Por Arthur González / El Heraldo Cubano
Siempre que hay períodos de campañas presidenciales en Estados Unidos
el tema Cuba está presente, pues hay que hacerles algunos favores a los
miembros de la mafia anticubana radicada en Miami, esos que tanto
dinero les aportan a los candidatos.
Ahora le tocó el turno a la aspirante a candidata por el partido
demócrata, Hillary Clinton, quien para seguir la tradición declaró
recientemente en San Antonio (Texas), su “preocupación” por el respeto a
los derechos humanos en Cuba.
Según ella, el restablecimiento de relaciones entre ambos países es
una cuenta pendiente desde hace mucho tiempo y por lo que trabajó cuando
era Secretaria de Estado, porque considera que “tenemos que hacer más
de aquello que pueda resultar exitoso para ayudar a los cubanos, para
que tengan más democracia, más libertad y oportunidades económicas”.
Respecto al Bloqueo Económico, Comercial y Financiero, establecido en
1962, con el objetivo de crear las condiciones favorables para lograr
un levantamiento popular contra la Revolución, mediante la
insatisfacción de las necesidades básicas, Hillary aseguró que de llegar
a la Casa Blanca intentará avanzar para lograr su levantamiento y
aunque depende del Congreso, el Presidente estadounidense tiene la
capacidad ejecutiva de eliminar muchas de sus provisiones
unilateralmente.
Sin embargo, llama la atención que en países de la región donde
diariamente son asesinados y desaparecidos cientos de personas, como son
los casos de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, donde no existe
seguridad ciudadana, la salud pública es inalcanzable para la población
de menos recursos y el nivel de personas que aún no saben leer y
escribir es muy alto, no le preocupan a la candidata.
Cuba no tiene reportes de asesinatos, desaparecidos ni torturados, lo
cual está reafirmado por diferentes organizaciones que se ocupan de los
derechos humanos; sus niveles de salud y escolarización son los más
altos de Latinoamérica, a pesar del Bloqueo impuesto por Estados Unidos,
lo que sí es una total violación de los derechos humanos.
Cuba es uno de los pocos países del mundo que brinda su colaboración
en materia de salud, cultura, educación y deportes, a los necesitados en
regiones de África, Asia y América Latina, pero eso no es suficiente
para los políticos norteamericanos, porque el principal obstáculo es su
sistema político socialista, inaceptable para ellos.
Mientras en la Isla hubo una dictadura impuesta por un golpe de
Estado encabezada por Fulgencio Batista, quien tiene a sus espaldas no
menos de 20 mil muertos, Estados Unidos jamás expresó su preocupación
por los derechos humanos.
Por el contrario, sus Presidentes y altos funcionarios compartían
placenteramente con el dictador, a pesar de tener las manos
ensangrentadas.
Estamos en la segunda decena del siglo XXI y ya va siendo hora que
los yanquis pongan los pies sobre la tierra, se miren hacia sus propios
problemas, incluidas las violaciones que comenten diariamente contra los
derechos humanos de sus ciudadanos, y dejen de hacer politiquerías con
uno de los países que ha hecho más por el bienestar de su pueblo,
mediante un sistema de justicia social que ellos no tienen.
Razón tenía José Martí cuando afirmó:
“Son terribles en manos de los políticos de oficio las masas
ignorantes; que no saben ver tras las máscaras de justicia del que
explota sus resentimientos y pasiones”.
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