lunes, 9 de junio de 2008

Ramón Labañino Salazar cumple hoy 45 años.



9 de junio del 2008

De padre a hijo


DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu

Nació el 9 de junio de 1963. Hoy es un "hombrón alto, fuerte, que me levanta en peso", según describe Holmes Labañino a su hijo Ramón, aquel que acunó en sus brazos cuando apenas abrió los ojos "pesando ocho libras, si la memoria no me falla".

Han transcurrido 45 años.

"Jamás me dio dolores de cabeza. Fue un niño más bien tranquilo. Respetuoso. No sabía jugar a las bolas ni bailar trompo. Era muy estudioso. Fue muy saludable. Solo a los seis meses le dio una neumonía, se puso feo y casi se nos muere, después de eso debutó como asmático. Sin embargo, a partir de los siete años no le dio más nada. La madre lo adoraba, y él también a ella, Ramoncito era el hijo predilecto. De grande siempre le decía ‘mi madre, mi madre, y ella se volvía loca’. Él pudo verla antes de ella morir. Un día nos citamos en el cementerio. Se sentó a los pies de la tumba de la madre y empezamos a hablar, le di todos los consejos que un padre puede brindarle a un hijo, quedamos un rato en silencio y recuerdo que le pregunté: "Oye m’ijo, ¿hasta cuándo vas a estar viajando, mira que tú tienes hijas, mujer, tienes que dar más calor? Hasta ese momento lo único que yo sabía era, según él, que andaba por España.

La respuesta de Ramón no le permitió entonces seguir insistiendo: ‘Papá, ¿quieres que te diga una cosa? Yo no sé hasta cuándo estaré viajando. Puede ser hasta que me muera’. Y le dio tres golpecitos a la tumba de su mamá y salimos caminando". Se fue para ese supuesto viaje a Barcelona en julio de 1998...

Ha transcurrido casi una década desde que Ramón Labañino Salazar está encarcelado al igual que sus compañeros de causa René González, Gerardo Hernández, Fernando González y Antonio Guerrero. En ese tiempo: el hueco, los rigores de una cárcel, la separación familiar¼ "pero no nos quejamos, nunca lo haremos, hemos vivido y sobrevivido, e incluso diría que estamos bien", escribió en el 2005.

Ahora un tribunal de Apelaciones ha decidido —en un fallo con real tufo político— revisar su sentencia de cadena perpetua más 18 años. Lo harán en una audiencia en Miami. El mismo lugar donde fue condenado injustamente. Será Joan Lenard la encargada de convocar la vista. La misma jueza que ha demostrado tanto compromiso con el sector más reaccionario del exilio de origen cubano en Florida.

Mientras, hace 24 meses Ramón Labañino no recibe la visita de sus hijas y esposa. Recientemente fue transferido a otra prisión, por un reordenamiento declarado en la penitenciaría federal de máxima seguridad de Beaumont, Texas. Elizabeth, su compañera en la vida, y las niñas —¡que ya han crecido tanto en ausencia de papá!— aguardan, contando uno a uno los días, el permiso que se dilata de las autoridades de Estados Unidos para poder verlo.

Otro cumpleaños pasará Ramón en el espacio reducido de una celda. Holmes, entretanto, dirige la mirada hacia la puerta de entrada de la casa. Recuerda a su "guajira, que era mucha mujer y madre", y piensa en las veces que el Ramoncito de ambos se retrasaba un poco y ellos le hacían surcos a la calle con los ojos. "Pero él venía", reconoce Holmes. "Hoy la espera es más larga".

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