miércoles, 13 de marzo de 2019

Trump, los demócratas y el juicio político

 


Por Luis Beatón *
Al menos el 64 por ciento de personas encuestadas considera que el presidente Donald Trump cometió crímenes antes de asumir la presidencia de Estados Unidos.


Pero, el resultado de los sondeos es algo difícil de probar, a no ser que la investigación seguida por el fiscal especial Robert Mueller aporte elementos probatorios convincentes para obligar al Partido Demócrata a ir por el mandatario y no quedar mal parado en un proceso que puede servir la mesa a Trump para otros cuatro años en la Casa Blanca.

Análisis, comentarios y especulaciones afloran ahora sobre el llamado impeachment o juicio político, y si favorece a uno u otro partido rumbo a los comicios de 2020.

Según el diario digital Politico para los del llamado partido azul (demócratas) impugnar al presidente es inevitable e imposible.

La agrupación anticipa que reunirá abundante evidencia de crímenes graves y faltas menores por parte del presidente, pero están preocupados por lo que deben hacer, temerosos de que sus esfuerzos sean contraproducentes y terminen ayudando a Trump, indica el diario.

Usted no quiere dividir al país, por lo que debe pensar que tiene un caso tal que una vez terminado de presentar, hay suficiente gente que entiende que tuvo que hacerlo, opinó el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerry Nadler (D- Nueva York), quien tiene el poder de iniciar un proceso de juicio político.

Los republicanos se mantienen leales al presidente y respaldan en gran parte sus críticas a la investigación del abogado especial Mueller y otras pesquisas que involucran al mandatario y sus asociados.

En estos momentos, los azules enfrentan serias y profundas divisiones sobre si sus esfuerzos podrían terminar ayudando a Trump a ganar un segundo mandato y muchos abogan por seguir las pesquisas y tratar de airear elementos para que sean los votantes quienes se manifiesten en las urnas en 2020.

Hasta ahora y pese a presiones de legisladores liberales, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-California) y los presidentes de los comités abordan el tema de la acusación con cautela, argumentando que se debe considerar solo después de que se completen las diversas investigaciones federales y del Congreso.

No obstante, algunos parlamentarios como Maxine Waters (D-California), quien preside el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, opinan que existen pruebas suficientes para acusar a Trump.

Pocos quieren estar en el puesto de Pelosi, pues la tercera figura más poderosa del país enfrentará fuertes presiones si algo sustantivo surge de las pesquisas y se ve obligada a lanzar el procedimiento de juicio político sin contar con el apoyo de al menos 20 republicanos del Senado.

Analistas plantean que los demócratas están preocupados por si deben confiar en los republicanos y avanzar en el proceso empujado por los liberales en la Cámara baja, o si deben impugnar a Trump y arriesgarse a una reacción política que les pudiera restar apoyo para los comicios presidenciales de 2020.

El representante Stephen Lynch (D-Massachusetts), del Comité de Supervisión y Reforma, aboga por dejar de lado las conveniencias políticas y plantea que 'si la evidencia apunta a esos crímenes, debemos perseguirlos, sin importar si el recuento al final del día será suficiente para tener éxito en el juicio político'.

No obstante, la alta dirigencia no parece dispuesta a arriesgarse en un asunto que no aporte nada al partido y argumentan avanzarán el proceso de juicio político solo cuando la opinión pública se vuelva contra el mandatario de tal manera que ya no sea políticamente ventajoso para los republicanos seguir con su líder.

Evidentemente hay temor entre el partido azul de llevar un proceso para sacar a Trump de la Casa Blanca que sea visto por los electores como una manipulación y ser acusados de ir contra la voluntad expresada en las urnas.

En un país dividido, el juicio político lo es también en las filas de los demócratas. Algunos apuestan por arriesgar pero los más veteranos piden paciencia mientras esperan que el presidente caiga por el peso de sus propios errores, advirtiendo que un proceso de destitución puede destrozar al país sin una evidencia irrefutable de irregularidades.

Para hacer un caso contra el ocupante de la Casa Blanca tienen que probar hechos y no basar las acusaciones en supuestos, algo que podría lograrse si las pesquisas de Mueller aportan los elementos necesarios.

Por otra parte, en las filas republicanas reina escepticismo sobre si las investigaciones aportarán algo más que propaganda contra su presidente.

Al valorar esta situación la representante Raja Krishnamoorthi (D-Illinois) manifiesta que si se lanza el juicio político y este muere en el Senado, entonces Trump se presentará como víctima y pedirá su reivindicación, lo que casi le abrirá las puertas a un segundo mandato.

La idea del juicio fue apuntalada recientemente por las declaraciones de Robert Cohen, exabogado de Trump, quien aportó una serie de elementos que de probarse darían sustancia al proceso pero hay que verificarle a Trump sus presuntas fechorías.

Aunque el caso Trump es más complejo que el del republicano Richard Nixon cuando se vio obligado a renunciar por las pruebas en su contra, los peligros evidentes de mantener a un presidente fuera de control en el cargo bien podría impulsar a los políticos en ambos partidos, no sin controversia, a querer hacer un trato para sacarlo.

La gran interrogante planteada es cuándo y cómo esos sectores estadounidenses darán el tiro final a esta administración y cuál será la protección legal que se buscará el mandatario para evitar comparecer ante la justicia si hay elementos probatorios.

No obstante, ahora el impeachment solo es algo que se valora, y mientras tanto, Trump se fortalece hacia las elecciones de 2020, más cuando la economía le sonríe.

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