jueves, 10 de agosto de 2017

Una historia de película: diplomáticos estadounidenses se quedan sordos en Cuba

 

 

Sergio Alejandro Gómez

Cuando las relaciones entre Washington y La Habana habían caído en un aburrimiento soporífero, aparece la historia de unos diplomáticos estadounidenses que el año pasado sufrieron inexplicables daños auditivos en Cuba.

La teoría manejada hasta ahora, digna de las mejores novelas de espionaje, es que algún equipo de inteligencia cubano causó problemas físicos a los funcionarios norteamericanos y sus familiares, quienes tuvieron que abandonar el país. En respuesta, Washington ordenó la salida de dos miembros del personal diplomático de la Isla en Washington antes del 23 de mayo último.
Carece de sentido, en mi opinión, que Cuba se involucre en un acto de ese tipo en las condiciones actuales. Ni en la peor época de Bush se reportaron casos de agresión directa de tal magnitud. La idea de que el incidente pudo haber ocurrido fuera de la cadena de mando cubana, manejada por algunos, también me parece descabellada. El tema de las relaciones con Washington es de seguridad nacional.
Hay algo que no encaja.

Y para ponerle más intriga, cuando uno busca equipos ultrasónicos para espionaje en Internet, lo primero que sale es el «ULTRASONIC BLOCKER CELULAR RECORDER». Este equipito, mucho menos potente de los que seguramente poseen las agencias norteamericanas, evita las grabaciones de audio introduciendo un ruido de fondo que los humanos no son capaces de escuchar.
«Tiene total efectividad para micrófonos con cable Shoro y MKY, la mayoría de los grabadores Edic, Iphone 4, 5 y 6, así como dispositivos encubiertos de escucha y transmisores, lo que lo convierte en una herramienta imprescindible para tareas de contramedidas electrónicas», refiere el sitio web que lo vende.

La OMS establece en 55 decibeles el nivel de ruido que el oído humano puede tolerar sin alterar su salud. La exposición por largos periodos a ondas de ultrasonidos de baja frecuencia puede generar mareos y perdidas auditivas, de acuerdo con los expertos.

Un equipo de escucha, cómo el que podrían utilizar los servicios de inteligencia para grabar conversaciones de diplomáticos, en teoría funciona como una antena de grandes capacidades de recepción, no emite ningún tipo de ruido.

¿Será que el daño se lo provocaron los propios estadounidenses evitando ser escuchados?
La declaración oficial del Minrex asegura que Cuba está dispuesta a colaborar con las autoridades norteamericana para esclarecer lo sucedido y reafirma que jamás prestará su territorio para una agresión. Pero no arroja pista sobre la posible causa de los hechos.

Es decir, la historia continúa, y está de película. ¿Tendrán algo que ver los rusos (ahora todo lo malo que pasa viene del Kremlin)? ¿Los chinos? ¿Extraterrestres?

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