lunes, 21 de diciembre de 2015

Vamos pa´ la “Yuma”. #Cuba #CubanosEnCostaRica


Vamos pa´ la “Yuma”. #Cuba #CubanosEnCostaRica


Por Conte Nieves*

No puedo precisar el origen de la palabra Yuma en Cuba. Lo que sí está claro es que en el argot popular se utiliza para nombrar a los Estados Unidos de Norteamérica y a sus ciudadanos (el o los yumas). En el Diccionario Real de la Academia Española no aparece y en Ecured está referida la palabra a títulos de películas. Pero, por el interés en saber algo más, consultamos Encarta y encontramos que en el estado de California existe una ciudad que se llama Yuma y un poquito más atrás en la historia, aparece que los yumas fueron parte de los 105 pueblos indígenas americanos (de esos que los gobernantes norteamericanos no quieren hablar). Los yumas pertenecían a la región de Colorado. En la actualidad pertenecen al estado de Arizona. Parece que, en algún momento, se hizo generalización de esa palabra y ahora la identificamos con todo el Estado de la Unión. También la palabra se utiliza en Cuba como sinónimo de extranjero. Dejemos a los especialistas en esta materia la profundización del término y pasemos a lo que nos ocupa.

No puede responsabilizarse a la Revolución Cubana como causante del éxodo para la “Yuma”. Recuerdo desde pequeño, que gente que me rodeaba soñaba con viajar a ese país y tuve un familiar que en los momentos más cruentos de la dictadura de Batista, esa de la que algunos hoy por ahí, ¡increíblemente!, tratan de darle una imagen favorable, tuvo que “salir echando” porque un buen día en el bar “Popeye”, en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja, lo acusaron de ser revolucionario, y en la estación de policía de Picota, le dieron una “tranca”, que fue de hecho su visa para salir para la Yuma. Él no pertenecía a ninguna organización revolucionaria, estaba tomándose unos tragos en el bar y le tocó. Es bueno recordarles a algunos que lo vivieron y ya lo olvidaron y a otros que no lo vivieron, que las cosas eran así.

Sería interesante saber qué piensan los grupusculeros contrarrevolucionarios de aquellos hechos como el de las Pascuas sangrientas y qué dicen ellos como defensores de sus llamados “derechos humanos”.

Y decía no ver como causa de la migración para la “Yuma” a la Revolución Cubana, porque el movimiento de la gente de un país hacia otros ha sido algo que ha ocurrido siempre a lo largo de la historia de la Humanidad.

Claro, en el caso de Cuba, a los líderes de Gringolandia les conviene manipular el tema, como otros muchos, para hacer ver que las cosas con “los Castros” no funcionan. Con esa intención han tratado de ahogar al país, estrangularlo, para provocar se produzcan fenómenos sociales que denoten que la gente huye de la “dictadura”, entre otros muchos etcétera.

Ahora con el restablecimiento de relaciones diplomáticas de la Yuma con Cuba, quedan sin modificar la Ley de Ajuste, el asunto de la política de Pies secos — Pies mojados y el programa Parole. La administración norteamericana quiere continuar estimulando el éxodo de Cuba hacia Gringolandia  para crear una situación en la Isla en la que haya una explosión social, a partir del malestar y la irritación de aquellos que desean viajar. Desde hace muchos años estimulan el tráfico ilegal de personas. Esto es parte de la doble moral gringa y de mostrarse de una manera y actuar de otra. Es por eso que se ha dicho, que los líderes de la administración norteamericana son cínicos.
A mí me da la impresión que la gente tiene de la “Yuma” una visión que va más allá de lo fantástico y la aventura. Creen que van para una “vitrina preciosa, bella”, algo así como el paraíso.

Pero tampoco esa visión es de ahora. Recordemos que antes de enero de 1959, cientos de cubanos llegaron a la Yuma y muchos tuvieron que lavar platos, limpiar baños y después, va y se empataban con algún trabajito que les diera unos dólares. Exceptuando la burguesía cubana, que viajaba de vacaciones a ese país o a Europa y los gringos iban a pasarse los fines de semanas a Varadero.
Me parece que un poco los que se adelantaron a llegar antes a Gringolandia, cuando visitan la Isla, deforman bastante su real estatus social, es decir, el cómo viven y lo que tienen. Conversando un día con un millonario mexicano me decía que su cuñado era cubano y cuando ellos visitan Cuba, a él, el millonario, le gustaba andar a pie para conocer la gente y ver los lugares de cerca, pero su cuñado alquilaba carros y se daba una vida de lujo y él le preguntaba, ¿quién es el millonario, tú o yo?, porque tu economía no da para hacer esos gastos. ¿Interesante, verdad?

También me viene a la mente un vecino que tuve cuando viví en la Isla, y un día salió para la Yuma. Esta persona en Cuba, no le “tiraba” a nada, trabajaba pero no iba al trabajo. Llegó a la “Yuma” y él y su familia tuvieron que cubrir, porque al decir de algunos, “allí sí hay que trabajar, y el único lugar en el mundo donde la gente puede vivir sin hacerlo es en Cuba”. ¡Vaya contradicción!
Y así las cosas, hubo migración en la década de los sesenta, recuerdo Camarioca, con una composición social muy distinta de los que se fueron en ese momento, a los que salieron posteriormente por el Mariel en 1980, a los balseros de agosto de 1994, a sus continuadores y a los que ahora en el 2015 emigran. Lo más interesante es que fue para esa gente que se hizo la Revolución; nacieron, se educaron y se desarrollaron en ella.

Pero los tiempos están así de compulsos, confusos y contradictorios. Los gringos que en cierto sentido son avanzados en las cuestiones de ciencias sociales, han perdido de vista que por sus acciones contra Cuba por todas las vías han creado una falsa expectativa del “sueño norteamericano”; pero han perdido también de vista que esos cubanos que han ido llegando en las últimas cuatro décadas, sin incluso quererlo, son reflejo de los valores socialistas, que se contraponen a las formas de vida de la sociedad gringa. Ese es un caldo de cultivo que van a pagar poco a poco. Lo que han estimulado para hacerle daño a la Revolución, se les puede transformar en un gran boomerang sociológico. En este sentido el libro “Miami Now” publicado hace algunos años, se movía en el orden de estas ideas antes expresadas.

Quieren hacer ver que esa gente que emigra son enemigos de la Revolución y es ahí donde se van a dar cuenta que no acaban de conocer la psicología y la cultura de los cubanos.

Tuve oportunidad de conversar con los llamados “marielitos” una vez que estaban en Gringolandia y con otros en Europa. Les pregunté por qué se habían ido de Cuba y para asombro mío algunos me contestaron, que era porque querían conocer la “Yuma” (creo que cuando eso no le decían así), porque ellos pensaban regresar. Les dije, pero ustedes piensan que esto es coger la lanchita de Regla o Casa Blanca y regresar a La Habana Vieja. En ese entonces, estuve conversando en Europa, con un miembro de una comisión de derechos humanos, que en un momento determinado, después del Mariel, fue autorizada a entrar en Cuba y me decía esa persona, que había manifestado a los entrevistados que ojalá, los problemas de ellos como ciudadanos cubanos fueran los que existían en otros países.

Hay que decir que en Gringolandia no todo es malo y tiene muchas cosas atractivas, y sin pecar de superficial, en algo influyen las películas norteamericanas, además de las cartas de los parientes y las llamadas telefónicas y los recados con propios desde la “Yuma”.

El arte es un reflejo de la realidad; y hablando de esas películas, sobre las cuales no tengo nada en contra, ellas muestran lo malo y lo bueno de la sociedad norteamericana; pero parece que la gente (nosotros) solo nos fijamos en las casas lindas en los barrios residenciales y no quedan huellas de los barrios donde la mayoría es negra o latina, y viven no exactamente bien, ni seguros. Percibimos los carros exuberantes, las fastuosas oficinas, los grandes hoteles, las grandes avenidas, las tiendas llenas de artículos y se nos escapa que tal vez la película está poniendo al desnudo la corrupción de cuello blanco o sin cuello y vamos a observar la linda rubia, no tan buena, pero es americana. Eso es lo que se va quedando. Esto también me recuerda esa frase que en la Isla se utiliza: “si no fuera americano diría que es mierda”.

No puedo dejar de mencionar lo último que está ocurriendo en Gringolandia. Esas muertes de adolescentes y jóvenes negros o las balaceras en algunas escuelas o la recomendación de un director de una de estas escuelas, en la que decía, que para estar todos seguros debían acudir con armas. ¡Que horror! Esa es la democracia. Que todos tengan armas; no importa para que la utilicen. Pero queremos ir para la “Yuma”.

Y con la aspiración de llegar a la Yuma, ahora se concentran en Costa Rica miles de cubanos y en Panamá. No digo cifra porque en la medida que pasan los días aumenta la presencia de los mismos en estos países. Vi las imágenes que son trasmitidas por los medios y me recordé de la Embajada de Perú en Cuba, esa que dio lugar al fenómeno del Mariel. Leí la declaración del Ministerio de Relaciones de Cuba y queda claro que pueden regresar todos aquellos que hayan salido legalmente.

Respeto las decisiones individuales de cada cual. Poder viajar por el mundo le agrada a casi todas las personas. Pero me pregunto si mi gente, los cubanos, se percatan de lo que tienen en la mano. Es que “los árboles no los dejan ver el bosque”. Es superficialidad, capricho, obsesión, rechazo. Los gobiernos gringos se han dado gusto manipulando el tema migratorio. Y ahora están dadas todas  las condiciones para la reunificación, para que los cubanos viajen a donde deseen. No hay objeción por parte de Cuba. Sin embargo, hay que seguir jodiendo.

Cuando todas las mañanas los niños salen preciosamente vestidos con sus uniformes y pañoletas hacia la escuela, esa es una vivencia maravillosa. Si usted tiene cáncer u otra enfermedad, nadie le pide en el hospital la tarjeta del Seguro Médico para ver si puede o no ser atendido. Ah!, no importa la religión o si usted es grupusculero contrarrevolucionario, porque igual lo atienden.

Y la seguridad ciudadana, de la que sé que la gente se queja, según me han comentado por acá; al respecto puedo decirles que eso es como el tema del smog en la Isla. ¿Usted va a hablar de smog en Cuba, no fastidie compadre? ¿Ud. va hablar de secuestros y asesinatos en la Isla? Miremos alrededor e identifiquemos como se secuestran y asesinan gente en otros países. Que hay una libreta de racionamiento que en la actualidad ampara al más susceptible socio – económicamente, que hay problemas de transporte, problemas con los precios, burocratismo, manifestaciones de corrupción en alguna gente que administra recursos. Pero eso es cómo el smog. ¿Qué tienen que ver los problemas de Cuba con los que existen en otros países? Incluso, puedo decirles, que la pobreza cubana no es la pobreza peruana, colombiana, mexicana. Los invito a salir a ver de verdad la pobreza en el mundo.

Tal vez si converso con alguno de los cubanos en Costa Rica, ahora con más razón me digan que quieren llegar a la Yuma para conocerla y virar; y realmente será así porque la tendencia es esa, el estilo es visitar Gringolandia, estar unos meses y regresar al Socialismo imperfecto cubano. ¿Por qué será?

Les propongo que cuando regresen cuenten a sus vecinos, la verdad, de lo que ven, lo bueno y lo malo de la Yuma.

Mientras, los que se quedan como ocurrió siempre, garantizarán que ese Socialismo perfectible, continúe fincado en la Historia del siglo XXI. Have a good trip to Yuma and come back (Tenga un buen viaje a la Yuma y regrese). No hay mejor círculo de estudio que conocer el mundo capitalista con los propios ojos. Entonces sí nos damos cuenta que hay diferencias. Hay otro refrán, “nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde”. Que cada cual saque sus conclusiones.
Despierten amantes de la Yuma, que los cuentos de hadas no existen en la vida real.

iAh! Si llegan a la Yuma, y ojalá que así sea, para bien de ustedes y sus familias, les pido que cuando tengan ocasión le mienten la madre a los gobernantes norteamericanos por todo el daño que nos han hecho y los cientos de vidas perdidas por sus causas, a lo largo de estas cinco décadas.
*Colaborador de La Mala Palabra.

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