lunes, 19 de noviembre de 2007

LA FARMACIA FRANCESA.:HOY MUSEO FARMACEUTICO.





Por José Miguel.
Fuente: Deisy Aportela y Marcia Brito.

Como ya hemos dicho en anteriores trabajos , Matanzas, es poseedora de una riqueza espiritual que la hizo acreedora en el pasado siglo XIX del sobrenombre de La Atenas de Cuba, atesora pues innumerables bellezas naturales y una cultura que es expresión de todo el caudal de pensamiento y poesía que han arrastrado sus ríos a través de la historia.
Nuestra ciudad despierta cada día abriendo las puertas de lo que constituye uno de los grandes símbolos que la distinguen: La Botica Francesa del Dr. Triolet.
Los turistas que llegan, acuden a este excepcional rincón yumurino para descubrir las joyas de las que tantas referencias poseen. Este establecimiento que ha trascendido las fronteras del tiempo es hoy visita obligada para todo aquél que desee conocer nuestra tricentenaria urbe, o que simplemente esté de paso en ella.
La farmacia Francesa del Dr. Triolet, es única de su tipo en el mundo y hoy ha sido convertida en el Museo Farmacéutico más preciado mundialmente.
Fue fundada el 1 de enero de 1882, en la antigua Plaza de Armas de la Ciudad de Matanzas, por los Doctores en Farmacia Juan Fermín Figueroa y Ernesto Triolet Teliebre, dos poderosos sentimientos constituyeron los pilares sobre los que se erigió esta instalación: La amistad y el amor, pues fue la primera la que unió a sus fundadores hasta la muerte, y fue el segundo quien se encargó de engrandecer y conservar esta obra para la posteridad.
Las familias Figueroa Triolet no sólo estaban unidas por lazos de amistad, por cuanto la hermana del primero, María Justa de Figueroa—fallecida tempranamente--, contrajo matrimonio con el Dr. Ernesto Triolet, quien había llegado de Francia, invitado por su amigo para establecerse en esta ciudad.
Tras su muerte, Triolet contrajo segundas nupcias con la hija de Figueroa, Doña María de los Dolores, la primera mujer cubana que se recibiera como Doctora en Farmacia en 1886 en Nueva Cork., con esta última el francés fundó una familia de artistas y científicos, además de consolidar y engrandecer una obra de connotados valores culturales como lo era la Botica Francesa.
Triolet como hombre de ciencia era un incansable trabajador., su talento, cuidado y amor, su atención a cada detalle, hicieron que la Botica se convirtiera en una de las más prestigiosas del país por la calidad y originalidad de sus productos. Fue un ejemplar padre de familia, y un denodado investigador que estaba al tanto de los acontecimientos científicos más relevantes de la época, lo cual hoy se evidencia por la magnifica biblioteca que conserva. Por otra parte elaboró productos propios patentados por él, llevando una muestra de ellos a la exposición universal del París de 1900, en la que obtuvo medalla de bronce.
Entre esos productos figuraban: Jarabe Café Compuesto, elixir tridigestivo, píldoras febrífugas vegetales, o vino Ferroquinoso, entre otros. Pero Triolet no regresó del viaje., muere en París como consecuencia de una fuerte pulmonía, el 19 de diciembre de 1900.
La Botica cierra el 16 de enero de 1964, y se abre como Museo el 1 de Mayo del mismo año. Fue encargado de su cuidado y atención hasta que muere en 1975, el hijo menor del matrimonio, Ernesto Triolet Figueroa. Gracias a su dedicación y anteriormente a la de su madre, la farmacia fue entregada a los que a lo largo de los años la han conservado con el mismo amor hasta el presente.
De la Farmacia Francesa pudiéramos estar hablando largo rato, baste decir que hoy de alza como uno de los lugares emblemáticos de Matanzas, como Museo y como centro de actividades culturales que regularmente se desarrollan en sus salas interiores. Así pues si algún día usted visita nuestra ciudad, lo invitamos para que conozca un establecimiento único en su categoría en el mundo entero: La Farmacia Francesa del Dr. Triolet.



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