¿ Por qué las cosas tienen que llegar a este punto ?
¿De dónde salieron estos contenedores ?
¿Dónde está el control sobre estos medios ?
Por Yenli Lemus Domíngue y Roberto Jesús Hernández
“Ese es de un vecino que ahora está en Canadá”, dijo Félix Machado,
al referirse a un “garaje” construido a partir de la unión de dos
contenedores, de esos que desentonan con el paisaje en el trayecto a la
ciudad balneario de Varadero
.
No por su vieja data son menos abundantes esas cajas metálicas, de
las cuales unas 140 se identificaron como incompatibles con la
integridad visual del corredor turístico que, por carretera, conduce a
Varadero, el mayor polo de sol y playa en Cuba, situado al norte de la
occidental provincia de Matanzas.
Preservar la trama urbana, la integración visual de espacios públicos
y privados, y garantizar la protección ambiental, destacan entre las
premisas de los planes para el segmento que coincide con la Vía Blanca
desde río Canímar hasta Cárdenas, en una franja desde la carretera, por
el norte hasta la costa, y por el sur avanza dos kilómetros.
El trazado del área del corredor procura garantizar un estricto
control del uso del suelo a través de un mejor desempeño de la
disciplina urbanística, así como también exigir el cumplimiento de las
regulaciones arquitectónicas definidas para la zona.
Preocupa que contenedores de carga, usados como facilidades
temporales en obras de la construcción, y otros creados de forma
artesanal, abunden en el área de interés socioeconómico y natural, donde
ocupan ilegalmente espacios públicos, además de afectar redes
hidrosanitarias y eléctricas.
Contenedores ¿de quién?
Falta de control empresarial, apropiación ilícita de la propiedad
estatal, y uso indebido del suelo, son realidades que coinciden en el
uso dado a los contenedores por personas naturales, prácticas que
interfieren en los planes para el corredor.
“Las estructuras metálicas son propiedad de empresas del Estado,
porque los ciudadanos no pueden adquirirlos en ningún establecimiento
comercial”, opinó Pedro Pablo Pérez, subdirector técnico de
Planificación Física en la provincia de Matanzas.
Quienes recorren las comunidades de Boca de Camarioca y Santa Marta,
advierten de inmediato la existencia de contenedores transformados en
viviendas, garajes, cuartos de desahogo, puntos de venta, y talleres.
Jailer Montalvo, director de Planificación Física en el municipio de
Cárdenas, explicó que actualmente se identifica a quienes se anuncian
como dueños de los envases, después se procede al apercibimiento legal, y
posteriormente a la aplicación de multas por ocupar el espacio sin
permiso pertinente.
Luis Valdés, director adjunto del Grupo Empresarial de la
Construcción de Obras para el Turismo en Varadero, declaró a la Agencia
Cubana de Noticias que ante la convocatoria de las autoridades, se
identificaron siete unidades pertenecientes a la entidad que él
representa.
“Construimos en Varadero hace 30 años, y esas estructuras facilitaron
el almacenamiento de materiales durante la marcha de proyectos”,
reflexionó.
“En aras de aliviar problemas de espacio, al terminar las obras
algunos trabajadores se agenciaron contenedores en mal estado, para
restaurarlos y utilizarlos como cuartos de desahogo cercanos a sus
viviendas”, dijo el representante del Grupo Empresarial de la
Construcción de Obras para el Turismo.
Agregó además Valdés que, la apropiación se facilitó por el hecho de
que los contenedores no son medios básicos registrados en la empresa,
pero ya esas estructuras se encuentran fuera del área del corredor.
Actualmente se indica que aquellos en estado crítico se entreguen a
la Empresa de Recuperación de Materia Prima. No obstante, ahora
prevalecerá una problemática para quienes no cuentan con garajes o
cuartos de deshago porque el diseño de sus comunidades no los contempló,
concluyó el directivo.
“Facilidades “temporales”
“Muchas personas usan los contenedores para guardar los carros”,
aseguró Félix Machado, residente del consejo popular de Santa Marta, y
añadió que muy cerca había varios pero ya los desocuparon.
Iluminada Suárez Felipe, vecina de la misma zona, comentó que desde
hace tres años alquila el espacio de su patio a artesanos que ubicaron
allí un contenedor, y lo emplean como punto de venta.
Agregó Suárez Felipe que se ha percatado de la ubicación de otros
próximos a su vivienda, también utilizados como establecimientos de
ventas y talleres, por trabajadores no estatales.
Plantas ornamentales, mascotas, y hasta equipos de climatización,
confieren un toque hogareño a los cubículos matrimoniales asentados de
forma “provisional” hace más de una década por la Empresa Constructora
de Obras de Arquitectura (ECOA) número 36 en Santa Marta, y erigidos a
partir de contenedores
.
“Cada caso se evalúa con sus particularidades, entre ellos el de los
cubículos matrimoniales ubicados en la zona para facilitar la
convivencia familiar a la par del desarrollo de obras arquitectónicas”,
comentó Montalvo y agregó que existe un cronograma de salida de estas
estructuras que le compete a la entidad responsable por su colocación.
“Se trabaja en un proyecto de edificio para entregar viviendas a los
obreros, es lo que nos han dicho, pero realmente no hay nada concreto”,
declaró Marta María Fon Peña, técnica de economía que hace 15 años vive
en uno de los cubículos.
En otras coordenadas
Al oeste de la provincia de Matanzas, la situación con los
contenedores tiene otros matices, pues esos recipientes son esenciales
en el traslado de recursos desde el puerto de Batabanó, en la provincia
de Mayabeque, hacia el municipio especial de Isla de la Juventud.
Aseguró Liván Fuentes Álvarez, vicepresidente de la Asamblea
Municipal del Poder Popular en la Isla de la Juventud, que esas
estructuras no alcanzan para trasladar a territorio pinero los recursos
que se almacenan en Batabanó
.
“Un número considerable de los contenedores que apoyan este proceso
hoy están deteriorados y realmente es necesario incrementar el parque
para poder traer los recursos asociados al Programa de Desarrollo
Integral, y otras necesidades de la población”, añadió Fuentes Álvarez.
“ Azúcar y otros productos de la canasta básica, materiales para la
construcción, cervezas, refrescos, alimentos enlatados, harina, y sal,
llegan por esa vía, por lo que más que necesario es imprescindible
contar con contenedores en buen estado”, enfatizó Liván.
Otra realidad se percibe en la provincia de Cienfuegos, en el centro
del país, donde el trasiego de contenedores por el puerto de su ciudad
cabecera tuvo su época de esplendor en los años 80 del siglo XX.
José Luis Rodríguez Santa Teresa, quien dirigió por muchos años la
entidad denominada Empresa Cubana de Fletes CUFLET, declaró a la ACN que
en diferentes áreas del cienfueguero se acogían unos 600 contenedores
en almacenes a cielo abierto. Era la época en que el tránsito se
caracterizaba por la importación de carga general.
Indicó Santa Teresa que cuando los recipientes perdían la capacidad
útil para el comercio internacional, se vendieron a unos 400 pesos en
moneda nacional a las empresas de la agricultura, la construcción, entre
otras, para su uso en el resguardo de materiales constructivos, abono y
urea.
Recuerda el especialista que a la empresa de cultivos varios de
Cienfuegos se les vendieron 14 contenedores para el secado de plantas
medicinales.
Sin embargo, las empresas no controlaron esos equipos y mucha gente
se llevó los contenedores para sus casas e instalaron garajes, o
pequeños cuartos de desahogos. A nadie en particular se le vendió
contenedores. Incluso una vez se hizo una recogida de esos aditamentos
por la zona de playa en el circuito sur, pero aún quedan algunos
diseminados en varios repartos de la provincia, apuntó Santa Teresa.
Retorno a la playa azul turquesa
“Para retirar los contenedores del corredor turístico hacia Varadero,
se requiere maquinaria pesada, quienes se apropiaron de ellos por sus
propios medios ahora afirman que no cuentan con recursos para
retirarlos, y es el Estado quien tiene que asumir el proceso”, comentó
Pérez.
Alberto Abreu González, jefe de control del territorio en la
dirección de Planificación Física del municipio de Cárdenas, explicó que
21 unidades se retiraron ya, de ellas siete pertenecientes a empresas
del petróleo y de la construcción, y continúa la identificación de los
propietarios originales.
Actualmente se concilia el cronograma de salida con empresas locales
que cuentan con grúas y demás equipamiento para mover las grandes
estructuras, agregó Abreu González.
“En dependencia del estado, se prevé reubicarlos en entidades donde
sean útiles, o reciclar el metal en la Empresa de Recuperación de
Materias Primas, pero realmente en ocasiones no queda claro el destino
de aquellos que son retirados con esfuerzo propio de quienes recibieron
el apercibimiento legal”, agregó Montalvo, director de Planificación
Física en Cárdenas.
Según parece, al menos quienes se dirijan hacia la famosa playa azul
turquesa de la Península de Hicacos, en el nuevo año, no encontrarán a
su paso contenedores discordantes con los paisajes naturales y citadinos
que atraen tanto a visitantes nacionales como foráneos.
Queda por ver si los contenedores que cederán el espacio a la
infraestructura necesaria para el desarrollo del polo de Varadero, tomen
el rumbo adecuado, o se conviertan otra vez en garajes, viviendas o
quioscos en las manos de nuevos “propietarios” y en otros sitios.
Mientras tanto, aparecen interesantes anuncios en la red de redes:
“vendo contenedor de 20 pies(…) el mismo se encuentra en Cárdenas (…) el
interesado deberá recogerlo allá…”
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