Por Rosa Miriam Elizalde
Al parecer, quedó despejada la
incógnita sobre la votación de EEUU en Naciones Unidas el próximo 27 de
octubre. Un funcionario que pidió no ser identificado ha dicho a la AP
que la administración Obama ha llegado a la conclusión de que debe
oponerse a una resolución de la ONU que critica el bloqueo de Estados
Unidos a Cuba.
A su juicio, el proyecto de
resolución de la Isla “no refleja plenamente” el nuevo espíritu de
compromiso entre los dos países. Según AP, el funcionario dejó abierta
la posibilidad de que EEUU cambie su posición, “en el improbable caso de
que Cuba modifique el texto”
.
No se pone en duda que la
Isla ganará abrumadoramente en la ONU, y que otra vez resaltará el total
aislamiento de Washington sobre el tema. La votación el año pasado fue
de 188 a 2, con sólo Israel al lado de Estados Unidos a favor de
mantener unas sanciones que duran 55 años.
Como han reconocido las
autoridades cubanas, lo ocurrido después del 17 de Diciembre
-restablecimiento de relaciones diplomáticas e inicio de un diálogo
sistemático y respetuoso entre las dos naciones-, “marcha en la
dirección correcta”, pero las principales sanciones siguen en pie e
inamovibles. Continúan las multas a los bancos que operan transacciones
de la Isla; Cuba no puede operar con el dólar ni acceder a créditos
internacionales, ni se han eliminados las restricciones para los pagos
por concepto de importaciones norteamericanas, ni siquiera aquellas que
Obama previó en las telecomunicaciones y que perfectamente habrían
podido extenderse a otros campos. Tampoco se ha producido una apertura
de los rubros comerciales, al menos para las medicinas y los insumos en
la salud, que tanto afectan a la población cubana; ni las licencias
generales de viajes establecidas para los norteamericanos son aplicables
a casos individuales y no solo a grupos, como ocurre en estos momentos.
Mientras estas
decisiones no se tomen -y es evidente que muchas no dependen de lo que
sancione o no el Congreso de los EEUU-, la mayoría de las medidas que
anunció Obama en los últimos diez meses son impracticables. Se quedan en
buenas intenciones, algunos entusiastas titulares y cabriolas del
Ejecutivo para impedir ser objeto de cuestionamiento de los duros
oponentes del acercamiento, y mientras tanto el bloqueo enseña sus
dientes.
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