada.
Ramón Sarría realizó un esfuerzo extraordinario para llevar a los matanceros interesados en la radiotelefonía, las emisiones provenientes de Estados Unidos, mediante la colocación de bocinas amplificadoras instaladas por Félix U. Casas Rodríguez en el exterior de su diario El Imparcial, con sede en un local muy cercano a la 5DW.
De ese modo, se transmitieron, en octubre de 1924, las incidencias de la Serie Mundial de Béisbol en los Estados Unidos, entre los Gigantes de Nueva York y los Senadores de Washington.
Mientras prosperaba la 5DW, su propietario ampliaba sus negocios. El 9 de mayo de 1925 fusionó todos sus intereses financieros bajo la denominación Westinghouse Electric, de Ramón Sarría y Cía., la cual comercializó desde enero de 1926, efectos eléctricos, maquinaria y radios, productos Westinghouse y United State Rubber.
Al poco tiempo, de forma sorpresiva y hasta contradictoria, Ramón Sarría decidió liquidar su negocio. Entonces, por mediación del técnico de Radiocomunicaciones, Bernabé de la Torre, arregló la venta de su transmisor de Radiotelefonía al Ejército de Matanzas.

5AZ

Se estima que esta estación radiotelefónica, propiedad del doctor Ernesto Valdés Figueroa, fue legalizada por la Dirección de Comunicaciones de la Secretaría de Gobernación de la República cubana, durante el segundo semestre de 1923.
Luego de “institucionalizada”, aparecen referencias en El Imparcial, en julio de 1924, de sus “bonitos conciertos mediante la transmisión selecta y nítida de programas bailables”.
Es digno destacar como reflejo de la misión social de la radio, la campaña promovida por el doctor Valdés Figueroa, a través de la 5AZ. Esta llamó “la atención de las damas caritativas de Matanzas en favor de la desdichada joven tuberculosa, que sin otro amparo que el de su pobre madre vivía en la casa de madera de Nicolás Heredia No. 20”.

5RY

Entre 1924 y 1925 llegó a Matanzas la familia de la Torre. Apenas establecidos en la calzada General Betancourt No. 21B, el joven Bernabé “Bebé” de la Torre instaló, en su residencia, la estación transmisora CO-5-RY, propiedad de su padre, el catedrático radioaficionado Salvador de la Torre.
La 5RY, de unos 4 ó 5 watts de potencia, comenzó a transmitir regularmente en 1925 durante una hora, un par de días a la semana. A propósito de la experiencia comentó Bebé de la Torre, en 1993, al periodista Reynaldo González Villalonga: “Recuerdo perfectamente que cuando el tremendo ciclón de 1926, ya transmitía programas regulares con la 5RY, con números de pianola, tocadiscos y algunos realizados en vivo con la Orquesta de Manrique Llera”.

RADIOAMPLIFICACIÓN EN FANS Y ONDAS

En 1927, se incrementaron en Matanzas los radiofans y las transmisiones inalámbricas a grandes distancias. Sobre ello, refirió El Imparcial, el 31 de octubre de ese año: “Hace muchos meses, al principio de la radiotelefonía visitamos al doctor Ernesto Valdés Figueroa, que nos mostró el funcionamiento del novísimo sistema de comunicación, por medio de pequeños transmisores y receptores. Entonces, era raro ver sobre los tejados, los postes y alambres de las antenas. Hoy, es cosa corriente. Se ha generalizado el fanatismo del radio, que contamos actualmente en Matanzas con un buen número de radioescuchas que poseen magníficas estaciones receptoras. Y claro está que el instinto de avanzar ha hecho que ya no baste el aparato receptor y son muchos los radiofans que han llegado a poseer estaciones transmisoras, que les permiten sostener conversaciones a distancia con gentes desconocidas, pero hermanadas por una misma vocación. El profesor de telegrafía, Sr. Ponte, ha tenido un favorable resultado con los discípulos que con él aprenden los secretos del alfabeto Morse, y ya son muchos los que comienzan a dar pequeños pasitos y se comunican con facilidad con distintos países por el radio. Entre estos discípulos tenemos al Dr. Ernesto Valdés Figueroa, El Dr. González Vélez –quien con su estación de onda baja ha logrado obtener un buen número de recepciones- y por último el joven Bebé de la Torre, hijo del catedrático del Instituto de ese apellido, quien además de ser catedrático, tiene una industria en esta ciudad siendo lo que se llama un vecino útil… (Al) joven Bebé de la Torre se deben los aparatos de onda corta que se vienen utilizando en Matanzas, con los cuales se hacen excelentes transmisiones”.
En su residencia de la calzada General Betancourt, Bebé tenía un estudio y laboratorio de radio, donde se hallaba una mesa cubierta de implementos de radiotelegrafía. Los aparatos receptores fabricados allí fueron denominados por él tipo miniaturas. Muchos radiofans los consideraron inmejorables por su sintonización y alcance.
Pero la gradual masificación de la radio en Matanzas, como medio de difusión de carácter popular, no contempló necesariamente el reflejo de la situación político-económica y social en el territorio, por lo menos hasta la década del 30.
Prioritariamente, la programación radiofónica yumurina, a semejanza del resto de las estaciones transmisoras en la Isla, incluía conciertos de reconocidas orquestas regionales y nacionales, así como los espacios musicales emitidos por la radio extranjera, principalmente, la norteamericana.

Apostillas:

Radiotelefonía: Sistema de comunicación telefónica por medio de ondas hertzianas.

El Imparcial: órgano del Partido Unión Constitucional. Diario que circuló en Matanzas entre septiembre de 1886 y noviembre de 1961. Fundado por Luis Fortún, su primer director fue Francisco Fontavilles. Tuvo varios subtítulos: diario independiente, diario de la tarde y diario de la mañana. Entre sus redactores se encuentran: Álvaro de la Iglesia (1886), Severino Betancourt, Fernando Lles (1913), Francisco Rabelo (1935), Félix U. Casas (1922), Fernando Lles (1935) Gustavo Moreno Lastres (1944), Manuel Quesada Morejón (1942), Alejandro J. Sosa Pérez (1945), Guillermo Gómez Flurieach (1946), Ramón Solés, Abelardo Betancourt, Diwaldo Salom, Gustavo Rey, Justo Betancourt, Andrés Núñez Olano, Reinaldo Machado, Juan Jesús Castellé Montenegro, Rodolfo Echemendía, Félix Soloni, Medardo Vitier, Electa Fe de la Peña, César Joaquín Andricain, Pedro Pablo Iturralde.

Radiotelegrafía: Sistema de comunicación telegráfica por medio de ondas hertzianas.

Conciertos radiotelefónicos: En los inicios de la radio cubana, la programación del medio fue predominantemente musical. Para referirse a las emisiones radiales los periódicos generalizaron la denominación de conciertos radiotelefónicos.

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