Por. Rosa Miriam Elizalde.
Las armas sónicas inaudibles son una causa poco probable de los misteriosos síntomas, concluye una investigación de Snopes*.
Acusación
Un
arma sonora inaudible explica adecuadamente la gama de síntomas
experimentados por los diplomáticos que sufren de “ataques de salud” en
Cuba.
Clasificación
Falso
Origen
Una
misteriosa disputa internacional que amenaza la recién descongelada
relación diplomática entre Estados Unidos y Cuba salió a la luz el 10 de
agosto de 2017 en una noticia reportada por primera vez por Associated Press.
El reporte se centró en una serie de enfermedades aparentemente
relacionadas que sufrieron diplomáticos estadounidenses y canadienses de
misión en Cuba. El informe original incluyó lo que luego pareció ser una especulación — por
parte de innombrados funcionarios del gobierno de Estados Unidos — de
que alguna forma de arma sonora hasta ahora desconocida era la culpable:
En el otoño de 2016, una serie de diplomáticos estadounidenses comenzaron a sufrir pérdidas inexplicables de audición, según funcionarios que conocieron de la investigación del caso. Varios de los diplomáticos eran recién llegados a la embajada, la cual se reabrió en 2015 como parte del restablecimiento del presidente Barack Obama de las relaciones diplomáticas con Cuba.
Algunos de los síntomas de los diplomáticos estadounidenses fueron tan serios que se vieron obligados a cancelar antes de tiempo su misión y regresar a Estados Unidos, dijeron las autoridades. Después de meses de investigación, funcionarios estadounidenses llegaron a la conclusión de que los diplomáticos habían sido atacados con una avanzada arma sónica que funcionaba más allá del alcance de sonidos audibles y que habían sido desplegadas dentro o fuera de sus residencias.
Más
tarde, el Departamento de Estado de Estados Unidos se desdijo de sus
aseveraciones anteriores de que específicamente habían llegado a la
conclusión de que un arma sónica estaba en uso, al decir por medio de un
portavoz que “no sabemos quién o qué está causando estos incidentes”.
El secretario de Estado Rex Tillerson ha descrito los incidentes como
“ataques a la salud”, y Cuba niega cualquier participación. Según lo informado por la Associated Press el 18 de septiembre de 2017, la gama de síntomas es inespecífica y vaga:
De las 21 víctimas estadounidenses médicamente confirmadas, algunas tienen pérdida auditiva permanente o conmociones cerebrales, mientras que otras sufrieron náuseas, dolores de cabeza y ruidos en los oídos. Algunas están luchan por concentrarse o por recordar palabras comunes, informó AP. Algunas víctimas sintieron vibraciones o escucharon sonidos fuertes misteriosamente audibles en solo parte de las habitaciones, lo que llevó a los investigadores a considerar un posible “ataque sónico”. Otras no oyeron nada, pero más tarde desarrollaron síntomas.
En
suma, los síntomas (ninguno de los cuales son universales para todos
los casos) que se han utilizado en la defensa de la afirmación de que se
utilizó un “arma sónica”, son los siguientes:
- Pérdida de la audición
- Náusea, vértigo, dolores de cabeza, ruido en los oídos
- Problemas de concentración y memoria
- Inflamación del cerebro o “daño al sistema nervioso central”
- “Una enfermedad más grave que implicó un trastorno de la sangre”
Indicios
adicionales acerca de la naturaleza del ataque, incluyendo la
ocurrencia en algunos casos de un ruido audible, fueron brindados en un
informe de la CNN del 20 de agosto de 2017, cuando se informó que
algunos diplomáticos oyeron “un sonido ensordecedoramente ruidoso [pero
no identificado] similar al zumbido creado por insectos o el chirrido
del metal contra el piso”, reportó CBS News.
Algunos sintieron vibraciones, y oyeron ruidos — ruidos fuertes o un chirrido de tono alto similar al de los grillos o cigarras. Otros oyeron el chirrido metálico.
Los
informes de chirrido en algunos y de ningún ruido en la mayoría
inicialmente provocó la especulación del gobierno y de los medios de
comunicación de que un dispositivo audible “silencioso” probablemente
fue utilizado (hay gamas de ruido cerca del sonido audible que pueden
ser oídas por algunos pero no por otros). Las dos opciones, por lo
tanto, serían de un dispositivo infrasónico (por debajo de la frecuencia
audible que los humanos oyen) o ultrasónica (por encima de ese nivel).
El
debate acerca de qué tipo de ruido inaudible se utilizaría generalmente
se reduce a lo siguiente: las ondas infrasónicas capaces de afectar
encubiertamente a los seres humanos tendrían que estar extremadamente
cerca de la víctima o ser irrealmente grandes, y no podrían utilizarse
para un ataque dirigido y en su lugar afectarían un área mayor y por lo
tanto más indiscriminada. Las ondas ultrasónicas podrían ser dirigidas,
enfocadas y transmitidas desde más lejos, pero es poco probable que
causen el grueso de los síntomas atribuidos a ellas, a menos que el
dispositivo estuviera tocando físicamente a la víctima.
Antes
de sumergirse en esta investigación, son necesarias dos variables
relacionadas con el sonido para entender lo que sigue. Estas incluyen la
frecuencia del ruido — definida por el número de ondas por unidad de
tiempo — y también su potencia — determinada por la cantidad de energía
que cada onda lleva. El primero se informa en Hz o kHz, con el
infrasonido, que incluye ruido, por debajo de 20 Hz, y el ultrasonido
que abarca el ruido por encima de 20 kHz (2 000 Hz). (Este último se
indica en decibelios o dB).
A
continuación, detallamos la investigación principal acerca de los
síntomas primarios mencionados en el reporte de los “ataques [cubanos] a
la salud”, encontrando que: a) la evidencia es bastante débil tanto
para el ultrasonido como para el infrasonido como causa de la mayoría de
los síntomas enumerados; y b) ninguno de los síntomas puede ser
descrito enteramente solo a causa de infrasonido o solo a causa de
ultrasonido.
Pérdida de la audición
- Mal explicado que la causa sea el infrasonido
- No se explica que la causa sea el ultrasonido
La fuente más citada en los informes de noticias que sugiere que el infrasonido puede causar pérdida auditiva es una reseña realizada por los NIH
(Institutos Nacionales de Salud) en 2001, en la que se declaraba (de
manera calificada) que la investigación, aunque escasa, muestra que “se
ha encontrado daño físico al oído o alguna pérdida de audición en seres
humanos y / o animales en niveles por encima de 140 dB”. El nivel de 140
dB no es una omisión menor de detalle, ya que en esencia es imposible
proyectar encubiertamente a cualquier distancia ondas infrasónicas de
140 dB. Los estudios reales revisados en este documento del NIH
generalmente sugieren lo contrario: el ruido de baja frecuencia y alta
potencia no causa pérdida auditiva, temporal o de otro tipo, si está por
debajo de la energía considerablemente alta de 150 dB.
El ruido ultrasónico es ampliamente considerado como irrelevante para la pérdida de la audición.
Otro estudio realizado en 2001 por Jürgen Altmann,
especialista en armas acústicas y físico en la Technische Universitaet
de Dortmund en Alemania, que investigó la mayor parte de la literatura
hasta ese momento, concluyó que en el ultrasonido “el oído queda
esencialmente intacto” si los niveles son inferiores a 140 dB.
Dolores de cabeza, oídos, vértigo y náuseas
- No se explican por el infrasonido
- Evidencia no concluyente con respecto al ultrasonido
Basado
en las reseñas realizadas por los NIH y por Altmann, no hay consenso
científico acerca de la fatiga, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos
o vértigo en relación al ruido infrasónico. El único síntoma discutido en esta categoría como un posible resultado del ruido infrasónico es la náusea. Según NIH:
No hay consenso acerca de la actividad biológica del infrasonido. Los efectos reportados incluyen […] náuseas, vómitos y espasmos intestinales.
Altmann
(y muchos otros) argumentaron que los síntomas gastrointestinales, como
las náuseas y los espasmos intestinales en particular, aunque
frecuentemente reportados en la prensa, han sido exagerados y no pueden
ser vinculados al sonido infrasónico:
Los efectos de vértigo y náuseas en los artículos periodísticos atribuidos a los infrasonidos intensos no pueden ser confirmados. Por otra parte, las frecuencias bajas (pero audibles) de 50–100 Hz a 150–155 dB causaron náuseas leves.
Sin
embargo, muchos de los síntomas mencionados anteriormente (dolores de
cabeza, zumbidos en los oídos, náuseas y fatiga) fueron mencionados
alguna vez en la literatura como “enfermedad ultrasónica”.
Este conjunto de síntomas y sus vínculos con el ruido ultrasónico se
basan en numerosos informes de trabajadores en las proximidades de una
variedad de dispositivos o herramientas ultrasónicos. Altmann ha
argumentado que esta literatura es difícil de interpretar, ya que estos
entornos contienen también sonidos audibles significativos. Una revisión de 2013 acerca de los efectos del ultrasonido en los humanos plantea un argumento similar:
Muchos estudios confirmaron la aparición de síntomas subjetivos como mareos, alteraciones del equilibrio, tinnitus y fatiga por exposición al ruido emitido por dispositivos ultrasónicos. Se supone que esos síntomas son el resultado del efecto del ruido sobre el sistema vestibular; sin embargo, son necesarios más estudios […].
Según los resultados de estudios de los años de las décadas de 1960 y 1970, los componentes “audibles” del espectro de ruido son, ante todo, responsables de los síntomas subjetivos entre trabajadores expuestos al ruido emitido por dispositivos ultrasónicos.
Problemas de concentración y memoria
- Mal explicado por el infrasonido
- Mal explicado por el ultrasonido
Hay pocos estudios humanos que aborden los efectos neurológicos del sonido infrasónico en la cognición. Entre estos, algunos estudios individuales demuestran
una conexión entre el infrasonido y la cognición en seres humanos y
animales. Sin embargo, en general la mayoría de las investigaciones no
demuestran conexión alguna y ninguna sugiere problemas permanentes o
persistentes después de la exposición, como se indica en la reseña de los Institutos Nacionales de Salud en 2001:
En varios experimentos para evaluar el desempeño cognitivo durante la exposición a infrasonidos […] no se observó en los sujetos una reducción en el desempeño. La exposición a infrasonidos a 10–15 Hz y 130–135 dB durante 30 minutos tampoco produjo cambios en las funciones nerviosas autónomas.
En cuanto al ultrasonido, la revisión de 2013
señaló que muchos problemas de concentración podrían estar asociados
con los síntomas de la “enfermedad del ultrasonido” sin estar causados
directamente por el propio ruido:
Vale la pena mencionar que algunos efectos subjetivos de la exposición al ruido ultrasónico, tales como fatiga, dolor de cabeza, incomodidad o irritación, pueden perturbar funciones cognitivas humanas.
Este
conjunto de investigaciones se refiere a la aparición transitoria de
estos síntomas al estar en contacto directo con ese sonido, y no hace
ninguna sugerencia de problemas prolongados de memoria, como la
dificultad para recordad palabras. Fuera de los estudios ocupacionales
que carecen de relevancia para el desarrollo de armas sónicas, y que por
su naturaleza incluyen también el sonido audible, hay poca evidencia en
seres humanos como para sugerir que el ultrasonido pueda ser la causa
de daño neurológico permanente.
Lesión cerebral traumática leve
- Mal explicada por el infrasonido
- No se explica por el ultrasonido
Altmann, autor de la revisión de 2001 de armas acústicas, dijo a la Associated Press:
No conozco ningún efecto acústico o dispositivo que pueda producir una lesión cerebral traumática o síntomas de conmoción cerebral.
El
único mecanismo real para un daño al sistema de órganos internos, como
el cerebro, sería por medio de algún tipo de potente vibración interna
causada por la fuerte vibración de las propias ondas sonoras. Los científicos concuerdan
en que como mejor podría lograrse sería con infrasonidos, pero la
evidencia de que tales frecuencias puedan hacer que esto suceda es
bastante limitada y se deriva casi por completo de estudios sobre
animales o informes anecdóticos.
Una reseña de 2009 publicada en Military Medicine
señala que las “propiedades extraordinarias” se han atribuido al
infrasonido, incluyendo la capacidad de “debilitar a las personas
durante horas e incluso días”, con ‘pulsaciones en sus órganos internos y
visión borrosa, las cuales pueden conducir a, en raros casos, a la
muerte’”. Pero esta reseña también destaca la realidad de que casi no
existen estudios que respalden tales aseveraciones. De hecho, los
estudios realizados tan anteriormente como 1978 y tan recientemente como 2009
llegan a la conclusión de que un arma infrasónica utilizada para dañar
los principales sistemas de órganos sería poco convincente, si no
completamente imposible.
En términos de ultrasonido,
es esencialmente imposible que este tipo de energía penetre en el
cuerpo humano sin contacto directo, ya que las ondas se disipan
rápidamente a través del aire (y, debe notarse, también muy rápidamente
dentro del cuerpo). Respondiendo a las cuestiones de que las ondas
ultrasónicas podrían causar daño cerebral, Robin Cleveland, profesor de
ciencias de la ingeniería en la Universidad de Oxford, dijo al Guardian
que no lo cree: “El sonido tendría que entrar en el propio tejido
cerebral […]. Si hay incluso un poco de aire entre el sonido y el
cuerpo, no penetra”.
Trastornos de la Sangre
- No hay suficiente información
Sin
saber más que lo que una víctima experimentó, “una enfermedad más grave
que implicara un trastorno de la sangre”, es difícil evaluar
confiadamente la verosimilitud de este tipo de enfermedad, excepto para
decir que las razones por las que el ruido ultrasónico no explican el
daño cerebral probablemente sean también válidas para cualquier
enfermedad que requiera que el sonido penetre en el cuerpo. Según los NIH,
el efecto reportado más sistemáticamente acerca del ruido infrasónico
(aunque los mecanismos no están claros) parece ser cambios en la presión
sanguínea y la frecuencia respiratoria, lo que podría estar vinculado
indirectamente a otras enfermedades. No hay evidencia existente que
vincule el ruido de alguna clase con el desarrollo de una afección de la
sangre.
Al final, ni el infrasonido o el ultrasonido funcionan como explicación
Tomando
al pie de la letra hasta la más tenue investigación científica, un
dispositivo ultrasónico podría ser responsable por la ocurrencia transitoria
de fatiga, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos, vértigo y náuseas y
problemas (aún más dudosos) de concentración y memoria. Tomando un
enfoque similarmente flojo para el infrasonido, este tipo de ruido
podría causar pérdida de audición, náuseas, y (más dudosamente) alguna
forma de malestar o daño de órganos. Ninguno de los dos puede explicar
todos los síntomas.
Además,
no hay forma real de crear una versión encubierta de cualquiera de los
dispositivos. F. Joseph Pompei, ex investigador del MIT y actual
director ejecutivo de una compañía que desarrolla dispositivos que
enfocan el sonido en rayos estrechos y orientados, nos dijo que un haz enfocado o controlable de sonido a 20Hz (infrasónico) requeriría una serie de subwoofers “del tamaño de un estadio”.
A la inversa, nos dijo que para
que un dispositivo ultrasónico penetre en el cuerpo, la víctima tendría
que estar sumergida en agua o estar en contacto físico con el
dispositivo (ambas situaciones permitirían que esas ondas pasaran al
cuerpo sin rebotar). Así mismo, esto parece improbable que sea un ataque
encubierto.
“Parece muy atractivo e interesante, pero me resulta difícil creer que realmente exista un dispositivo de este tipo”, dijo a The Verge John Oghalai,
director del Departamento Caruso de Otorrinolaringología y de Cirugía
de Cabeza y Cuello en la Universidad del Sur de California.
Colectivamente, la investigación científica — que en muchos casos señala
que los informes anecdóticos e inexactos en los periódicos han ofuscado
por mucho tiempo la ciencia real detrás de la credibilidad de un
dispositivo de este tipo — demuestra que ninguna clase de sonido podría
crear la gama de síntomas descritos por las víctimas de los ataques a la
salud en Cuba, e incluso si pudieran, un dispositivo encubierto sería
difícil, si no imposible, de diseñar. De esta manera clasificamos como
falsa la afirmación específica de que un dispositivo sónico inaudible explica adecuadamente los ataques a la salud en Cuba.
*Snopes, también conocida como Urban Legends Reference Pages,
es una página web conocida como fuente para la validación o
invalidación de leyendas urbanas, rumores de internet, hoax, cadenas de
mensajes, y otras historias de procedencia incierta en la cultura
popular (principalmente estadounidense). El lema de la web es «Rumor Has
It» (según los rumores… literalmente, el rumor lo tiene).
Puede leer el artículo original en Snopes: Do ‘Sonic Weapons’ Adequately Explain ‘Health Attacks’ on Diplomats in Cuba?
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
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