jueves, 13 de diciembre de 2012

Reciben los Industriales bates diseñados por Gerardo Hernández.



BEISBOL  INDUSTRIALES BATES


Bill Ryan no es, ni mucho menos, un fabricante profesional de bates. Trabaja en un negocio de autos y, de hecho, hace apenas diez años comenzó con este hobby sui generis en Canadá, donde los primeros maderos que diseñó fueron para niños cubanos.

Tal vez en aquel momento no imaginaba que su vida estaría tan ligada al béisbol y de seguro, jamás pasó por su mente la idea de pisar el santuario de la pelota cubana, el parque Latinoamericano.

“Estoy asustado, un poco por las cámaras y otro tanto por estar en un estadio de tanta importancia para el pueblo cubano”, confesó a Cubadebate el amigo personal de Gerardo Hernández Nordelo, quien justo en la jornada del martes deseó, como nunca antes, sentir el aroma beisbolero del Coloso del Cerro.

Sobre la grama estaban todos sus Industriales reunidos y, oportuno, llamó a su esposa, Adriana Pérez, con quien sostuvo una extensa conversación en la que, a ratos, fueron partícipes varios exponentes de la novena capitalina como Lázaro Vargas, Rudy Reyes y el capitán Carlos Tabares.

“Estamos muy contentos con los bates, tienen mucha calidad y de seguro serán como un amuleto para el equipo”, le confesó el manager de los Leones a Gerardo, quien se mostró ansioso por conocer los frutos de los maderos y, particularmente, el rendimiento de los jugadores de Arroyo Naranjo, su terruño.

En este sentido, conversó con el antesalista citadino Rudy Reyes, encargado de rememorar los días de intenso bregar en el emblemático estadio Ciro Frías, donde se forjaron en el deporte de las bolas y los strikes los cuatro representantes de Arroyo que hoy defienden la franela celeste en el clásico de la pelota nacional.

Como era de esperar, Gerardo también agradeció a Ryan por poner a disposición de Industriales siete maderos de probada calidad, nombrados CUBACAN, los cuales están firmados por el antiterrorista cubano, tienen un logo diseñado por él mismo para la ocasión y cumplen con las medidas establecidas por las organizaciones rectoras del béisbol a nivel mundial.

“La idea surgió hace cinco años cuando Gerardo quiso regalarles un bate a los Industriales. Ya después, él tuvo la iniciativa de fabricar implementos con las dimensiones legales, de forma que su equipo los pudiera utilizar también en las competencias”, rememoró el canadiense, miembro activo del Comité por la Liberación de los Cinco Héroes.
Además, hizo un recuento de su intenso intercambio epistolar y telefónico con Gerardo (nunca han estado frente a frente), a quien catalogó como una persona muy estudiosa y en constante superación.

“Él investigó arduamente sobre los bates y me enviaba sus apuntes para que yo los desarrollara en mi casa, que no es una fábrica ni mucho menos, pero en mis ratos libres se convierte en una pequeña industria”, apuntó Ryan entre bromas.
Y añadió: “Con Gerardo aprendí cómo hacer bates y creo que los resultados son satisfactorios, pues Sam Bat, compañía canadiense que produce cientos de maderos de distintos tipos para las Grandes Ligas, aprobó nuestro modelo”.

Durante el encuentro, el norteño relató también cómo nació su interés por la noble causa de los prisioneros antillanos, gracias a un discurso de Ricardo Alarcón en Canadá, donde destacó los valores de la Revolución y expuso el controvertido caso de los antiterroristas, motivación suficiente para poner un granito de arena, a su forma, en este caso con una iniciativa tradicional: regalar pequeñas figuras escultóricas referidas a los Cinco a los amigos de Cuba.

Justo así, llegó a La Habana. Mucho más al norte, en la prisión federal de Victorville, California, Gerardo, seguramente, durmió tranquilo. Sus Industriales, los preferidos de tantos mortales, con los nuevos bates como faros en el dogout, propinaron el primer nocao de la temporada y Rudy, su coterráneo, impulsó cuatro carreras con tres inatrapables, uno de ellos enorme cuadrangular. Y todo, con un CUBACAN.

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