Por Aymara Vigil
Sabrán todas aquellas mujeres que nos leen y tienen hijos (y las que no también han de imaginarlo), que dar el pecho a un bebé es un acto de amor inmenso, y quizás, el primero que brinda la madre a su descendiente. Y es que la lactancia materna va más allá de la conexión emocional que se establece entre las féminas y sus pequeños retoños, y es a la vez la forma de alimentación más sana, completa y natural que se pueda ofrecer a los recién nacidos.
La leche humana es rica en proteínas, hormonas, factor de crecimiento y otros componentes fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuado de los bebés. A través de ella, las niñas y los niños absorben con mayor facilidad una serie de nutrientes que en otras fórmulas lácteas o leche animal les cuesta un poco más de trabajo asimilar.
La importancia de esta práctica es tal, que incluso expertos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas la declararon como un derecho humano que debe de ser fomentado y protegido. Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también se ha pronunciado al respecto, y estima que, anualmente, la vida de más de 800 mil pequeños puede salvarse si las madres siguen las recomendaciones de comenzar la lactancia materna una hora después del nacimiento y mantenerla en exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
La lactancia materna exclusiva ha de ser vista de beneficio para los bebés, las madres y las familias, pero también como una inversión en la salud pública y un ahorro importante para los gobiernos a largo plazo.
Es por ello, que desde este primero de agosto y hasta el próximo día siete del propio mes, se celebrará en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que está destinada a fomentar este acto de amor maternal, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Cuba, por supuesto, no está exenta de las celebraciones por la vida y los derechos humanos que implica la fecha, y que constituye una premisa de los servicios de salud de la Isla.
Está científicamente comprobado que gracias a la lactancia y al contacto piel a piel, los bebés pueden ser menos vulnerables a diferentes enfermedades y afecciones, e incluso, el proceso de recuperación ante estos sería más rápido y eficiente.
En Cuba, más del 97 por ciento de los bebés que vienen al mundo se alimentan exclusivamente con la leche de sus madres, lo que significa que uno de cada dos niños menores de seis meses recibe únicamente como alimento la leche materna, cifra superior a la meta propuesta del 95 por ciento, y que actualmente se cumple en todas las provincias del país.
Según datos del año 2010 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Cuba es considerada como el mejor país de América Latina en la campaña internacional por la lactancia materna.
Mientras, informaciones de hace apenas un año de la ONG Save the Children confirmaron que Cuba es el mejor país en América Latina para ser madre, pues en la Isla existen condiciones que posibilitan la hermosa tarea de la maternidad. Esta organización también destacó en ese momento que solo con lactancia materna se podrían evitar un millón de muertes infantiles al año en el mundo, asunto que en la Mayor de las Antillas está controlado.
Otros reportes de la UNICEF durante este propio año 2017, ratificaron que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil severa, gracias a los esfuerzos gubernamentales por mejorar la alimentación del pueblo, especialmente la de aquellos grupos más vulnerables.
La UNICEF también puntualizó que en el mundo en desarrollo existen más de 145 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, una realidad que nada tiene que ver con lo que acontece con los infantes de la Isla, quienes son reconocidos mundialmente por estar ajenos a los males de la desnutrición, la hambruna, la pobreza…
Todos estas cifras y logros en materia de derechos humanos para Cuba están estrechamente vinculadas con el primer alimento de los recién nacidos, por lo que la lactancia materna forma parte de las prioridades en la Isla para mantener una infancia saludable y feliz.
En el 2004, un grupo de especialistas cariocas viajaron a Cuba para realizar una presentación sobre los bancos de leche humana en el Congreso Internacional de Pediatría que se celebró en ese año.
A partir de aquel momento, se estableció una estrecha colaboración entre la UNICEF, la Agencia Brasileña de Cooperación y el Programa Iberoamericano de Bancos de Leche Humana (BHL), con el Gobierno de la Isla y el Ministerio de Salud Pública, quedando establecidos bancos de leche materna en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Sancti Spíritus, Camagüey, Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Santiago de Cuba y Granma.
La leche materna que es procesada en los BLH ayuda a complementar el alimento de niñas y niños prematuros, o de aquellos cuyas madres no pueden, o no quieren por disímiles razones, dar el pecho.
De acuerdo con la doctora Ana Lilia Triana Abad, responsable del proyecto de Bancos de Leche Humana en Cuba, en una entrevista concedida al diario Granma, son muchas las madres cubanas “que pueden proporcionarle a otro bebé el beneficio del cual disfruta el suyo, donando de la leche materna con la cual está dando de mamar a su hijo”.
En nuestro país no ocurre como en otras naciones del orbe, pues a las donantes no se les paga, ni son retribuidas de otra manera por su leche. Esta donación que cada mujer elige realizar a los BLH es totalmente voluntaria y constituye un ejemplo fehaciente de la solidaridad y el humanismo que caracteriza al pueblo cubano, esta vez para que todas las niñas y los niños puedan disfrutar de un futuro mejor, que comience por la alimentación primera, esa que constituye una acto de amor infinito.
Sabrán todas aquellas mujeres que nos leen y tienen hijos (y las que no también han de imaginarlo), que dar el pecho a un bebé es un acto de amor inmenso, y quizás, el primero que brinda la madre a su descendiente. Y es que la lactancia materna va más allá de la conexión emocional que se establece entre las féminas y sus pequeños retoños, y es a la vez la forma de alimentación más sana, completa y natural que se pueda ofrecer a los recién nacidos.
La leche humana es rica en proteínas, hormonas, factor de crecimiento y otros componentes fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuado de los bebés. A través de ella, las niñas y los niños absorben con mayor facilidad una serie de nutrientes que en otras fórmulas lácteas o leche animal les cuesta un poco más de trabajo asimilar.
La importancia de esta práctica es tal, que incluso expertos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas la declararon como un derecho humano que debe de ser fomentado y protegido. Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también se ha pronunciado al respecto, y estima que, anualmente, la vida de más de 800 mil pequeños puede salvarse si las madres siguen las recomendaciones de comenzar la lactancia materna una hora después del nacimiento y mantenerla en exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
La lactancia materna exclusiva ha de ser vista de beneficio para los bebés, las madres y las familias, pero también como una inversión en la salud pública y un ahorro importante para los gobiernos a largo plazo.
Es por ello, que desde este primero de agosto y hasta el próximo día siete del propio mes, se celebrará en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que está destinada a fomentar este acto de amor maternal, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. Cuba, por supuesto, no está exenta de las celebraciones por la vida y los derechos humanos que implica la fecha, y que constituye una premisa de los servicios de salud de la Isla.
Todos los recién nacidos deberían alimentarse con la lactancia materna exclusiva hasta los seis primeros meses de vida, y posteriormente continuarla de conjunto con la administración de otros alimentos hasta los dos años.
Amamantar en Cuba
Está científicamente comprobado que gracias a la lactancia y al contacto piel a piel, los bebés pueden ser menos vulnerables a diferentes enfermedades y afecciones, e incluso, el proceso de recuperación ante estos sería más rápido y eficiente.
En Cuba, más del 97 por ciento de los bebés que vienen al mundo se alimentan exclusivamente con la leche de sus madres, lo que significa que uno de cada dos niños menores de seis meses recibe únicamente como alimento la leche materna, cifra superior a la meta propuesta del 95 por ciento, y que actualmente se cumple en todas las provincias del país.
Según datos del año 2010 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Cuba es considerada como el mejor país de América Latina en la campaña internacional por la lactancia materna.
Mientras, informaciones de hace apenas un año de la ONG Save the Children confirmaron que Cuba es el mejor país en América Latina para ser madre, pues en la Isla existen condiciones que posibilitan la hermosa tarea de la maternidad. Esta organización también destacó en ese momento que solo con lactancia materna se podrían evitar un millón de muertes infantiles al año en el mundo, asunto que en la Mayor de las Antillas está controlado.
Otros reportes de la UNICEF durante este propio año 2017, ratificaron que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil severa, gracias a los esfuerzos gubernamentales por mejorar la alimentación del pueblo, especialmente la de aquellos grupos más vulnerables.
La UNICEF también puntualizó que en el mundo en desarrollo existen más de 145 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, una realidad que nada tiene que ver con lo que acontece con los infantes de la Isla, quienes son reconocidos mundialmente por estar ajenos a los males de la desnutrición, la hambruna, la pobreza…
Todos estas cifras y logros en materia de derechos humanos para Cuba están estrechamente vinculadas con el primer alimento de los recién nacidos, por lo que la lactancia materna forma parte de las prioridades en la Isla para mantener una infancia saludable y feliz.
A estas alturas de este artículo, no deben quedar dudas de los beneficios que tiene la leche materna en los recién nacidos. No obstante, si usted es de las personas que se pregunta mientras lee: ¿qué es lo que pasa cuando una madre no puede amamantar a su bebé? Sepa que también en nuestro país se han encontrado las respuestas para ello.
¿Y si no puedo?
En el 2004, un grupo de especialistas cariocas viajaron a Cuba para realizar una presentación sobre los bancos de leche humana en el Congreso Internacional de Pediatría que se celebró en ese año.
A partir de aquel momento, se estableció una estrecha colaboración entre la UNICEF, la Agencia Brasileña de Cooperación y el Programa Iberoamericano de Bancos de Leche Humana (BHL), con el Gobierno de la Isla y el Ministerio de Salud Pública, quedando establecidos bancos de leche materna en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Sancti Spíritus, Camagüey, Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Santiago de Cuba y Granma.
La leche materna que es procesada en los BLH ayuda a complementar el alimento de niñas y niños prematuros, o de aquellos cuyas madres no pueden, o no quieren por disímiles razones, dar el pecho.
De acuerdo con la doctora Ana Lilia Triana Abad, responsable del proyecto de Bancos de Leche Humana en Cuba, en una entrevista concedida al diario Granma, son muchas las madres cubanas “que pueden proporcionarle a otro bebé el beneficio del cual disfruta el suyo, donando de la leche materna con la cual está dando de mamar a su hijo”.
En nuestro país no ocurre como en otras naciones del orbe, pues a las donantes no se les paga, ni son retribuidas de otra manera por su leche. Esta donación que cada mujer elige realizar a los BLH es totalmente voluntaria y constituye un ejemplo fehaciente de la solidaridad y el humanismo que caracteriza al pueblo cubano, esta vez para que todas las niñas y los niños puedan disfrutar de un futuro mejor, que comience por la alimentación primera, esa que constituye una acto de amor infinito.
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