Un espacio virtual de informaciones, opiniones e intercambio de criterios sobre un amplio universo de temas de interés humano de Matanzas, Cuba y el mundo.
Roberta Jacobson en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Descargue las imágenes en alta resolución en nuestra página en Flickr Palabras de la Subsecretaria de Estado Roberta Jacobson, en
la conferencia de prensa al concluir la segunda ronda de conversaciones
sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y
EEUU, en el Departamento de Estado, Washington
Buenas Tardes a todos, gracias por venir.
Hoy, 27 de febrero del 2015 funcionarios cubanos y americanos se
reunieron en Washington para hablar del restablecimiento de relaciones
diplomáticas entre ambos países. La Directora General de Asuntos
Estadounidenses, Josefina Vidal, lideró la delegación de Cuba.
Restablecer las relaciones diplomáticas es una de las medidas
necesarias para normalizar las relaciones entre ambos países después de
estar más de 50 años en pugna. Por ello, hoy fue un día productivo y que
nos dio mucho ánimo. El diálogo fue siempre respetuoso, aunque a veces
con muchos retos. En él abordamos los requisitos de ambos lados y las
diferencias que identificamos en La Habana hace un mes, durante la
primera ronda de conversaciones.
Hoy hemos avanzado bien, aunque sabemos que todavía hay diferencias serias entre ambos gobiernos.
Me complace decir que tuvimos el tipo de intercambio constructivo que
nos lleva a unas relaciones más favorables. Este espíritu de
intercambio también se verá reflejado en los eventos de la próxima
semana, donde Cuba mandará dos delegaciones para hablar sobre la
aviación civil y la trata de personas, entre otros temas.
El próximo mes de marzo se efectuará otra reunión en La Habana donde irá el embajador Daniel Sepulveda
para trabajar con el gobierno de Cuba y ampliar el acceso de
información al pueblo cubano. En ese mismo mes una agencia viajará a la
capital de la isla para hablar de los cambios reglamentarios en Estados
Unidos y fines de marzo hablaremos de la estructura de nuestro dialogo
sobre Derechos Humanos.
Por el momento, estamos comprometidos con el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas que nos permitirán de la manera más efectiva
posible representar los intereses de los Estados Unidos e interactuar
con el pueblo cubano. Hoy fue un paso muy importante hacia el futuro y
con mucho gusto seguiré trabajando con la Directora General Josefina
Vidal.
Preguntas de la prensa
Conferencia de prensa al finalizar las conversaciones entre ambas delegaciones. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
ABC: ¿Qué progreso se puede lograr en eliminar a Cuba de la
lista de estados patrocinadores del terrorismo? La Directora General
Vidal dijo que no era una pre-condición, pero es sumamente importante.
También, ¿cree usted que las embajadas de ambos países podrían abrirse
antes de la Cumbre de las Américas, el 10 de abril?
Creo que el punto de vista nuestro, y hemos sido claros, que los dos
temas son distintos, y separados. Entendemos el hecho de que la
delegación cubana dé este hecho como prioridad. Para nosotros es
importante terminar la revisión que todavía está en curso y desde el
principio hemos pensado que teníamos que hacerlo tan pronto como fuera
posible. El Secretario (de Estado) hizo hoy algunos comentarios que
después reitero, que lo vamos a terminar tan pronto como sea posible
según la ley, pero eso y el establecimiento de relaciones diplomáticas
son dos procesos separados, y es lo que quiero reiterar.
En cuanto a la cronología, me parece que sí se puede lograr antes de
la Cumbre de las Américas. Creo que con el tipo de cooperación que hemos
visto hoy, yo soy una líder de esa conversación y de forma optimista,
comprometida y reconociendo el trabajo que todavía queda por hacer, me
gusta la idea de abrir las embajadas antes, y es muy bueno que fuera
antes de la Cumbre.
Reuters: ¿Pudieron progresar hoy en el tema del Convenio de
Viena sobre relaciones diplomáticas y la libertad de movimiento para los
diplomáticos? Yo sé la importancia de eso para Estados Unidos a partir
de las ventajas de poder reunirse con los disidentes políticos en Cuba.
Una de las cosas que yo dije entrando a estas conversaciones era que a
lo mejor se podían decepcionar un poco, porque no vamos a tener grandes
titulares, pero si hemos dicho que son temas de importancia, y sí
hablamos de ese tema, y sí creo que hemos progresado. Hubo un espíritu
muy cooperador. Eso es importante para nosotros, que la Embajada en La
Habana pueda operar de forma que sean conformes con el convenio y los
dos estuvimos de acuerdo. Así que creo que sí. Hemos progresado, hemos
tenido un espíritu de cooperación, pero más que eso creo que lo dejaría
para el diálogo diplomático.
Miami Herald: ¿El tema de derechos humanos lo hablaron en algún contexto de las conversaciones de hoy?
Lo que puedo decir es que de un par de maneras y en el sentido que
nosotros siempre hemos dicho, en términos de poder vislumbrar una
apertura de lo más grande posible, está conocer a todo el pueblo cubano,
que es parte de nuestro trabajo. No sé si es directamente relacionado
con derechos humanos pero si toca el tema de personas en Cuba, con
quienes queremos hablar. Pero creo que para progresar, es una de las
cosas que más me ha complacido: hablar de derechos humanos.
Por cierto, hablamos de que ese tema es uno de los más difíciles pero
uno de los más importantes. Quizás en el momento haya unos 6 o más
diálogos programados, me parece sumamente importante como una medida del
dinamismo; y el movimiento de las relaciones hemos hablado como uno de
ellos desde el principio. Van desde la aviación civil, hasta la
tecnología de informática o la protección de la vida marina. Para
nosotros es muy importante el diálogo sobre derechos humanos.
Wall Street Journal: ¿Usted dijo que a lo mejor podrían abrir
las embajadas antes de la Cumbre de las Américas, pero esto va a
requerir otra reunión en La Habana, por ejemplo?
Creo que usted escuchó lo que dijo la Directora General Vidal sobre
la comunicación permanente, y me gusta esa frase aunque permanente, me
parece implicar que no vamos a dormir nunca, pero si estamos de acuerdo
que vamos a seguir teniendo conversaciones sobre muchos de estos temas,
que todavía tenemos muchos que resolver. Hemos progresado el día de hoy,
pero hay cosas que tenemos que consultar con nuestros superiores, otras
cosas donde no tenemos un acuerdo completo. Entonces, ¿en qué forma se
va a dar ese diálogo?
No nos queda muy claro, obviamente tenemos secciones de interés ambos
y no tenemos que reunirnos cara a cara, pero también creo que en estas
últimas reuniones hemos solidificado la importancia de esa diplomacia
cara a cara y refuerza nuestra idea de las relaciones diplomáticas; y
que tener embajadas enteras es importante para una relación como esta en
la que hay diferencias y hay que sobrellevar tantas cosas. Entonces la
variable es la comunicación. Entonces no sé qué forma tendrá esa
comunicación pero seguirá hasta que tengamos un acuerdo.
(Versión de Cubadebate)
Roberta Jacobson en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Roberta Jacobson en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Roberta Jacobson en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Roberta Jacobson en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Palabras de Josefina Vidal, en la conferencia de prensa al
concluir la segunda ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de
las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, en el Departamento de
Estado, Washington
Agradecemos en nombre de la delegación de Cuba la acogida ofrecida
por el Departamento de Estado en Washington para sostener una nueva
ronda de conversaciones sobre el restablecimiento de relaciones
diplomáticas y la apertura de embajadas. Hemos asistido a esta reunión
con un espíritu constructivo, puedo afirmar que la reunión se desarrolló
en un clima respetuoso y profesional.
Tuvimos una buena reunión. Obtuvimos algunos progresos. Por segunda
vez, delegaciones de ambos países, nos sentamos en la mesa de
negociaciones, como iguales, para discutir los términos del
restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas.
Reiteramos en esta ronda la importancia de encontrar solución a un
grupo de asuntos, que permitan crear el contexto apropiado para
restablecer las relaciones y abrir embajadas en ambas capitales.
En particular, la delegación cubana se refirió al tema de la
exclusión de Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo
internacional, y a la provisión de servicios financieros a la Sección de
Intereses de Cuba en Washington, que durante más de un año ha carecido
de marco para realizar sus operaciones. Nos sentimos optimistas de que
en las próximas semanas podamos ver resultados en estos temas, que nos
permitan avanzar hacia el restablecimiento de relaciones y la apertura
de embajadas.
La delegación norteamericana nos informó que está trabajando en ambos
asuntos. Expresamos nuestra disposición a mantener una comunicación
permanente en los próximos días y semanas sobre los asuntos discutidos.
Por otro lado, intercambiamos información sobre las visitas y
encuentros técnicos bilaterales que tendrán lugar en las próximas
semanas sobre temas como la trata de personas, la aviación civil, las
telecomunicaciones, los derechos humanos, áreas marinas protegidas,
prevención del fraude migratorio, y los cambios realizados en las
regulaciones sobre la implementación del bloqueo en los Estados Unidos.
En esta reunión, la delegación de Cuba ratificó la disposición a
continuar el diálogo y a avanzar en las relaciones entre Cuba y los
Estados Unidos sobre bases de respeto, igualdad soberana y reciprocidad.
Confiamos en que entre nuestros dos países se puedan establecer
relaciones civilizadas de convivencia, y que seamos capaces de reconocer
y respetar nuestras diferencias para, como vecinos, identificar áreas
de interés mutuo para cooperar en beneficio de nuestros países de la
región y del mundo.
Muchas gracias.
Josefina Vidal en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
Ronda de preguntas
NBC News: El Secretario de Estado John Kerry dijo antes que
el asunto de la eliminación de Cuba de la lista de países de Estados
patrocinadores del terrorismo es un tema separado del de la apertura de
las embajadas, ¿usted ve la eliminación de Cuba de la lista de países
patrocinadores del terrorismo como la precondición antes de establecer o
abrir embajadas? , y ¿Cuba estaría dispuesta a pensar en devolver a
Assata Shakur, que es una de las demandas del Congreso para la
normalización?
Josefina: No hemos establecido enlaces ni lazos,
entre abrir embajadas y eliminarnos de la lista de países terrorista.
Hemos dicho que para Cuba es importante que este tema se resuelva, en un
proceso hacia restablecer las relaciones diplomáticas y no
específicamente abrir las embajadas.
En La Habana nos reunimos el año pasado y explicamos que para
nosotros sería difícil explicar que Cuba y Estados Unidos han
restablecido relaciones normales mientras Cuba todavía figure en esa
lista de Estados patrocinadores en donde pensamos que nunca deberían
habernos puesto. Nos han dicho que están dispuestos a resolver este
problema. En cuanto al otro tema, muchas veces hemos hablado de este
tema en el pasado, yo les puedo dar información, nosotros tuvimos un
tratado de extradición entre Estados Unidos y Cuba que fue firmado a
principios del siglo XX, en 1906.
Ese tratado de extradición después de 1959 no fue respetado cuando
Cuba estuvo pidiendo a Estados Unidos que extraditara a miembros de la
dictadura cubana que fueron responsables de crímenes terribles en Cuba.
Desde el principio de la Revolución ya no funciona este tratado porque
no fue honrado por Estados Unidos. Está todavía en vigor pero no
funciona. Este tratado tiene una cláusula que dice que no se aplica a
ninguna actividad política.
Por lo tanto, Cuba, legítimamente, ha dado asilo político a un
pequeño grupo de ciudadanos estadounidenses porque tenemos razones para
creer que lo merecen y es hasta donde hemos llegado, y cuando uno
concede asilo político entonces no puede entrarse en este tipo de
discusiones. Quizá hay muchas cosas más que explicar en términos de
respetar los derechos de otros, pero voy a dejarlo en eso, gracias.
Telesur: Para resumirlo en dos preguntas, ¿cuál sería el titular de esta reunión? Y ¿cuál es el próximo paso y en qué fecha?
Yo diría que el titular es… en inglés: We have made progress, o sea que el titular en español es Hemos tenido progresos,
en la reunión de hoy. Puedo afirmar que logramos aproximar las
posiciones de ambos países en relación con los temas que son necesario
discutir para este doble proceso de restablecimiento de relaciones y
apertura de embajadas.
De manera que puedo decir que soy optimista de que en las próximas
semanas podamos tener algunos resultados que nos permitan acercarnos a
ese momento, para el cual todavía no tenemos una fecha, para dar el paso
ya definitivo de restablecimiento de relaciones y acordar una fecha
para la apertura de embajadas.
No hemos acordado específicamente una nueva reunión, pero sí hemos
acordado mantenernos en una permanente comunicación en los próximos días
y semanas para seguir intercambiando sobre los temas que discutimos
hoy, en los próximos días. Es lo que yo puedo decir.
BBC: Usted dijo que la eliminación de la lista de [países]
terroristas no era una precondición, es algo que esperan poder resolver
pero no es algo que fuera una precondición para abrir embajadas. ¿Están
viendo estas dos cosas como “disimilares” [sic]? ¿Se puede abrir una
embajada antes de este resultado?
Josefina: No, pero le puedo decir que son dos temas distintos.
Primero se restablecen las relaciones, y después se abren embajadas. Es
la forma nuestra de verlo. Primero restablecemos relaciones, y después
pasamos al próximo paso de abrir embajadas, entonces, lo que estamos
diciendo no es una precondición, pero lo que decimos es que es un tema
sumamente importante para Cuba. Puedo decir que es prioritario, y
esperamos que se aborde y se resuelva en el proceso hacia el
restablecimiento de relaciones diplomáticas. Porque como ya dije, sería
muy difícil decir que hemos establecido relaciones mientras nuestro país
esté todavía en una lista en la cual creemos muy firmemente nunca se
nos debería haber puesto.
AP: Buenas tardes, gracias por esta oportunidad. Quería
preguntarle si estas reuniones técnicas que usted mencionó, incluyendo
derechos humanos y áreas protegidas se van a llevar a cabo aún cuando no
hay una acuerdo definitivo sobre la normalización, y si la respuesta es
Sí, quería preguntarle si ya hay fecha para la reunión de Derechos
Humanos, Y quería preguntarle también por qué es tan importante para
Cuba que no esté en la lista [ de países patrocinadores] del terrorismo,
si vimos el caso de Sudán, por ejemplo, que está en la lista, hay
relaciones diplomáticas y Estados Unidos tiene una embajada que funciona
en Khartoum.
Josefina: Gracias por sus preguntas, mire, la respuesta a la primera
pregunta es que Sí, es posible tener reuniones de carácter técnico
independientemente del proceso paralelo que estamos llevando a cabo para
restablecer relaciones diplomáticas. De hecho puedo decir que estamos
teniendo este tipo de reuniones técnicas desde hace un tiempo.
No es un proceso de reuniones que va a comenzar ahora. Ya desde hace
aproximadamente, yo diría que tres años, hemos estado realizando
reuniones técnicas, por ejemplo, sobre seguridad aérea, sobre prevención
de derrames de petróleo en las operaciones de perforación en aguas
profundas, sobre correo postal y lo que estamos haciendo es continuando
algunas de estas reuniones.
Por ejemplo, en las próximas semanas vamos a tener una reunión sobre
prevención de fraude migratorio. Esto es algo que hemos hecho ya
anteriormente; pero también vamos a ampliar un poco la gama de temas
sobre los cuales vamos a hablar a nivel técnico. Y por ejemplo, en las
próximas semanas vamos a tener algunas de estas reuniones que van a ser
nuevas, no las hemos realizado con anterioridad.
Por ejemplo, vamos a hablar sobre “información y telecomunicaciones”,
a nivel oficial, entre representantes del Departamento de Estado y
representantes de distintas agencias gubernamentales cubanas. Vamos a
hablar por primera vez de “áreas marinas protegidas” , un tema de suma
importancia para Cuba y para Estados Unidos por nuestro interés en la
preservación y conservación del medioambiente que compartimos. Vamos a
hablar por primera vez sobre Derechos Humanos.
Ya Cuba había propuesto en julio del año pasado al gobierno de
Estados Unidos comenzar a tener una conversación civilizada, respetuosa,
recíproca sobre los Derechos Humanos. Hemos recibido con satisfacción
la aceptación de esta reunión por parte del Departamento de Estado.
Todavía no tenemos fechas específicas, estamos intercambiando ideas,
pero tenemos que chequear ambas partes los calendarios de los altos
funcionarios de Cuba y Estados Unidos que van a participar. Eso es lo
que le puedo decir.
Ah, mire, yo entiendo que hay otros países que tienen relaciones
diplomáticas con Estados Unidos independientemente de que están en la
lista de Estados patrocinadores del terrorismo, pero para Cuba es una
cuestión yo diría que de justicia. O sea, como Cuba está tan convencida
de que nunca debió formar parte de esta lista limitada, pequeña,
reducida, de países y que hoy en día tampoco se sostiene que se mantenga
nuestro país para nosotros se trata de una cuestión de ajustarse a la
realidad y de hacer justicia.
Por tanto, yo diría que para nosotros, desde un punto de vista moral,
ético, es muy importante abordar este asunto de modo que cuando
restablezcamos relaciones estemos dando inicio a una verdadera nueva
etapa, nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, sobre
bases distintas, sobre bases sólidas, que de verdad representen un
cambio cualitativo en el tipo de relación que en estos días estamos
discutiendo para comenzar a construir, de eso se trata más bien.
La Opinión: Josefina, usted ha dicho que Cuba siente que ha
sido injusto su inclusión en esta lista desde 1982, y esto es un tema
sobre el tapete. Quería saber si en esta discusión de hoy las
autoridades de Estados Unidos les han explicado a ustedes los cubanos
cuáles son las condiciones que ustedes tienen que reunir para salir de
esa lista de una buena vez.
Josefina: Hemos hablado del tema, por supuesto, no solo ahora. Yo
creo que llevamos más tiempo hablando de este tema porque es un asunto
que, cuando hemos empezado a hablar ya desde hace unos años Cuba siempre
ha puesto sobre la mesa.
Ha sido un tema, yo diría que un tema recurrente en la agenda del
lado de Cuba, incluso, en una etapa anterior, cuando todavía no se había
tomado esta decisión histórica de dar un cambio nuestras relaciones.
Hemos hablado sobre el tema, pero bueno, como es un asunto que compete
únicamente a las autoridades de Estados Unidos porque es una ley de los
Estados Unidos, es un ejercicio que se realiza por el gobierno de
Estados Unidos, yo prefiero dejar ese tema en manos de los
representantes de los Estados Unidos para que decidan si decidan si
desean abordarlo y en qué nivel de detalles.
Muchas gracias a todos, ha sido un gran placer estar con ustedes y
espero que nos volvamos a ver, en mejores condiciones. Muchas gracias,
hasta luego.
(Versión realizada por Cubadebate)
Josefina Vidal en la conferencia de prensa. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate
La mirada mundial está hoy enfilada hacia Washington, capital de los Estados Unidos de América donde hoy tendrá lugar la segunda ronda de las conversaciones Cuba-Estados Unidos con vistas a restablecer sus relaciones diplomáticas después del anuncio de los Presidentes Barak Obama y Raúl Castro el pasado 17 de diciembre de forma simultánea.
El ambiente en torno a la capital estadounidense es fríó debido a las nevadas ocurridas en los últimos días, sin embargo hasta allí llega el calor tropical de Cuba a través de su delegación con el ánimo de acercar posiciones que los lleven a ponerse de acuerdo en temas muy difíciles pero no insuperables.
Las conversaciones tendrán lugar hoy viernes y mañana sábado en la sede del Departamento de Estado que lleva el nombre de Harry S. Truman, presidente que lanzó la bomba
atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, rodeado actualmente por una espesa estela de nieve.
La prensa norteamericana que durante tantos años ignoró de manera intencional todo lo que tuviera que ver con Cuba, ahora ofrece profusas informaciones relacionadas con este acontecimiento que ha concitado la atención del mundo entero, pero en especial de los propios ciudadanos norteamericanos que según encuestas favorecen en un 60 % la reanudación de relaciones bilaterales.
El Presidente Obama que tomó la decisión que nunca tomaron sus antecesoresde de acercar a las dos naciones, tiene ahora la responsabilidad antes de finalizar su mandato de culminar este objetivo, y le corresponderá al congreso, actualmente dominado por el Partido Republicano, adoptar la decisión de derogar un absurdo bloqueo que ha dañado la imagen de ese país y que el mundo rechaza mayoritariamente.
Esperemos entonces el resultado de estas conversaciones y tengamos fe en que como dijera nuestro presidente Raúl Castro, las dos naciones tan cercanas geograficamente, puedan convivir civilizadamente a pesar de sus diferencias.
Varios lustros después de que el personaje de Sandokan se convirtiera
en uno de los héroes cinematográficos preferidos del público cubano, su
intérprete más representativo, el indio Kabir Bedi, se encuentra este
jueves en la isla.
Sin embargo, el tigre de la Malasia no anda con su turbante, ni
empuña la cimitarra blandida tantas veces contra el colonialismo; ahora
disfruta del aroma de los tabacos durante el XVII Festival del Habano,
cuyo cierre ocurrirá mañana.
Cuando me invitaron al evento, vi enseguida la oportunidad de conocer
Cuba; quiero aprender sobre la cultura de este país, sus tradiciones,
el cine, acercarme más, manifestó el actor.
Estoy impresionado por la calidez, me encanta la comida, la alegría
de los cubanos, soy feliz por estar acá, agregó Bedi, nacido en Bombay
el 16 de enero de 1946.
Según el artista, convertido en una estrella de Bollywood durante los
últimos años con más de 60 películas, Cuba y la India tienen muchas
cosas comunes: la hospitalidad, la familiaridad y la bondad.
Me siento afortunado al saber que Sandokan sea conocido aquí, ese fue
un personaje que inspiró a muchos en el mundo pues luchó contra el
imperialismo y a la vez era muy romántico, expresó.
Sandokan, reconoció, hizo mundialmente famoso a Bedi, quien gracias
al personaje de novelas del escritor italiano Emilio Salgari conquistó
múltiples audiencias en Europa, América, Asia y África.
Al actor indio, confesó entre risas, le encantaría actuar con colegas
cubanos si tuviera a mano alguna vez un buen guión y un papel adecuado
para interpretar.
Puedo hablar un poquito de español, creo que el trabajo no sería
difícil, reflexionó Bedi tras mencionar que conoció en la India a la
actriz cubana Alina Rodríguez, la maestra Carmela en la multipremiada
película Conducta, del realizador Ernesto Daranas
Según pude conocer, un funcionario del Departamento de Estado que solicitó mantenerse en el anonimato, dijo que no necesariamente Estados Unidos tiene que quitar a Cuba de la llamada lista de países terroristas para establecer relaciones diplomáticas.
Tal aseveración de ser cierta crea un serio obstáculo a los propósitos de ambas naciones de comenzar un nuevo tipo de relación y que Cuba por razones de principios elementales no puede aceptar.
El ViceDirector de Estados Unidos de la cancillería cubana Gustavo Machin, lo declaró públicamente y dijo que--Cuba espera que esta segunda ronda de conversaciones a celebrarse en Washington se traten básicamente dos asuntos: El Primero, eliminar a Cuba de la oprobiosa y selectiva lista de países que promueven el terrorismo, que todos conocen mantiene Estados Unidos por razones políticas más que por otra cosa, para seguir justificando su bloqueo genocida contra nuestro pueblo.
El otro asunto que Cuba plantea debe tener inmediata solución es destrabar los problemas financieros que enfrenta la oficina de intereses cubana en Washington, toda vez que por culpa del bloqueo ningún banco norteamericano sostiene relaciones financieras con nuestro país osbstaculizando de esta forma las actividades consulares de nuestra oficina.
Es decir, no puede concebirse restablecer relaciones diplomáticas sin antes eliminar estos dos obstáculos que a todas luces son inadmisibles para Cuba.
En Presidente Obama al anunciar el pasado 17 de diciembre el restablecimiento de relaciones con nuestro país, dijo que había dado instrucciones al Departamento de Estado para que revisara la permanencia de Cuba en esa odiosa y manipulada lista de países terroristas, según tengo entendido dió 45 días al Departamento de estado para que cumpliera con esa orden, el tiempo ya venció y todavía no ha habido un pronunciamiento oficial en este sentido.
Ya se encuentra en la capital estadounidense la delegación oficial cubana a la segunda ronda de conversaciones presidida por la Directora de Estados Unidos del MINREX Josefina Vidal, y es de suponer que estos dos asuntos estarán desde el primer momento sobre la mesa de negociaciones.
Si de verdad quiere el gobierno de Estados Unidos, iniciar un verdadero cambio de su política hacia Cuba, debe comenzar por demostrarlo desde el principio, dando solución a estos dos escollos, y a partir de ahi nuevamente reestablecidas las correspondientes embajadas, entonces seguir avanzando hacia la solución de otros asunos pendientes no menos importantes, si es que de verdad se pretende la normalización total de las relaciones.
La pelota está como se dice deportivamente del lado norteamericano y le toca ahora a Estados Unidos dar el paso que le corresponde..
Como en la Rosa púrpura del Cairo,
un personaje ha salido de la pantalla, y camina por una ciudad, la
nuestra. O fue al revés: un espectador se obsesionó con cierto tipo de
películas, seriales y videos, quiso vivir en ellos y se introdujo en la
pantalla, renunció a ser persona para convertirse en personaje de
ficción.
¿La ficción construye la vida, o la vida construye la ficción? Si en
época de Cervantes era posible que alguien, de tanto leer historias de
caballerías, encarnase en su vida-ficción real al personaje “loco” y
justiciero, en la nuestra, la letra impresa ha cedido su capacidad de
influencia al audiovisual.
No es, obviamente, la única ni la más importante diferencia. El
audiovisual contemporáneo que impera recrea otras historias y reproduce
otros valores, para nada quijotescos. Al margen de la polémica sobre la
validez artística del reguetón —no me interesa dilucidar su
trascendencia como género musical—, por ejemplo (y no es un ejemplo
tomado al azar), su puesta en pantalla nos impone un mediocre sentido de
vida.
Parece inevitable que el reguetón se ofrezca en un módulo audiovisual
que nos devalúa como seres humanos y nos mide a través de las cosas que
nos poseen: el carro de lujo del año, la muchacha más Barbie (no es un
elogio), descerebrada y deshuesada –la mujer como simple objeto sexual–,
las cadenas de oro, las maletas de dólares, las bebidas más caras, los
guardaespaldas, la ostentación (que en Cuba llaman especulación) como
espuria evidencia de un falso triunfo.
Una noticia recorre las pantallas de las computadoras cubanas: un
“especulador”, seudo cantante de reguetón, cuya vida imitaba los
estereotipos visuales del género, fue detenido en un operativo policial
digno del serial televisivo más espectacular. Por ahí circulan los
videos de la detención, como si fuesen capítulos de “UNO” o de “Tras la
huella”. Como no se han concluido las pesquisas ni se ha efectuado el
juicio, no hablaré de cargos. Mi tema no serán las posibles ilegalidades
de su conducta pública, sino su sentido corruptor.
Para ello acudo a los hechos visibles, constatables: este ciudadano,
que se hace llamar Gilbertman —como Superman, o Spiderman, un
“superhéroe” de mágicos (monetarios) poderes—, fugitivo de la justicia
estadounidense (la cual, según parece, no ha querido colaborar con la
nuestra en este caso), se instaló en su humilde barrio habanero de
origen y compró en un año casas, autos de lujo, conciencias, cuerpos de
mujer, y otros “objetos”.
Se hacía retratar mostrando su bíceps “poderoso”, y sobre él, en
perfecto equilibrio, contenidos por su mano, fajos de billetes de a cien
dólares. Fuerza física, fuerza monetaria. Llegaban sus autos y en ellos
sus guardaespaldas; entonces descendía este SuperNada de 28 años, como
si pisara la alfombra roja del éxito, como si de verdad alguien lo amara
o pretendiera liquidarlo.
Nada que apareciese en los video-clips de sus amigos reguetoneros, y
en los suyos, escapaba a su codicia simbólica. ¿Que en los videos se
exhibían semi o casi desnudas las mujeres? Él alquilaba las suyas. ¿Que
en los videos llegaban los tipos de mirada inflexible en carros de lujo?
Llegó a coleccionar 22 autos de marcas caras. ¿Que en ellos se contaban
historias de matones y de jefes mafiosos? Él mostraba sin recato una
pistola, no sabemos si real o falsa, pero ¿importa?, y maletas llenas de
dólares. Extraña, retorcida manera de parecer “alguien”.
Super/Gilbertman regalaba a los vecinos y parecía extorsionar a los
restantes habitantes del planeta. ¿Imitaba a Pablo Escobar, es decir, la
leyenda cinematográfica del “buen” matón colombiano? Su divisa, su
fuerza, su triunfo aparente, era tener (ya se sabe que el cómo no
importa) y especular; en esencia, la misma de Bill Gates o de Carlos
Slim, aunque su origen era humilde y sus opciones otras.
En el capitalismo el matonismo es una profesión de prestigio, y tiene
su glamour, su onda… ¿lo queremos en Cuba? Gilbertman financiaba videos
de los Desiguales, de Eddy K (de regreso en la isla), del Yonki, del
Príncipe, de Damián, a condición de que lo dejasen aparecer en pantalla.
No se diferenciaban mucho esos videos de los que hacen Yakarta y el
Chacal (por ejemplo, “Ellas son locas”), u Osmani García (por ejemplo,
su reciente “Barra abierta”, made in Miami). En su afán por
indiferenciar su vida de los más aberrantes modelos “musicales”,
Gilbertman utilizaba su casa y sus carros como espacios de filmación, se
representaba a sí mismo o a aquel con quien soñaba ser.
En una de sus últimas producciones, “No hay break”, reunía en su casa
a sus financiados, entre maletas llenas de mujeres, de dinero, de
expresiones duras, de pistolas, de cadenas de oro, de muebles caros y de
mal gusto, como capos a la espera del resultado de una supuesta guerra
callejera, importada de otras calles, de otro mundo que no es el
nuestro, un video donde la violencia alcanza grados repugnantes, y en el
que se compra la imagen, el símbolo esta vez invertido del joven actor
que encarnaba al Chala: si el socialismo —que es representado por la
maestra— peleaba en la película de Daranas, entre sus propias
contradicciones, por salvar al niño de su familia y de su entorno
social, este video reniega de aquella “conducta”, pisotea el símbolo.
La revista digital de frivolidades Vistar magazine —que presenta en
su costado más banal a los buenos, regulares y malos artistas, con
anuncios de negocios que pagan, sean o no legales—, le dedicó una página
en uno de sus números y en otro, anunció el video.
La guerra cultural es explícita, aunque Gilbertman no tenga la menor
idea de su existencia: nosotros necesitamos salvar, emancipar, ellos
quieren hacernos creer que es imposible. Contaminan, corrompen. Este
“Chala” de rostro duro, traiciona y dispara a sangre fría, para cobrar
su parte. ¿No hay leyes en Cuba que castiguen la producción de videos
violentos en los que participan niños?
Que triste vida la de Gilberto, el joven de 28 años que se disfrazaba
de Gilbertman. Pero su caso, por extremo, es paradigmático: nadie
encarnó tan literalmente el personaje del reguetonero audiovisual, del
“triunfador” made in USA; nadie se jugó como él todas las cartas a favor
de la cultura del tener, del capitalismo, en su versión más grotesca,
más vulgar. Y es paradigmático también en otro sentido: Gilbertman creía
que el dinero, su superpoder, lo haría invencible en Cuba, como podría
serlo en Miami o en Bogotá. Tanto lo creyó que se anunciaba en Internet y
alardeaba públicamente de su “fuerza”. Sirva este lamentable caso para
tomar conciencia de que la guerra cultural contra el socialismo pasa por
el envilecimiento y la corrupción de nuestros ciudadanos.
No puedo
hablar de ilegalidades hasta que fiscales y abogados de la defensa
diriman responsabilidades, pero trabajemos por forjar sueños mejores en
nuestros niños y jóvenes, porque los cubanos tengan un paradigma de vida
superior.
Intervención
de Eusebio Leal Spengler, Miembro del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba y Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular,
en el acto por el aniversario 120 del reinicio de la Guerra de
Independencia y de condecoración a los Cinco Héroes, en el Palacio de
Convenciones, el 24 de febrero del 2015, “Año 57 de la Revolución”
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Querido General Presidente Raúl Castro Ruz;
Queridos compañeros Gerardo, Antonio, Ramón, Fernando y René;
Queridos compañeras y compañeros;
Cubanas y cubanos:
Un día como hoy, como se ha dicho, hace 120 años comenzó el
levantamiento del pueblo cubano para alcanzar su definitiva y total
independencia. El amor a esa libertad, a esa soberanía, a esa esperanza,
se inició mucho tiempo atrás, quizás desde el instante mismo en que
empezó a formarse lo que llamamos comúnmente la identidad. Los que
llegaron de distintas latitudes de Europa, ya de la España conquistadora
o del África, o los vestigios de las comunidades indígenas, en trance
de extinción pero sobrevivientes, unieron sus sangres para formar algo
que José Martí llamaría en palabras emotivas “dulcísimo misterio”.
El concepto de cubano viene del nombre de nuestra isla, Cuba. Nunca
pudo ser cambiado, prevaleció por sobre el intento de darle otros
nombres, otras atribuciones. El nombre, sonoro y breve, quedó prendido
en el corazón de los que lo escucharon por vez primera. Más allá del
mar azul del Caribe, que se descubre desde la orilla de nuestras playas o
desde el aire, Cuba aparece con la forma tan hermosa con que a las
puertas del golfo de México establece la isla su presencia y su
naturaleza.
En realidad nunca nos llamamos isleños, a pesar de que no es una,
sino muchas islas las que conforman nuestra realidad. En el seno de
ellas fueron surgiendo, a lo largo de los años, percepciones donde todo
lo anterior que traía el conquistador o el conquistado como memoria fue
cediendo lugar a algo diferente, que surgió en la manera de construir,
que siendo igual o pareciéndolo era distinta. Surgió en el horizonte de
la poesía, del canto campesino, de la voz de los poetas de más vuelo.
Surgió también, tempranamente, en el pensamiento de los más inquietos,
entre los que comenzaron a llamarse criollos.
Entonces éramos solamente un país. El país es un espacio. La patria
comenzó a ser un sueño, una aspiración, y la nación, un derecho por el
que había que luchar, una nación con leyes, una nación que sería
depositaria y respetuosa de su propia cultura, una nación que sabría ir
al futuro desde el pasado.
Allá en su retiro, muy cerca de Cuba, adonde quiso ir a morir ante la
imposibilidad de llegar a ella, el presbítero Félix Varela exclamaba:
“No hay patria sin virtud ni virtud con impiedad”. Pero, además, los
últimos que le vieron afirman que les dijo: “Ofrezco todos mis
sufrimientos y sacrificios por Cuba”.
Ese mismo sentimiento llevó a Heredia, en el padecimiento de su
destierro, a sembrar en el alma cubana el espíritu de una patria, y eso
alentó a los primeros que se rebelaron y encontraron que no había
fronteras que cruzar más que el océano, que la lucha en última instancia
sería aquí; que contra el cepo, el látigo, la discriminación, la
humillación y la negación propia de la humanidad surgiría un día de
redención y de libertad.
José Martí, autor del intento y del fundamento de la unidad de la
nación cubana, creyó firmemente que no venía nuestra América ni de
Rousseau ni de Washington, venía de sí misma. Al mismo tiempo, en la
medida en que aún muy joven fue madurando su pensamiento, se acercó más a
esa sufriente raíz de los orígenes: a Guaicaipuro, a Hatuey, a Guarina,
a Caonabo, a todos los que enfrentaron el saber, como ha afirmado un
pensador latinoamericano, que un determinado día y en una determinada
hora nos habíamos enterado de que, primero, éramos indios; segundo, que
nuestras teologías y nuestras ideas del bien o del mal eran distintas;
que debíamos soberanía a un rey distante y que todo debía ser cambiado.
Sin embargo, más allá del dolor y el sufrimiento de aquellas primeras
comunidades, que soportaron la mordida de los lebreles, el hierro de
las cadenas y el fuego, como Hatuey, en Yara, donde vivía por los siglos
la tradición de que en tiempos de tribulación o de esperanza un fuego
misterioso se encendía en la noche iluminando el monte, Cuba fue
forjándose, fue haciéndose y fue, desde lo que Martí juzga “la inocencia
culpable” de un patriciado que, obteniendo su riqueza de la esclavitud,
comenzó sin embargo a darse cuenta de que ya sus hijos no
necesariamente pensaban como ellos, que necesitaban ardorosamente un
cambio y que ese cambio pasaba por una autentificación de su identidad.
Cada pueblo nombrado, o cada una de las siete primeras ciudades, excepto tres, llevaron la impronta del lar indígena.
Así, Santa María del Puerto del Príncipe sobre el Camagüey, San
Salvador sobre el Bayamo, La Habana sobre las huellas de Habaguanex, y
así cada uno de los rincones y lugares repetían en la toponimia del
suelo una presencia más antigua que empezaba a convertirse ya solo en
una arqueología. O confundida con la sangre del conquistador dio a luz,
como ha señalado el que fuera ilustre diputado de nuestra Asamblea,
Cintio Vitier, el primer maestro, Miguel Velázquez que allá en Santiago
de Cuba, donde tiene un modesto monumento, hablaba de que era tierra
dominada y como de señorío. Un sentido de rebeldía antiguo vino desde
abajo, y ese sentimiento rebelde se fue convirtiendo en más fuerte en la
medida en que la esperanza de cualquier cambio político, fundado en la
consideración del conquistador sobre el conquistado, era prácticamente
imposible.
A la sublevación de los esclavos que primero llevaron los nombres de
su lugar de origen: Juan Congo, Antonio Carabalí, Miguel Fula; sucedió
el apellido que en la pila recibieron de sus amos: Morales, Armenteros,
Cárdenas y así de esa gran cofusión y amalgama indo-hispano-africana,
fue surgiendo nuestra identidad orgullosamente mestiza de la sangre y de
la cultura.
Se hizo pronto realidad en la música, como lo fue en la poesía; era
diferente en el paisaje tan distinto a las áridas pero hermosas tierras
de Castilla, o la brumosa Galicia o Asturias, o las Islas Canarias...
era otra cosa. Y para los propios africanos la tierra tenía sus
misterios: ciertos árboles les recordaban los suyos, algunos que
consideraban sagrados fueron objeto de sus cultos. Y muy pronto fue
naciendo, lentamente, lentamente, lentamente, una aspiración que fue
convirtiendo el país en el sueño de una patria.
A los grandes precursores, a los que murieron con la esperanza de construirla, debe Cuba todavía sentidos homenajes.
Y
como decía hace unas horas un juicioso historiador: la historia de
nuestras luchas todavía, a pesar de todo lo que está escrito, está por
escribirse. Faltan muchas biografías, muchos heroísmos, muchos
silencios, muchas lágrimas que nadie enjugó que deben ser cantadas por
los poetas, como pedía José Martí a José Joaquín Palma, cuando le decía a
su ilustre amigo, biógrafo de Céspedes, bayamés de cuna: “Lloren los
trovadores republicanos sobre la cuna apuntalada de sus repúblicas de
gérmenes podridos; lloren los bardos de los pueblos viejos sobre los
cetros despedazados, los monumentos derruidos, la perdida virtud, el
desaliento aterrador: el delito de haber sabido ser esclavo, se paga
siéndolo mucho tiempo todavía”.
Y luego dirá: “Nosotros tenemos héroes que eternizar, heroínas que enaltecer, admirables pujanzas que encomiar:
tenemos agraviada a la legión gloriosa de nuestros mártires que nos pide, quejosa de nosotros, sus trenos y sus himnos”.
Y los que se anticiparon y se conjuraron, estuvieron dispuestos a perderlo todo, a sacrificarlo todo.
Ya a principios del siglo XIX la América parecía haber resuelto el
problema y una inquietud profunda sacudía de una u otra parte el
continente. Valientes pensadores explicaron los derechos de una América
independiente, y algunos líderes se atrevieron a de-safiar el poder y a
morir como Gual y España en una plaza de Caracas, siendo ejecutados
antes de que llegara la hora.
Exactamente en Cuba, en el silencio de las logias, trabajaron
“Frasquito” Agüero y otros para hacer un texto constitucional de una
república ideal, utópica y futura. Los años pasaron y al parecer para
muchos, unido a la trata esclavista, el destino de Cuba pasaba
necesariamente por ser una estrella más de la unión del sur de Estados
Unidos, algunos invocaban hasta la providencia divina para asegurarlo.
Sin embargo, otros creían todo lo contrario: Cuba no debe esperar más
que solidaridad; pero nuestro problema debemos resolverlo nosotros
mismos, y esa solución, invocada ya por Varela y enseñada por Luz en su
escuela, como educador y formador de una juventud rebelde, adquirió
dimensión en lo que él llamó “el sol del mundo moral” que caerían reyes e
imperios, pero que jamás caería del pecho humano.
Mucho debe Cuba a
Luz, y Martí afirma que lloró dos veces, por Luz y por Lincoln, dice,
sin haber conocido a Luz ni a Lincoln. Luego, del segundo, dice que
supo, y aconsejado por un mal político y por un mal hombre, quiso lanzar
sobre Cuba toda la hez del Sur derrotado.
Sin embargo, venidos de allá?? de América, donde habían
presenciado el gran debate en el Sur y el Norte, no pocos cubanos
quisieron luchar también por la libertad de su patria. En Cuba el
movimiento de búsqueda de la anexión a la nación norteamericana se fue
debilitando en la medida en que el Sur iba siendo derrotado. Otros
creían que era posible un camino: reformas, reformas y solo reformas. La
aspiración a una concesión política, más que a una conquista política.
De
esa ardua batalla entre dos corrientes surgió una victoriosa que se
empezó a manifestar en distintos puntos del occidente, el centro y el
oriente.
Ya en 1851, en una plaza de Camagüey, Joaquín de Agüero era
ejecutado. Se dice que un joven, un adolescente fue llevado al dramático
escenario de su ejecución y que mojó en su sangre su pañuelo; sería el
que algunos llamarían: Bayardo y otros El Mayor, el letrado, el poderoso
defensor de las ideas políticas y sociales, el que sería Mayor General
del Ejército Libertador y líder del pensamiento abolicionista en
Camagüey.
Mientras, en Oriente, más allá de Jobabo se reunían una y otra vez, y
así lo hicieron por penúltima vez en lo que llamaron la Convención de
Tirsán, en un lugar nombrado San Miguel del Rompe. Allí se escuchó la
voz del más inquieto, del hombre de pequeña estatura, de grande y
variado talento, abogado que había recorrido el mundo, buen jinete,
jugador, afortunado, amante del amor y los placeres de la vida, pero
dispuesto a renunciar a todo clamó por un levantamiento sin esperar más.
Otros con más riqueza, pero con no menos determinación aspiraban a un
nuevo periodo de zafra para reunir con qué hacer la batalla definitiva,
y sin embargo un juramento surgió de todos los conjurados: Si esta
conspiración es descubierta, el primero al que intenten apresar, se
levantará.
La madrugada del 9 al 10 de octubre Céspedes, en el patio de su
ingenio La Demajagua, con apenas 37 hombres, a la vista del Golfo de
Guacanayabo y contemplando en el horizonte la sierra magnífica, se
dirigió a aquellos compañeros suyos proclamando no solamente la
necesidad de luchar y arrebatar las armas del adversario, único camino
posible, sino lanzando un tizón encendido sobre una isla esclavista.
Sus propios esclavos serían libres y tendrían el derecho a luchar por su
libertad y por su patria.
El concepto de patria se había unido a la ambición por una nación y
en una fecha venturosa tomaron la primera de las ciudades orientales.
Esa primera ciudad fue Bayamo, que después entregaron a las llamas en el
momento en que todo parecía perdido. A las puertas de las casas de los
conjurados o de los jóvenes más comprometidos llegaron los primeros
guerrilleros solicitando pan y armas. En San Luis uno tocó a la puerta
de Marcos y de Mariana, la insigne Mariana —este año es el bicentenario
de su nacimiento—. Poderosa madre de una nación que en ese momento pone a
sus hijos de rodillas y les hace jurar, ante el Cristo que toma de la
pared del aposento, que lucharán hasta morir por su patria, juramento
que se cumplió para casi todos.
Años de lucha y de sacrificio. Ninguna historia, ni española ni
cubana, ha logrado hablar en toda su magnitud de lo que sufrió la
familia, el niño, la mujer cubana, el campesino cubano. Peleábamos
contra un ejército aguerrido y batallador, que venía de vindicar sus
querellas en la península, en las largas guerras carlistas y ahora, en
Cuba, por decenas de miles enfrentaban el levantamiento de los cubanos.
Ya habían surgido entre nosotros guerrilleros temibles. Ante el temor
de la toma inexorable de Bayamo, esperó con un puñado de hombres
escogidos, en un punto llamado las Ventas de Casanova, un guerrero
dominicano acostumbrado a combatir en la guerra de restauración de su
propia patria y contra el invasor extranjero; allí demostró que esa
arma, usada hasta ahora para vindicaciones de honor o cortar caña, sería
la más importante en la lucha. Todavía se conserva en un museo en la
península, una carabina cortada de un solo golpe por un machetazo fiero;
tal fue el combate que duró segundos, que duró momentos, lo que
permitió dar cuenta al enemigo de que había nacido un adversario, hijo
de su sangre, que sería capaz de luchar por su libertad y alcanzarla.
Bayamo fue incendiada como una nueva Numancia y eso les anunció el
futuro y el destino. Ya en 1853, en una humilde casa de la calle Paula,
hijo de español y de española, había nacido José Martí. En ese mismo
año muere el Padre Varela, en San Agustín de la Florida, y muere Domingo
del Monte, en Barcelona, dos poderosos pensadores se extinguen. Pero
más me interesa el primero; el segundo, hombre de gusto, literato,
diseñador de vida social y pensador agudo. El primero, revolucionario
integral, que opta por la abolición de la esclavitud, por el
reconocimiento de la independencia americana, que se convierte en
defensor de los pobres, que publica su periódico y lo envía a Cuba.
Sus discípulos le lloraron, pero nadie sabía entonces que en la
propia pila bautismal en que había sido bautizado José Julián, había
sido también bautizado el Padre Varela. Cuando desapareció uno, nació
el otro.
Y ese joven llamado a un poderoso destino es el que hoy evocamos, al
conmemorar la hazaña de la unidad de la nación que él hizo nacer de la
desesperación por el fracaso del magno esfuerzo después de tanto
sacrificio; él, que leyó con amargura lo que ocurrió en los Mangos de
Baraguá y escribió al General Antonio que tenía ante sí una de las
páginas más hermosas de la historia de Cuba; él, que sintió como propio
el honor de todo el pueblo y las lágrimas de ese pueblo; él, que sufrió
las reconvenciones en su hogar; él, que llegó a tener una relación tan
intensa y profunda con un padre, que siendo soldado y español, alcanzó a
entender, al verlo herido y llagado, prisionero y enflaquecido, que su
destino era otro, quizás diseñado en su hermoso poema Abdala, cuando
presenta el duelo entre el yugo y la estrella y pide lo uno y lo otro, y
está convencido, como afirma, de que esa estrella ilumina y mata.
Exilio, Centroamérica, la América del Sur, los cubanos dispersos, las
acusaciones recíprocas, finalmente España, los Estados Unidos. Allí
vivió 14 años, y fue, como han afirmado sus cronistas, el cubano que más
entendió en su tiempo aquella nación. Admiró las virtudes de Emerson,
las del padre Flanagan. Admiró la obra colosal de la construcción del
puente de Brooklyn. Asistió puntualmente a las conferencias de Oscar
Wilde, a las exposiciones de teatro; enamorose candorosamente de la
hermosa bailarina española Charito Otero. Pero más que todo, se dio
cuenta del gran fenómeno que en aquella nación se forjaba y que, como
había afirmado Bolívar en un momento de extraordinaria lucidez, parece
llamada por la providencia a colmar a la América Latina de pobreza y
miseria en nombre de la libertad. Se dio cuenta de que si en 1868 nada
pudieron esperar, de que, a pesar de que allí siempre existieron,
existen y existirán amigos poderosos de Cuba, hubo una dicotomía entre
el sentimiento de los amigos y la voluntad de un Estado que siempre
quiso de una manera manifiesta impedir la realización de una
independencia que creyó inoportuna. Creyó más bien en el cumplimiento de
una doctrina trazada por uno de sus políticos, que planteaba que
solamente extendiendo la mano en el momento de la madurez de la fruta,
esta caería sencillamente en sus palmas.
No obstante todo ello, pasó de ser el orador de última fila, al
primero. Cada acto del 10 de Octubre, cada conmemoración cubana, el
horroroso recuerdo del 27 de Noviembre, terrible suceso que le
sorprendió en España, vuelve todos los años a llevar al orador a la
tribuna y a unir lo que estaba desunido. Y de mil octavillas surgió un
periódico, Patria, y de mil discursos surgió una orientación política, y
de mil disposiciones y pequeñas organizaciones soñó con la creación de
un partido político para dirigir una guerra de liberación nacional,
anticipándose al concepto de que es imposible hacer una revolución sin
una teoría revolucionaria. Su teoría no era otra que nuestra historia,
nuestro sacrificio, nuestro esfuerzo. Éramos una nación en ciernes, de
derecho, pero no de hecho.
Llamado a poner empatía en la discordia, unió a Gómez y a Maceo. Es
inocultable que después del fracaso de 1884 y del encontronazo de Nueva
York, ya no había posibilidad de una amistad fecunda para iniciar un
nuevo proceso. Hoy diríamos: no hay condiciones objetivas. Sin
embargo, Maceo, en Costa Rica, preparaba a su contingente. Preparaba
Gómez, en la soledad de Montecristi, en República Dominicana, o cuando
antes se encontraron en la construcción del canal de Panamá amigos
dispuestos a ayudar, a dar amparo, a ofrecer techo y pan a los emigrados
que por todas partes soñaban y querían su patria. Y de esa forma surgió
la organización un 10 de abril, que es un día crítico en la historia de
Cuba, el día de la gloriosa Asamblea Constituyente de Guáimaro, donde
nació la utopía democrática del pueblo cubano; pero donde también se le
puso plomo a las alas de la revolución, donde se pensó que era posible
hacer una república de leyes cuando no éramos dueños más que del espacio
que pisaban los campamentos y los caballos de los libertadores. En
medio de esa realidad, un 10 de abril hace nacer su creación más
completa: el partido político, un partido unitario que convocaría al
pueblo cubano a una guerra que él consideró inevitable y, después,
necesaria.
Inevitable, porque en sus sentimientos nobles, generosos, en su
íntima y profunda convicción él había reclamado en su famoso Manifiesto a
la República Española, que no le pediría lo imposible, pero le pedía lo
posible: los derechos conculcados de Cuba, la representación de Cuba,
el derecho de estudiar, de interpretar, de conocer que éramos
diferentes. Nada de esto fue escuchado, solamente muchos solidarios en
España y en otras partes del mundo creían en la causa de Cuba.
Ahora todo sería más difícil: había un alto desarrollo de la
tecnología militar, una situación nueva en el continente americano, las
repúblicas sufrían los padecimientos de sus propias divisiones cuando
habían dejado intactos trono y altar después del esfuerzo inmenso de la
primera batalla.
Recordaban aún las dolorosas palabras de Bolívar en Santa Marta: “He
arado en el mar”; la tristeza de San Martín al regresar y encontrar su
país dividido; la pena de O’Higgins al morir en Lima, apartado de su
tierra amada; el dolor tremendo de Francisco de Morazán al verse
capturado y ejecutado por sus propios compañeros, y aún pesaba aquella
maldición casi bíblica que había lanzado Miranda, cuando el gran
precursor al ser entregado prisionero a las puertas de una nave
española, que lo llevará a una prisión perpetua y definitiva, al
reconocer los que cometen aquel parricidio, responde: “Bochinche y solo
bochinche es lo que saben hacer ustedes”.
Por sobre toda esa historia se levantó Martí, era vasta y grande su
cultura como ha señalado uno de sus biógrafos, subía y bajaba escaleras
como quien no tenía pulmones, su voz era clara y nítida, su poder de
convencimiento grande. Era, al mismo tiempo, un escritor incansable,
cuya hermosa letra inicial se había transformado prácticamente en
líneas inteligibles solo para los paleógrafos. Faltaba tiempo, le
faltaba tiempo.
Cuando todo estuvo preparado y dispuesto, cuando creyó que todo
estaba organizado, cuando había logrado visitar a Mariana Grajales en
Jamaica, que ya ciega le acaricia la cabeza y prácticamente con este
gesto noble y de rodillas envía un abrazo fraterno al hijo que tanto
amaba, a la madre que nunca pudo ver su patria libre; cuando ya separado
de todo bien personal, lejos su esposa, apartado de su hijo, muerto su
padre, dispersos sus amigos, se le vio pobre en Estados Unidos,
trabajando en el invierno ganando el pan, fundando la Liga para educar a
los negros cubanos, que bajo la orientación de Rafael Serra se reunían y
le llamaban, con cariño y con devoción, Maestro y Apóstol. ¡Qué torpeza
tratar de despojarlo de un título tan importante, Apóstol: el que
lleva la palabra, el que trasmite un mensaje nuevo y ese fue su mensaje!
Cuando en el puerto de Fernandina se perdieron las naves creyó
enloquecer, pero transformándose de José Martí en Orestes, que fue
siempre el seudónimo de sus escritos y su seudónimo político, viajó de
inmediato a la República Dominicana para buscar al general Gómez en
Montecristi, en aquella casa donde en breves días, el 25 de marzo, se
cumplirán también 120 años de la firma del poderoso Manifiesto llamando a
las armas al pueblo cubano, a los españoles que nada debían de temer si
respetaban la patria que había de fundarse. Hubo discordias, no se
lograba entender qué estaba ocurriendo. Hoy es fácil para nosotros
hacerlo a través de un teléfono, de un mensaje; entonces solamente era
el telégrafo con su lenguaje críptico el que anunciaba que la hora había
llegado.
Maceo había estado años antes en Cuba y conocía el estado político
del país, y en este momento, vacilaba en poder salir hacia Cuba, porque
no sabía qué estaba pasando en Estados Unidos y el dinero que se ofrecía
para fletar una nave y llegar sanos y salvos no aparecía.
Gómez estaba igualmente pobre en Santo Domingo, apenas unos centavos
para poder tomar esa determinación, y otros patriotas esperando en
distintos lugares, y en Cuba mucha gente avisada en Oriente, en el
Occidente, en Matanzas. De pronto el General dio la orden: “Es
necesario el alzamiento”, y Martí no vaciló en enviar el telegrama, que
su amigo recoge en la estación de la Western Union en la calle Obispo,
en La Habana Vieja: “Giros agotados”, lo cual significaba que se había
agotado el tiempo. Era la noche del 24 de febrero; el Capitán General
tenía la convicción y las informaciones de que se tramaba realmente un
movimiento
.
Algunos dirigentes fueron capturados en La Habana. Juan Gualberto
Gómez, comprometido con su hermano y amigo José Martí, se fue a
Matanzas, a Ibarra, en busca del ingenio Vellocino de Oro donde había
nacido, para levantarse con un grupo de compañeros y cumplir su palabra.
En Santiago, Guillermo Moncada quiso morir cumpliendo su palabra, enfermo de tisis, pero en el campo de Cuba libre.
En
Baire se levantaron, y en Bayate se alzó también Bartolomé Masó, y todo
el mundo esperaba solamente la llegada de los líderes. Allá en España
la conmoción fue grande, se había desmentido la propaganda autonomista,
se había desmentido la propaganda anticubana de que todos eran sueños
disparatados de un profeta enloquecido. Ahora solamente faltaba el
arribo.
En admirable disciplina y en presencia de los generales y oficiales
que estaban en Costa Rica, juraron Antonio y Flor aceptar las
condiciones de viajar en las que el segundo le planteaba al primero, y
así salieron hasta tomar la goleta Honor y arribar el 1ro. de abril a
las costas de Cuba, en un punto del litoral baracoano: “Soy yo, Antonio
Maceo, que he vuelto”, gritó en lo alto del camino, mientras fogoneaba
con su arma a los guerrilleros de Baracoa. El 11 de abril, día glorioso y
memorable, en Playitas de Cajobabo desembarcaban Máximo Gómez y José
Martí.
Hace 20 años el Jefe de la Revolución me pidió contar esta historia.
Con profunda emoción y como se sube a encender la llama en lo alto del
cenotafio donde están los restos de los caídos, traté de cumplir mi
deber. Confieso que ha sido un gran honor aquel y este que usted,
General Presidente, hoy me ha conferido.
Pero algo más debo decir: El hecho importante y trascendental es que
entonces concluí mis palabras clamando porque se levantaran de las
tumbas los muertos gloriosos del 10 de Octubre y del 24 de Febrero;
clamé por los mártires, por las heroínas, por las cubanas que bordaron
banderas pidiéndoles atravesarnos en el camino de un enemigo y
adversario implacable que, todo parecía indicar, venía esta vez a
cercenar de forma definitiva, jugando con los azares de la historia, el
destino de Cuba; pero no fue posible.
Hoy, 20 años después, estamos aquí de pie, en una coyuntura
diferente. Nos hemos presentado con hidalguía bajo los mismos mangos
orientales, para enfrentarnos con el caballeroso adversario que ofrece
al menos detener por un tiempo la mano agresora y darnos la oportunidad
de discutir lo que lógicamente será necesario debatir bastante.
Ahora más que nunca hace falta la unidad de la nación, ahora más que
nunca la prenda más preciosa debe ser conservada. La fortaleza que nos
ha permitido llegar hasta aquí fue aquella que vi esa otra noche de
abril en Playitas de Cajobabo cuando, convocados por el líder de la
Revolución, llegamos a aquella hora oscura de la noche a la orilla de la
playa. Él llevaba la bandera cubana en el asta que le trajo uno de sus
ayudantes, y entonces, entrando en el agua a la altura prácticamente
del tobillo, se abrió de pronto en el cielo la luna blanca y movió la
bandera de Cuba hacia el Sur, hacia el Norte, hacia el Este y hacia el
Oeste, diciendo: ¡Aquí estamos!
Y aquí estamos hoy, ¡oh, patria amada!, ¡oh, bandera dulce, por la
cual tantos lucharon! No importa que tú, Maestro generoso, te hayas ido
tan pronto, aquel 19 de mayo, tuviste una profunda convicción,
convicción profunda: “Yo sé desaparecer, pero mis ideas prevalecerán”.
Y esas ideas han prevalecido. Fueron las ideas que se defendieron en
el proceso histórico del Moncada. Fueron las que conquistaron a los
muchachos que se reunían en la calle de Prado para escuchar la voz de
aquel joven que había irrumpido en la universidad como un torbellino, y
de quien me dijo una de sus hermanas: un día volvió a la casa y papá ya
lo sabía: “Vienes a buscar al chiquito”. El chiquito está aquí con
nosotros, y el grande está con nosotros todavía.
El
Presidente Cubano impone el Título de Héroe de la República de Cuba y
la Orden Playa Girón a Gerardo Hernández. Foto: Ladyrene Pérez/
Cubadebate.
Con la entrega de los títulos de Héroes de la República de
Cuba a Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, René
González y Fernando González, se celebró en la capital el 120 del
reinicio de la Guerra de Independencia, en ceremonia a la que asistió el
Presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro Ruz.
En la tarde de este martes, el Palacio de Convenciones de La Habana
acoge el solemne acto para reconocer a los antiterroristas cubanos,
quienes fueron injustamente condenados en Estados Unidos por monitorear
las acciones que amenazaban la seguridad de su país.
El acto abrió con un documental que recordó los más de 15 años de
lucha del pueblo cubano y de la solidaridad internacional por el regreso
de los Cinco, con la emoción de las palabras del líder histórico de la
Revolución, Fidel Castro, cuando aseguró: ¡Volverán!
El Secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, leyó la decisión
de otorgarles como condecoración anexa al Título de Héroe de la
República de Cuba, la Orden Playa Girón. “Reciban en nombre de este
pueblo las condecoraciones de que se han hecho acreedores por la
voluntad y firmeza demostradas durante16 años de injusto y cruel
encierro”, enfatizó Acosta.
Acto seguido, Raúl entregó el Título de Héroe de la República de Cuba
y la Orden Playa Girón a -en ese orden- Gerardo Hernández Nordelo,
Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González
Llort y René Gonzalez Sehwerert.
Por su fidelidad a las ideas de José Martí, Apóstol de nuestra
independencia, les había sido conferida a los Cinco esa condecoración en
su ausencia, el 29 de diciembre de 2001, en una sesión de la Asamblea
Nacional del Poder Popular.
Habla Gerardo en nombre de sus hermanos de lucha
Honrar a las cubanas y cubanas que hace 120 años se levantaron en
armas por la independencia, “es la mejor manera de recibir el título
honorífico de la República de Cuba”, dijo Gerardo Hernández al hablar en
nombre de sus compañeros.
“Nuestro mérito no es otro que cumplir con nuestro deber”, aseguró.
El primer pensamiento de los Cinco fue para “un hombre que nos enseñó
que la palabra rendición no existe para un revolucionarios”, y añadió:
“Comandante en Jefe, esta condecoración que hoy con orgullo recibimos es
también suya”.
“Nuestra misión no ha terminado, pueden sumarse”, dijo Gerardo a
aquellos compatriotas que han comentado su disposición de hacer el
sacrificio de los Cinco. La actualización del modelo socialista cubano
exige actuar con compromiso, inteligencia, y dijo: “Hay y habrá muchas
maneras de defender a Cuba, y Cuba necesitará muchas maneras leales de
defenderla”.
Dedicó el título al pueblo cubano que hizo suya la causa de Los
Cinco, y también a quienes en otros países los apoyaron: “Agradecemos a
los hermanos del mundo que lucharon estos 16 años y les decimos que la
condecoración es también de ustedes”, expresó.
Cuente la patria con estos cinco soldados que ratificamos el
compromiso de servirle hasta el último día, subrayó Hernández también en
nombre de Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René
González.
René y Fernando expiraron íntegramente sus sentencias, mientras que
Hernández, Labañino y Guerrero fueron liberados el 17 de diciembre
pasado como parte del anunciado proceso de restablecimiento de las
relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba
.
Eusebio Leal: Ahora, más que nunca, se necesita la unidad de la nación
El concepto de cubano viene del nombre de nuestra isla, Cuba. Nunca
pudo ser cambiado: “el nombre sonoro y breve quedó prendido en el
corazón de quienes lo escucharon por vez primera”, comienza su discurso
Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad de La Habana, quien hizo la
intervención especial en el acto y armó un discurso en el que repasó
emotiva y documentalmente toda la Historia de la Isla que condujo a los hechos del 24 de febrero.
Entonces éramos un país, la patria comenzó a ser luego un sueño, una
aspiración, y más tarde, la nación fue un derecho. “No hay patria sin
virtud”, recordó Leal a Félix Varela.
Recordó el martirologio de Joaquín
Agüero y sus compañeros en 1851. De esos precursores, Agüero significó
el nacimiento de una leyenda, que está unida —por trágico que parezca— a
la memoria del que muchas generaciones llamaron Bayardo: este
conservaba un pañuelo con la sangre de aquel patriota.
Leal también habló de Mariana, “poderosa madre de una nación”, que le
hace jurar a sus hijos que “todos lucharán por su hermosa patria”, y
enfatizó que la independencia de Cuba está levantada sobre años de
sacrificio, para le niño, la mujer y el hombre cubano.
Hiló esta idea con la quema de Bayamo, una “nueva Numancia”, que
recordaría al opresor la estirpe que, como raíz medular, alimentaba el
sentimiento del pueblo que lo había acunado.
Habló de Martí, de su duelo entre el “yugo y la estrella” que
“ilumina y mata”. Admite que es el cubano que mejor entendió a Estados
Unidos y que compartió con Bolívar la idea de que la nación del Norte
“parece destinada por la Providencia para plagar la América de miserias a
nombre de la libertad.”
Eusebio resaltó que un día como hoy, 120 años atrás, comenzó el
levantamiento del pueblo cubano para alcanzar su total independencia,
mas el amor por esa soberanía nació cuando los de distintas latitudes
llegaron desde Europa, de África, se mezclaron con las comunidades
indígenas e unieron su sangre para formar algo que José Martí llamaría
“dulcísimo misterio”.
Ahora, más que nunca, se necesita la unidad de la nación, dijo el
Historiador de la Ciudad, y añadió que la unidad es “la prenda más
preciosa que debe ser conservada”.
Refirió una anécdota cuando —en abril, 20 años atrás— fue invitado
por el líder de la Revolución Cubana a Playitas de Cajobabo, por donde
desembarcara Martí, precisamente para iniciar la Guerra Necesaria. Y más
adelante sentenció:
“Aquí estamos hoy, ¡oh patria amada, oh
bandera dulce, por la cual tantos lucharon! No importa que tú maestro
generoso te hayas ido tan pronto, aquel 19 de mayo. Tuviste una profunda
convicción, convicción profunda. Yo sé desaparecer, pero mis ideas
prevalecerán, y esas ideas han prevalecido, y fueron las ideas que se
defendieron en el proceso histórico del Moncada, fueron las ideas de los
muchachos que se reunían en la calle del Prado para escuchar la voz de
aquel joven salido de la universidad como un torbellino”.
El acto de reconocimiento a los Cinco Héroes fue transmitido por
Cubavisión, Cubavisión Internacional, Radio Rebelde y Radio Habana
Cuba. Asistieron miembros del Secretariado del Comité Central del
Partido, del Consejo de Estado, y una representación de las familias de
Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René.
El acto cerró con la compañía cubana de teatro infantil La Colmenita, que rindió homenaje, con su obra Abracadabra, a los Cinco.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Imponen el Título de Héroe de la República de Cuba y la Orden Playa Girón a los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
El Héroe de la República de Cuba Orlando Cardoso Villavicencio en el acto. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Gerardo Hernández habló en nombre de sus compañeros. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.
Niños de La Colmenita saludan a Los Cinco. Foto: Ladyrene Pérez/ Cubadebate.