martes, 20 de agosto de 2013

Tesoros de Matanzas: LA BAHÍA Y EL PUERTO DE MATANZAS. PARTE 3


Dr. Mario Valdés Navia *

Con el siglo XX se fue conformando el área actual del puerto, al norte de la bahía,aledaña al Castillo de San Severino, conocida como Dubrocq,que sustituyó al Muelle Real al tener mejores condiciones para las embarcaciones de mayor calado de la época.

Luego del traslado, las instalaciones que  conformaron el antiguo puerto se destinaron a otras funciones.

 A partir de entonces fue que las características naturales de la bahía de Matanzas pudieron ser explotadas en toda su plenitud, sobre todo su largo litoral occidental, con una extensiónde 14 Km y la profundidad de sus aguas que alcanza los 100 m.

A pesar de haber perdido su esplendor económico de antaño, durante la vigésima centuria el puerto de Matanzas logró mantener un intenso tráfico comercial mediante un complejo sistema de fondeaderos.

En la actualidad, sus instalaciones admiten hasta4embarcaciones, al mismo tiempo, en cada uno de ellos, donde pueden atracar buques de 177 ms de eslora, con un calado medio de 12 ms y una eslora máxima de 245 ms. La longitud total de atraques es de 1107 ms, repartidos en  2 muelles, 3 espigones y 1 amarradero.

Durante el siglo pasado, sobresalientes acontecimientos dieron lustre mundial a la bahía matancera, así, en MIL 930, fue escenario de una hazaña tecnológica mundial, cuando quedara inaugurada, en su costa noroeste, la primera planta termo-marítima del mundo, concebida, construida y puesta en explotación experimental por el científico francés George Claude y su equipo de entusiastas obreros y técnicos matanceros, acontecimiento científico nunca repetido en Cuba y al que dedicaremos una sección especial próximamente.

En ese mismo año, ocurrió otro acontecimiento singular en la bahía cuando atracaron en los muelles del puerto dos lujosos transatlánticos franceses de gran calado, el “Ile de France” y “Rex”, de los mayores del mundo,  antecedente importante para el desarrollo perspectivo del turismo de cruceros en Matanzas.

Aunque la rada matancera no contara ya con la bonanza económica que la caracterizó en el siglo XIX gracias al comercio del azúcar, en el área norte del puerto fue conformándose una creciente zona industrial a partir de fábricasque eran traídas de los Estados Unidos,donde eran consideradas nocivas y deterioradas,pero que favorecieron el desarrollo económico regional, tales como La Rayonera, exportadora de rayón principalmente hacia los Estados Unidos, donde se emplea en la producción de neumáticos; la Compañía Cubana de Nitrógeno S. A. (Cubanitro), punto de partida para la producción de fertilizantesquímicos para la economía de Cubay la Planta Eléctrica, todas aledañas al puerto.

A estas habrían de sumarse posteriormente, las construidas en el barrio de Pueblo Nuevo, también en el entorno de la bahía:la Fábrica de Jarcias y Cordeles de Matanzas, la Fábrica de Ron Yucayo, la Destilería Bellamar,la Empresa de Gomas “Yumurí” (hoy Humberto Lamothe) y la textilera “Betroma”, hoy Bellotex.

Hay que destacar que estas industrias, a la vez que favorecieron el desarrollo de la ciudad,  elevaron sustancialmente los niveles de contaminación ambiental en la bahía y sus riberas.

Desde la década del 30 y ante la necesidad de estimular el desarrollo económico local surgió la demanda de crear una Zona Franca en el puerto de Matanzas que favoreciera el comercio de exportación e importación.

 Su autorización, en 1934, provocó grandes festejos y reavivó las esperanzas de prosperidad, aunque, a la larga, la Zona Francase convirtió principalmente en una fuente para el contrabando.

Entre 1954 y 1955 se fomenta un barrio obrero, al norte de la Zona Franca, que se denominó Dubrocq.Asimismo, desde 1950, comienzan a urbanizarse todas las áreas que bordeaban la bahía en su porción sur, tomando como punto de desarrollo la antigua línea del tranvía de la Playa a Matanzas, convirtiéndose en un gran barrio residencial que fue erigiéndose por etapas, aparecieron así Los Pinitos, en 1951;Bellamar, General Betancourt, Arrechavaleta y Amézaga en 1952 y la ampliación de muchas calles traviesas hasta los farallones de la terraza Bellamar.

Tras el triunfo de la Revolución, el puerto de Matanzas se revaloró y llegó a ser uno de las de mayor actividad económica del país, a partir de una infraestructura conformada por los muelles “José Luis Dubrocq” y “Reynold García”, con dos atraques y el “Frank País”, de un atraque, utilizados para la carga general, a granel, combustible, materiales de construcción, alimentos, azúcar y sus derivados. Igualmente en esta zona se construyó una Base de Súper Tanqueros y Crudo Nacional, que cuenta con un complejo de muelles de aguas profundas,únicos en el país.

En el área también se localizan cinco oleoductos: uno para la entrega de crudo a la refinería “Camilo Cienfuegos”, dos para la entrega de petróleo, combustible y crudo a las CTE “Antonio Guiteras” de Matanzas y “Habana Este” de La Habana, y dos para la recepción de crudo nacional desde los yacimientos de Cárdenas-Varadero y la Franja Norte Habana-Matanzas.

A partir de los años 90, se realizaron obras de gran envergadura, como el viaducto Habana-Varadero, que modificaron la imagen del frente de mar perteneciente a la bahía.

 Como parte de este proyecto, se demolieron los inmuebles en la zona del antiguo Muelle Real para crear el acceso que uniría el Viaducto con el Centro Histórico Urbano.

No obstante, este proceso dio lugar al nuevo edificio de Guardafronteras que fue  portador de un diseño original, con una concepción escultórica que arroja dos posibles lecturas: observándole en su eje norte - sur semeja al baluarte de una fortaleza colonial, mientras que de Este a Oeste la imagen sería la de un buque que surca las aguas de la rada matancera. Su erección demostró que puede hacerse buena y contemporánea arquitectura con los materiales y técnicas tradicionales.

 Por la novedad y calidad de su diseño el edificio fue distinguido con el Primer Premio a la mejor obra construida en el Segundo Salón de Arquitectura Cubana 1999.

Es de destacar que, aunque no lo apreciemos a simple vista, hoy la bahía de Matanzas, a pesar de su belleza perenne, muestra un importante nivel de contaminación y está urgida de nuestros cuidados.

 Al respecto los especialistas del CITMA  territorial realizan un abnegado trabajo de investigación que ya muestra importantes resultados.

Estas secciones dedicadas a la bahía de Matanzas, valor primigenio y fundacional de la ciudad, no pueden terminar sin reconocer que el estudio de la historia del puerto de Matanzas debe mucho al empeño de la desaparecida historiadora Martha Silvia Escalona, cuya obra permanece inédita en gran parte.

En el próximo programa, iniciaremos un par de secciones dedicadas a uno de los valores arquitectónicos más antiguos y significativos de Matanzas: el Castillo de San Severino, Museo Nacional de la Ruta del Esclavo y Monumento Nacional.



*Director de la Biblioteca Provincial " Gener y del Monte"






No hay comentarios.: