sábado, 31 de diciembre de 2016

Un repaso a la escena política estadounidense en 2016

Donald Trump. Foto: AFP.


Donald Trump. Foto: AFP.

El triunfo del controversial candidato republicano Donald Trump el 8 de noviembre, tras una campaña electoral sin precedentes por su suciedad y costos, así como varios escándalos políticos, marcaron en Estados Unidos el año que termina hoy.

Contra casi todos los pronósticos y encuestas, el magnate inmobiliario venció a la aspirante demócrata, Hillary Clinton al superar con creces el mínimo de 270 votos electorales, a pesar de que la exprimera dama obtuvo alrededor de tres millones de sufragios populares más que su contrincante.
La contienda estuvo caracterizada por los insultos personales y varios escándalos relacionados con la vida privada y profesional de los principales contendientes.

Las pesquisas en torno al uso de un servidor privado por parte de Clinton, cuando ella era secretaria de Estado (2009-2013) y otros aspectos de su vida pública matizaron una buena parte de la carrera por la Casa Blanca y para algunos expertos influyeron de alguna manera en su derrota.
Los intentos fallidos del presidente Barack Obama para luchar contra la violencia y la brutalidad policial en Estados Unidos y por un control más efectivo de las armas de fuego también marcaron el año, que también fue la fase final de su mandato.

El objetivo de implementar una reforma migratoria para regularizar el status de más de 11 millones de indocumentados, quedó también sobre la mesa a pesar de las presiones de organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, de su insistencia y la de los demócratas en el Congreso.

El tema estuvo en el centro de los debates en los últimos meses como parte de la campaña para las elecciones de noviembre, cuando pasaron a primer plano los controversiales planteamientos xenófobos y racistas de Trump, y sus promesas de expulsar del país a los indocumentados y construir un muro en la frontera con México.

En el escenario doméstico otro aspecto que no pudo llevar adelante Obama fue el reajuste que pretendía hacer en el sistema de justicia estadounidense, y el mejoramiento de las condiciones precarias en los centros penitenciarios norteamericanos.

La creciente epidemia de violencia en la sociedad norteamericana ocupó un lugar importante en la agenda presidencial, pero los resultados concretos estuvieron por debajo de las expectativas del gobernante y sus seguidores.

La muerte del juez de la Corte Suprema Antonin Scalia a mediados de febrero, dejó un vacío en ese ente judicial que el jefe de la Casa Blanca intentó llenar en marzo con la nominación de Merrick Garland, pero el liderazgo republicano bloqueó su propuesta.

El cierre de la cárcel en la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo, en el sureste de Cuba, fue objeto de fuertes debates en 2016.

Desde que asumió el primer mandato en 2009 Obama aseguró que cerraría dicha penitenciaría, pero el liderazgo republicano en el Congreso y grupos de ultraderecha obstaculizaron tal objetivo.
Aunque el gobernante incumplió su promesa, al menos logró reducir el número de detenidos, y ahora solo quedan allí poco más de 50, de un total de 242 que permanecían en la instalación cuando el actual jefe de la Oficina Oval asumió su cargo.

Por otra parte, la campaña de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI) no tuvo en el período los resultados esperados, pese a que hasta la fecha los contribuyentes norteamericanos tuvieron que erogar más de 10 mil millones de dólares en su ejecución.
El agravamiento de las relaciones con Rusia tras las alegaciones de que ese país hackeó los sistemas computarizados de las elecciones presidenciales, marcó otro aspecto de la política exterior y fue el pretexto para que la Casa Blanca impusiera nuevas sanciones a Moscú.

Las autoridades de rusas rechazan esas acusaciones y exigen a Washington que presente las pruebas correspondientes, algo que hasta la fecha no está a disposición de la opinión pública nacional e internacional.

Por otra parte, la visita de Obama a Cuba en marzo marcó un paso decisivo en las relaciones bilaterales, poco menos de un año después del restablecimiento de los nexos diplomáticos en julio de 2015 y la reapertura de las embajadas en las respectivas capitales.
En los últimos meses, ambas partes lograron firmar acuerdos importantes en diversas esferas, y el mandatario firmó varias órdenes ejecutivas que, aunque constituyen pasos de avance, resultaron insuficientes.

Aunque el Congreso estadounidense es el que tiene la potestad para levantar totalmente el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington a la isla desde hace más de medio siglo, el Presidente tiene amplias facultades para llevarlo a su mínima expresión, pero Obama no las utilizó a fondo.

Las autoridades cubanas reiteran que para avanzar en el proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, Estados Unidos debe levantar ese cerco unilateral, así como devolver a la nación antillana el terreno que ocupa la base naval de Guantánamo.
Esta demanda se une a otros aspectos clave, como la exigencia cubana de que cesen los intentos por subvertir el orden interno en la isla caribeña.

(Con información de Prensa Latina)

YO SOY FIDEL: ! Que se cumpla !


Por: José Miguel Vázquez.

Finaliza el 2016, año que quedará en la memoria de todos los cubanos, por la irreparable pérdida de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro.

Hace pocos dias en la clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el compañero Raúl trazó las pautas a seguir en este 2017 que se avecina, en el que aspiramos a crecer un 2% en nuestra economía, en medio de una difícil situación económica y financiera signada por los bajos precios de importantes productos como son el petróleo, níquel y azúcar, además de otras dificultades enumeradas por nuestro Presidente.

Una de ellas es las trabas burocráticas que siguen pòniendo algunos a los deseos de inversionistas extranjeros que desean establecer negocios con Cuba, pero que en ocasiones NO se materializa por los propios obstáculos que ponen algunos funcionarios estatales. Raúl ratificó que no debemnos tenerle miedo a las inversiones extranjeras, es algo que financieramente necesitamos, y que ello no siginifica que necesariamente vayamos otra vez al capitalismo.

Nuestra economía tiene que abrirse y diversificarse, los tiempos asi lo exigen y si queremos por fin despegar económicamente debemos hacerlo con valentía y decisión.

El país a mi juicio debe emprender una batida contra una serie de funcionarios que no han cambiado su mentalidad y que no actuan con los tiempos actuales, hay que sacar de sus puestos a estas personas que están haciéndole daño al país, hay que emprender una dura batida contra la corrupción administrativa, el desvío de recursos, la apatía, el conformismo y la poca exigencia.

Fidel lo dijo bien claro en su concepto de Revolución " Cambiar todo lo que deba ser cambiado" y ahi tienen que incluirse a funcionarios y dirigentes de empresas y provincias que no están jugando su papel, que no se vinculan con las masas, que no gozan de simpatías del pueblo, y que eternizan la solución de importantes problemas que afectan a la comunidad.

Para ser eficientes, debemos empezar por los que dirigen a la instancia que sea, y que estén ocupando puestos decisorios personas que amen al país, que sean honestas y lo entreguen todo en función de llevar adelante nuestro socialismo de una forma segura y sostenible.

Si queremos realmente ser como Fidel, lo primero que debemos hacer es ser buenos trabajadores, directivos o dirigentes, cumplir con nuestro trabajo y responsabilidades y sobre todo ser enemigos de la corrupción al nivel que sea.

Solo así podremos quedar bien con el hombre que iluminó el camino de nuestra patria ! FIDEL !, Solo cumpliremos el propósito " YO SOY FIDEL ", haciéndonos merecedores en el cumplimiento de nuestro diario deber donde quiera que estemos..

De lo que seamos capaces de lograr en este 2017, independientemente de cualquier otra consideración estribará esencialmente en la decisión de ser productivos, cumplidores, eficientes, y sistematicamente trabajadores.. 


viernes, 30 de diciembre de 2016

Rolando González Patricio: “Los cubanos también somos lo que aspiramos a ser”



El Doctor en Ciencias Históricas, Rolando González Patricio. Foto: Wanda Canals
El Doctor en Ciencias Históricas, Rolando González Patricio. Foto: Wanda Canals

El profesor Rolando González Patricio no impone, persuade. Descubre lógicas donde otros verían contradicciones. Mientras conversa, avanza, pausado, sobre la línea fronteriza entre razón histórica y sentimiento.

Nació en Santa Clara, pero creció en el batey de un central que lleva el nombre del primer presidente de los EE.UU. Al estudio de la relación cultural entre ese país y Cuba, ha dedicado una parte importante de su obra como académico, analista y escritor. Escucharlo es un ejercicio de purificación. He regresado, desde entonces, muchas veces, a estas mismas respuestas.

-Tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EE.UU, han visitado la Isla, numerosas delegaciones de artistas e intelectuales estadounidenses, interesados en conocer la realidad cubana, en llevar a un nuevo nivel el intercambio en el ámbito de la cultura. También la Isla se ha mostrado abierta a este tipo de colaboración ¿Esta oportunidad de profundizar en el conocimiento mutuo representa para los cubanos un beneficio, un desafío, o ambos?

-Tengamos en cuenta, primero, que son dos culturas, dos modos de ser, unidos por la historia. En esta Isla, todavía colonia española, hubo gente dispuesta a dar su sangre por la independencia de los EE.UU. Aunque luego eso no fue, necesariamente, recíproco. Cuando Cuba inició sus guerras de liberación, figuras memorables como Henry Reeve murieron en defensa de nuestra causa, pero no fue esa la postura oficial del gobierno de los EE.UU. Desde los orígenes de la nación norteamericana, la política estadounidense hacia Cuba ha sido la de subordinar los intereses de la Isla, a sus intereses.
Ahora, se ha aceptado el camino de la negociación, pero no es posible afirmar con tranquilidad que concluyó la guerra fría cultural del establishment estadounidense contra Cuba. EE.UU no ha abandonado el propósito de servirse de lo cultural para promover lo que ellos llaman un cambio de régimen en la Isla.

 Por otra parte, en el mundo contemporáneo las fronteras ya no están solo en los límites territoriales o en las aduanas. También están en el cerebro de cada uno. Por eso, para asumir el reto como corresponde, es preciso crear las condiciones para enfrentar de un modo liberador (y no con fórmulas administrativas o de otra naturaleza) esa avalancha cultural proveniente de los EE.UU.

Nuestra política cultural puede y debe priorizar la formación de públicos capaces de ejercer progresivamente una asimilación crítica de los bienes, productos y valores culturales que recibe por muy diversos canales. No se trata de una campaña para formar aspirantes a eruditos. Se trata de formar ciudadanos aptos para enfrentar un reto cuyo alcance tiene implicaciones notables no solo para el proyecto socialista sino también para el ejercicio presente y futuro de la autodeterminación.
Aun conociendo la vigencia de esa guerra cultural, resulta innegable que el nuevo escenario podría ofrecer oportunidades a nuestro país. Pensemos, por ejemplo, lo útil que sería para nuestras universidades y otras instituciones científicas poder intercambiar sin las barreras hoy existentes; no sólo por el acceso a conocimientos o tecnologías sino también para propiciar la difusión de nuestros aportes; o que científicos cubanos tuvieran pleno acceso a los sitios de internet aún vedados por las restricciones del bloqueo. Se trata de caminos que devendrían catalizadores del desarrollo al que tiene derecho el pueblo cubano.

No menos útil sería acceder, en EE.UU., a la base material de estudio especializada que requiere el sistema de enseñanza artística en Cuba, o que las empresas e instituciones artísticas cubanas pudieran entrar en contacto directo con el público estadounidense y con las tecnologías disponibles en ese mercado.

La nueva dinámica de relación ofrece, también, una gran oportunidad para llegar a conocernos, para que los estadounidenses de buena voluntad que visiten Cuba comprendan, con hechos, que nuestra gente y este país son diferentes a lo que muchos de ellos imaginaban, a la noción que tenían sobre lo que iban a encontrar. La clave está ahí, en presentar nuestra realidad, como somos y como aspiramos ser.

-Tampoco se trata de ver estos temas de modo apocalíptico ¿o sí?…

-Yo me permito ser optimista. La acumulación de potencialidades durante más de medio siglo, en términos de cultura general, incluida la cultura política, nos ha hecho fuertes. Hemos dado, históricamente, un uso contra- hegemónico y en función de nuestras prioridades, a los valores culturales de ese país.

A pesar de cualquier evidencia de egoísmo que pueda existir en algunos sujetos, a partir de la heterogeneización de nuestra vida económica, hay, sin dudas, una ética suficientemente enraizada para garantizar que la cultura y la nación cubanas tengan un futuro como merecen, y no como EE.UU quiere imponer, bajo el camuflaje de sus cosméticas mediáticas
.
No tenemos, necesariamente, las de perder en esta relación cultural. El ideal liberador democrático cubano que echó raíces en Guáimaro, tenía una gran influencia estadounidense, pero su maduración superó a ese referente. Otro ejemplo: en nuestra cultura, la igualdad está sembrada. Ninguna cubana gana menos que un hombre por ser mujer, incluso, si trabaja en el sector no estatal. Eso no pasa en EE.UU. donde, en muchos lugares, todavía las mujeres con igual talento, igual formación, e igual trabajo que los hombres, tienen salario diferente.


-Cuba, como cultura, ¿es únicamente lo que ha acumulado con el tiempo?

Los cubanos no son sólo sus luchas, sus costumbres, sus gustos. Los cubanos también somos lo que aspiramos a ser. Pienso que este pueblo es diferente a otros, por eso, porque tiene esperanza y lucha por ellas. Pero si esa perspectiva de futuro no se induce, no se moldea, no se abona, puede ir en una dirección diferente a la línea histórica definida en el proyecto social que defendemos.
También, por eso, es imprescindible la participación, el enriquecimiento de la cultura de las personas en el hacer cotidiano. Creo que, cuando un cubano se solidariza con otro, cuando va hasta Baracoa para ofrecer su ayuda tras el paso de Matthew, eso está representando como vivencia mucho más que escuchar cualquier crítica malsana, que cualquier cuentecito proveniente del otro lado del cerco mediático que nos acosa e intenta secuestrar nuestro sentido común.

Es cierto que hoy existe una población menos homogénea que décadas atrás, con una pluralidad de enfoques y perspectivas, pero no hay que confundir las cosas. Las vanguardias históricas siempre han sido minorías, pero han sido minorías capaces de arrastrar, de construir un consenso y hacerse centro de un movimiento o lucha determinada. Siempre que existan referentes como el de los jóvenes del Moncada, y no haya rendición, hay opción de resistencia y de transformación de la realidad. Hoy, Cuba dispone de potencialidades y fuerzas que no tenía en 1959.

Claro que EE.UU intentará aprovechar el nuevo contexto para influir sobre qué futuro pretendemos tener los cubanos. Ese es el campo de batalla, un escenario complejo a partir de nuestras limitaciones en lo económico, de nuestras estrecheces tecnológicas. Creo que la respuesta a ese reto no puede ser otra que la consolidación del propio proceso de transformaciones hacia el socialismo.

-Usted ha dicho que, al final, política y cultura tienen muchos denominadores comunes.

Así es. El socialismo es una elección cultural, un producto cultural y un rumbo. Por tanto, si los cubanos hemos elegido un modo de relacionarnos para eliminar las desigualdades, para la plena realización de las personas y los grupos sociales, no podemos incurrir en ciertos errores. No podemos ceder, restringiendo la participación y el control popular frente a determinados procesos técnicos. Vamos a tener más mercado, es prácticamente inevitable, pero todo depende de cómo asumamos esas relaciones de mercado, que son relaciones que, en definitiva, responderán a determinados intereses y cuotas de poder.

En correspondencia con esto, podremos lograr, o no, que el influjo de la dinámica económica no vaya contra una cultura de transformación socialista. Respeto mucho la afirmación de Fernando Martínez Heredia, según la cual: es el proyecto el que tiene que guiar al poder; no podemos subordinar el proyecto al poder. Si transformamos el proyecto en función de las percepciones de coyuntura,
podemos perder el rumbo. Creo que ahí está el reto mayor ante esa relación diferente con los EE.UU.
-En el contexto actual, ¿cuál considera que debe ser el papel de los medios informativos cubanos?
-La hegemonía capitalista ha logrado instalar en el sentido común, a escala planetaria, una noción de libertad de expresión e información que, por el camino de satanizar los medios de difusión estatales y comunitarios, equivale a canonizar la propiedad privada sobre los medios de difusión. Sigo pensando que los medios en Cuba deben ser fundamentalmente públicos. Más que estatales, públicos en su desempeño, sin renunciar al avance que en Cuba significó despojar de esas armas a sectores contrarios al bien común, al socialismo.

La política de información, tanto en su formulación como en su implementación, necesita altas cuotas de participación. No puede ser la perspectiva de pocos la que defina la línea de cómo construir los mensajes, de cómo hacerlos llegar. Esa construcción debe parecerse, cada vez más, a cada grupo etario, a cada segmento de público, y estar a la altura de los recursos contemporáneos
.
-En una entrevista reciente, el encargado de negocios estadounidenses en Cuba, Jeffrey de Laurentis, aseguró que: “los cubanos probablemente tienen mucho más en común con los norteamericanos que con otros latinoamericanos” ¿Qué opina sobre esto?

-Comparto de manera parcial la afirmación. Creo que, después de medio siglo de crispaciones, hay mucho que descubrir sobre lo que, en Cuba, se puede tener en común con EE.UU, y sobre cuanto permitiría sostener diálogos y comunicaciones.

Hay ideas, sentidos, preferencias que se comparten, como pueden ser compartidos con terceros países. De hecho, los flujos entre ambas culturas nunca estuvieron cerrados. La cultura cubana no es anti-estadounidense, ni ha pretendido el hermetismo. Como isla, hemos estado abiertos al mundo.
Una cosa es eso, y otra, la intención de colocar lo que nos acerca a EE.UU, por delante de lo que nos une a América Latina. La formación de la nacionalidad y de la cultura cubana tiene mucho más en común con la formación de las nacionalidades y las culturas latinoamericanas, por orígenes, por lengua, por tradiciones.

Ya en la década del 70 del siglo XIX, Martí marcó diferencias identitarias entre la sociedad cubana y la estadounidense: “Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento. Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad (…) Imitemos. ¡No!―Copiemos. ¡No!―Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos. (…) Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. (…) Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!”[1].

Y la clave de todo esto, en mi opinión, la da cuando dice: “Yo quiero educar a un pueblo que salve al que va a ahogarse”. Ese elemento, el valor de solidaridad, de tomar en cuenta al otro, de actuar verdadera y desinteresadamente en favor del prójimo, no aparece en el núcleo cultural de la sociedad estadounidense, marcada por el afán de riqueza y el individualismo desmedido.

Por otra parte, está la cuestión de la hegemonía imperial. Históricamente, EE.UU ha tratado de decidir lo que corresponde a nuestros pueblos. Desde los años 40 del siglo XX, el sistema de becas estadounidenses para latinoamericanos, junto con la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), le ha servido como instrumento para acompañar el despliegue de la hegemonía imperial en el continente. Que los futuros empresarios, los futuros políticos latinoamericanos tengan el sello estadounidense es, desde la lógica de los EE.UU, una acción de seguridad nacional.

Eso que se intenta ahora con adolescentes y jóvenes cubanos es una idea, también aplicada a otras naciones, que data de mediados de los años 20. Apareció como una propuesta del Ex-secretario de Estado, Robert Lansing, que ganó fuerza en la posguerra, cuando crearon las becas Fullbright con recursos financieros entonces provenientes del presupuesto de defensa.

Desde los años 80 del siglo XIX, José Martí había evaluado los costos de formar hijos de la América nuestra en instituciones de los Estados Unidos. Y en 1889, en el contexto de la primera Conferencia Panamericana, es cuando con mayor claridad lo plantea en términos estratégicos: “Eso de la admiración ciega, por pasión de novicio o por falta de estudio, es la fuerza mayor con que cuenta en América la política que invoca, para dominar en ella, un dogma” (…)[2]

Tenemos la necesidad histórica y política de enfrentar muchas asimetrías, y contamos con mujeres y hombres capaces de aportar su talento, sus conocimientos, sus energías y hasta sus vidas. Explotar ese capital en el camino de la liberación exige cuotas crecidas de creatividad, que solo podrán nacer de la participación consciente y decidida de un pueblo que, en ese ejercicio, consolide su unidad.

-¿Cómo ve el futuro inmediato de las relaciones Cuba – EE.UU?

A la larga, lo que ha logrado la presidencia de Obama en el tema Cuba, es lo que el establishment defiende como sus intereses. Creo que la práctica de Trump, el nuevo mandatario electo, tendría que parecerse más a la verdadera voluntad del establishment, que al discurso que realizó en La Florida para captar votos.

Mientras la política sea el cambio de régimen en Cuba, EE.UU va a jugar a la presión. Seguirá insistiendo en la manipulación del tema de los derechos humanos, tratando de inclinar la balanza a sus lógicas. Cuba tendrá que seguir logrando márgenes de consolidación del camino del diálogo y de una relación constructiva. También tendremos que aprender más sobre qué son los EE.UU; tendremos que aprender a mostrarnos en nuestra singularidad, a explicarnos sin complejos. La vida y la experiencia demuestran que no por el oropel y los gastos multimillonarios, las elecciones estadounidenses son más democráticas.

Parte del reto viene por ahí, en aprender a valorarnos desde nuestros criterios, desde nuestras necesidades, no por referentes ajenos.

Notas

[1] Cita tomada de José Martí. Obras Completas, Tomo 21, pp 15 y 16.
[2] Cita tomada de José Martí. Obras Completas, Tomo 6, p

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Públicamente privado


Por: Darilys Reyes Sánchez, Rosa M. Díaz Hernández

fotografiar“¿Qué van a hacer ustedes?”, fue la pregunta al presentar nuestra credencial de prensa e intentar acceder al Cementerio de Reina, en Cienfuegos, para tomar unas fotografías. “Deben venir con una carta de Comunales; aquí nos prohibieron que las personas del Periódico, televisión y todo tiraran fotos”. Evidentemente, la regulación solo limitaba a nuestro gremio, pues ya dentro, y cámara en mano, una pareja de turistas lograba instantáneas del lugar. “Sí, porque sus fotos no son para hacer propaganda, nos explican en la entrada. Lo de ustedes es periodismo y en la empresa de nosotros eso lo ‘articulan’ como chisme, brete…”. Divertidas, más que ofendidas, asumimos el absurdo: ¿y si no nos hubiésemos presentado?

Una experiencia similar, un tanto más extrema, vivió hace unas semanas el colega Boris García Cuartero, de Perlavisión, cuando intentaba reportar desde la Feria agropecuaria en la Calzada. “Llegamos a grabar el desorden en la cola del quiosco de Cartoqui. Mi propósito era hablar de la falta de civismo, además de nuestro desordenado y desabastecido mercado interno (…) y llegó un miembro de la Brigada Especial diciéndome que le entregara el carné del camarógrafo y el mío y lo acompañara al carro de la patrulla. Yo no tenía por qué grabar eso, me dijo, y tampoco podía publicar las imágenes; él así lo consideraba. Mi respuesta siempre fue que él carecía de autoridad para decidir qué podía o no grabar. Por suerte, me reconoció otro policía, de lo contrario me hubieran detenido. El lunes me llamaron del MININT para ofrecerme disculpas”
.
Y si un periodista, con un respaldo institucional y la reconocida función de informar, denunciar o exponer, encuentra en su ejercicio tamañas arbitrariedades, ¿qué defensa le queda al ciudadano común cuando, en espacios públicos o de uso colectivo, enfrenta situaciones como estas?

“Quedé sorprendido hace unos días en el Bazar Guanaroca (perteneciente a la cadena TRD) cuando una empleada casi me fue arriba, pues ‘no podía hacer fotos dentro de la tienda’, relataba en una carta al Periódico un lector. Yo retrataba unos adornos para que mi suegra, en cama, escogiera el de su preferencia y adquirirlo. Le pregunté a la empleada dónde decía eso, lo de no poder fotografiar y por qué. ‘No se puede’, insistió ella y gritando a voz de cuello, con gesto desafiante, llamó a la gerente. Esta, muy correctamente, repitió el ‘está prohibido’ y entonces la llevé al cartel con los derechos y deberes de los consumidores, demostrándole que allí no decía nada al respecto. ‘Es una orientación interna porque algunos extranjeros filmaban para publicarlo en Internet y desprestigiar al país’, concluyó. ¿Será secreto militar lo de esa unidad? ¿Estaría yo filtrando al ‘enemigo’ los productos de las TRD?”.

Prohibiciones como la anterior se repiten en los establecimientos de Cimex y Caracol, espacios de obligada visita para los usuarios en la búsqueda de los artículos indispensables en su cotidianidad. Las respuestas coinciden: no se puede y, en el mejor de los casos, precisa el burocrático trámite de los permisos.

Ahora, en cada uno de los ejemplos antes mencionados ¿no es de dominio público todo lo referente a precios, imágenes e información sobre el objeto a fotografiar?

Defensa, sí, ¿permitida?

Para empezar, en ninguno de los casos antes referidos aparece una indicación gráfica anunciando tales restricciones; como sí las tienen las instituciones bancarias, por ejemplo. En la actualidad, cuando el obturador de un teléfono celular es prácticamente imperceptible, violar “lo establecido” constituye casi un juego de niños. Prohibidas o no, las imágenes publicadas en las redes sociales sobre los más disímiles espacios hablan, en bien y en mal, de nuestro país.

Sin embargo, algunos pujan por mantener su feudo. Según Benito Rangel Beltrán, director municipal de Servicios Comunales, la normativa con el Cementerio de Reina era una indicación de “arriba” aunque, al avanzar el diálogo, terminó reconociendo lo contrario: fue su decisión personal. Tiene un carácter general, no atañe exclusivamente a los periodistas, dijo, si bien en la práctica solo nosotros estamos obligados a cumplirla.

A su criterio, “la prensa hoy en día para construir no está, está para destruir”, y ellos “no prohíben ni esconden nada, solo necesitan conocer los intereses detrás de la fotografía”, aclaró. En cambio, nadie conoce ni pregunta los “intereses detrás de la fotografía” de los visitantes extranjeros o cualquier personal no periodístico de visita en el lugar. ¿Quién asegura que sus instantáneas no se utilicen como propaganda? Por cierto, ahora hablamos de un cementerio; pero bajo la administración de Comunales están también los parques, prados, calles, avenidas… ¿También en ellos requerirán autorizaciones las fotografías si otro funcionario así lo decidiera?

A la espera de las respuestas de TRD y Caracol, a cuyas divisiones provinciales enviamos cartas solicitando explicaciones desde el martes 13 del presente mes y aún no recibimos noticias, apelamos a la réplica de Cimex. Jorge Luis Álvarez Álvarez, al frente de dicha sucursal en Cienfuegos, expone el punto de vista institucional.

En el caso de dichas Tiendas Recaudadoras de Divisa, la prohibición la sustentan instrucciones ministeriales. De acuerdo con Álvarez Álvarez, “tenemos regulaciones internas que, independientemente de tratarse de espacios públicos, incluye este particular sobre la toma de fotografías y filmaciones de videos al azar, pues en un momento determinado pueden debilitar la seguridad o el control interno”.

Ante la gravedad de las razones por él enunciadas, encuestamos sobre cómo afectaría una foto la seguridad y el control interno. “Puede aparecer algún nivel de brecha o vulnerabilidad que en algún momento determinado alguien pueda utilizar o se pueda modelar, esa es la palabra científica y por ahí ocurrir algún hecho extraordinario o alguna indisciplina. Para los clientes quizá sea un poco molesto; pero les queda la opción de coordinar con la dirección de la entidad, al menos te da la posibilidad de hacerlo”. Similar acontece con las cafeterías, espacios más abiertos y varias de ellas con servicio de WiFi.

Más allá de cuanto dificultan tales regulaciones a la gestión comercial y atentan contra la satisfacción del cliente, aparece otro sin sentido: si la intención es no divulgar fuera de Cuba cuestiones en apariencia privada o íntima, ¿cómo se justifican las tiendas en Internet de Cimex y TRD donde publican fotografías, precios e información de los artículos en venta?

Ni coherentes ni convincentes son los argumentos que sostienen hoy dichas restricciones, en cualquiera de las esferas mencionadas. Quizá al decretarse respondían a un contexto; pero si los detalles están a la vista de todos, y literalmente hasta se pueden tocar, ¿qué diferencia hace una fotografía? ¿Dónde está el secreto a proteger?

En cuanto al tratamiento con la prensa, los obstáculos resultan más desconcertantes, máxime al violar derechos establecidos por el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba: “garantizar el rápido acceso de los periodistas a las fuentes de información, con las únicas limitantes de lo establecido por la ley del control del secreto estatal y las orientaciones específicas de la dirección superior del Partido”.

Si mañana alguien demuestra que los productos de una tienda, feria o las esculturas de un cementerio atentan de forma directa contra la seguridad del país, ofreceremos disculpas. Hasta entonces, todo parece tratarse de un mal intento de restringir lo que, por derecho y lógica, es público.
Contradictoriamente, datos económicos de carácter interno aparecen a la vista del público. Foto: 5 de septiembre.
Contradictoriamente, datos económicos de carácter interno aparecen a la vista del público. Foto: 5 de Septiembre.
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¿Por qué prohibir las fotos dentro de las tiendas, si en Internet aparece la información detallada de cada artículo?


(Tomado del 5 de Septiembre)

Eusebio Leal: Cumplamos la voluntad de un vivo




Eusebio Leal. Foto: Alexis Rodríguez.
Eusebio Leal. Foto: Alexis Rodríguez.

Cubadebate publica las palabras de Eusebio Leal al discutirse el proyecto de ley sobre el uso del nombre y la figura del compañero Fidel Castro Ruz, en la Asamblea Nacional.

No crean que resulta fácil en una sesión como esta y ante un dictamen de ley como la que vamos a analizar -y que como dice el Presidente Don Esteban (Lazo Hernández), hemos leído estudiado y analizado-, emitir otro juicio. No estamos ante el análisis de unas palabras cualesquiera, sino ante la voluntad póstuma de una de las grandes figuras de la Historia.

Y ante esa voluntad expresada de manera contundente a su amado hermano y a sus familiares y que quedan como un legado ante el mundo el retrato y el perfil de un revolucionario verdadero, no tenemos otra cosa que suscribirla con la convicción profunda de que ese es su pensamiento y su legado
.
Tenía confianza absoluta en el triunfo de las ideas, y creyó que ellas eran el mejor legado; tenía una convicción profunda en la unidad. Detrás del concepto magistralmente expresado en el momento quizás más maduro de su pensamiento político, estaban las experiencias que hicieron de él el autor de la unidad nacional. No podemos olvidarlo
.
Cuando él miraba el pasado, veía el sacrificio de los precursores que no lograron alcanzar jamás su victoria, porque no la alcanzaron; pensaba en los que solitariamente se levantaron y perecieron sin alcanzarla; pensaba en aquel dramático 27 de febrero de 1874 en que, víctima de la desunión y quizás de la traición, fue sacrificado el Padre del Patria; pensaba en Mariana (Grajales), muerta en el exilio, madre de una nación; pensaba en la obra inconclusa de los que se atrevieron a luchar en 1868, que pusieron en jaque al colonialismo para que al final, quebrantados por la desunión y por el combate fiero largamente sostenido, sucumbieran al empeño; pensaba que no pudo realizarse tampoco en 1878 y en el 79, ni en el 84 por idénticas razones, y que en el 95, con una guerra victoriosamente liberada, se frustrara todo al final.

No ya por esa desunión, sino por algo mucho más grave y terrible, la sentencia anticipada por Martí en palabras breves: “impedir a tiempo”. No se pudo impedir a tiempo. Pensaba en los revolucionarios de los años 30, en los precursores de las ideas políticas, en los precursores más avanzados; pensaba en Mella, “muero por la Revolución”, mas lejos de la patria.

Todo esto le inquietó profundamente y le llevó a concebir un proyecto político que tuvo la virtud de alcanzar por única vez una victoria en este continente, y por primera vez en el mundo, de un pequeño puñado de hombres contra un ejército al que batió, golpeó y liquidó. Pensó en que antes y después en el poder había que galvanizar la Revolución en un Partido, que representara la unidad de un pueblo, de una nación, lo que Martí definió como “el alma invisible de Cuba”.

Después de haber logrado tan magnos objetivos y haber vivido largamente como ningún otro revolucionario que yo recuerde; después de haber visto desde el poder político de las clases más revolucionarias, la consolidación de la Revolución, su sobrevivencia a un asedio heroico y terrible; después de haber vivido todo eso y considerarse invicto, creyó que no era posible vivir más y, simple y sencillamente, se fue.

Ahora nos queda un gran desafío. No podemos convertir en consigna, ni vaciar en bronce, ni en mármol, ni en palabras huecas, ni en alharaca, ni algarabía, ni en jolgorio su pensamiento. Durante nueve días el pueblo guardó un luto espontáneo. El que ordenó la nación fue solo el marco. El pueblo en masa fue por toda Cuba repitiendo su victoria y debo decir que, con su muerte, se atravesó en el camino del adversario y en el de nuestras propias flaquezas, un enemigo terrible. Como lo fue en vida, lo será más allá de ella. Fue, además, un último y gran servicio a la unidad de la nación cubana.
Y debo decir que desde el alba hasta el poniente se hizo una salva de cañón, manteniendo en vilo a la opinión pública. Debo aclarar que esto solo ocurrió una vez en la Historia de Cuba, cuando murió Máximo Gómez y se ordenó tal duelo para que se supiera que caía uno de los últimos grandes libertadores, si no el último libertador del continente americano.

En la tumba de Máximo Gómez no se escribió ningún nombre expresamente, porque se dijo que todo cubano que llegase ante aquella piedra granítica debía saber que aquel perfil pertenecía a un libertador. Exactamente igual en la piedra de Oriente está un solo nombre, Fidel, que quiere decir fiel. Y cuando se evoca que en el glorioso cementerio Santa Ifigenia están enterrado los padres y precursores de la Patria, falta uno: Antonio Maceo. Está enterrado en La Habana, porque quiso el destino y la providencia que para marcar el destino de la unidad nacional, Martí cayera en Oriente y Maceo en La Habana, y ese equilibrio marca nuestra vocación y nuestro deber.

Yo pido a los diputados que no nos agotemos de ninguna manera en poner punto y coma en esto que está escrito. Cumplamos la voluntad de un vivo, no de un muerto. “No me rindan culto de palabras, ríndanme culto de obras”: que se levante la producción, que se levante el campo, que se levante el trabajo, que avergüence el robo, que se sienta orgullo de nacer en esta República, que no emigren, que permanezcan, que trabajen, que se unan, y entonces, estoy seguro que, como dice la canción, ese caballo blanco que ahora va descabalgado permanecerá eternamente y sobre él irá, invisible, pero cierta, su figura.

Muchas gracias.

Edición especial de la Mochila estará dedicada a Fidel (+ Video y Tabla)



Logo de la mochila.
Logo de la Mochila.
Una nueva versión de la Mochila circulará a partir de enero del próximo año con disímiles propuestas destinadas al entretenimiento de la población.

Según datos ofrecidos a Cubadebate por Alexander Díaz, comunicador institucional de la Dirección Nacional de Joven Club, en la misma podrán encontrarse, entre otras opciones, materiales audiovisuales nacionales y foráneos acordes con los principios y valores que promueve el Estado Cubano, en pos de afianzar la cultura e identidad nacional.

Se podrá acceder a estos contenidos en todos los Joven Club de Computación y Electrónica y mediante la dirección “mochila.cubava.cu”. La frecuencia de salida será semanal.
Una edición especial de esta nueva Mochila, dedicada a Fidel, y al triunfo revolucionario de enero de 1959, será lanzada el venidero 30 de diciembre y contará con materiales alegóricos al Comandante en Jefe, fallecido el 25 de noviembre pasado.

En esta entrega habrá juegos de corte histórico desarrollados por el Estudio de Videojuegos y Materiales Audiovisuales (EVIMA); audiovisuales que evidencien la obra revolucionaria del líder histórico de la Revolución Cubana en las diferentes provincias; textos relacionados con su trayectoria, Reflexiones, prensa de los 9 días de duelo nacional, discursos en formato  PDF y otros documentos. Aparecerán, además, programas de televisión, entrevistas a personalidades cubanas, series nacionales dedicadas a Fidel (90 razones y otras), música alegórica al proceso revolucionario cubano, multimedias, fragmentos de discursos, documentales y más.

Por otro lado, del 1 al 6 de enero estará disponible la versión correspondiente a la primera Mochila del 2017 en la que podremos encontrar lo siguiente:
Cortesía de la Dirección Nacional de los Joven Club.
Cortesía de la Dirección Nacional de los Joven Club.
Los interesados en conocer más información al respecto podrán contactar a través del blog mochilablog.cubava.cu o escribir al correo electrónico mochila@jovenclub.cu‘. 

martes, 27 de diciembre de 2016

Raúl Castro: El mejor monumento a Fidel es hacer realidad el concepto Revolución (+ Fotos)


El Presidente cubano Raúl Castro Ruz en el plenario de la Asamblea Nacional. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate


El Presidente cubano Raúl Castro Ruz en el plenario de la Asamblea Nacional. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

El presidente delos Consejos de Estado y de Ministros General de Ejército  Raúl Castro Ruz al intervenir en la Asamblea Nacional del Poder Popular realizó un balance del desempeño de la economía cubana durante en el presente año.

Raúl recordó que como había anunciado en junio pasado la economía nacional enfrenta limitaciones financieras a causa de la caída de los ingresos de las exportaciones y de los precios de los rubros exportables.

“Ciertamente las limitaciones en el suministro de combustibles y financieras se agravaron en el segundo semestre, lo que hizo que el PIB decreceierá en el orden del 0.9 %; a pesar de ello se preservaron los servicios gratuitos que disfruta nuestra población que se contrapone a los vaticinios de que la economía cubana colapsaría y que volverían los molestos apagones”.

A pesar de este panorama, Raúl enfatizó que se manutuvo el cumplimento de las obligaciones del pago por el reordenamiento de la deuda externa cubana, sin embargo no ha sido superada el atraso de los pagos corrientes a los proveedores

“Agradezco a los socios comerciales por su comprensión y su confianza en Cuba”
Durante su intervención, Raúl dijo que no se pueden olvidar los efectos negativos del bloqueo contra Cuba por el cual la mayor de las Antillas no puede realizar transacciones internacionales en dólares estadounidenses.

“Tampoco pueden omitirse los cuantiosos daños que provocó el huracán Mathew los días 4 y 5 de octubre del presente año”.

Persistirán tensiones financieras y retos que podrían recrudecerse en determinadas circunstancia, pero esperamos que el PIB crezca moderadamente en el entorno del 2 por ciento.

-Garantizar las exportaciones y su cobro oportuno

-Incrementar la producción nacional que sustituya importaciones

-Reducir todo gasto no imprescindible

Al mismo tiempo, continuaremos ejecutando los programas de inversiones en función del desarrollo sostenible de la economía nacional. Llamó también a dinamizar la inversión extranjera en Cuba.

No estamos satisfecho en esta esfera y han sido frecuentes las dilaciones excesivas en el proceso negociador. Superar la mentalidad obsoleta, llena de prejuicios contra la inversión foránea. Pidió despojarnos de los falsos temores hacia el capital externo.

No vamos hacia el capitalismo, pero no debemos cogerle miedo ni ponerle trabas a lo que podemos hacer en el marco de las leyes vigentes
.
Profundizar en los errores del pasado, para nunca repetirlos.

El combustible ha sido, desde el Triunfo de la Revolución, ha sido la espada de Damocles que hemos tenido sobre nuestro cuello, a veces rozándolo, dijo Raúl.  Este es uno de los sectores estratégicos donde hay que dinamizar la inversión extranjera.

El experimento de Artemisa y Mayabeque, los avances y atrasos en el proceso de experimento en estas provincias.  Se estimó desde el principio que esta no es una tarea fácil y la vida lo está demostrando. “De tareas difícil está lleno todos los acuerdo para el perfeccionamiento… Ninguna se puede realizar con superficialidades”.

El líder histórico de la Revolución cubana nos legó su ejemplo imperecedero, dijo Raúl y enfatizó que “el mejor monumento a sus ideales es hacer realidad cada día los postulados contenidos en su brillante definición del concepto Revolución, que hizo público el 1 de mayo de 2000”.
Fidel “nunca defraudó a su pueblo”, y recordó el premonitorio discurso de 8 de enero de 1959, hace hoy casi 58 años:

“Sé, además, que nunca más en nuestras vidas volveremos a presenciar una muchedumbre semejante, excepto en otra ocasión —en que estoy seguro de que se van a volver a reunir las muchedumbres—, y es el día en que muramos, porque nosotros, cuando nos tengan que llevar a la tumba, ese día, se volverá a reunir tanta gente como hoy, porque nosotros ¡jamás defraudaremos a nuestro pueblo!”
Fidel se marchó invicto, aseguró Raúl, “pero su espíritu de lucha permanecerá en la conciencia de todos los revolucionarios cubanos, de hoy, de mañana, y de siempre, y así lo demostraremos en la revista militar del 2 de enero, en el aniversario de la heroica sublevación de Santiago de Cuba, del desembarco del Granma, en homanje al Comandante en Jefe de la Revolución cubana y de nuestra juventud”.

Al concluir, Raúl envió un emocionada felicitación al pueblo de Cuba en el nuevo aniversario de su Revolución.
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate
Raúl Castro interviene en el plenario de la Asamblea Nacional del Poder Popular este 27 de diciembre de 2016. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate

Con la presencia de Raúl Castro, comienza la Asamblea Nacional


Raúl Castro participa en la sesión de la Asambla Nacional. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.


Raúl Castro participa en la sesión de la Asambla Nacional. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

El presidente de los Consejos de Estado y de Ministro General de Ejército Raúl Castro Ruz participa el octavo Período ordinario de sesiones la VIII legislatura de la Asamblea Nacional.
Durante esta jornada se presentará los resultados económicos del año 2016 y propuesta del Plan para el año 2017. También se discutirán dos Proyectos de Ley: 1- El Presupuesto del Estado para el año 2017 y 2- El uso del nombre y la figura del compañero Fidel Castro Ruz.

Los diputados cubanos reunidos en el Palacio de las Convenciones recibirán además informaciones sobre los Acuerdos de la Asamblea Nacional para el experimento que se desarrolla en las provincias de Artemisa y Mayabeque y se elegirá un nuevo miembro del Consejo de Estado.
Durante la apertura de la sesiones la VIII legislatura de la Asamblea Nacional, su presidente Esteban Lazo informó que en la tarde ayer tomaron sus cargos nueve diputados de varias partes del país.
Teresa Valentín  
Martínez, por San Antonio de los Baños; Leonardo Valdés Almenares por Bauta; Susely Morfa González en representación de Diez de Octubre; Félix Julio Alfonso López por La Habana Vieja; Julio César García García por Batabanó; Adolfo Rodríguez Nodal por Sagua La Grande; Isis Acevedo por Cabaiguán; Yunior Rodríguez por Holguín, y Wilmer Frómeta Guevara por el municipio de Contramaestre.

Al incio de la jornada de hoy, Lazo explicó que antes de rendir un minuto de silencio para el Comandante en Jefe porque “para nosotros sería difícil observar un minuto de silencio para el diputado Fidel Castro Ruz, que lo ha sido desde la constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Santiago de Cuba”, sugirió asumir a conciencia el concepto de Revolución y cumplir con las ideas del Comandante.

La sesión comenzó con un video en homenaje al líder histórico de la Revolución en el que se rememoraban varios de sus más importantes discursos en el parlamento cubano.
Raúl y Díaz-Canel justo antes del inicio oficial de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Raúl y Díaz-Canel justo antes del inicio oficial de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Como de costumbre, el Palacio de las Convenciones de La Habana acoge la sesión de la ANPP. Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Como de costumbre, el Palacio de las Convenciones de La Habana acoge la sesión de la ANPP. Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Foto. Ladyrene Pérez/ Cubadebate.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Eusebio Leal Spengler: La novia de Martí y Fidel es Cuba (+ Video)



Mesa Redonda; Eusebio Leal; Cuba.
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

Transcripción entrevista a Eusebio Leal Spengler en la Mesa Redonda

Randy: Muy buenas tardes estimados televidentes y radioyentes. De mi interlocutor de esta tarde escribió en una misiva Fina García Marruz: “En su sacrificio humilde, en la entrega tenaz de sus horas, en la vehemencia prometeica con que ama a La Habana, Eusebio Leal— como en otras tantas cosas—, es donde está su huella. Cuando lo olviden los hombres, todavía lo recordarán las piedras”.
Los hombres lo siguen amando, las piedras están ahí para contar esa historia, pero nuestra última Mesa de viernes del 2016, viernes que hemos dedicado a hablar de valores, de la historia de nuestros héroes y también de historias de vida de esos héroes cotidianos del trabajo que tenemos en nuestro país, queremos dedicársela a Eusebio Leal, para que hable un poco de todo eso, de historia, de historias de vida, también del presente y del futuro, de los valores que necesita defender este país.
Gracias Eusebio por concedernos esa deferencia y también por recibirnos acá, en su patio, en La Habana Vieja, en esta antigua Lonja del Comercio, hoy sede de Habana Radio y de la Dirección de Comunicación de la Oficina del Historiador. Le doy las gracias, lo invito a que nos acompañe usted con su verbo durante esta casi hora de programa, y a nuestros televidentes a que estén esta tarde para conversar con Eusebio Leal.

Eusebio Leal: Muchas gracias.

Randy: Conversar con Eusebio Leal implica sobre todo comenzar hablando de la Habana Vieja, de sus pasiones, de La Habana toda, en definitiva, que está en su alma.

La restauración de la Habana Vieja usted dijo alguna vez que es un capítulo de la Revolución Cubana. Cincuenta años o más de trabajo para esta ciudad, más de 20 después de aquel decreto de Fidel diciendo cómo acometer esta restauración de la Habana Vieja. ¿En qué momento estamos de ese capítulo de la Revolución que es la preservación de La Habana Vieja? ¿Cómo ha avanzado en este 2016 esa preservación del patrimonio de Cuba que es este lugar?

Eusebio Leal: Pienso que avanzó en lo visible y en lo que por lo general no apreciamos porque está lejos del contacto cotidiano, de nuestra presencia. Se restauraron obras muy valiosas, algunas de ellas están todavía en proceso de restauración. Creo que el ejemplo más elocuente es el Capitolio Nacional, una obra muy complicada donde ahora estamos enfrascados en la cúpula, que es como su corona. Lo que nos parece pequeño desde abajo, arriba es muy alto. Los riesgos del trabajo y la osadía de los trabajadores a esa altura cuando hay viento, cuando hay sol, es realmente muy fuerte y se viene ya dominando ese capítulo de la linterna, con las lámparas y la cúpula.

Posteriormente, otro equipo de trabajo joven, formado por graduados de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, enfrenta los desafíos del techo del gran Salón de los Pasos Perdidos. Tengamos presente que ese techo está pintado o retocado con hojas de láminas de oro de 24 quilates; entonces hay que limpiar cuidadosamente todos esos metales y llegar al interior de la cúpula desde el gran salón. Al mismo tiempo, en la base de la sala y al pie de la gran estatua de la República, se ubica la cripta donde estará la lámpara votiva al soldado mambí desconocido. En estos días se trabaja fuertemente para terminar el 2 de diciembre toda esta parte de la cripta, que es como el fundamento del esfuerzo por la creación de una nación. Es una obra muy bella y ya podemos decir que la Asamblea Nacional tiene como sede institucional al Capitolio.

Randy: Desde hace ya casi un mes.

Eusebio Leal: Es muy importante esta reubicación pues le devuelve el contenido al conteniente. Otro paso inmediato será la apertura de la biblioteca, de los grandes salones de protocolo y estancia. Otras obras de gran importancia se han hecho abajo, en lo que podríamos llamar la plataforma de la ciudad antigua. Ahí se trabaja calladamente en la digitalización de una documentación enorme, que forma parte del archivo de la Ciudad de La Habana, una ciudad capital que tiene un archivo que no solamente se refiere a su propia historia, sino a la historia de los forasteros que han habitado aquí. Es uno de los yacimientos documentales más importantes. Para eso, a lo largo de cada año se hacen adquisiciones valiosas.

También se trabajan y concluyen obras muy importantes en el Centro de Interpretación de las Relaciones Europa-América, Cuba-Europa, que es el otrora Palacio del Segundo Cabo. Es un edificio muy bello, posee dentro magníficas instalaciones para el fomento del conocimiento, utilizando las tecnologías 3D y 4D. Tiene bibliotecas digitales estupendas.

Se trabaja y casi está concluido, en el antiguo Palacio del Marqués de Arcos, en la Plaza de la Catedral, también dotado de una alta tecnología para el trabajo de los jóvenes poetas, artistas, creadores; un centro de información avanzado cuyos equipamientos han sido donados por el gobierno de Japón y resultan ser muy novedosos dentro de la docencia cultural en nuestro país.

Y nos empleamos a diario en un trabajo invisible que es el de los restauradores quienes van lentamente poniendo en valor pinturas, documentos, libros, textiles… y que forman un yacimiento creciente sobre el cual se levantan los valores de una nación y un pueblo, pues son en definitiva sus símbolos.

Hay trabajos que se han concluido en la Avenida del Puerto, se sigue avanzando en esa dirección.

Randy: Ha cambiado totalmente la Avenida del Puerto, el Prado también creo que tiene otra dimensión.

Eusebio Leal:
Desde el Castillo de la Punta, hasta el Embarcadero de Regla; desde la Punta hasta la Casa de las Tejas Verdes; en la línea del Prado, los grandes hoteles que se levantan sobre la base de los estudios realizados por el Plan Maestro, las aprobaciones de la Comisión de Monumentos, el respeto de las alturas, el respeto aún a muros que es lo que se ha conservado de algunos edificios perdidos y que yo diría que románticamente se preservaron esos muros cuando algunos decían “¿por qué no demolemos esa basura, eso no tiene ya ningún sentido?”. Creo que hay que tener mucho cuidado siempre; para demoler y para derribar hay hachas y mandarrias, y para construir faltan manos. Hace falta multiplicar las segundas y disminuir las primeras.

Randy: Eso me lleva a otra pregunta, porque este año que estamos terminando ha sido difícil en lo económico, en lo social; ha sido un año difícil también para usted en lo personal ¿Cómo hacer esta obra tan monumental en medio de tantas dificultades? ¿Cómo enfrentarse también a la pérdida de identidad?

Eusebio Leal: En el combate fiero de Naranjo, en Camagüey – fueron cuatro acciones militares las llevadas a cabo por Máximo Gómez entre Las Tunas, un poquito más allá del Jobabo, en Palo Seco y después en tierra de Camagüey, – hieren a un joven oficial cubano, le dan un balazo en la pierna. Cuando lo llevaron allí al vivac donde estaban los médicos trabajando en las condiciones en que se podía en medio de una campaña heroica como aquella, el médico estaba ya con los instrumentos en la mano y al lado él se percató, herido y adolorido, de que estaban los serruchos. El médico le preguntó con frialdad: ¿cómo quiere que le deje la pierna, encogida o estirada? Y le respondió fríamente: “como me sirva para montar a caballo”.

En relación con lo primero que me dijiste la respuesta es esa: como me sirva para montar a caballo. Salí para montar a caballo y fue muy difícil montarlo en los primeros meses de este año; pero creo que todo mi pensamiento ha estado puesto en la obra, porque la obra llenó una parte tan grande mi vida que no sé si algún día me arrepentiré lo suficiente de haber olvidado otras. Pero esta, que fue como la vocación, ocupó el centro.

Y volví rodeado, claro está, porque nadie hace obras solo. Vine rodeado, porque el poeta necesita una musa, el pintor una visión y a los que no han visto o ya no ven pero vieron alguna vez, les queda una luz por dentro. Mi fuente de inspiración motivó a otros compañeros, a otros colaboradores, y regresé con ellos. Hemos recomenzado o continuado la labor en pro de restaurar y reunir, siempre con la idea de que no coleccionamos cosas viejas, y que de ninguna manera esto es el culto del pasado por el pasado, de que sin pasado no hay futuro, que hay que someter a crítica todo, pero también hay que preservar y sacar, como alguien le corta a la flor de tallo largo las pavorosas espinas para que no ocurra un accidente. Así hay que hacer con las cosas de pasado, quitar las espinas inútiles y dolorosas y salvar la rosa, que es lo más importante; y la rosa es el patrimonio cultural, el patrimonio espiritual, el patrimonio moral de un país que va desde la posesión individual de una foto que lo liga a su madre, a su padre, a su pasado, a su familia, a sus raíces; hasta cosas que son de carácter superior y entran en el mundo de los recuerdos imponderables, de los intangibles, de lo inmaterial que flota sobre las aguas como un espíritu.

Para eso trabajamos. Para eso me formé y trabajé. Tú aludiste al Decreto y a la ley. Está en bronce colocado el texto a la entrada del Museo de la Ciudad porque me di cuenta de que se trataba de algo trascendental para el patrimonio cultural a escala mundial. Como asistente a múltiples congresos y manteniendo correspondencia con expertos en todo el globo, ninguno dispuso jamás de un instrumento tan actual y tan previsor como ese Decreto ley 143, defendido una noche ante el Consejo de Estado bajo la presidencia del compañero Fidel. Él como letrado reformó, cambió y puntualizó consultándome durante varios días y noches, hasta que lo consideró terminado, dándole un carácter moderno a la proyección y buscando que no se convirtiera en una fantasía la utopía.

Fidel fue un gran defensor de la utopía. Creía firmemente en la noble idea de que se podía aspirar a lo imposible y por eso logró tantas cosas. La defensa a la utopía fue el lema escogido. Una defensa rabiosa de la utopía en medio de ciclones, de penurias económicas, de limitantes, de decepciones, de incomprensiones, para después obtener como resultado primero el reconocimiento de los cubanos, porque para mí lo más importante ante todo siempre es mi gente, mis compatriotas. Segundo, que desde Baracoa hasta Pinar del Río hayan surgido proyectos originales como los de Cienfuegos, Camagüey, Sancti Spíritus, Trinidad, Santiago… en donde quiera que fuera posible surgió un proyecto. En Bayamo, en Remedios… Son proyectos que tratan de tomar lo valioso y útil del nuestro. Lo acabo de comprobar en Santiago de Cuba viendo los frutos del trabajo de la Escuela Taller, el entusiasmo de los que rigen el Plan Maestro. Lo he visto en Camagüey donde ahora cumple 20 años la Oficina del Historiador. Lo he visto en Cienfuegos, admirablemente interpretado y hecho a la medida de la ciudad, que es lo importante.

Fidel nos enseñó que ni calco ni copia como decía Mariátegui, todo tiene que ser una creación heroica dadas nuestras circunstancias, y así ha sido
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

Randy: El privilegio de haber conocido a Eusebio Leal hace ya algunos cuantos años me lleva a pensar que su espada más importante es la perseverancia. De un joven que apenas tenía 6to grado, entró a la universidad y se convirtió en Doctor y en unos de los intelectuales más reconocidos de nuestro país. De apenas un joven ayudante de Emilio Roig, llegó a ser el Historiador de la Ciudad, siguiendo su tradición y ampliando su obra ¿De dónde le viene esa perseverancia a Eusebio?

Eusebio Leal: Mi mamá fue la gran perseverante, fue la piedra angular, fue una madre romana en ese sentido. Su educación no era tanto en admoniciones, como en ese ejemplo práctico día y noche, mostrando cuál era el camino, bajo un lema que siempre repetía: “que tú no pases lo que yo pasé”. Ella no pudo ir a la escuela, tuvo que trabajar, y decía: tú no debes dejar de estudiar. Ella fue honrada, virtuosa y me dijo siempre: la honradez es el símbolo de la verdadera virtud, de ahí nacen todos los demás valores.

Después decididamente me tocó vivir el acontecimiento más glorioso de la historia, no me tocó vivir en el 68, – tiemblo pensando qué habría hecho -, no me tocó vivir en el 95, pero me tocó vivir la epopeya del 59, y recuerdo perfectamente – porque viejo soy – desde el asalto al Cuartel Moncada hasta los acontecimientos posteriores. Recuerdo mi vida en ese tiempo, a los compañeros que perdí en la lucha, que conocí o vi de lejos y de pronto un día desaparecieron en vorágines de la Revolución, de la insurgencia, y después los años de la Revolución consumada.

Vino la ruptura absoluta, fue como un gran cataclismo, una cosa que se derrumbaba por todas partes y de pronto iba apareciendo otra con una fuerza volcánica. Se levantó la tierra y nos vimos arrastrados por esa marea de la Revolución de la que hablaba Henry Reeve a Máximo Gómez, “iremos a donde la marea de la Revolución nos lleve”, a Manga Larga en Camagüey a cortar la caña en medio del agua y de los mosquitos insaciables, a los barrios periféricos de La Habana con la Alfabetización, a otras movilizaciones infinitas, a las brigadas sanitarias, a la milicias revolucionarias, y vivimos todas las rupturas personales, familiares o con las amistades
.
Se cumplía aquel principio de que era sí o no, estábamos o no estábamos, y todo eso con su gran poder de generación de fortaleza, y al mismo tiempo con su gran capacidad de generar dolores y sufrimientos. Ver partir padres, amigos, parientes y poder ver después la estabilización, la victoria de la Revolución, haber asistido a la supervivencia de la única Revolución.

Cuando miro hacia atrás me pregunto: ¿A qué edad murió Bolívar? ¿A qué edad murió Martí? ¿A qué edad Gómez, García, Céspedes, Maceo? ¿Qué es esto? Nos tocó el privilegio de poder vivir y ver a los hombres de la Revolución; vivir y sobrevivir a ella, cambiarla, retomar el camino, analizar los necesarios extravíos, rectificar errores, cometerlos que es de humanos. Es una Revolución hecha por hombres, no por arcángeles disfrazados de seres humanos; y en medio de ese vorágine vivir, y de pronto, conmovidos por el resultado al vivir tanto, poder afirmar como el filósofo – tranquilos ahora ante este paisaje, sin que hayan desaparecido las inquietudes y zozobras, pero más tranquilos porque tenemos la experiencia necesaria: “Pienso, luego existo”. Quiere decir que si pensamos es que vivimos.

Randy: Estamos conversando hoy en la Mesa Redonda de Viernes con Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad, uno de los más importantes intelectuales de nuestro, sobre lo que cada viernes nos convoca a este programa: sobre valores, historia, de la vida también, de un hombre que ha visto la Revolución a lo largo de los años y que ha sido partícipe importante de las transformaciones que la Revolución ha provocado en nuestro pueblo
.
Ha sido el 2016 también un año de contradicciones y de debate ideológico y creo que eso por supuesto también es parte del panorama que vemos cuando miramos hacia atrás este año que está terminando. Me gustaría entrar quizás en dos de las polémicas importantes que hubo este año. Primero: ¿para usted qué cosa es la cubanía, el ser cubano, el ser patriota?

Eusebio Leal: La cubanidad perdió un poco su sentido cuando se mal utilizó para englobar en ella el accidente de la cuna y de las conductas. La cubanía es otra cosa: la cubanía es la aceptación plena de lo que somos, con orgullo que no ofende a otros, porque siempre nos consideramos parte de la humanidad y parte de la América nuestra.

La cubanía es no fragmentar el pensamiento de los fundadores, sino comprenderlos en su tiempo. Me refiero concretamente al pensamiento de Martí, o al de Varona, o al de Heredia, o al de Luz y Caballero o al de Varela. Hay que poseer el conocimiento culto del por qué y para qué. A partir de ahí uno se siente más seguro y no una criatura que cayó de casualidad en una isla, que es como una barca que navega por el Caribe.

Esta isla tiene sus fundamentos, está anclada en lo profundo del mar y este es un archipiélago. El otro día le escribí a un amigo diciéndole que cuando Tomás Moro pensó en una isla utópica, en esa latitud del mundo, pensaba en la nuestra. Siempre he creído en eso firmemente. No deben estar desesperados ni angustiados los sembradores, porque si hasta ahora lo que se lanzó como semilla en tierra fértil no se ha visto florecer, florecerá. Aquí no hay que estar tratando de precipitar; hay que tener confianza, porque entre otras cosas ya no habría tiempo para volver a decir que la siembra que hicimos se echó a perder por esto o por aquello. Creo mucho en eso, en la parábola del sembrador: uno siembra y otro recoge.

Como Fidel, tengo una formación bíblica y una formación martiana, son dos elementos importantes. He estudiado profundamente a los clásicos del pensamiento revolucionario moderno y cada día me convenzo más de que las fuentes nuestras nos llevaban como dice Cintio Vitier en su maravilloso ensayo “Ese Sol del Mundo Moral”, de una manera directa e inequívoca, de la raíz al presente.
Si nosotros somos capaces, de verdad, de trasmitir no como consigna, sino con pasión sincera, con una devoción que no sea edulcorada, que no sea manida, que no sature, sino que crea de verdad en lo que dice… nadie da lo que no tiene Randy, cuando dices lo que tú no crees, algo hay de falso en tu palabra, y todos los días lo apreciamos en la vida real.

Te voy a poner dos ejemplos: una colaboradora mía muy querida se iba del país. Si mi colaboradora valoró que su destino como su familia estaban en otra parte y quería ir, que vaya. Hemos conseguido con mucho esfuerzo el disfrute y goce de nuestra libertad, pero ella lloró amargamente y me dijo: aprendí mucho y donde quiera que vaya llevaré el recuerdo de mi país y de usted.

La segunda fue una sorpresa hace unas horas. Se presentaba en todos los lugares, hablaba con mucha energía y de pronto sobre su mesa apareció el teléfono, la llave, unas pequeñas notas dejando cerrado el buró y desapareció al día siguiente. ¿Qué debo creer? ¿Más en lo primero o en lo segundo?

Resueltamente creo en lo primero más que en lo segundo. No quiero falsas promesas, no quiero palabras de devoción circunstanciales. A mí me gusta la vida, como le gustaba decir a Fidel cuando mencionaba la poesía en la cual se refugiaba. En momentos difíciles recordaba a los poetas clásicos españoles y cubanos que tanto quería. “La vida que tenía ya la di”, decía un poema y es verdad. Nuestras vidas han decursado no en otra cosa que no sea en el servicio de nuestro país, y no porque seamos buenos… Muchas veces afirmo, como dijo honestamente un buen amigo cuando alguien le preguntó ¿y usted por qué se quedó?, y respondió: “No, yo me fui quedando, lo fui dejando para el día siguiente, para el otro, para el otro, y de pronto me quedé”

Porque las revoluciones son duras, son fuertes, en la UNEAC una vez me preguntaron y respondí en aquel congreso que fui como el Abate Sieyès cuando le preguntaron qué hizo durante la Revolución y confesó: “sobreviví a ella”. Ahora sobrevivir a la Revolución no es ir escapando por una esquina o por la otra. Sobrevivir es ir militando en ella, es no temer al soldado, es serlo.

En ese sentido creo que el decálogo de Fidel en el momento supremo de su madurez política, que está contenido en el concepto de Revolución, hay que desgranarlo y penetrar en cada una de esas conceptualizaciones para entender. Algunas abren unas incógnitas tremendas, las fuerzas externas las conocemos ¿y las internas cuáles son?, ¿cuáles son esas contradicciones?, ¿cuál es la verdad a la que debemos seguir?

El principio evangélico de la verdad os hará libres, es veraz, pero ¿cuál es nuestra verdad? Nuestra verdad tiene que ser creer profundamente en la solidaridad, creer en que todo pobre de la tierra es nuestro hermano, porque es creer en el principio cespediano de que Cuba quiere su libertad para extender una mano generosa a todos los pueblos del mundo; quiere decir no mentir nunca, ni omitir, porque hay veces que lo grave no es que te mientan, lo grave es que omitan y después te digan “no, no le dijimos eso Randy, para no darle un terrible disgusto”. No, ahora me lo van a dar dos veces, porque el omitir es también una forma de traicionar, sobre todo a los que dirigen. Hay que decirles siempre la verdad, aunque se corra el riesgo de que no la comprendan en el momento. Entonces así voy analizando el concepto y es cuando Fidel me parece más grande y más importante que nunca.
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

Randy: Sobre Fidel me gustaría retomar un poco más adelante en esta entrevista; pero hablando de polémica, usted que es un constructor de símbolos, porque la Habana Vieja es todo un símbolo para este país: Los símbolos nacionales han sido parte también de la polémica de este año. Usted ha sido uno de los polemistas más agudos en medio de ese debate. ¿Qué le preocupa sobre el uso de los símbolos?, ¿cuál es su pensamiento sobre cómo debemos usar los cubanos nuestros símbolos nacionales?

Eusebio Leal: Todo tiene su momento. Un día siendo joven entré en el cine del barrio chino, donde estaban poniendo una película. No sé porque me gustó la ópera china en blanco y negro, es extraño, y me gusta todavía; de vez en cuando pongo la televisión china y la veo. Pero en el cine pasó algo asombroso, una persona de pronto empezó a reírse y uno que estaba allí, que evidentemente era chino, le dijo: “oiga, esto no es pa lei, esto es pa llolá” y le dio una lección. Quiere decir que cada cosa tiene su lugar y tiene su momento.

Comprendo que no hice bien hoy, porque creo que, ni aún en la singularidad debe imponer uno sus costumbres. Tú has venido como debes venir y yo vine con mi ropa de todos los días al programa; pero hasta cierto punto le he dado dignidad a esta ropa, aunque sé que no debo ponérmela en todo momento. Pero comprendo, Randy, que cada momento tiene su propia exigencia y te diría lo mismo en relación a los símbolos nacionales.

Ahí está el paredón de los estudiantes del 71, lo que pasó ahí no tuvo nombre. ¿Acaso fue uno de los crímenes más odiosos que se cometieron en todo tiempo? Martí habla de que esa pared se convirtió en un día para Cuba en un baño de sangre, en un manantial, y te diría que es muy duro ver de pronto una cumbancha frente a ese monumento. Allí hay que ir con la cabeza descubierta, allí hay que ir con los niños y contarles que hubo un día funesto en que – no como aparecen en el cuadro, todos juntos, sino de dos en dos – fueron fusilados por un crimen que no habían cometido.

Algunos afirmaron que aquellos jóvenes habían cometido el crimen de la profanación de una tumba pero habían cometido “un crimen” más importante que era el de su cubanía, que brotaba en flor en sus rostros juveniles. Entonces a mí no me gusta ver la bandera cubana, ¡qué tanta sangre ha costado! vituperada. Martí pide que la pongan en su tumba. Cuando las señoritas de Camagüey le entregan la bandera bordada por ellas a Maceo él dice estas palabras: “Yo llevaré esta bandera hacia Occidente o volveré envuelto entre sus pliegues”.

Entonces, no quiero verla en el atuendo de un rumbero o en una rumbera, no quiero verla en una ropa interior, no quiero ver la estrella que iluminó a Heredia en una ropa impúdica. Quiero que se aprenda a valorar lo que la bandera significa. De lo contrario, ¿qué sentido tiene que el ejército esté dispuesto a morir por ella, y que se cuadre ante ella, y que le toque signos de clarín cuando se levanta y cuando desciende?

Creo que no puede denigrarse a la bandera y que eso está más allá de la ley. ¿Por qué llevan las naves de combate la bandera de Céspedes en el palo Bauprés? Porque hubo un valiente como el peruano Leoncio Prado que en Centroamérica se apoderó de una nave española y le puso Carlos Manuel de Céspedes y allí, en el palo Bauprés va la bandera de Céspedes. ¿Y por qué razón llevan la otra de las cinco franjas y el triángulo equilátero, lavada con la sangre de tanto sacrificio, la de Cárdenas, la que trajo el General Narciso López en momentos en que la corriente ideológica no era clara y algunos de buena fe creían que la estrella cubana debía pasar por el sur de Estados Unidos, no como un sentimiento, sino como un cálculo?

¿Cómo es posible entonces que los cubanos estemos dispuestos a decir que “en nombre de que el pueblo asuma lo que es suyo” la bandera puede emplearse vulgarmente? No, el pueblo que asuma lo que es suyo; pero cuando se toque el himno hay que levantarse. Cuando se está cubierto, hay que descubrirse. Solo los militares tienen el privilegio de estar cubiertos, porque saludan la bandera de Cuba. Entré en esa batalla por eso, y díganme lo que me digan, ese es el principio: ni colgada de mantel en ningún lugar, ni puesta en un mostrador, ni utilizada como vestuario ridículo. De ninguna manera. Pero la ley no lo puede contener todo, la ley no puede ir hasta el detalle, la ley tiene que ser flexible. ¿Es acaso malo que un deportista de Cuba en su uniforme lleve en el hombro el anagrama de Cuba? ¿Es imposible que un niño lleve en su pañoleta el escudo de su patria o el perfil de Martí? ¿Es punible que a un atleta que llora cuando ve su victoria olímpica le ofrezcan la bandera, para que la coloque sobre su hombro y corra emocionado? No, de ninguna manera. Hay diferencias, he ahí la cuestión.

Randy: Leyéndolo y también escuchándolo en varias ocasiones, tengo dos frases que me gustaría unir. Usted decía que “el subdesarrollo genera como mal terrible el olvido” y también ha dicho que “hay que ir a los jóvenes” ¿Cómo combinar en la acción de todos los días ese preservar la historia, los monumentos, nuestras propias vidas y, por otro lado, creer en los jóvenes que es creer también en el futuro?

Eusebio Leal: Empecemos por ahí, primero no creer que “tenemos” a la juventud cubana. A la juventud cubana siempre hay que conquistarla, los jóvenes son siempre nuevas generaciones, nuevas, nuevas y nuevas…Hay jóvenes que nacen viejos, tú los ves y actúan como viejos mentalmente. Es una cuestión genética. Y hay jóvenes para toda la eternidad. No muestran una actitud juvenil ridícula, sino una actitud juvenil consecuente: arresto, carácter, esfuerzo, sonrisas, capacidad creativa. Esa es la juventud, poder, energía, fuerza, voluntad de conquista.

Ahora, a eso hay que darle un contenido y una ética. Sabemos por el propio Fidel, en la amplitud de su doctrina política, que en ese concepto caben todos, porque debemos llamar a los virtuosos y a los que no lo son y atraerlos a nosotros y conquistarlos. Porque si no, ¿qué podríamos decir de algunos hombres que entraron en la historia por el camino equivocado y se transformaron luego en otros?
San Pablo, perseguidor de cristianos a las puertas de Damasco, se convierte en lo que luego fue: el Apóstol de los gentiles. Máximo Gómez, quien combate contra los suyos en la Guerra Civil Dominicana y no ve claro que el camino era el de Gregorio Luperón, se convierte en un libertador y muere como un gran libertador de América, despreciando todo poder que no fuera el de la gloria conquistada al conocer las contradicciones esclavistas y la sociedad brutal que había instaurado España en Cuba. O Braulio Coroneaux, quien se había alistado en el ejército de Batista y luego dispara en el Moncada y muere luchando por la Revolución.
Siempre hay una posibilidad y eso es válido para todos los jóv
enes y para todo el que quiera venir y seguirnos. Ese debe ser el llamamiento ¡vengan todos a nosotros! Con sus singularidades, con sus características. En un mundo tan pluralista como el actual, nadie tiene el monopolio absoluto de la razón, por eso Fidel previó que en esta Revolución debía caber todo aquello y todos aquellos que tuvieran la posibilidad de construir con ella y de hacer con ella. Ese fue el espíritu de Mella, el fundador. Ese fue el espíritu de Frank y de Abel, de los cuales hay que hablar más.

Entonces, para mí no cabe duda, hay que conquistar y en esa voluntad de conquista entran todos los valores, los mejores valores cristianos, los mejores valores marxistas, los mejores valores de todos aquellos que luchan por un mundo mejor, que creen en la solidaridad, en el amor entre la gente, en la capacidad del sacrificio, en la utilidad de la virtud y el futuro, como decía Martí.

Randy: ¿Cómo combinar ese mirar al futuro con el preservar el pasado?

Eusebio Leal: No se puede ir al futuro sin el pasado. Hay que mirar atrás y ver de dónde vinimos. Cuando me refiero a que el subdesarrollo tiene como mal fundamental una especie de amnesia, es que siempre hay que comenzar de nuevo. Hay una especie de olvido de lo pretérito, un alzhéimer social. Se recuerda lo inmediato pero no lo pretérito, se vuelve a inventar lo ya inventado, se manifiesta como novedad lo que ya otro descubrió. No, un momento…Tengo que ir a José Agustín Caballero, el tío de José de la Luz que reformó la enseñanza en Cuba. Tengo que ir necesariamente a Heredia, porque así le dice Martí. ¿Acaso fue él quien sembró en nosotros ese amor a Cuba? Tengo que ir a Varona y a Luz y Caballero, tengo que acudir a ese sentido pleno de la educación y de la cultura. Tengo que apelar a la ciencia cubana.

Me pregunto: ¿Albarrán? ¿Cómo podemos olvidar a ese joven brillante o a Finlay por algo más que el descubrimiento del agente transmisor? Finlay era un gran médico, no descubrió eso por casualidad. A Poey, a Romay; y así podemos entender a los que han aportado, a los que han hecho hoy. Y entonces, sobre ese fundamento, Cuba es Cuba
.
Cuba no es una improvisación de unas cabezas calenturientas, no es una invención de Martí como ha dicho un perverso. No se trata de una acumulación de anécdotas. Cuba es algo más que eso. Un fotógrafo vino ayer y me dijo: “he querido traerle mi carpeta”. La abrí y me quedé deslumbrado, porque estaba frente a un verdadero artista. Y me dijo: “Mire, esta la tomé en el Abra del Yumurí; esta otra en Oriente, con el ciclón, iba detrás con la cámara y el botero se detuvo para contemplar el paisaje y me dijo, muchas veces he visto esto, pero nunca lo he visto como hoy”. El deslumbramiento del país en un primer hecho; segundo, el concepto de la Patria. El concepto de que existe algo entre nosotros, una inquietud, una emoción, y que nos lleva a pensar que somos cubanos, y que como dice Martí, es ese dulcísimo misterio, esa ternura, que hacen que una palabra adquiera esa dimensión especial para nosotros en cualquier parte del mundo: cubano.

Y lo tercero, una nación, un estado de derecho, una búsqueda de la perfección, una búsqueda de la rectificación, del cambio, un ansia verdadera que no puede convertirse en consigna de que aquí sobrevenga como fruto del trabajo del cubano la necesaria prosperidad. Porque nadie da lo que no tiene, necesitamos prosperar, producir, para no depender de nada ni de nadie, para poder tener relaciones paritarias con todo el mundo.

Sobre todo somos herederos de una espada flamígera que se formó como la de Vulcano, en una fragua de dolor y sacrificio. Yo estuve con Fidel aquel día frente a la embajada estadounidense: los que vamos a morir te saludamos, era nuestro sentimiento. Y lo creíamos de verdad, que estaban ahí, pero no vinieron porque no quisieron. La espada está ahí, yo la levanto, créame. Pensaba anoche en un momento de insomnio en el día en que me trajeron la bella reproducción de la espada de Bolívar que está en la Casa del Libertador. Cuando comenzó uno de los eventos más vivos de nuestra historia y la presenté al público, tuve la tentación de desenvainarla, y levanté aquella hoja y me dije: “levanto esta espada, sé nuestro amparo contra el enemigo, álzate en medio del campo de batalla y defiende a nuestro pueblo”, recordando las palabras pronunciadas en el congreso memorable del Partido en Santiago, cuando bajo una lluvia torrencial se invocó a los muertos para que defendieran este suelo.
Creo, Randy que nuestros muertos defendieron este suelo, y que es verdad lo que está inscrito en el monumento a Antonio Maceo. Casi nadie comprende, pero en el monumento que mira a la tierra cubana hay una serie de figuras que se enmascaran en medio de velos y de las olas del mar, empujando un bote al agua. Ese bote es Cuba y los que llevan el bote al agua, según lo que quiso el escultor italiano Doménico Boni representar, son los espíritus de los muertos que la llevan al agua, dándole la promesa a Cuba de que esa barca llegue a su destino.
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

Randy: Eusebio, usted es un cubano universal, por su pensamiento, porque ha podido recorrer buena parte del mundo, y porque ha recibido también de ese mundo merecidas distinciones por todo su trabajo patrimonial. Hablaba de Cuba y la universalidad, este pequeño archipiélago que Martí dijo que sería el equilibrio del mundo, y que Fidel la convirtió de un país a un actor internacional. ¿Qué es lo que nos distingue a los cubanos dentro este universo? ¿Cuáles son las cosas que tenemos que preservar? ¿Cuáles son los desafíos que tenemos por delante?

Eusebio Leal: Es una pregunta realmente difícil, porque nunca puede llegarnos a nosotros la idea de que somos mejores, o que somos diferentes; pero en realidad diría que es un poco como cuando tú recorres Cuba de San Antonio a Maisí y constatas cómo el acento, nuestra forma de hablar, muta; vemos cómo la arquitectura y aun el paisaje cambia, y la isla es como una especie de maestra inicial de cómo debemos asomarnos al mundo en su diversidad y al mismo tiempo en su unidad. La naturaleza, la condición humana en todas las partes, las características singulares que son tan importantes, saber ir de lo general a lo particular y viceversa, es lo fundamental. Lo prueban los cubanos que regresan de otras latitudes y que han ido a prestar servicios desde el Himalaya hasta los bosques de América Central, o las selvas amazónicas, o los que prestaron misiones internacionalistas en África, en el Medio Oriente y son hoy cooperantes por los derechos de estos pueblos. Vuelven enamorados de la bondad, porque han chocado con lo mejor y lo esencial de la condición humana.
Dentro de esa diversidad los cubanos tienen sus características. Por ejemplo, la isla motiva una singularidad, porque la isla que antes fue separada por el mar, ahora está unida por el mar al mundo. Qué trabajo nos ha costado romper esa frontera. Recuerdo que cuando el cerco comenzó llegábamos a un puerto amigo, y nos fotografiaban de frente y de perfil, pero no subrepticiamente, sino a las claras. Era vejaminoso, era terrible; era una de nuestras salidas para poder ir a otra parte del mundo.
Cuando vemos cómo el mundo se abrió y cómo Cuba perseveró; cuando vemos entrar una blanca nave por el puerto rompiendo tantas y tantas ataduras; cuando vemos a los cubanos poseedores de su derecho de ir a cualquier parte del mundo, y comprobar que no es Cuba, sino que a veces la muralla la ponen los otros, nos damos cuenta de que el mundo es complejo, pero que al mismo tiempo vale la pena vivir.

Cuando salimos por la noche al Malecón habanero y vemos la multitud sentada en el muro nos damos cuenta de que siempre lo hemos esperado todo del mar, el fresco viento que llega del mar Atlántico; los indígenas que llegaron en sus armadías por el oriente de Cuba; los conquistadores y los descubridores; los asaltantes piratas; las expediciones de naciones enemigas: las expediciones libertadoras; las invasiones mercenarias, y al final de todo esto, nosotros somos y estamos.
Y somos gente hospitalaria, cuando vienen algunos que hacen una visita de una semana y después los veo frívolamente queriendo escribir un libro sobre cómo somos los cubanos confirmo que no han rebasado el límite de lo epidérmico. Les digo: penetren en la familia cubana, conozcan esa esencia que no se puede perder.

En mi casa recuerdo una visita muy amable de un amigo que llegó en momentos álgidos, y mi mamá era como un resorte, fue para la cocina, y de la exigua cuota de café que recibíamos vino con su tasa y se la puso en frente. Mi amigo, que era un hombre educado, le dijo “ay perdone, pero yo no tomo”. Mi mamá, un poco desconcertada, se la llevó, y le expresé a mi amigo: “Fíjate lo que te voy a decir, esto no es una taza de café, esto es una ofrenda, porque ella te está dando de lo que le gusta y de lo que no tiene, te lo está ofreciendo, acéptalo”, y aprendió la lección.

Quiere decir que debemos ser siempre hospitalarios. No le abrimos la puerta a todo el mundo, eso es mentira, quizás del mundo árabe por el que España nos introdujo, cuando ofrecemos la mesa tiene que ser que estemos convencidos de que el que se va a sentar es un amigo, de lo contrario lo recibimos en una salita protocolo, en el portal, en un taburete en el patio, o fuera de la casa. Somos además muy celosos de lo nuestro. Aunque queramos ser modernos, solamente la educación y el desarrollo nos ha llevado a ese sentido del compartir y en eso hay que profundizar.
El cubano es bueno por naturaleza, es más fuerte de lo que imagina, está más preparado para pasar trabajo que pocos en el mundo. Nada más que por una sonrisa o un malentendido con un estado poderoso se habría derrumbado una nación, y este país muerto de risa, con Liborio y su guitarra a la cabeza, se hizo cargo de su situación, la aceptó y sobrevivió.

Ahora nos queda el camino que lo ha trazado Fidel. En el momento en que se va le presta el último gran servicio en vida temporal al pueblo cubano, se acuesta en la trinchera y nos convoca: vengan y únanse, que la única forma de salvarnos es perseverar. Por último, deshace todas las concepciones que sobre su persona, su psicología y su espíritu han tenido sus detractores. No quiero busto, ni monumento, ni estatua, ni sello de correo, ni plaza, ni calle con su nombre, y hace un desafío a la frivolidad de los frívolos y se convierte en algo más importante.

Él sabe cuán difícil es la mente de los hombres y la evolución de las sociedades, y cree como Martí que lo más importante son las ideas, y eso es lo que hay que defender, las ideas. Esa es a partir de hoy la más importante joya de los cubanos, su legado martiano, su legado por ende cubano. Un legado íntegro en Martí, íntegro en Fidel, que se une creando una fuerza de pensamiento y de cultura, que aun en los necesarios errores y extravíos de los hombres y de los procesos políticos, emerge con una fuerza y vitalidad, para mí incontestable.

Randy: Fidel se nos fue físicamente, está reposando en esa piedra casi en forma de grano de maíz, en Santa Ifigenia, pero sus ideas andan volando por aquí, en todos lados. ¿Qué legado, además de ese profundo pensamiento martiano que usted nos hablaba, nos deja Fidel y qué tareas pendientes tenemos nosotros los cubanos con Fidel?

Eusebio Leal: La tarea es la obra de todos los días. Había una costumbre aquí el día de las madres de ponerse una flor roja por la madre viva, una flor blanca por la madre muerta. Para mí siempre fue todos los días en cuanto a la madre viva. En cuanto a la madre muerta, la recuerdo todos los días.
El mejor regalo a Fidel, le digo a mis colaboradores, es cumplir todos los días, que no haya reposo, que no haya un solo momento de reposo mientras exista una injusticia que reparar en este país o en cualquier lugar del mundo; mientas tengamos una lágrima que enjugar, un pan que llevar, uno al cual adelantar en el camino. En ese camino y en esa posición es como único admito la idea que se repite: “Yo soy Fidel”. No, yo no soy Fidel, yo quisiera ser como él, pero verdaderamente él fue excepcional. La única forma de perpetuarlo es hacer eso, y yo pienso que él nos dejó ejemplos suficientes.

Fidel fue un hombre, no lo olvidemos, y hay que admitirlo como un hombre y como un hombre cubano. Como tal hay que verlo y aceptarlo, y él se dio cuenta que como hombre era perecedero, y que como cubano en esta dimensión sería inmortal. Esa inmortalidad está metida en las palabras que no lejos del lugar en que le rendíamos tributo póstumo en el monumento de la Plaza de la Revolución, se inscriben con letras de oro, un pensamiento de Martí: “Si no existe un mundo a donde vayan los muertos la vida sería una mascarada bárbara”.

Pues bien, Fidel está para los que creemos en un mundo en el que nos encontraremos, está para los que no creemos y para los agnósticos en espíritu, pero está entre nosotros. Porque el espíritu es la palabra y es la obra, la obra que se hizo bien, la que no se pudo hacer mejor y la que se quedó por hacer. Ahí está el desafío, ver en cada cubano un cubano. Ver en cada uno toda la dignidad del mundo, extender la mano a todo el mundo y aun cuando la mano parece sucia, dar un abrazo; cuando nos piden caminar 100 pasos caminar diez cuadras. Quiere decir, para ser como Fidel hay que saber ir más allá, hay que saber trascender, y solamente así encontraremos el camino, el derrotero.
Decían en la Edad Media que en lo alto de una montaña crecía una rosa extraña, la rosa de Lil, y un enamorado para conseguirla tenía que subir al montículo, buscarla y traérsela a la novia. Hay que saber subir a la extraña montaña, lograr encontrar al amanecer la rosa de Lil, y traérsela a la novia. La novia de Martí y la novia de Fidel, la novia suya y la mía es Cuba.

Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

Randy: Usted decía de Fidel en un emotivo homenaje unas palabras como estas: “Raras veces se puede reunir el esfuerzo de la mano; es decir la mano que empuña y al mismo tiempo las ideas que la gobiernan”. Tengo en la visual la linterna del Capitolio, la que se está restaurando, la que está siendo llevada a la posteridad por esa extraordinaria obra de restauración. Me gustaría pensar de usted igual que usted pensó de Fidel, porque usted ha sido al mismo tiempo pensador y creador, ha sido intelectual y ha sido constructor de una obra. ¿Está satisfecho con la vida, con su vida? ¿Cuántos sueños le quedan por hacer a Eusebio Leal?

Eusebio Leal: Francamente no, me obsesionan muchas cosas. Primeramente a mí me gustan mucho las cosas bellas, amo los libros, las esculturas, las cosas antiguas, amo las mujeres bellas, los niños. Aunque soy un poco herodiano después de mis relaciones con ellos, no quieras ver la cantidad de niños que saludo

De pronto el tiempo pasó y se me fue con tanta rapidez que parece que todo fue ayer. Cuando cumplí 18, cuando cumplí 40, cuando cumplí 50. Esta vida en estas formas, en que se puede tocar, comer, vivir, recitar, mirar, es una. La otra es una incógnita. Para Fidel, que era agnóstico absolutamente, era una incógnita y siempre decía: si tuviera otra solución la vida me encantaría. Él no la veía, yo trato de verla, este es un bonito recuerdo de mis relaciones con él.

Sí me gustaría haber tenido otra vida. Es más, hace muchos años dije que para poder terminar las cosas que quería me haría falta una otra vida que ya había pedido prestada y desgraciadamente hasta ahora el prestamista no ha aparecido. El tiempo se va y hay dos cosas que quiero dejar terminadas. La primera: un raro y bello monumento a Martí que está en la ciudad de Nueva York, que fue un regalo de Cuba. Estoy contando día a día el dinero que me informan llega de manos diversas para lograr realizar la reproducción exacta, y lograr traer esa romántica, bella y exclusiva estatua de Martí a La Habana el próximo año.

La segunda: ver iluminarse la lámpara del Capitolio. Pero fíjate, hubo algo en el Capitolio que quedó inconcluso. El arquitecto Félix Cavarrocas ordenó sembrar bajo el Capitolio cientos de troncos de jiquí para sostener en un suelo al parecer poco resistente una cúpula de miles de toneladas. Creó una cripta y en el año 53 se hizo una parafernalia para llevar allí los restos de un mambí que nunca fue, porque el fundamento tenía que ser el soldado libertador, anónimo, que fue a combatir y a morir por una libertad con la cual soñaba.

Entonces, por voluntad del General Presidente Raúl Castro, se llevarán allí las cenizas del mambí y se colocarán en los cimientos del Capitolio. Mañana, cuando esta entrevista esté publicándose, habrán colocado la lámpara votiva maravillosa de mármol rojo y bronce, donde se va a encender en su momento la llama, y para marzo del próximo año estará colocado ya el cenotafio, y podrán venir las cenizas de un mambí desconocido. Ese lugar misterioso está rodeado de todas las banderas de las naciones latinoamericanas que arropan el sueño existencial de Cuba. Es en lo que creo con una gran fortaleza. Si como un pequeño grano de arena en el mar inmenso mi trabajo ha servido para algo así, habría valido la pena.

Randy: Como amigo y como cubano le deseo mucha más vida para que pueda hacer esos sueños, y para que pueda hacer otros muchos, que son también los sueños multiplicados de nosotros, que queremos que no solamente sea pan la vida, sino también belleza, como usted nos dice.
Muchas gracias por todo lo hecho, muchas gracias por lo que sé que va a seguir haciendo Eusebio, y muchas gracias sobre todo por haber terminado este 2016 con nosotros en esta Mesa Redonda.
A nuestros televidentes, feliz 2017, año nuevo, y nos seguiremos viendo por acá. Seguiremos hablando de Cuba y el mundo, de lo que tenemos que hacer, de lo mucho que nos falta, y también de ese nuevo mundo que tenemos que construir y que hay que hacerlo como dice Eusebio todos los días.
Transcripción: Yanet Muñoz, Maybel Potrillé, Dayana Lourdes Puertas y María del Carmen Ramón / Mesa Redonda / Cubadebate

Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa
Entrevista a Eusebio Leal realizada por el periodista Randy Alonso para la Mesa Redonda. Foto: Roberto Garaycoa

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