miércoles, 26 de junio de 2019

¿Otro Período Especial? Cuba es otra



Por Orlando Oramas León*

La Habana (Prensa Latina) La terminal de cruceros de La Habana se observa vacía por estos días, cual otra faceta del recrudecimiento del bloqueo con el que Estados Unidos pretende llevar a Cuba a sus momentos más difíciles.

De un porrazo, en mayo el presidente Donald Trump reforzó las prohibiciones de los viajes de los ciudadanos estadounidenses a la isla y, de paso, proscribió el arribo a puertos cubanos de cruceros de aquel país.

Con ello iban de la mano otras sanciones y castigos, que se sumaron a la activación del Título III de la Ley Helms-Burton, una arremetida más contra el derecho y la necesidad de Cuba de acceder a la inversión extranjera.

Según las autoridades de La Habana, la intención de estas y otras acciones del bloqueo económico, financiero y comercial es asfixiar a Cuba, a sus ciudadanos, mediante carencias materiales que incluyen alimentos y medicinas, por mencionar algunas.

En resumen, se trata de que Cuba vuelva al Período Especial, como se le llamó a esa etapa de dura sobrevivencia y resistencia, luego de que se desintegró la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y desapareció el llamado campo socialista en Europa del Este.

Ocurrió en la década de los 90 del siglo pasado, cuando de golpe la isla perdió el 85 por ciento de su comercio, lo cual significaba sufrir los efectos de dos bloqueos, el que Washington reforzó desde entonces, y el que siguió al 'desmerengamiento' de la URSS, como lo calificó el entonces presidente Fidel Castro.

Por aquella fecha se pregonaba el fin del socialismo como opción de modelo de desarrollo, y la victoria incontrastable del capitalismo.

A la Revolución Cubana se le pronosticaba un rápido e irremediable final. En Miami comenzaron a hacer maletas para el regreso y hubo quien desde allá reclamó licencia para 'matar comunistas' en la isla.

El panorama era tan perentorio y Cuba parecía tan sola en su empeño de resistir, que incluso algunos que se llamaban amigos de la Revolución instaron a hacer concesiones frente a un enemigo todo poderoso cuyo objetivo era rematar.

En apenas tres años la mayor de las Antillas resintió el decrecimiento del 35 por ciento del Producto Interno Bruto, con un fuerte impacto en la vida cotidiana, marcada por largos apagones y otras carencias.

¿Volver al período especial? Es la pregunta que se hacen algunos cuando Washington aprieta las tuercas del bloqueo y sus efectos se hacen sentir.

'... la situación pudiera agravarse en los próximos meses. No se trata de regresar a la fase aguda del Período Especial de la década de los años 90 del siglo pasado; hoy es otro el panorama en cuanto a la diversificación de la economía, pero tenemos que prepararnos para la peor variante'.

Así advirtió en abril, ante el Parlamento, el primer secretario del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, quien definió como prioridades insoslayables la preparación del país para la defensa y el desarrollo de la economía, 'sin renunciar a los programas de desarrollo que están en marcha'.

A despecho de los 90, la coyuntura es diferente, acotó en la misma ocasión el presidente Miguel Díaz-Canel.

'Hoy tenemos como fortalezas una economía más diversificada e insertada internacionalmente, desarrollo turístico y de la industria biotecnológica y farmacéutica, mayores potencialidades para las exportaciones, superiores capacidades constructivas, redes hidráulicas, transporte y comunicaciones, y reservas en el ahorro y la sustitución de importaciones, que es preciso aprovechar más', dijo ante los diputados.

Añadió que el momento es de una mayor diversificación económica tanto internacional como interna, lo cual permite incluso aspirar a un modesto crecimiento frente a la adversidad. Los servicios resultan la principal fuente de ingresos del país, que dejó de depender de las exportaciones azucareras.

La crisis económica de los 90 obligó a la nación a suspender importaciones, detener planes y proteger en lo posible las conquistas sociales alcanzadas, léase fundamentalmente salud y educación.

Por el contrario, el país ahora sigue resistiendo, pero mantiene sus programas de desarrollo e inversión.

Al propio tiempo amplia sus vínculos comerciales con países de la Unión Europea, China, Rusia, Venezuela, Angola, Brasil, entre otros.

El archipiélago cubano ofrece más de 72 mil habitaciones (las dos terceras partes de cuatro y cinco estrellas) y se propone la meta de recibir cinco millones de turistas extranjeros este año, cuando en los 90 apenas eran 340 mil.

En el Período Especial Cuba se quedó sin fuentes externas de crédito; en la actualidad existen acuerdos de renegociación del débito con el Club de París, Rusia, España y otros acreedores, lo cual abre el acceso a fuentes de financiamiento.

La isla adoptó en 2014 una nueva Ley de Inversión Extranjera que establece prioridades nacionales y resulta más atractiva y flexible, con una cartera de oportunidades que solo en el sector turismo suma más de un centenar de proyectos.

Recientemente tuvo lugar en el Hotel Nacional de esta capital el Foro de Negocios Cuba, ocasión en la que el comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Unión Europea, Neven Mimica, condenó la política de cerco que por seis décadas Washington practica contra la isla caribeña.

En la ocasión el ministro de Inversión Extranjera y Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, informó que la isla aprobó en los últimos dos años negocios con compromisos de inversión foránea por más de cuatro mil 500 millones de dólares.

Suman 11 las administraciones estadounidenses que fallaron en el objetivo de hacer rendir a la Revolución Cubana. La de Trump, con su obstinada hostilidad, completaría la docena, no solo por la probada resistencia de la nación caribeña, sino porque, a diferencia de los 90, Cuba es otra.

*Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina.

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