Comparto con mis amigos esta publicación de mi buen amigo Joel García, sobre las interesantes reflexiones publicadas en Facebook por mi otro buen amigo y director de Buena Fe, Israel Rojas.
“He estado reflexionando estos días cuando miro las redes sociales de cómo por desgracia hay gente que saca a pasear por aquí sus dolores, su soberbia, y por qué no, también sus ignorancias. Eso es como si les dieran alimento a un monstruo de mil cabezas que se encarga de amplificar las miserias de los seres humanos, las cosas feas que pasan entre nosotros, los malos entendidos, los desaguisados. Como si no fuese suficiente estar en pandemia y estar aislados, parece que las redes se usan como un circo romano que entretiene.
“Sin embargo, hace solo unos días fue
el cumpleaños de Mario Benedetti, léanlo, disfruten su poesía. Si tiene
Internet gaste sus megas tratando de aprender cosas y no le dedique
tiempo a lo que nos separa, a lo que no es productivo, a lo que nos hace
daño. Es una sugerencia. No le dedique tiempo a lo que usted cree que
le entretiene y en el fondo le hace tantísimo daño.
“Hay gente que
no ve noticieros, no lee nada y se mal informa solo a través de las
redes sociales porque a veces considera noticias de primer orden cosas
que no son nutritivas ni van a aportar mucho al corazón de la gente.
¿Por qué le dedicamos tanto tiempo a eso y nos resulta tan morboso hacernos daño entre nosotros mismos?
“Vemos como personas que no son especialistas de una temática salen a
dar criterios como si lo fueran, a imponer una agenda y salen de su zona
de dominio. Sin embargo, eso es comida para otros. Es como un pez
pequeño que le da alimento a un pez más grande, cada vez más grande.
“No hagamos eso. Respetémonos como creadores, como artistas, como seres
humanos. Compartamos nuestras cosas positivas, buenas, seamos
cuidadosos y entendamos que no siempre tenemos la razón. Asumamos
nuestra responsabilidad cuando somos figuras públicas para hacer el bien
a los demás.
“Entendamos que una acción irresponsable puede
conllevar a que otros comentan esa misma acción irresponsable. No es
mucho pedir, es solo tener un poquito de humildad y entender que no
somos perfectos, que no somos infalibles, que nos equivocamos.
“Compartamos en las redes sociales nuestros aciertos y sobre todo
convoquemos a los demás a ser mejores personas. Hay gente que se ceba
con la ofensa, el disparate, el irrespeto. Hay quien dolorosamente está
esperando que la gente se haga daño en las redes sociales para pasarla
bien a costa de otro. Eso me entristece profundamente.
“Muchas veces
me parece horrible lo que los seres humanos nos hacemos entre nosotros
mismos en las redes sociales. Y seguimos entonces ahondando en las
diferencias cuando hay tantas cosas que nos unen y pudieran hacernos
mejores en todos los sentidos.
“Es cierto que mi proyecto se llama
Buena Fe y siempre lo veo desde la perspectiva optimista. Entre un vaso
que está por la mitad, yo siempre trato de verlo lleno. Y aún cuando sé
que no está lleno hago lo posible porque la otra parte que falta
complementarla con la dulzura, la alegría, el cariño, las cosas
positivas, el conocimiento, las cosas buenas.
“Esta semana, como les
dije, ha sido el aniversario de Benedetti y el profesor Carlos Lazo y
yo, en una ventanita en Youtube que se llama Soñando puentes de amor,
hablamos de poesía. El canal no tiene muchas vistas a pesar de que
hablamos cuánto la poesía nos ha cambiado la vida y se ha convertido en
acompañamiento de vida.
“Usemos las redes sociales para compartir
la vida con los demás, para ser constructivos, para echar pa´lante. Hay
tantas cosas que aprender, que leer. Hay muchas historias de vida y
gente que usted no conoce y ha hecho muchas cosas hermosísimas por los
demás. Héroes de su tiempo y que no lo ve ahora en Youtube, pero lo ve
después en una película de Netflix.
“He visto también artistas
urbanos cuya música es una convocatoria a la droga, a la violencia y sus
canales y videos tienen millones de vistas. Me pregunto hasta qué punto
la humanidad va a llegar. Es como si la rabia social tuviera ahí un
escape. Y me lo trato de explicar, aunque en esa ola no surfeo. No me
puedo expresar en esos códigos.
“Y yo me pongo a pensar en mis hijas
(tengo tres, incluido un varón), en mis sobrinos, en la responsabilidad
social que uno tiene como creador y si se pone a lanzar al viento
tantas ideas que pueden ser tan despoetizantes es como convertirse en
una Covid cultural que se pega, se pega y si no nos mata, nos deja
secuelas.
“Tranquilos. Nunca Buena Fe haría eso.
“Músico que me
escuchas, aprovecha este tiempo y estudia, lee, invierte en ti, en lo
que eres. Profundiza tu alma y busca más calado a tu corazón y a tus
sentimientos. Encuentra nuevos motivos para hacer canciones, para
defender tu arte, para practicar tu instrumento. Solo así cuando pase
todo esto seremos mejores y la gente te lo va a agradecer”.
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