domingo, 12 de enero de 2020

Javier Camero le puso su nombre a la victoria de Matanzas (+Fotos)


Hay un viejo refrán en la pelota que reza que ningún juego se parece a otro. Este domingo el toro que no ha tenido torero que lo haya podido dominar saldrá a embestir
Foto: Ricardo López Hevia
Matanzas vistió de rojo al parque Cándido González al dar un golpe de autoridad en el primer juego de la final de la pelota cubana, con marcador de cinco carreras por tres, ante una afición delirante en el cuartel general de los agramontinos, que ha conquistado a toda la Isla.
Tras ese desafío de apertura, nos queda para el análisis una mirada en tres perspectivas: dos batazos suscribieron el desenlace del partido, una nueva extracción del primer abridor camagüeyano volvió a generar polémica y cuatro triunfos consecutivos, nos invitan a pasar revista a este crucial duelo.
Foto: Ricardo López Hevia
Los Cocodrilos abrieron el marcador con largo cuadrangular por el bosque izquierdo de Javier Camero, en el segundo acto, ante los envíos de Lázaro Blanco. Pero dos jits, uno de ellos tubey de Leonel Segura, más un inofensivo roletazo dieron el empate a los de casa en ese mismo capítulo; otro par de imparables, más un error, aportaron a la segunda de los anfitriones en la cuarta entrada, y tres inatrapables consecutivos, en la quinta, tributaron a la tercera.
Con pizarra de 3-1 y ya bajo la responsabilidad de los relevistas, pues los abridores, Blanco por los toros y Freddy Asiel Álvarez por las fieras del pantano, terminaron en la sexta escena, llegó el llamado inning de la suerte, el séptimo.
Frank Luis Medina, el rescatista de Blanco perdió la zona de strike y con un boleto, un pelotazo y una conexión por dentro del cuadro, que no encontró out en ninguna base, llenó los ángulos de yumurinos, lo cual decretó su despedida de la tabla de lanzar, ocupada por Frank Madan. Fue entonces que apareció nuevamente Camero para dar ese segundo batazo por encima de las cercas, con el cual remolcó otras cuatro anotaciones y le puso su nombre a la victoria de los de la Atenas de Cuba.
Foto: Ricardo López Hevia
Este mágico y seductor deporte se hace grande con sus héroes y nos da noticias como esta, justamente cuando es más tenso cada momento sobre la grama.
Según el analista Yirsandy Rodríguez, Camero había pasado, antes de este partido, 42 veces por la caja de bateo frente al pitcheo camagüeyano y no había conectado jonrones, y en solo un juego, y que juego, el primero de la final, mandó dos pelotas más allá de las cercas, para ser el autor de las cinco impulsadas de su equipo. Su obra hasta hoy era inédita, pues jamás había pegado vuelacercas en una postemporada, y como si fuera poco, de las cuatro veces que fue al bate este sábado, tres de ellas terminaron en extrabases, pues en el quinto logró doble, que ocasionó la controvertida salida de Blanco del montículo.
Camero es un pelotero capitalino que en Industriales tenía muy pocas oportunidades de hallar un puesto de titular en esa alineación. Aun cuando debía alejarse de la capital, no cejó en el empeño de hacer lo que más le gusta, jugar a la pelota, y encontró en Matanzas la posibilidad de realizarse, y hoy con su bate hizo la noticia del mundillo beisbolero.
EN BLANCO OTRA VEZ
Foto: Ricardo López Hevia
Por segunda vez en la postemporada el mentor Miguel Borroto se lleva del montículo a Lázaro Blanco, en los últimos años el mejor lanzador cubano y, de refuerzo con los agramontinos para estos play off, el principal brazo de la rotación, antes de finalizar el sexto episodio. Lo hizo frente a Industriales, con solo 78 lanzamientos y ventaja de 5-1, que luego se esfumó, aunque el marcador definitivo favoreció a los toros por 9-8, y lo repitió ante Matanzas, con 84 envíos y marcador favorable de 3-1, solo que esta vez, el desenlace le fue adverso.
Foto: Ricardo López Hevia
No se trata de coincidir o no con Borroto, pero al parecer su estrategia pasa por ese entorno de disparos para este hombre, confiando en un bullpen, que no por gusto fue el mejor de la temporada. Lo que sucede es que en la postemporada tras ese movimiento, los relevistas no han cumplido. Y el juego de los de la ciudad de los tinajones pasa por una clave: la fortaleza de su pitcheo. Si este no funciona, les es muy difícil imponerse, porque anclan sus aspiraciones en sus brazos. Algo similar vimos con Las Tunas, un equipo que si no produce con sus maderos es condenado a la derrota: le bateó solo 252 a Matanzas en la semifinal, y acabó perdiéndola.
No es que no pueda ganar ante esa insuficiencia, pero el duelo con Matanzas a la ofensiva es bien complejo, justamente porque la clave de los cocodrilos es su ofensiva, la más destacada de la lid y, además, la más jonronera.
Es muy probable que el duelo Blanco-Álvarez lo tengamos el jueves en la casa matancera, y solo entonces habría qué ver si Borroto repite la dosis, jugándoselo todo al axioma de a la tercera va la vencida.
CUATRO POR CUATRO
Como uno de esos motores que imprimen fuerzas de tracción a sus cuatro neumáticos, así podemos ver las cuatro victorias consecutivas de los matanceros, desde que cedieron ante Las Tunas en el primer choque de la postemporada, el pasado 4 de enero.
Claro que durante la campaña hemos tenido rachas superiores de triunfos, pero lo significativo de la de Matanzas es que se está produciendo en partidos de mucha tensión, en los cuales la más mínima distracción frustra el éxito.
Revisemos solo un dato: a la defensa los yumurinos jugaron una semifinal de 994 de average, algo sideral en cualquier béisbol y casi una rareza en el nuestro.
También es cierto que se trata solo del primer partido, pero ojo, una victoria este domingo, que sería la quinta consecutiva en estos play off, arroparía a los cocodrilos de un valor sicológico muy difícil de desmontar.
Recuerdo series finales anteriores decididas por 4-0, como las de Industriales sobre Villa Clara o la de Granma ante Ciego de Ávila, que pasaron por ese fortalecimiento sicológico.
LA RESPUESTA ES SÍ
¿Tiene Camagüey armas para parar a estos invencibles cocodrilos? El pitcheo es la de más calibre, pero su ofensiva, sobre todo, sus primeros cinco bateadores, tienen el suficiente potencial para frenar a su rivales.
Y claro que no se puede juzgar, y mucho menos marcar el derrotero de una serie por el cetro de la temporada, por un partido. Hay un viejo refrán en la pelota que reza que ningún juego se parece a otro.
Este domingo el toro que no ha tenido torero que lo haya podido dominar saldrá a embestir, porque ha dado prueba de su fuerza. Está tal vez ante su más difícil prueba, pues necesita de una victoria que empareje el cotejo, pero no es una cota que no sea capaz de coronar.
Cándido González C H E
MTZ 100 000 400 5 11 1
CMG 010 110 000 3 13 1
G: Joinder Martínez (8-4). P: Frank L. Medina (5-5). S. Yamichel Pérez. Jrs: Javier Camero (2)

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