martes, 29 de marzo de 2016

Obama vino a vivir del cuento (parte I)



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Por Fidel Díaz

Hace rato esperaba un chance para entrevistar a El Diablo Ilustrado, y hubiera preferido tejer un cuestionario abordando temas culturales, pero se me ha dado la oportunidad ahora y el tema Obama está en el ambiente. Espero, no obstante, una próxima oportunidad, diabluras adentro. 

F: En artículo de corte humorístico -que no circuló mucho-, a raíz del anuncio de intención de normalizar las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos aquel 17 de diciembre, escribiste que Obama no es bueno ná. Ahora, tras su visita a Cuba ¿sostienes esa afirmación?
EDI: Realmente la frase fue el título, y confieso que había cierto toque si no sensacionalista, con el ánimo de llamar la atención. Creo, no obstante que es la esencia de lo que quería decir. Y ahora, mi respuesta es que el problema no es únicamente que Obama no sea bueno, sino que le es imposible serlo, en tanto que es presidente de los Estados Unidos. Esto no niega que pueda tener virtudes personales, inteligencia, buenos modales, ser un hombre de familia, etc. Pero Estados Unidos es un imperio, y Obama, por tanto, un emperador. A veces envueltos en la feria de las ilusiones mediáticas nos quedamos en las impresiones ligeras –que, por demás, son fabricadas. Mi afirmación no va con respecto a la persona, si no, a que el presidente de un imperio no puede ser bueno; le toca por “categorización de cargo”: invadir, hacer guerras, apoyar las fuerzas reaccionarias, destruir países, economías, en función de la suya, aumentar la pobreza global –que es la consecuencia directa de sustentar el capitalismo; todos esos males destructivos son sintetizados y disfrazados con frases acuñadas como “velar por la democracia universal”, “garantizar la libertad de expresión de los pueblos”, y la “libertad económica” (o sea, la economía de mercado) grandes mentiras globales, que pueden leerse realmente como: arrogarse en derecho de invadir cualquier país en el mundo, asegurar que se diga solo lo que al imperio le interesa (más del 90 por ciento de todos los medios masivos están en manos de monopolios privados –o sea de magnates oligárquicos- encadenados por intereses comunes y supeditados directamente al imperio (que es quien domina todo el panorama informativo global), y que toda la economía del  planeta confluya hacia la suya. Este control del mundo no es porque alguna persona sea buena o mala, es esencia del sistema; son mecanismos imprescindibles para sostener el imperio. No es que tenga opción de ser de una manera u otra, y jamás defenderá a pueblo alguno –ni siquiera el suyo- por un problema sistémico, de funcionamiento, el imperio sobrevive de alimentarse de los demás pueblos, y todas esas “libertades” son para que las clases altas de la sociedad exploten a las bajas, son las libertades que tienen los ricos para oprimir a los pobres, y, para colmo las disfrazan (para eso son los dueños de los medios) de “prosperidad” para los de abajo, lo cual no es más que el aumento de control de los de arriba. Por ello –y era lo que trataba de decir en aquel texto de diciembre de 2014, Obama no tiene, en tanto presidente de los Estados Unidos, la más remota posibilidad de ser bueno. Es sencillamente la cara de los grandes poderes económicos imperiales, obedece a sus intereses, y actúa según los dictados de esos grupos elites. Su visita a Cuba fue –para quien quiso ver- una muestra clara.            
Vimos incluso a un Obama intentado ser literalmente actor, con lo cual ha logrado otro record: ser peor que Ronald Reagan, otro presidente de los Estados Unidos que había sido actor de películas hollywoodenses de vaqueros, los llamados westerns; mal actor como pocos (y no lo digo yo, en su mandato llovieron los chistes acerca de su calidad actoral, sustentada además en su tiempo por la crítica cinematográfica norteamericana. ¿por qué Obama se prestó para el papelito en el programa de la televisión cubana Vivir del cuento? Pues porque se lo orientó el equipo de asesores que diseña sus pasos y su imagen.
Está publicada la entrevista a Luis Silva (Pánfilo) en que explica cómo lo llamaron de la Casa Blanca esos “asesores”, le hicieron la propuesta de programa y estuvieron trabajando una semana –correo electrónico mediante- quitando bocadillos, puliendo la dramaturgia para intentar algo orgánico que diera la imagen que buscaban del presidente. ¿Por qué ese papel (para los que ven más allá de las apariencias podría decirse “papelazo”)? Buscando un simple impacto para ganarse al público. ¿Te das cuenta? Estamos hablando de un presidente recurriendo a una actuación, y ahí está la esencia: se trata de que los presidentes en Estados Unidos son personajes de una gran maquinaria propagandística, que esconden las ideas, o la falta o la mala intención de ellas, detrás de las apariencias, para lo cual han desarrollado una de las más grandes industrias de la economía mundial, llamada del “ocio”.
Con esta aparición, en el programa de mayor teleaudiencia, y escogiendo un par de innings en el beisbol, los asesores le reforzaban una imagen popular en Cuba, cercana a los gustos de la población; y es que en el fondo la visita más que cualquier otro objetivo tenía el de romper la imagen de enemigos; o sea, dejar atrás 50 años de agresiones múltiples, borrar el pasado con un presidente simpático, casi populachero (incluyendo “qué bolá”, “echar palante” –cuando Obama es todo un gentleman de Harvard, que nada tiene que ver con las clases humildes) en el papel de amigo del pueblo cubano, para hablar de oportunidades económicas, con cierto toque de Papá Noel –sonriente, familiar, mostrando que el capitalismo es la solución-; preguntaba a los cuentapropistas qué les hacía falta para prosperar, para que sus negocios fueran en grande. Estuve esperando que de un momento a otro sacara la varita mágica; sin embargo… ¿y el embargo? Los temas principales el bloqueo, la base naval, los dejó en el “estamos trabajando en eso”.  

F: ¿Por qué escogen un programa como Vivir del cuento?
EDI: Hemos visto algunas películas y un excelente serial como House of cards que muestran descarnadamente cómo trabajan esos equipos multidisciplinarios, especialistas en medios masivos, que hacen investigaciones, sondeos de opinión… cuando te decía lo de que un presidente de los Estados Unidos es un actor, no tiene nada de metáfora, son literalmente personajes desde que optan por una carrera política. Es algo increíble, ¿te das cuenta de lo que estamos hablando? Quien ocupa la Casa Blanca no es alguien que ha llegado allí por un proyecto, por unos ideales, por su consecuencia, sino alguien que ha ido asumiendo ese papel que le dan cual si fuese en una telenovelam, alguien a quien le van tejiendo una imagen desde que despunta como favorito para alguno de esos grupos del gran poder. El equipo te escoge vestuario, pelado, si sales con familia o solo, si es conveniente que vaya contigo un perro, o que cargues a un niño, a dónde ir y a dónde no, revisan meticulosamente cada presentación en público, incluyendo los discursos, a algunos se los hacen completos, diseñan ante cada aparición qué decir, incluso palabras claves, y hasta en cuáles debe poner acento. Estudian cada lugar al que van, por dónde deben entrar y a quién saludar y cómo… y esto es más que sabido. Lo mejor es que estamos en un mundo tal de simulaciones que eso se toma por normal.  

F: No me has respondido por qué el programa humorístico y esos encuentros con Pánfilo.
EDI: Obvio. Saben que es uno de los programas –si no el más- popular de la televisión cubana. Y que es de corte costumbrista que mira a la sociedad cubana, a nuestra cotidianeidad desde las diversas capas de la población, y que su personaje central representa a las capas más humildes. Para el diseño que trajo Obama de gran benefactor del pueblo cubano, le viene como anillo al dedo. Primero, causa un gran impacto en la población, como un gran número de circo, y aunque no quieras, te deja la impresión de alguien campechano, que se quita el saco y se sienta a jugar dominó, preocupado por los desposeídos… en fin, dramaturgia. Si lo miras con un mínimo de agudeza te das cuenta de que es algo impostado. 

F: ¿Crees que, como ser humano, Obama es alguien insensible a lo que padecen los de abajo?
EDI: Eso es difícil de saber; tiendo a pensar que en su yo más profundo es un ser que tiene sensibilidad humana y que, a pesar de que no trabaja –ni puede trabajar- para los de abajo, pues… 
F: ¿Por qué no puede trabajar para los de abajo?
EDI: Volvemos a lo mismo. Obama puede ser, en tanto ser humano, un hombre hasta bueno; incluso cuando uno lo ve con su familia -aun sabiendo que eso casi seguro es parte del diseño-, no puede evitar simpatías hacia él en ese sentido; pero es el presidente de los Estados Unidos, y no se llega a ese puesto por gracia divina. Allá el que crea en el sistema democrático norteamericano, pero se sabe -ellos mismos lo han más que demostrado- que a la Casa Blanca llega el que deciden los grandes poderes que tienen los hilos económicos de la nación (y más allá de ella); un selecto grupo de megamagnates que tienen el control de todo el país, en primer lugar de los medios masivos y el armamentismo, así como las grandes industrias. Es un poder inimaginable concentrado en un grupo de personas. Para ser presidente hay que estar más que probado ante ese grupo de oligarcas para los cuales no existe el ser humano, solo consumidores. Hay que ser parte de ellos.
La campaña de Obama de 2008 tuvo un costo de 760 millones de dólares. ¿Quiénes dan ese dinero? ¿Para qué? Es una puja entre grandes empresarios, buscando garantizar sus intereses.  O sea, que las elecciones en Estados Unidos son un negocio más, en el que los grandes empresarios invierten en los candidatos –seleccionados por ellos mismos- a cambio de garantizar que una vez presidente, ese caballo por el que apostaron les garantice con sus medidas ventajas para sus negocios. Alguien mínimamente antisistémico no tiene posibilidad ninguna, no solo de llegar a la presidencia de los Estados Unidos, ni siquiera de ser escuchado en los grandes medios masivos; esa posibilidad no existe. Allá el que crea también en esa libertad de expresión, y que allí se puede hablar libremente. Allí se puede atacar a un presidente, lo que no se puede es atacar el sistema. Puedes hacerlo, pero imprimir un volante, o en una radiobase, y sin hacerte muy popular porque te desaparecen (y se sabe de la cantidad de periodistas asesinados y desaparecidos en este planeta nuestro, y ninguno es de los que defienden al imperio o las oligarquías). Los de abajo no tienen voz, ni pueden tenerla porque los medios masivos son monopolios privados, que pertenecen ¿a quién? A los multimillonarios, cadenas que no dejan levantar cabeza a nadie que se oponga a sus intereses ¿y cuáles son sus intereses? Los de la oligarquía, que ni siquiera es solo estadounidense, pues de manera que son un imperio, tienen carácter global. En el mundo se dice, y se repite, lo que a ese grupo de megamagnates le conviene. No hay verdad sobre la tierra, sino la que fabrican con ese poderío mediático incalculable. 

F: ¿No estás absolutizando?
EDI: Bueno, está Telesur, (que creó Chavez precisamente para enfrentar ese discurso único global) y nuestros pequeños canales y emisoras públicas, lo cual es nada contra lo que enfrenta. Mira estos datos: De las 300 primeras firmas de información y comunicación en el mundo, 144 son norteamericanas, 80 son de la Unión Europea, 49 son japonesas. ¿Qué le queda al Sur; aun pensando en la aristocracia, que es la dueña de los medios dondequiera? 
Sigo con datos que están a primera mano en internet, en sus propias fuentes informativas: De las primeras 75 empresas de prensa, 39 son norteamericanas, 25 son europeas, 8 son japonesas. De las 88 primeras firmas de informática y telecomunicaciones, 39 son norteamericanas, 25 son europeas, 8 son japonesas. ¿Hay libertad de expresión? Claro, para los poderosos, o sea: los países que dominan al mundo, y dentro de ellos, los grandes empresarios dueños de esos monopolios. Que cada día son más concentrados en una persona o una familia, pues compran más medios y los unifican.
Veamos uno solo de esos monopolios, analiza estos datos de la acumulación de una sola firma:
Time Warner AOL (Estados Unidos).
Resultado de la fusión entre la revista Time, la productora cinematográfica Warner Brothers y el proveedor de servicios de internet América Online. Es líder mundial en la venta directa de información y entretenimiento. En el 2001, por ejemplo, obtuvo ingresos por 38 mil 234 millones de dólares. Es la editora de revistas más grande en EU con 120 millones de lectores a nivel mundial y posee canales de televisión que abarcan Europa, Asia y América. En el 2001 produjo y exhibió dos de las películas más taquilleras: Harry Potter y El Señor de los Anillos. Maneja la segunda compañía discográfica en el mundo y la segunda operadora de televisión por cable con 12.8 millones de suscriptores.
Veamos una lista breve, por arribita, de los medios que controla:
Editoriales de libros (28 en total): Time Life Books, Book-of-the-Month Club (50% AOL Times Warner y 50% Bertelsmann), Paperback Book Club, Warner Books
Canales de Televisión (38 en total): Warner Brothers (17% es de AT&T), HBO, Cinemax (25% de AT&T), Comedy Central (12.5% de AT&T y 50% de Viacom), E! And Style (tiene el 7.5% y el resto es de Disney, Liberty Media y Comcast), CNN, Cartoon Network, TNT, MusicChoice (con Sony, EMI, AT&T y otros)
Otros servicios: Road Runner (modem desarrollado con Media OneGroup, Microsoft, and Compaq), Time Warner Communications (servicio telefónico), Time Warner Security (seguridad residencial y comercial por monitoreo)
Producción y distribución de televisión (15 en total): Warner Bros, Hanna – Barbera, Castle Rock Entertainment
Revistas (79 sin contar los DC comics): Time, Fortune, Life, Sports Illustrated, People, Entertainment Weekly
Música (70 firmas): Warner Bros, Atlantic, Columbia House (50% con Sony)
Internet (además de diversossitios de internet): America Online, CompuServe, Netscape, ICQ Instant Messenger, Winamp
Mercadotecnia: Productos de la marca Warner Bros y sus tiendas (170 en 30 países), Parques recreativos
Producción Cinematográfica: New Line Cinema· Warner Bros, Fine Line Features
Además de unos cuantos equipos de futbol, ventas por televisión, televisión vía satélite y acciones en Radio Sportsline.
Cuando lees esa información te surge una pregunta ¿quién tiene la libertad de expresión? Ese mismo monopolio es uno de los pocos en el mundo, busca El Páis en España, Clarin en Argentina, El Universal de México, O Globo en Brasil y detrás encontrarás grandes concentraciones similares, una maquinaria de imponer un pensamiento; enfrenta sus intereses y verás. Lo vemos en América Latina, cada vez que hay un gobierno de izquierda le arman la gran campaña de difamación monopolios como este y los no menos jugosos monopolios de los principales países. Por ejemplo, Argentina. Hay quienes no comprenden cómo Macri salió en las elecciones, siendo un representante de la oligarquía más de derecha y reaccionaria. Pues la respuesta es sencilla, si miras el poderío mediático no hace falta razonar.
En Argentina hay dos grupos que son dueños de casi todos los medios de comunicación, ellos son Telefónica Argentina S.A. y el Grupo Clarín. ¿Sabes lo que significa que dos grupos de la oligarquía dominen los medios?
Para que veas de qué estamos hablando veamos uno de ellos, Telefónica Argentina S.A.
Posee Telefé, Radio Continental, FM Hit, ocho estaciones provinciales, revista Gente, Para Ti, Billiken, La Chacra y Campo Argentino. Además, cuenta con Canal 11 de Salta, Canal 8 de Córdoba y Canal 7 de Neuquén, la compañía de TV del Atlántico (a través del Canal 10 de Mar del Plata), Patagonik Film (30 %), y el 20% de Torneos y Competencias (eventos deportivos). Sprayette S.A., Katalyx Argentina S.A., Atento Argentina S.A. y Emergia Argentina S.A. Es dueña de Advance (proveedor de servicio de Internet), Telinver S.A. (empresa que publica las guías telefónicas), Altocity.com S.A. (un shopping virtual), Telefónica Data Argentina (servicios Web para empresas), Telefónica Móviles S.A. (telefonía móvil, con su producto estrella: Unifón), Terra Networks S.A. (grupo global de Internet con presencia en 43 países – el tipo de gigante comercial que absorbe a la competencia pequeña.
Si todo ese poderío se pasa meses expandiendo la imagen de que Macri es bueno, que Cristina es mala, si a eso le sumas que esos mismos magnates te hacen una guerra económica pues son los dueños o los aliados de todos los negocios, ¿por quién vota la mayoría? A veces, excepcionalmente, se da que el carisma de un líder es tal que llega al casi colmo de romper ese cerco, pero calcula el bombardeo: cambias de canales en la TV y todos con ese mensaje, levantando además calumnias, pues no hay el menor apego a la verdad; a veces le basta con amplificar algo que publicaron en un blog, -o mandaron a publicar en un blog- luego lo rebotan todas las cadenas con cintillos como “según algunas fuentes de información”… y ya está regada la campaña, dígase contra Lula o Dilma, Evo, Cristina, Maduro, Correa, es algo realmente monstruoso y que la gente regularmente se cree. Porque si lo dicen todos los medios –aparentemente distintos- debe ser verdad. Esto viene acompañado de un sistema ideológico que hace creer a las “masas” que son voces distintas, que hay diversidad, que hay libertad de expresión, y que representan los intereses del pueblo, y lo que hacen en realidad es someter al pueblo a los intereses de los grandes mercaderes. 
(continuará)

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