domingo, 8 de marzo de 2009

Día Internacional de la Mujer.


Por: José Miguel Vázquez.
y Marlene Lovio


Al margen del hecho histórico que dio lugar a la celebración este 8 de marzo del Día Internacional de la Mujer, deseo ante todo aprovechar estas líneas para felicitar a todas las mujeres del mundo, a mis coterráneas, a las cubanas, latinoamericanas y del resto del planeta en que tan angustiados vivimos, y sobre todo a aquellas que viven en países donde la guerra y el hambre apenas las dejan subsistir.
Quiero entonces rendir homenaje a nuestras féminas en este día, a través de una persona ya fallecida, matancera por demás, pero que dejo una estela de gratos recuerdos en quienes la conocimos, y vimos en ella un verdadero ejemplo de mujer revolucionaria.
Me estoy refiriendo a Zenaida Matilde González Falcón. El 23 de agosto de 1960 fue el día escogido para la fundación de la federación de Mujeres Cubanas (FMC), con el objetivo de unir a las mujeres de nuestro país en torno a las tareas de la Revolución, es decir, la unidad de todas las organizaciones de este género que lucharon contra la dictadura de Batista, para defender sus derechos y apoyar a la causa revolucionaria. Una de ellas fue la matancera de pura cepa, Zenaida Matilde González Falcón, nacida en el barrio de Pueblo Nuevo, aquí en la ciudad de Matanzas el 27 de noviembre de 1916.
Mujer de gran trayectoria laboral se destacó como una consagrada pedagoga, dedicada y responsable, lo que le permitió ocupar cargos a nivel nacional en Educación, ganándose el respeto y la admiración por su entrega y capacidad inagotable ante cualquier tarea. Su vida política comienza a desarrollarse en el año 1947, cuando ingresa en las filas del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo). Al triunfo de la Revolución es elegida Presidenta de la Unidad Femenina Revolucionaria hasta 1960, cuando ingresa en la FMC, como su primera organizadora, donde ocupó cargos importantes a nivel provincial.
Fue fundadora del Partido Comunista de Cuba, y falleció el 15 de mayo de 1988, en su ciudad natal, a la que le dedicó todos sus empeños, dejando entre las mujeres matanceras como huella indeleble el resultado de su labor para que siga por siempre viva esta organización.
Por eso en este memorable día, la recordamos con cariño y ternura, con la seguridad de saber que entre nuestras conciudadanas hay muchas Zenaidas, que siguen cotidianamente su ejemplo.
FELICIDADES COMPAÑERAS.

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