Nota de José Miguel.
Han pasado muchos años, y es bueno recordar aquellas estúpidas campañas contra Cuba que produjeron una lamentable e innecesaria separación de familias cubanas, por haber dado crédito a los tenebrosos planes contra Cuba en aquellos primeros años de la Revolución.
Se acuerdan de aquello de que se le iba a quitar la patria potestad a las familias de sus hijos, y que los más pequeños serian enviados a la Unión Soviética para en unos casos lavarles el cerebro y en otros convertirlos en carne rusa ?.
Se acuerdan de tamaño disparate?, y lamentablemente algunos creyeron en semejantes barbaridades, por eso les digo que es bueno rememorar aquellos tiempos.
Les propongo entonces leer con detenimiento este trabajo aparecido hoy en Granma.
Se acuerdan de aquello de que se le iba a quitar la patria potestad a las familias de sus hijos, y que los más pequeños serian enviados a la Unión Soviética para en unos casos lavarles el cerebro y en otros convertirlos en carne rusa ?.
Se acuerdan de tamaño disparate?, y lamentablemente algunos creyeron en semejantes barbaridades, por eso les digo que es bueno rememorar aquellos tiempos.
Les propongo entonces leer con detenimiento este trabajo aparecido hoy en Granma.
Tomado de Granma
Patria Potestad, a lo CIA (XIX)
GABRIEL MOLINA
David Atlee Phillips era la estrella del selecto equipo de espías que ejecutaban las operaciones sediciosas encubiertas en la CIA de Allen Dulles.
Más de 14 000 familias se dejaron engañar por el macabro plan organizado con el criptográfico nombre de Operación Peter Pan.
A este alto oficial, que se vinculó con la Oficina de Servicios Secretos (OSS) de Estados Unidos desde los tiempos de la II Guerra Mundial, se le atribuye la paternidad de la falsa ley de la Patria Potestad que dio pie a la Operación Peter Pan, tenebrosa parte propagandística de la planeada invasión, que se incrementaba en marzo de 1961. Junto a Ted Shackley y David Morales, desinformaban, traficaban, conspiraban, y asesinaban, que se sepa por los documentos desclasificados y otras investigaciones, además de en Cuba, en Laos, Vietnam, Chile, Guatemala, Nicaragua, Honduras, México, República Dominicana y otros países. Se sospecha, además, que el grupo estaba involucrado en el asesinato del presidente Kennedy.
Phillips hizo una carrera de 25 años en la Agencia. Su primera tarea fue dirigir en Chile el semanario en lengua inglesa para toda América Latina The Sun Pacific Mail. Años después volvería a Santiago para participar en el golpe de Estado contra Allende. En Guatemala estaba al frente de la propaganda y estableció una red de radio clandestina, antecedente de Radio Swan que le valió para una felicitación personal del presidente Eisenhower después de la cruenta defenestración de Arbenz en 1954. Fue promovido a Cuba en 1955, en la misma época en que el director de la CIA Allen Dulles vino a La Habana para establecer el Buró para la Represión de Actividades Comunistas del dictador Batista, el temido BRAC. Puso una oficina en "la calle Humboldt 106 y vivía con su esposa y cuatro hijos en la avenida 19A No. 2143, Nuevo Biltmore". (1)
La primera constancia pública de la campaña sobre la Patria Potestad tuvo lugar el 26 de octubre de 1960, cuando la emisora Radio Swan, que creó y dirigía Phillips, a imagen de la de Guatemala, comenzó a intercalar un anuncio que decía: "¡Madre cubana, escucha esto: la próxima ley del gobierno será quitarte a tus hijos desde los cinco años hasta los 18... Madre cubana, no te dejes quitar a tu hijo". (2)
Radio Swan formaba parte del aspecto propagandístico y psicológico del plan general contra Cuba, Programa de Acción Encubierta contra el régimen de Castro, aprobado por el gobierno del presidente Eisenhower el 17 de marzo de 1960, en cuya ruta de la propaganda subversiva no se dejaba nada a la iniciativa de los cubanos reclutados: "Como principal voz de la oposición se ha propuesto establecer al menos una estación de propaganda controlada por Estados Unidos, la que se instalará en la isla Swan y transmitirá en bandas equipadas con poder sustancial. La preparación de los escritos será hecha en Estados Unidos, y enviados al sitio de transmisión electrónicamente". (3)
Entre las más reprobables iniciativas de la CIA estuvo esa falsa ley, profusamente reproducida y distribuida por sus agentes en Cuba, para hacer creer que el Gobierno cubano despojaría a los padres de la patria potestad sobre sus hijos, ese arcaico principio del Derecho que data de la antigua Roma imperial.
La falsa ley, supuestamente firmada por Fidel y Dorticós, decía en su parte resolutiva. "Artículo uno: Se derogan los capítulos 1, 2, 3, 4, y 5 y el Título Siete que regulan las instituciones de la Patria Potestad y la adopción, quedando vigente el Código Civil y derogados totalmente los artículos 154 al 180... Artículo 3: A partir de la vigencia de la presente ley, la patria potestad de las personas menores de 20 años será ejercida por el Estado a través de las personas u organizaciones en el cual se delegue esta facultad¼ "
Una rara masa de niños confundidos preparándose a viajar solos hacia Estados Unidos, comenzó a colmar el Aeropuerto José Martí de La Habana. Más de 14 000 familias se dejaron engañar así por el macabro plan organizado con el criptográfico nombre de Operación Peter Pan. El objetivo era generar mayor presión y malestar en las capas medias y altas de la Isla, y lograr un mayor apoyo a la ola de terror aprobada por Eisenhower.
La profesora María de los Ángeles Torres, quien fuera uno de los niños Peter Pan, ha dicho que la CIA organizó la operación para dar a conocer que Washington estaba dispuesto a garantizar visas para facilitar el traslado de los niños cubanos a Estados Unidos y validar la farsa ya echada a rodar, de que el Gobierno revolucionario estaba planeando separar a los hijos de sus padres con fines políticos. Los investigadores José Buajasán y Ramón Torreira califican la medida como la manipulación de Washington para crear temor en los padres cubanos.
El complot de la Patria Potestad se había comenzado a manejar, boca a boca, desde meses antes. La CIA dio la tarea en principio al grupo conspirador dirigido por Tony Varona, ex primer ministro del gobierno del presidente Carlos Prío. Después involucró a otros grupos, pues Varona abandonó el país, por instrucciones de la CIA, y dejó la encomienda en manos de sus adláteres, Leopoldina y Ramón Grau Alsina, sobrinos del expresidente Ramón Grau San Martín. Ella declaró que por "un acuerdo con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, Brian Walsh, un sacerdote de Miami, emitió visas especiales que eran enviadas clandestinamente a Cuba... Como no había embajada norteamericana, nos convertimos en una especie de consulado clandestino". (4 )
Ellos imprimieron la falsa ley y dijeron que la habían robado de la oficina del presidente Dorticós. La hicieron circular clandestinamente para crear pánico en la familia cubana. Estructurado el plan a nivel nacional y continental, el gobierno de Estados Unidos declaró que podía llevarse a todos los cubanos que lo desearen, sin visas ni papeles. En esa violación de sus propias leyes de inmigración, Washington gastó grandes sumas con las compañías aéreas para recibirlos en Miami, en un centro de "refugiados" para los mayores y otro con varios pabellones para los niños que llegasen solos al país.
La histeria de muchos ciudadanos aprensivos fue tal, que Walsh, colocado por el gobierno norteamericano al frente de ese aparato, pudo declarar años después que, mientras duró el centro, recibió a más de 14 000 niños enviados solos por sus padres, en una traumática aventura. Llegaban desde La Habana solos, en vuelos que los traían en secreto y con la creencia de que sus padres viajarían pronto, pero la separación duró años para muchos niños de la "Operación Peter Pan". El plan estuvo listo en diciembre de 1960 y el vuelo inicial —casi todos de la compañía PanAm— aterrizó en Miami al día siguiente de Navidad. El operativo se convirtió en dos años en uno de los mayores éxodos de niños de la historia.
Una parte de los menores encontraron a familiares que los albergaron en la zona de Miami, pero otros quedaron al cuidado de instituciones católicas, en campos de asilo o fueron recibidos por familias en distintos puntos de Estados Unidos. A Rosa Bagley la recibió una familia en West Orange, Nueva Jersey, donde vivió un año. Reencontró a los suyos 48 años después, mediante Internet. Juan Pujol llegó con 16 años a Miami. Fue alojado en Campo Matacumbe, cerca de esa ciudad, donde conoció a su actual esposa, también llegada con los vuelos. "Fue muy duro estar lejos de mi familia", declaró Pujol, que vivió una experiencia distinta porque sus padres nunca dejaron Cuba. El Padre Bryan O. Walsh, a quien las autoridades de Estados Unidos colocaron al frente del programa, podría declarar años después que recibió a unos 15 000 niños. Era una gran paradoja: abandonaban sus hijos a una incierta suerte, con la incauta intención de protegerlos. Los niños llegaron a 187 ciudades, en 45 estados de Estados Unidos, según fuentes de la Unión.
La mayoría de esos niños sufrió un gran trauma que desembocó en desarraigo. Hubo desde quienes aprendieron solos a situarse en la vida, hasta casos dramáticos como el de Robert Rodríguez, quien a los 55 años presentó demanda ante un juez de Miami. Denunció que durante los cinco años que estuvo bajo la "protección del programa de la arquidiócesis de esa ciudad, fue víctima, junto a otros niños, de continuos abusos sexuales y emocionales... en los distintos campamentos donde lo tuvieron".
En cuanto a los impresores y distribuidores, en el propio mes de septiembre los Órganos de Seguridad del Estado ocuparon las galeras de linotipo y las pruebas de galera de la falsa ley, en la imprenta de Rosa Enríquez No. 563. También se detuvo a un grupo de involucrados, en la calle 23 No. 1615, entre 28 y 30. Hasta fines de 1962, en que se suspendieron estos vuelos después de la crisis de los misiles, en Estados Unidos se calculó que 14 048 niños cubanos no acompañados habían llegado al país para, irónicamente, no perder la patria potestad.
Los cantos de sirena para atraer hacia Estados Unidos, primero a cualquier cubano, en especial a los técnicos, han continuado después con el mismo objetivo de atacar a la Revolución, aunque con distintas variantes, las cuales todavía hoy ponen en práctica.
(1) Fabián Escalante. Acción ejecutiva. Objetivo Fidel Castro. Ocean Press. Melbourne. 2006, pp 117
(2) Ramón Torreira Crespo y J. Buajasán Marrawi. Operación Peter Pan. Editora Política 2000. La Habana, pp 90.
(3) A program of Covert Action Against the Castro Regimen. Documento desclasificado por la CIA. Informe del Inspector General de la CIA, Lyman Kirkpatrick. B. 12 y 27.
(4) Luis Báez. Preguntas Indiscretas. Ediciones Prensa Latina 1999, pp. 219 y 220.
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