martes, 22 de enero de 2008

Papel de las mujeres cubanas en la locución radial.



Por: José Miguel.

Después de las pioneras de la locución: Zoila Casas Rodríguez en la 2LC, Esther Sabater en la CMGE de Cárdenas, devenida Radio Ciudad Bandera, Emma Lópeseña en la GMW, María Luisa Casas en la CMCD Voz del Aire, Angélica de Céspedes en la CMBZ Radio Salas, Joaquín Nuño en la CMCA, Bellita Borges—primera locutora cuya voz identificó la radioemisora Mil Diez---, y de Xiomara Fernández, y algún que otro nombre que escapa de nuestra memoria, pasaron varios años sin que interesara seriamente la idea de colocar mujeres como locutoras.
Sin embargo, después de la CMKW, en Santiago de Cuba es en la emisora CMBQ, 1060 donde se inicia un Radio Reloj—de 6 a.m. a 12 de la noche--, con el nombre de Radiohora--, en que intervienen sólo mujeres. Son ellas: Hilda Saavedra, Marta Velazco, Maruja García, Georgina Almanza, Dulce María Corbelle, Pilar Clemente, María Luisa Boath y Rosa María Hurtado.
Radiohora, aunque duró más de dos años, no tuvo mayor trascendencia, y continuó el locutor como dueño y señor del éter, Las compañeras actrices a veces alternaban este trabajo con la locución.
No fue hasta la década del 50 del pasado siglo, con el advenimiento de la televisión en Cuba, cuando comienzan los nombres de Yolanda y Carmen Pujols, que ya en la CMKW habían trabajado como locutoras fijas en el espacio Reloj del Aire, una imitación de Radio Reloj.
Y continúan los nombres con Alicia Fernán, Conchita García, Consuelito Vidal, Margarita Balboa y muchas otras que la televisión popularizó, al cubrir sus imágenes las pantallas, sobre todo al anunciar artículos para el uso personal de las damas.
A pesar de ello la opinión que prevalecía en los dueños de las emisoras, era que para vender, aunque a veces las unían a las voces de un locutor, la mujer tenía un campo muy limitado, ya que las simpatías del hombre decidían, a la hora de comprar en las amas de casa.
Este criterio limitó a la locutora radial, casi todas artistas, y en cuanto a la televisión, la modelo la desplazaba en muchos casos.
De pronto las locutoras artistas, al igual que los locutores que tenían esa dualidad, se vieron limitados, ya que la corriente de rechazo indirectamente era respaldada por los que controlaban el Colegio Nacional de Locutores, los que mediante un acuerdo, les prohibieron trabajar si no tenían título.
Como las entradas por concepto de actuación eran mayores, muchas, aunque se sometieron a examen, prácticamente no ejercían como locutoras, convirtiéndose en una opinión bastante generalizada que como “anunciadoras” gustaban algunas, pero como locutoras en sustitución de los hombres, en emisoras donde tenían que realizar todas las especialidades dentro de la locución, no agradaban al oyente.
Como los dueños de radioemisoras pensaban igual, la locución en la mujer, al arribo de la Revolución no pasaba de una que alguna otra voz que identificaba a una firma que le pagaba con exclusividad.
Cuando la Revolución triunfó, en la voz de Violeta Casals, tuvo la locución femenina a su mejor representante. La frase de “Aquí Radio Rebelde”, pasará a la historia como símbolo sonoro del inicio de la revolución radial.

Los anteriores apuntes son recogidos del libro “La Radio en Cuba”, del inolvidable Oscar Luís López, ya fallecido, y que consagró toda su vida a recopilar datos, fichas personales y hechos históricos acerca de la radio cubana desde u nacimiento, como nadie ha logrado hacerlo hasta el presente.
Hoy en día, la emancipación de la mujer y su preponderante papel en la vida social cubana, también ha llegado a la radio y la televisión, por lo que su participación en estos momentos, es decisiva en el papel que juegan los medios masivos en el actual proceso socialista que vive nuestro pueblo.
No obstante es bueno siempre recordar a quienes fueron precursoras de esta hermosa profesión que agrupa a mujeres y hombres
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