jueves, 8 de octubre de 2020

Mínimo impacto del debate vicepresidencial; campaña de Trump se hunde

 

 

Por: David Brooks

La senadora Kamala Harris (izq)durante el debate con el vicepresidente Mike Pence (der). Foto: AP.

El primer y único debate vicepresidencial fue un ensayo para los dos posibles sustitutos en jefe ya que son los segundos de los dos candidatos presidenciales más viejos en enfrentarse en una eleccion en la historia del país -uno de los cuales está contagiado de Covid-19- pero el impacto de este acto será mínimo en una contienda que entra en la recta final donde el barco electoral de Donald Trump se está hundiendo, por ahora.

El vicepresidente Mike Pence enfrentó su tarea de intentar rescatar una campaña que de repente está en riesgo de perder sectores claves entre ellos los de la tercera edad y las mujeres. Para su retadora, la senadora demócrata Kamala Harris, la tarea era demostrar que está preparada para asumir el puesto presidencial si algo le sucede a Joe Biden quien sería el presidente más viejo al iniciar su mandato si gana.

La senadora, ex fiscal y la primera mujer de color (su madre es de India y su padre jamaiquino) se enfocó en el manejo de la pandemia por Pence y su jefe declarando al inicio que “es el fracaso más grande de cualquier presidencia en nuestra historia”.

Pence defendió las decisiones de Trump para realizar “la movilización más grande desde la Segunda Guerra Mundial” para combatir la Covid y aseguró que siempre han dicho la verdad al pueblo.

La senadora ofreció su currículum y experiencia, y su compromiso con la defensa de la gente común, incluyendo su participación en protestas e iniciativas contra el racismo sistémico, reformas del sistema de justicia y condenó la negativa de Trump de denunciar a supremacistas blancos.

Pence elogió los logros “históricos” del gobierno de Trump y acusó a su contrincante de ser “radical”, defendió el sistema de justicia, denunció la violencia de los manifestantes y rechazó que este sea un país racista.

El debate abordó superficialmente los temas de la economía, cambio climático, la Suprema Corte, el derecho al aborto y el proceso electoral -donde Pence de nuevo reiteró sospechas de que los demócratas están promoviendo el fraude. También se abordó brevemente China, Rusia y Medio Oriente y México sólo fue referencia cuando Harris recordó ejemplos del racismo y xenofobia de Trump.

Fue un debate mucho más “normal” que el primer debate presidencial caótico, con un Pence enmascarando, bajo su estilo sereno, su hostilidad fundamentalista al buscar presentar a Harris como una amenaza de izquierda. Harris por su parte reprobó la falta de transparencia personal y el liderazgo político del gobierno actual, subrayando revelaciones recientes de que Trump debe más de 400 millones de dólares pero aún no se sabe a quién, y que no ha pagado impuestos.

Pero el tema de la pandemia estaba omnipresente con un presidente contagiado de Covid y el número de contagiados del circuito presidencial elevándose a por lo menos 18, con muchos más en cuarentena, incluyendo el supremo mando militar. La demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la cámara baja, comentó hoy que la Casa Blanca ahora es “uno de los lugares más peligrosos en el país” por el contagio actual.

Pocas horas antes del debate, el presidente emitió un video por Twitter donde declaró que se sentía “perfecto” al superar la enfermedad con la combinación de drogas experimentales a las que calificó como “una cura”, y prometió que estarán próximamente disponibles para todos los que las requieran sin costo -algo que expertos en fármacos dicen es imposible a corto plazo- y que tal vez aún antes de la elección, sino inmediatamente después, estará disponible una vacuna. Concluyó que “China tiene la culpa” del virus, y amenazó que ese país “pagará caro” por lo que le hizo al mundo.

El presidente inició su día con casi medio centenar de tuits retomando su obsesión de que la investigación oficial sobre la mano rusa en la eleccion de 2016 fue en verdad, una conspiración de los demócratas para derrocarlo. Declaró que su contrincante, el vicepresidente Joe Biden, Barack Obama, Hillary Clinton y más encabezaron este “complot traicionero” y que “a Biden no se le debería permitir estar en campaña”. En otro, agregó que “fueron por un Golpe [de Estado]. Casi destruyeron nuestro país” y sugirió que los conspiradores deberían de ser arrestados. y que los medios son parte del complot.

Mientras tanto, en una operación obviamente realizada para fines electorales, las autoridades migratorias anunciaron que realizaron 128 arrestos en jurisdicciones que se han declarado “santuario” en California, incluyendo Los Ángeles, San Diego y San Francisco, en lo que el gobierno afirmó es sólo la fase inicial del operativo.

Hablando de eso, un borrador de un informe del Inspector General del Departamento de Justicia obtenido por el New York Times incluye conversaciones internas sobre operaciones antimigrantes en 2018, donde el primer procurador general de Trump, Jeff Sessions, ordena a sus fiscales en la zona fronteriza con México que “necesitamos quitarles los niños” y el subprocurador Rod Rosenstein afirma que no importaban sus edades, al llevar a cabo la política de “tolerancia cero” que incluyó la separación forzada de menores de sus familiares inmigrantes.

Pero el tono semi histérico de Trump sobre el “complot” en su contra, junto con sus ataques contra la integridad del proceso electoral, declarando de antemano un fraude electoral si no gana, el manejo irresponsable y engañoso de la pandemia, el tema antimigrante y en las últimas 48 horas un manejo errático sobre la política económica al frenar negociaciones de un paquete de estímulo económico, que tendrá consecuencias inmediatas para millones, no están ayudando a Trump a salvarse de lo que se ha convertido repentinamente en una campaña en apuros.

Cada día nuevas encuestas muestran que la ventaja de Biden se incrementa tanto a nivel nacional como en estados claves. Este miércoles, nuevos sondeos confirman ventajas cada vez más amplias entre votantes probables en Pennsylvania, Florida, Iowa y Nevada. Los indicadores actuales muestran un cambio dramático con un sector clave: en 2016 Trump ganó por 7 puntos a los votantes de la tercera edad, pero los sondeos recientes indican que Biden está ganando ese sector por más de 21 puntos -algo en parte explicado por los efectos de la pandemia en este, el sector más vulnerable.

(Tomado de La Jornada)

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