Por: José Miguel Vázquez.
Hoy 1 de diciembre, tiene lugar en Cuba el Día del Locutor, fecha que cada año de una forma u otra se celebra en nuestros medios y que sirve para que los que trabajamos con el micrófono como principal herramienta, recibamos el reconocimiento social que siempre nos estimula.
Los locutores somos los portadores de noticias buenas o malas, de realizaciones o desencantos, pero gozamos del prestigio que nos da la profesionalidad con la que desarrollamos el intento de comunicarnos día a día con la población que deposita en nosotros esa confianza y credibilidad que solo es propia de algún familiar allegado.
Nos regocijamos, de ser también un vehículo de cultura, de contar con ese reconocimiento, que se confíe en nuestra labor cotidiana y que al entrar en cada hogar a través de los radiorreceptores, se nos atienda, se nos escuche, se nos dé la atención que aspiramos.
Sirvan pues estas palabras para felicitar a todos los locutores, en cualquier lugar donde se encuentren, y solo decirles que su voz y sus mensajes siempre estén al servicio del bien, donde la verdad sea siempre el estandarte que nos impulse, como dijo Martí “Hay tanto que decir, que ha de decirse en el menor número de palabras posible, eso sí, que cada palabra lleve ala y color”..
Resulta muy estimulante ir por las calles, y a cada paso encontrar a alguien que nos felicite en ocasión de este día, quizá esto constituya el mejor regalo que podamos recibir en estos 87 años de la radio cubana.
Hoy 1 de diciembre, tiene lugar en Cuba el Día del Locutor, fecha que cada año de una forma u otra se celebra en nuestros medios y que sirve para que los que trabajamos con el micrófono como principal herramienta, recibamos el reconocimiento social que siempre nos estimula.
Los locutores somos los portadores de noticias buenas o malas, de realizaciones o desencantos, pero gozamos del prestigio que nos da la profesionalidad con la que desarrollamos el intento de comunicarnos día a día con la población que deposita en nosotros esa confianza y credibilidad que solo es propia de algún familiar allegado.
Nos regocijamos, de ser también un vehículo de cultura, de contar con ese reconocimiento, que se confíe en nuestra labor cotidiana y que al entrar en cada hogar a través de los radiorreceptores, se nos atienda, se nos escuche, se nos dé la atención que aspiramos.
Sirvan pues estas palabras para felicitar a todos los locutores, en cualquier lugar donde se encuentren, y solo decirles que su voz y sus mensajes siempre estén al servicio del bien, donde la verdad sea siempre el estandarte que nos impulse, como dijo Martí “Hay tanto que decir, que ha de decirse en el menor número de palabras posible, eso sí, que cada palabra lleve ala y color”..
Resulta muy estimulante ir por las calles, y a cada paso encontrar a alguien que nos felicite en ocasión de este día, quizá esto constituya el mejor regalo que podamos recibir en estos 87 años de la radio cubana.
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