Por: José Miguel Vázquez.
Por razones obvias los países industrializados tienen la máxima responsabilidad por el deterioro que experimenta nuestro planeta, que se ha dado en llamar “Cambio Climático”, y que no es más que la suma de alteraciones que ha sufrido el clima, que en algunos países se expresa en lluvias torrenciales, largas sequías, tormentas y huracanes severos, nevadas intensas, y otros fenómenos más.
Es evidente que las industrias de los países desarrollados, arrojan CO2, y todo tipo de desperdicios a la atmósfera en unos casos, y a ríos y mares en otros, produciendo una contaminación acumulada que ha producido lo que también conocemos como efecto invernadero y que ha traído un aumento de las temperaturas a nivel global, que actualmente se traduce en deshielo de los glaciares, elevación del nivel del mar, y los llamados eventos extremos como los mencionados anteriormente que actualmente suceden en cualquier parte del mundo.
En la pasada Cumbre sobre Cambio Climático celebrada en Copenhague, y que culminó en un rotundo fracaso por la negativa de los llamados “países ricos”, con Estados Unidos a la cabeza a negarse de plano a disminuir la emisión de gases contaminantes, como medida de protección y defensa de los grandes intereses económicos que se mueven detrás. algunas naciones como Perú pidieron una indemnización por los graves daños causados al medio ambiente. También el Presidente de Bolivia Evo Morales llamó a los países industrializados a pagar la deuda ecológica por haber impulsado programas irracionales de industrialización que han afectado al medio ambiente, recordó como Fidel Castro, alertó hace varios años en la Cumbre de Rió, los que traería el desarrollo irracional de los grandes países industriales, cuestión ésta que fue desatendida y que ha empeorado dramáticamente, hasta el punto de que el propio Fidel ha dicho en recientes reflexiones, que la especie humana está en peligro potencial de desaparecer por este motivo.
Lo lamentable de todo esto es que las pequeñas y subdesarrolladas economías de los países más pobres, son los que pagarán la cuota más alta por esta política absurda y depredadora contra el medio ambiente. ¿Quedará tiempo para rectificar? Esta es la gran interrogante.
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Es evidente que las industrias de los países desarrollados, arrojan CO2, y todo tipo de desperdicios a la atmósfera en unos casos, y a ríos y mares en otros, produciendo una contaminación acumulada que ha producido lo que también conocemos como efecto invernadero y que ha traído un aumento de las temperaturas a nivel global, que actualmente se traduce en deshielo de los glaciares, elevación del nivel del mar, y los llamados eventos extremos como los mencionados anteriormente que actualmente suceden en cualquier parte del mundo.
En la pasada Cumbre sobre Cambio Climático celebrada en Copenhague, y que culminó en un rotundo fracaso por la negativa de los llamados “países ricos”, con Estados Unidos a la cabeza a negarse de plano a disminuir la emisión de gases contaminantes, como medida de protección y defensa de los grandes intereses económicos que se mueven detrás. algunas naciones como Perú pidieron una indemnización por los graves daños causados al medio ambiente. También el Presidente de Bolivia Evo Morales llamó a los países industrializados a pagar la deuda ecológica por haber impulsado programas irracionales de industrialización que han afectado al medio ambiente, recordó como Fidel Castro, alertó hace varios años en la Cumbre de Rió, los que traería el desarrollo irracional de los grandes países industriales, cuestión ésta que fue desatendida y que ha empeorado dramáticamente, hasta el punto de que el propio Fidel ha dicho en recientes reflexiones, que la especie humana está en peligro potencial de desaparecer por este motivo.
Lo lamentable de todo esto es que las pequeñas y subdesarrolladas economías de los países más pobres, son los que pagarán la cuota más alta por esta política absurda y depredadora contra el medio ambiente. ¿Quedará tiempo para rectificar? Esta es la gran interrogante.
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