Las
manos de Fidel, en una magnífica foto de Roberto Chile. Por supuesto,
este también es el primer año en que el Comandante en Jefe no está, pero
también el primero de su sobreviva.
.
2017
Qué bien si en el año que comienza
las madrugadas merecieran tanto el día
que despertar fuera,
más que deber cotidiano y bostezo,
bendita maravilla y osadía.
Qué bien si en el año que comienza
dieran un Nobel mundial al sentido común
y un Oscar a la decencia.
Qué bien si en los estados de cuentas de la vida
nos cambiaran tipos absurdos,
reinas y reyes sin trabajo, mariscales excéntricos,
políticos rancios y magos sin gracias
por amigos sabios, bellas bailarinas incansables,
guajiros felices y niños eternos.
Qué bien si el corazón y la fe
fueran más que latido y Padrenuestro,
y los ojos humanos solo ojos
y las palabras sol y sed,
y los besos, besos.
Qué bien si de verdad descubriéramos
que el camino de perdonar es siempre menos largo y necio
que el de costear los gastos grises de un enemigo.
Qué bien si en el año que comienza
tuviéramos que hacer palomas de manos
de tantas que se necesitarían para avisar bondades,
para decir “te quieros”,
en el idioma de ser humanos.
Qué bien.
31 diciembre 2016.

Una
paloma sobrevuela una banderita agitada durante las honras fúnebres de
Fidel, en los primeros días de diciembre de 2016. Foto: Roberto Chile
Queridos amigos, la inseguridad reina en el mundo, ¡pero aquí no se rinde nadie! Yo digo como Artur Lundkvist:
“Donde hay un anhelo se abre un camino, donde hay una presión surge una
resistencia, donde hay una sed se abre un manantial, donde hay un sueño
no existe la desesperanza.”
¡Feliz año nuevo!
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