El
país se ha abierto, ya no es el país en una urna de cristal. Nosotros
hemos planteado la tesis de que la virtud se cultiva en contacto con el
vicio; de lo contrario, la virtud está en una urna pura, aséptica
totalmente, sin un germen patógeno, con mil filtros que impiden que
aires contaminados penetren.
Las palabras que yo decía eran: La virtud
se cultiva en la lucha contra el vicio. Si se es puro, en la urna de
cristal, después, cuando aparecen los gérmenes, pueden no existir
anticuerpos suficientes.
Nuestro pueblo es un pueblo con muchos
anticuerpos morales y de conciencia; pero siempre hay un número de
personas susceptibles a enfermarse, a enfermarse ideológicamente.
El
enemigo lo estimula, presenta su sociedad de superconsumo –la
norteamericana no es de consumo, es de superconsumo– como modelo, como
sueño, y lo divulgan por todos los medios; además, lo pregonan. Empiezan
a comparar los ingresos de un país, el más rico del mundo, con los de
países del Tercer Mundo, esos países que están por desarrollarse y a los
que no quieren permitir que se desarrollen; a presentar sus patrones de
consumo y de vida contra los que puede mantener un país como Cuba que
lleva casi 40 años de bloqueo riguroso, al que no se le permite comprar
ni una aspirina.
Conferencia Magistral del Presidente
de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, en el acto convocado por la
Universidad Autónoma de Santo Domingo, Primada de América, efectuado en
el Centro de Eventos y Convenciones, República Dominicana, el día 24 de
agosto de 1998.
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)