sábado, 17 de diciembre de 2016

ESPECIAL FIN DE AÑO: ¿Existirá una Cuba distinta tras la muerte de Fidel Castro?

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Por: Noemi Galvan.




LA HABANA, 16 dic (Xinhua) -- Como en la teoría del Big Bang, hay quienes apuestan por una eventual "explosión" y posterior "evolución" de Cuba tras el reciente fallecimiento del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, y vaticinan que el "inevitable cambio" que ocurrirá en la isla se desprenderá de este lamentable hecho.

Otros rechazan esa posibilidad y aseguran que la mayor de las Antillas se mantendrá "firme" ante cualquier desafío futuro y sus habitantes se aferrarán a las ideas legadas por el comandante en jefe, que constituyen la guía para mantener el rumbo hacia la construcción de un sistema socio-económico cada vez más justo y eficiente.

Hasta ahora nadie tiene la respuesta definitiva, en un contexto en el que la globalización, el desafiante neoliberalismo, la creciente interconectividad y la reconfiguración del mapa geopolítico mundial suponen retos para cualquier nación.

Pasadas varias semanas desde la muerte de Fidel Castro, en las calles de la isla todo transcurre con normalidad y, pese a que el dolor aún cala en gran parte de los cubanos, las preocupaciones de la mayoría radican en cuestiones más prácticas y cercanas a su entorno inmediato.

El proyecto de país que muchos cubanos defienden mezcla ambas "teorías". Como es lógico, sucederán transformaciones por la propia dialéctica de la vida, pero los beneficios sociales que caracterizan al sistema socialista cubano son cuestiones que "no están en negociación", sostienen.
La isla caribeña tiene una dicotomía: su deprimida economía, carente de recursos naturales e inversiones de gran envergadura, se corresponde con la de los países subdesarrollados; no obstante, indicadores sociales como las tasas de mortalidad y desnutrición infantil, el acceso gratuito y universal a la salud y la educación, la protección a los mayores o los subsidios a alimentos de primera necesidad, superan en algunos casos a los de las naciones más desarrolladas.

La apuesta ha sido todos estos años potenciar sectores como la formación de capital humano (médicos y maestros), la industria biotecnológica y el turismo, con vistas a incrementar paulatinamente los estándares económicos, a fin de equilibrarlos con los índices sociales.
"Se avecinan cambios, viene la unificación cambiaria, se debe elevar la productividad en todos los ámbitos y con ello equiparar la escala salarial de los trabajadores estatales que no son bien remunerados. La creciente entrada de capital extranjero es ya un hecho que forma parte de la necesaria apertura que ha decidido emprender Cuba", señaló a Xinhua Abel Díaz, un obrero residente en La Habana.

Díaz comentó que estas modificaciones no son elementos nuevos, sino parte del proceso de actualización del modelo socio-económico cubano que ha sido discutido por el pueblo, la militancia del Partido Comunista (PCC) y el Gobierno de la isla.

Al respecto, el analista internacional caribeño Iroel Sánchez, en entrevista concedida a Xinhua, manifestó que acaba de concluir un proceso masivo de concertación y proyección del desarrollo estratégico de la sociedad.

A partir de asambleas populares que tuvieron lugar a lo largo y ancho del país hasta el pasado mes de septiembre, cientos de miles de cubanos analizaron los 274 Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el periodo 2016-2021.

Los mismos fueron actualizados y aprobados en el Séptimo Congreso del PCC celebrado en abril del presente año y posteriormente refrendados en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Asimismo fueron presentados dos nuevos documentos, Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos.

Estos últimos han sido ampliamente debatidos en reuniones donde participaron los jóvenes, los militantes comunistas y representantes de todos los sectores de la sociedad cubana.

"Allí quedaron sentadas las bases que deben constituir el tipo de país que el pueblo quiere edificar. También lo plasmado en esos documentos es fruto de un consenso colectivo, ahí están nuestras aspiraciones. No quiere decir que sean fáciles, sobre todo en un contexto hostil, pero no va a surgir ahora un nuevo consenso ni una ruptura", sentenció Sánchez.

En este sentido, el presidente, Raúl Castro, aseguró al concluir el Congreso del PCC que en el caso de Cuba "jamás" el Gobierno permitirá la aplicación de las llamadas "terapias de choque", frecuentemente empleadas en detrimento de los más humildes.

"Esta premisa, que se corresponde con el principio de que nadie quedará desamparado, condiciona en gran medida la velocidad de la actualización del modelo económico cubano, en lo cual es innegable la influencia de la crisis económica internacional y en particular los efectos del bloqueo económico contra Cuba", advirtió en esa oportunidad el mandatario.

Con todo, el fallecimiento del líder histórico de la Revolución cubana y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos son factores a tomar en consideración a la hora de analizar los posibles escenarios futuros.

"La clase dominante de Estados Unidos siente que su destino histórico es la dominación de Cuba. En esa línea pueden existir variantes en los instrumentos a utilizar. (Barack) Obama optó, sin abandonar la fuerza del bloqueo, por otros instrumentos dirigidos más hacia la seducción. Trump parece ser un representante del ala más extremista e ignorante de esa clase", opinó Sánchez.

El politólogo consideró que si Trump, quien dijo estar dispuesto a frenar el acercamiento iniciado en diciembre de 2014 por ambos países luego de 55 años de distanciamiento si La Habana no cede a sus presiones, mantiene esa postura, se prevé un reforzamiento de la confrontación.

"Uno desearía que el presidente de los Estados Unidos estuviera mejor informado y actuara de una manera más acorde a la realidad porque si no va a ir a donde fueron los 11 anteriores a él, hacia el fracaso en su intento de cambiar a Cuba", indicó Sánchez.

De igual forma comentó que las multitudinarias concentraciones y las muestras de dolor por la pérdida de Fidel Castro, que fueron recogidas y difundidas en el mundo entero por los medios de comunicación, confirman su tesis.

"El pueblo cubano envió un mensaje muy fuerte de unidad en torno a las ideas que Fidel Castro legó, un mensaje de lealtad a su memoria sin abandonar los objetivos de desarrollo pacífico y perfeccionamiento de la sociedad. Lo que hoy se percibe en Cuba es un aliento de continuidad a lo que Fidel construyó", afirmó el columnista del sitio web Cubadebate.

Isabela López, una joven estudiante universitaria, manifestó sentirse comprometida, como muchos de su generación, con las ideas de Fidel Castro.

"Ahora que no está físicamente la responsabilidad es mayor porque depende de nosotros seguir el camino que nos delineó. El nos enseñó que la dignidad y la resistencia de un pueblo decidido a defender su propio destino, son las claves para vencer. Nadie nos va a apartar de esa idea", alegó.
Ese es el sentir de la mayoría de los encuestados por Xinhua en las últimas semanas; por lo cual, la profecía de un "cambio de 180 grados" en Cuba a la vuelta de algunos meses resulta, más que una afirmación seria, un deseo que difícilmente se sostiene.

Otro elemento a tomar en cuenta es que el relevo generacional en el poder ejecutivo llegará en 2018, cuando Raúl Castro culmine su segundo mandato de cinco años.

En todo caso, la autoridad política y moral que reviste al Partido Comunista, cuyo primer secretario seguirá siendo Raúl Castro hasta la celebración del VIII Congreso en 2021, supone continuidad en el corto y mediano plazo del proyecto socio-económico iniciado el 1 de enero de 1959 con el triunfo de la Revolución.

Cuba no es una nación perfecta, ninguna lo es, pero rectificar a tiempo y corregir los aspectos que no tributan al progreso de la sociedad, tal y como ha hecho su dirigencia, son actitudes respaldadas mayoritariamente por el pueblo.

Esos más de 11 millones de habitantes a los que se les ha visto en los últimos días convencidos en su determinación de defender el proyecto de país propuesto por Fidel Castro, siempre en aras de mejorar en el futuro sin capitular de los principios que le dieron origen y le garantizaron a esta isla un lugar en la historia.

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