La aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, reiterará este viernes en la ciudad de Miami su rechazo al bloqueo norteamericano contra Cuba.
Según sus asesores, la exsecretaria de Estado calificará abiertamente
de fracasados los argumentos de algunos sectores partidarios de mantener
la política hostil hacia la Isla.
El anuncio provocó la reacción inmediata de uno de sus posibles contendientes en los próximos comicios: el senador republicano Marco Rubio, uno de los más activo de los voceros de la política anticubana en el legislativo.
En lo que el diario The Hill califica este jueves de “golpe
preventivo contra Clinton”, Rubio señaló que el rechazo de la exjefa de
la diplomacia estadounidense al bloqueo constituye un “grave error” y
reiteró sus posiciones contrarias al nuevo curso de la política de Obama
hacia la isla caribeña.
Este legislador de origen cubano, que integra un pelotón de 17
aspirantes a la Casa Blanca por el partido rojo, apenas cuenta con siete
por ciento del apoyo de los posibles electores, de acuerdo con
encuestas recientes y según expertos pudiera aprovechar el tema para
lograr una mayor visibilidad en los medios, en particular en Florida.
Rubio y otras personalidades del partido rojo prometieron que si
triunfan en las presidenciales del 8 de noviembre de 2016, cerrarán la
embajada en Cuba y romperán las relaciones diplomáticas con la isla
caribeña.
Pero especialistas en el tema advierten que esta aseveración dista
mucho de lo que revelan encuestas de opinión recientes, según las cuales
alrededor de 60 por ciento de los estadounidenses apoyan el
restablecimiento de relaciones con Cuba.
Una cifra similar estima correcta la solicitud de Obama al Capitolio
para que este levante el bloqueo económico, comercial y financiero,
condenado durante 23 años consecutivos por la Asamblea General de la
ONU.
En este contexto, los partidarios de la política de Obama hacia Cuba
se mantienen a la ofensiva y así lo demostró el legislador republicano
por Minnesota, Tom Emmer, quien presentó el 28 de julio en la Cámara de
Representantes una iniciativa contra las sanciones unilaterales.
Bajo el nombre de Ley de Comercio con Cuba 2015, la propuesta intenta
eliminar las actuales restricciones sobre las empresas estadounidenses
para comerciar con la nación caribeña, así como las prohibiciones para
que los ciudadanos norteamericanos viajen a la isla.
Además, el pasado 23 de julio, el Comité de Asignaciones del Senado
aprobó una enmienda que prevé el levantamiento de la prohibición de
viajar a Cuba a los norteamericanos.
Resulta difícil diagnosticar con precisión a qué lado favorece la
correlación de fuerzas entre partidarios y oponentes a la política de
Obama hacia la mayor de las Antillas, porque existen alrededor de una
decena de iniciativas en uno y otro sentido en el Capitolio, cuyos
miembros en los próximos días inician su receso de verano hasta
septiembre.
Sin embargo, tanto el senador demócrata Patrick Leahy -quien ha
estado en La Habana en varias ocasiones este año- como su
correlligionaria y líder de la minoría en la Cámara baja, Nancy Pelosi,
aseguran que existe un consenso mayoritario en el Congreso a favor del
levantamiento de las sanciones unilaterales contra La Habana.
(Con información de PL)