Por: José Miguel Vázquez.
El próximo 18 de marzo del presente 2009, se cumplen doscientos años del natalicio del poeta Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), y ya nuestro pueblo se prepara para rendir homenaje de recordación a este bardo que sufrió los rigores de la vida colonial, luego de ser encarcelado en varias ocasiones donde fue finalmente sentenciando a muerte por fusilamiento y ejecutado aquí en Matanzas cuando tenía 35 años de edad.
Su odisea resume la angustia de un hombre de probado talento, pero que fue humillado y vencido por una sociedad injusta.
Quizás algunos preguntarán quién fue Plácido?... Pues bien, Gabriel de la Concepción Valdés conocido con el sobrenombre de Plácido, nació en la Habana el 18 de marzo de 1809, hijo ilegítimo de un peluquero mestizo, nombrado Diego Ferrer Mostoso, natural de la Habana, y de una bailarina española de Burgos, Concepción Vázquez. El niño fue entregado a la Casa Cu8na de Maternidad., pero a los pocos días fue recogido por su abuela materna. Se le dio el apellido de “Valdés”, como a todos los niños expósitos.
Desde la primera adolescencia tuvo que ayudar a su familia y ganar el sustento diario. En aquél entonces la artesanía estaba abierta a los negros y mulatos libres. Gabriel de la Concepción aprendió el oficio de peinetero, fue aprendiz de la imprenta de Boloña, la más famosa en aquellos primeros años del siglo XIX, pero aunque el oficio de cajista le daba poco para vivir, pudo satisfacer sus ansias de lectura, lo que en cierto modo mejoró algo su deficiente cultura.
En la Habana y luego aquí en Matanzas donde vino a residir, continuó ejerciendo el oficio de peinetero, y comenzó a publicar sus primeros poemas.
A la altura de 1834 los poetas cubanos ofrecen una” aureola poética por las musas de Almendares” , al ministro de la Corona y Gran Poeta Español Martínez de la Rosa, “ Plácido”, aparece allí incluido en “ La Siempreviva”, una de sus mejores composiciones. Esto le resultó su verdadera entrada en el mundo de la literatura. En matanzas publicó en 1834 la primera edición de sus poesías y en 1841 “ El Veguero”.
En la mañana del 28 de junio de 1844, Gabriel de la Concepción Valdés “Plácido”, fue fusilado por la espalda por las autoridades colonialistas españolas, acusado de estar implicado en una conspiración, con otros diez de sus compañeros de esta ciudad.
El Hospital Provincial de Matanzas, conserva hasta nuestros días la celda en que estuvo recluido , hasta momentos antes de su muerte, allí compuso su famosa “Plegaria a Dios”, poema que habría de inmortalizarlo por su profundo contenido lírico.
En ocasión del bicentenario de su nacimiento se promueve por estos días en todo el país, un programa para promover el estudio de su obra, y su recuerdo, vivo siempre, será enaltecido especialmente en este 2009, donde los matanceros que tuvimos el privilegio de tenerlo como uno de nuestros hijos residentes jugaremos un papel fundamental.
El próximo 18 de marzo del presente 2009, se cumplen doscientos años del natalicio del poeta Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), y ya nuestro pueblo se prepara para rendir homenaje de recordación a este bardo que sufrió los rigores de la vida colonial, luego de ser encarcelado en varias ocasiones donde fue finalmente sentenciando a muerte por fusilamiento y ejecutado aquí en Matanzas cuando tenía 35 años de edad.
Su odisea resume la angustia de un hombre de probado talento, pero que fue humillado y vencido por una sociedad injusta.
Quizás algunos preguntarán quién fue Plácido?... Pues bien, Gabriel de la Concepción Valdés conocido con el sobrenombre de Plácido, nació en la Habana el 18 de marzo de 1809, hijo ilegítimo de un peluquero mestizo, nombrado Diego Ferrer Mostoso, natural de la Habana, y de una bailarina española de Burgos, Concepción Vázquez. El niño fue entregado a la Casa Cu8na de Maternidad., pero a los pocos días fue recogido por su abuela materna. Se le dio el apellido de “Valdés”, como a todos los niños expósitos.
Desde la primera adolescencia tuvo que ayudar a su familia y ganar el sustento diario. En aquél entonces la artesanía estaba abierta a los negros y mulatos libres. Gabriel de la Concepción aprendió el oficio de peinetero, fue aprendiz de la imprenta de Boloña, la más famosa en aquellos primeros años del siglo XIX, pero aunque el oficio de cajista le daba poco para vivir, pudo satisfacer sus ansias de lectura, lo que en cierto modo mejoró algo su deficiente cultura.
En la Habana y luego aquí en Matanzas donde vino a residir, continuó ejerciendo el oficio de peinetero, y comenzó a publicar sus primeros poemas.
A la altura de 1834 los poetas cubanos ofrecen una” aureola poética por las musas de Almendares” , al ministro de la Corona y Gran Poeta Español Martínez de la Rosa, “ Plácido”, aparece allí incluido en “ La Siempreviva”, una de sus mejores composiciones. Esto le resultó su verdadera entrada en el mundo de la literatura. En matanzas publicó en 1834 la primera edición de sus poesías y en 1841 “ El Veguero”.
En la mañana del 28 de junio de 1844, Gabriel de la Concepción Valdés “Plácido”, fue fusilado por la espalda por las autoridades colonialistas españolas, acusado de estar implicado en una conspiración, con otros diez de sus compañeros de esta ciudad.
El Hospital Provincial de Matanzas, conserva hasta nuestros días la celda en que estuvo recluido , hasta momentos antes de su muerte, allí compuso su famosa “Plegaria a Dios”, poema que habría de inmortalizarlo por su profundo contenido lírico.
En ocasión del bicentenario de su nacimiento se promueve por estos días en todo el país, un programa para promover el estudio de su obra, y su recuerdo, vivo siempre, será enaltecido especialmente en este 2009, donde los matanceros que tuvimos el privilegio de tenerlo como uno de nuestros hijos residentes jugaremos un papel fundamental.
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