martes, 8 de noviembre de 2011

Disidentes ponen al descubierto su verdadero rostro de delincuentes.


Por Miriam Velázquez Rodríguez y Rouslyn Navia Jordán

Tomado de : Rouslyn Blog

Aunque la prensa internacional los presente como “luchadores de los derechos humanos”, los cubanos, los que convivimos con ellos y los conocemos bien, sabemos que no son más que unos vendepatrias, en su mayoría lumpen y delincuentes, quienes por ganar unos cuantos centavos (dólares, por supuesto) se olvidan hasta de sus progenitores. Luego, aparece, una aspiración mayor: la emigración.

Ellos nada tienen que ver con alguna actividad productiva, por lo que dedican su tiempo a buscar el modo de molestar y perturbar la tranquilidad que reina en nuestras calles. Así, lo ha intentado hacer el llamado Movimiento Independentista Opción Alternativa, radicado en el municipio de Pedro Betancourt, en la occidental provincia de Matanzas.

Para no revelar su verdadero rostro, los integrantes de este grupo pretender figurar como personas de reconocido prestigio y buena conducta cívica, de ahí que hace unos meses fuera separado del mismo el ciudadano Jesús Galván Fernández.

¿Qué hizo para merecer la expulsión? Los sucesos resultan conocidos por todos los vecinos del lugar. Este hombre de 49 años, y con antecedentes de robo, y desvinculado laboralmente, se agenciaba hace unos meses pasajes en bicitaxi (medio de transporte en forma de triciclo para trasladar personas), solo que este vehículo no era de su propiedad, sino que pertenecía a Giraldo González.

Pues, bien, sin el consentimiento de su dueño, Jesús se tomó la atribución de vender el bicitaxi en 4 mil pesos, dinero que se embolsilló. Razón por la cual Giraldo lo denunció a la policía.

Fue motivo más que suficiente para que el jefe del grupo, Juan Francisco Sigler Maya, decidiera separarlo, pues dicha actitud ponía en tela de juicio el ‘prestigio’ de la organización y corría por tanto el riesgo de dejar de recibir los beneficios de los amos del imperio.

Otro ciudadano de Pedro Betancourt integrado al autodenominado Movimiento Independiente Opción Alternativa es Edelvis Granda Pérez, de 27 años. Como es de suponer, el susodicho también cuenta con un amplio historial delictivo en el que se incluyen, alteración del orden, desobediencia, lesiones graves y conducta antisocial, delitos por los que ha estado en prisión más de una vez.
Actualmente disfrutaba de libertad condicional, pero poco le duró la misma a Edelvis, quien desde hace dos días se encuentra detenido luego de que fuera identificado por una anciana a la que le arrebató una cadena del cuello en la misma puerta de su casa.

La mujer, de 80 años, lo identificó recientemente junto a su primo y compañero de delito, Dyan Carlos Amoros Oviedo (24 años); otro delincuente que también tiene antecedentes por alteración del orden y se encontraba en libertad condicional por el delito de robo con fuerza.

Edelvis Granda y Jesús Galván son delincuentes comunes que buscaron el amparo de este grupo disidente con el objetivo de disfrutar de los beneficios (léase dinero) que ello les reportaría y lograr así, eventualmente, emigrar hacia Estados Unidos, como premio del amo ante su “buena conducta”. Quién sabe si para conseguir eso también se pondrían el cartelito de “perseguidos políticos”.

El Movimiento Independiente Opción Alternativa, surgió hace unos 15 años y en sus inicios estaba constituido exclusivamente por miembros de la familia Sigler Amaya. Con los años se han ido integrando otros ciudadanos de su misma catadura moral. En la actualidad el director de esta “orquesta” es Juan Francisco Sigler Amaya, luego de que el anterior cabecilla, Miguel Sigler Amaya emigrara a los Estados Unidos, camino seguido luego por su hermano menor Ariel.

Es fácil ser disidente en Cuba: siempre vas a tener un “padrino” que te mantenga sin trabajar. Así funciona con los Sigler Amaya, que reciben mensualmente una suma elevada de USD (entiéndase salario) para financiar sus labores contrarrevolucionarias.

Sin embargo, es cuestionable el hecho de que ese dinero esté siendo invertido en otros fines. Vecinos de la calle 22 entre 19 y 21 en Pedro Betancourt, donde reside Juan Francisco Sigler Amaya, han sido testigos de la entrada de numerosos materiales de la construcción: cemento y costosas piezas de cerámica, que hacen suponer que el dinero se ha invertido en remodelaciones de la vivienda.

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