sábado, 20 de mayo de 2017

Eusebio Leal: Ningún proyecto de desarrollo que prescinda de la cultura puede prosperar


Varios lectores de Cubadebate pidieron a través de los comentarios la Conferencia íntegra del historiador Eusebio Leal en el reciente evento internacional sobre inversiones en el turismo, que tuvo lugar en La Habana. Nuestra periodista Susana Tesoro, que reportó el importante evento acometió la paciente labor de transcripción de esas palabras, que hoy les ofrecemos en exclusiva. Hacemos la salvedad que no fue un texto escrito, fue una conversación entre el Presidente de SAHIC, Señor Arturo García Rosa con el Historiador de La Habana.
Eusebio Leal en su conferencia a los participantes en el evento SAHIC (South American Hotel and Tourism Investment Conference)
Eusebio Leal en su conferencia a los participantes en el evento SAHIC (South American Hotel and Tourism Investment Conference)

Transcripción de Conferencia dictada por Eusebio Leal Spengler, en reunión de evento SAHIC (South American Hotel and Tourism Investment Conference), el martes 16 de mayo.
“Me alegra mucho estar aquí y que podamos tener este diálogo sobre un tema tan interesante como es la restauración…algo que en definitiva muestra la importancia que tiene el desarrollo del turismo no solo como fenómeno  económico para el país sino también por su importancia cultural. Ningún proyecto de desarrollo que prescinda de la cultura puede prosperar, por lo tanto, en el caso de Cuba, y particularmente de La Habana, y más aún desde del centro histórico, y de la red de ciudades patrimoniales, lo que nos impresiona es el caudal acumulado de patrimonio, de memoria, de piedras, y de tradiciones que son -creo yo- uno de los elementos más interesantes para la opción Cuba en el campo de turismo.

Quiere decir que ese movimiento humano no va solamente en todas las direcciones en la búsqueda de paraísos circunstanciales: arenas preciosas, lugares de la naturaleza para ver y preservar, sino también un diálogo directo con su gente y con su creación, en este caso particular una ciudad bella como es La Habana a la que un gran periodista norteamericano llamó la Roma americana, con mucha razón.
La ciudad cumplirá 500 años y la convierte entre las primeras ciudades fundadas en el nuevo mundo y solamente está precedida por ciudades de Cuba como la Asunción de Baracoa, San Salvador de Bayamo, todas las cuales son patrimonio nacional, y las primeras fundadas por el propio Colón, quien con las ruinas de su nave construye el Fuerte Navidad que va a ser el primer asentamiento hispano en las Antillas.

Para éste aniversario de la ciudad se proyectan obras de mucha importancia no solo en La Habana sino en toda Cuba: en Cienfuegos, Santiago de Cuba, Sancti Spiritus, Camagüey, Baracoa y otras. Pero solo pienso en los años que son necesarios para poder demostrar que lo que era valioso y atractivo además de la naturaleza, y eran estas bellas ciudades y sobre todo la misteriosa, prohibida, y a veces por mucho tiempo inaccesible, Habana. Pero todo el que la descubre queda prendado de ella, sobre todo porque La Habana es un estado de ánimo.

La cultura cubana tuvo a mi predecesor el Dr Emilio Roig de Leushering, y tuvo otros precursores y precursoras que lucharon para inscribir estos sitios en el índice del Patrimonio mundial. Es impresionante que una isla tan pequeña como Cuba tenga tantos sitios del patrimonio mundial, tantos sitios bajo protección.

La Habana está en una plataforma de rocas que se proyecta sobre su puerto muy hermoso, es como un canal, como una bolsa, no hay cosa más bella que ver cuando ingresa un crucero y entra y ve a las personas y prácticamente pueden dialogar con ellas desde la cubierta.

Y ahí observamos la evolución de lo que se hizo; tengo que decir que entonces (hace algunos años) muy pocas personas creían en mí: yo era un guía de turismo; me llamaban y me decían va a llegar un barco, y así los guiaba y me preparé para hablarle a cada cual como un guía, para el que llega y el que habita, y en nombre de eso trabajé en la formación de guías en el Hotel Sevilla y desde allí salíamos caminando a recorrer un barrio de interesantes ruinas en la parte antigua de La habana y veíamos que poniendo la mano sobre aquello se restauraría. También comprendí que en una ciudad habitada realizar un plan de restauración sin hace un proyecto social, era imposible. De ahí nacieron las escuelas de oficios, la creación de infinitos puestos de trabajo, cuando existían solamente algunos pocos hoteles como el muy prestigioso Inglaterra, que eran como llamas vivas de atracción de la ciudad que consideraban pasada.

Hoy nos abrimos paso entre una multitud de gente de todas partes del mundo y te diría que el 90 % de los que vienen al país quieren llegar a La Habana, y cuando llegan se encuentran con que lo más interesante son sus gentes, que pueden entrar y salir a cualquier hora de la noche, ir y venir -sin que eso sea una visión idílica- porque se trata de una ciudad viva, hay ciertas cosas que no pasan en La Habana y en Cuba, te diría que junto a la belleza del ambiente están viendo imágenes de antes y después.

Había que tener una fe casi religiosa -y yo la tengo-, para lograr, que eso fuera posible y que no todo fueran objetos. Esto sería fácil si fuera Disneylandia, hacer un pequeño pueblito latinoamericano cubano para mostrar, sería fácil. Lo importante era integrar la escuela, la comunidad, la casa, volver a traer al árbol bajo el cual se fundó la ciudad a la gente y decirle que desde allí surgiría el renacimiento de La Habana
.
Hoy cuando vas hacia La Habana Vieja ves las grúas torres que están levantando los antiguos hoteles donde vivieron los artistas, los escritores, los boxeadores, los cineastas, los novelistas, los poetas de todos los tiempos que vinieron La Habana y junto a ellos la gente va desarrollando un proyecto interesantísimo de vida que me parece el atractivo principal.
habana-ciudad-maravilla
Esto de hacer la restauración en medio de la gente es complicadísimo, porque es difícil poner de acuerdo a muchas personas, sobre todo cuando hay una tendencia en el continente americano de la creación de la comisión. Una vez escuché decir a un sabio, que para lo que usted no quiera solución, cree una comisión (risas), y para lo que usted quiera hacer busque a las personas que van a hacer, porque es muy fácil decir pero pasar del hacer al decir… para mí se sintetizó en esta cuestión: muchos fundan, pero pocos perseveran, aquí lo importante es perseverar.

Yo he tenido una gran oportunidad. Recordaba que cuando moría el Emperador de Austria, lo llevaban en una gran procesión a la iglesia de los Capuchinos en Viena, un heraldo tocaba el gran aldabón del pórtico del sepulcro y preguntaba desde adentro una voz tenebrosa: ¿Qué buscan? Y les decían: aquí traemos al Príncipe de la casa de Hamburgo, al hijo milenario de la Dinastía, al Rey de Hungría al Principe del sacro imperio, y la respuesta “No lo conocemos” y luego decían aquí traigo a un pobre pecador, y la respuesta: “Bueno, entonces que pase”.

Me hablan de la calle Obispo que es una multitud muy grande, es un maremágnum, me encanta ver esa multitud que avanza ver que la calle avanza y eso que la calle empieza ahora a eclosionar. Imaginen que se acaba de terminar y se abrirá en los próximos días el hotel Manzana, por ejemplo, y debajo del Hotel Manzana apareció un trozo la muralla, nosotros lo sabíamos porque la arqueología lo había determinado todo y había que tomar decisiones osadas.

A la entrada de la Plaza de la Catedral esta también enterrada la Muralla y estaba al lado el Palacio del Arzobispo. Cuando decidí que había que desbaratar esa calle el Arzobispo me dijo: “Oye no voy a poder entrar a ni a mi casa”. Y le dije: “Voy a dejarte una calle de entrada pero, ¡qué suerte! aparecieron enterrados 12 grandes cañones que los astilleros dejaron por inservibles, para cada uno de ellos hacían falta años y aquel lugar que era un arrabal se convirtió de pronto en la ciudad bella y lo más bello es que está habitado por las familias de la plaza, cada uno de los cuales al tocar su puerta han dicho vamos a integrar nosotros en el marco de la Ley, el proyecto de desarrollo, vamos a hacer esto y aquello, y se está produciendo un movimiento dentro de la ciudad que la va a convertir en un mejor discurso para el 500 aniversario. Resumen: cuesta un trabajo tremendo poner de acuerdo a las personas.
La Catedral de La Habana. Foto: José Antonio Castro / Cubadebate
La Catedral de La Habana. Foto: José Antonio Castro / Cubadebate
Recuerdo cuando en 1995, el difunto Presidente, siempre recordado por mí con gratitud, el Comandante en Jefe Fidel Castro, me invitó a Cartagena de Indias, una ciudad preciosa, hermana de La Habana, que formaba como un triángulo equilátero en el Caribe, en un mar absolutamente fortificado con obras diseñadas por los grandes ingenieros italianos que al servicio de la Corona española la convirtieron en un teatro con una sola salida hacia el Atlantico.

Sobrevolando Cartagena Fidel me preguntó: ¿qué podemos hacer por La Habana?, ya desde 1967 se habían empezado los trabajos en lo que es hoy la Plaza de Armas y yo le dije consolide el principio autoridad y era preciso hacer un plan de lo que va a pasar mañana y pasado, y más allá de nosotros y hacer que esto no se convierta en una Ley muerta sino en conciencia pública y ciudadana.

Esa Plaza Vieja era un aparcamiento horrible, pero como la composición del manto era demasiado fuerte decidimos que había que destruir esa Plaza, pero había una escuela con 500 niños y ellos no podían soportar esos ruidos, yo había hecho un plan equivocado: hacer explosión perfecta de un solo día y a una misma hora, pero vinieron los vecinos preocupados por sus casas y dije: tienen razón. Escuché la voz de ellos y le dije a mis colaboradores: esto hay que hacerlo a mano, lo cual parecía una locura, el ruido era monstruoso y entonces le dije a la Directora de la Escuela: vamos por el barrio y en todos los edificios restaurados vamos a colocar un aula de primaria mientras se restaura la Plaza y entonces surgió, no por la obra de un profeta, sino por un ruido: las aulas en los edificios restaurados, y los turistas pasan y lo ven al principio era algo extraño pero ya van los turistas pasando por los lugares y en cada sitio hay un aula de primaria y los niños hacen su abstracción de los turistas y siguen en lo suyo. Pero ellos tienen una barrera porque le turismo lo quiere todo quiere todas las puertas, las calles, los restaurantes los hoteles, y lo bonito, lo sabio, lo real es que tengan ese teatro que tienen hoy , y la gente quiere eso, la escuela, el teatro, la casa, el hábitat, eso es la clave y esa fue la doctrina salvadora.

Ante una pregunta relacionada con el presupuesto para esas obras, Leal respondió:

Hay que enamorarse, yo tengo una novia perenne que se llama La Habana, francamente no me han faltado otras, pero, mi matrimonio real es con Cuba y con La Habana, y ese matrimonio es perfecto y la convierte a ella en una viuda eventual en cualquier momento, te aseguro que la vida entera me llevó a eso y se construyó un personaje que no es éste, yo le pregunté a una colaboradora mía que está ahora en el público: ¿cómo debo ir vestido mañana?, me dijo usted tiene que presentarse con una guayabera. Lo más cómodo para mi seria haberme puesto el hábito de todos los días, mi color preferido es el azul, sin embargo por una necesidad eventual, tengo 7 pantalones y 7 camisas del mismo color que uso todos los días y a todas horas.

A Napoleón le dijeron una vez qué hace falta para ganar una guerra Me decía un gran sabio norteamericano: “Todo eso que ustedes hacen lo hacemos con tecnología y para eso disponemos de tanto y tanto, sin embargo yo quisiera cambiar todo eso por esa pasión de usted, esa pasión que logra hacer cosas extraordinarias”

Napoleón hablaba de mucho dinero pues hacen falta vestir armar al ejército. Pero otra cosa hace falta, dicen que Lord Wellington, el ayudante le dio unos prismáticos y le dijo : allí está al alcance de los proyectiles de nuestros soldados y le ripostó; cállese, ese sombrero levantado vale en el campo de batalla 100 mil hombres. Quiere decir: liderazgo, voluntad y perseverancia y desde luego eso me ha costado caro porque construí al personaje dentro de un rato cuando me quite este y me ponga el otro es alguien que no me deja vivir, no me deja vida privada ni tiempo libre y estoy encantado con mi relación con las personas, voy por la calle y me dan cartas, una me dice un secretico, otra me dice gracias por lo que ha hecho por la ciudad, viene otro sudoroso queriendo saludarme y yo en vez de darle la mano algo que sería muy gentil, le doy un abrazo.

Y entonces a partir de ese diálogo permanente es que es posible caminar por sas calles tranquilamente como yo quiero y ver como las cosas florecen y se levantan, me alegra muchisimo que esa sea hoy una pasión nacional, pero no por culpa mía, yo represento a una multitud: Eusebio Leal es el seudónimo de una locura que se llama Cuba (Aplausos).
Eusebio Leal, Historiador de La Habana, durante el conversatorio realizado con Arturo García (D), presidente y fundador de SAHIC, en la Conferencia Sudamericana de Inversión en Hotelería y Turismo (SAHIC, por sus siglas en inglés),  en el Hotel Melia Cohiba, en La Habana, Cuba, el 16 de mayo de 2017.  Foto: ACN / Abel Padrón Padilla
Eusebio Leal, Historiador de La Habana, durante el conversatorio realizado con Arturo García (D), presidente y fundador de SAHIC, en la Conferencia Sudamericana de Inversión en Hotelería y Turismo (SAHIC, por sus siglas en inglés), en el Hotel Melia Cohiba, en La Habana, Cuba, el 16 de mayo de 2017. Foto: ACN / Abel Padrón Padilla

Acerca de su vida privada de sus momentos libres, Eusebió contó:

Yo no llevo agenda porque se corre el riesgo de que se pierda, a mí me entregan este papel que es una hoja de ruta, el viernes por la tarde y me dicen: estas son sus obligaciones, yo hago protestas muy grandes y después acepto.

Un colaborador me dijo que diera una copia para que pase pocos trabajos y le dije que no porque trato de tener un momento para hacer lo que yo quiera y me es muy difícil, casi imposible cuando se es alguien público.

Yo tengo 4 hijos que están dispersados por el mundo, siguiendo la vocación de los que vivimos en una isla, la isla es lo que flota en el agua, es como una barca si se sale por la noche al malecón vas a ver a los cubanos sentados en el más grande sofá que nunca se ha construido que es el muro del malecón, y en ese diván están conversando, cantando, tomando porque todo lo nuestro siempre viene del mar, el “homus cubensi” no existe, vinieron los indígenas de América del Sur, los españoles de Puerto de Palos de la frontera y después llegaron estos y aquellos, como dice la gran poeta Dulce María Loynaz, vinieron los del país del otro, y entonces un día los míos decidieron recorrer el mundo un día les pedí perdón, por haberles dedicado poco tiempo. Una pasión me quitó el tiempo de la vida, tuve muchas pasiones, pero ésta que debió ser la principal no fue suficientemente correspondida, sin embargo me alegro, todos me han perdonado y todos regresan a buscar no a Eusebio Leal, sino a su papá.

Es muy bueno ser Eusebio Leal por la mañana, ser el director a medio día, el historiador a las 6 de la tarde, y ser papa en alguna hora del día. Lo más terrible es cuando me dicen abuelo, entonces reconozco que el tiempo pasó y pasó como dijo Martí y un pájaro sobre la mar, y veo que me hice viejo y eso es una tragedia, sobre todo porque dentro del cuerpo viejo habita un hombre joven. Hay hombres ovejas que se acostumbrados al redil y al bastón, pero yo no, he tenido siempre dentro de mí un rebelde a toda sujeción y eso me ha costado caro, y entonces le deseo la mayor suerte a “la viuda” y la mayor lealtad en el momento del sufrimiento final, pero lo más importante para todo es que soy un ser humano.

Finalmente hizo una recomendación a los empresarios del turismo:

Creo que esto que ustedes están haciendo es importantísimo, no es un deshonor buscar alguna base económica para cualquier proyecto utópico; para mí la utopía es el sueño de hacer las cosas más bellas para todos, pero es necesaria una base económica, porque si no la utopía se convierte en fantasía. Entonces realizar un proyecto turístico, un proyecto para mover a personas en el mundo a través de los medios actuales es seguir las huellas de Alejandro de Humbolt, de los grandes viajeros, y conocer el mundo.

Gracias por venir a Cuba, por estar bajo el auspicio del Ministerio de Turismo, por reunirse en este bonito hotel y les invito a conocer la ciudad en profundidad. Desconfío mucho… siempre trato de ir los mercados, a los cementerios, a dónde se reúne la gente, no solo a los escenarios académicos. Soy autodidacta; me formé en una época muy difícil y mi última actividad escolar fue en el 5to grado de la primaria. Cuando resucité a la necesidad de conocimiento, por examen ingresé en la Universidad. El rector me dijo, hasta los 60 años todo tiene que ser académico y después acepte lo honorífico. Lo honorífico ha sido después de los 60;  todo lo demás ha sido bien habido; no ha sido el resultado de ningún tráfico de influencias.

El ser humano puede llegar hasta donde quiera, siempre que tenga voluntad y una posibilidad. La posibilidad me la dio mi país, la dio mi tiempo, soy hijo de mi tiempo, y como he visto tantas cosas que hoy forman un montaña de recuerdos y es esa quizás el mayor privilegio de un ser humano: recordar y cuando un pueblo una organización, pierde la memoria, lo ha perdido todo. Ustedes son guardianes de una memoria, de una memoria del servir que es tan importante, de una memoria que hace importante al camarero, a la guía, a la recepcionista, al que tiene que proyectar hacia fuera una imagen que no es solo su la imagen, sino la imagen del país en el cual están ustedes. ¡Bienvenidos los que llegan de cualquier parte del mundo.

Usted me dijo que si quería ver antes las preguntas y le dije que no, yo siempre digo que quien no esté preparado para entrevistarse con un periodista mejor es que no vaya, quien tenga miedo que no vaya. No es autosuficiencia, es preparación. Porque sé mis limitantes
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Lo único que quiero es que se sientan en Cuba como en casa propia y que sientan como suya esa obra que es la restauración de La Habana Vieja.

Aquí no hay nada imposible, por tanto La Habana que es una de las ciudades más bellas que puedan conocerse en el mundo, tiene todo, está cubierta por un leve velo que cuando se rasga es capaz de aparecer ella con toda su belleza, su señorío, su atracción y todo su encanto, entonces bienvenidos a La Habana que está a solo dos años de cumplir sus 500 años. Ese día, si estoy al pie del árbol de la fundación también yo cumpliría esos años. ¿qué tiempo hace que hago estas cosas?


(Transcripción: Susana Tesoro / Cubadebate)

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