NOTICIA.
Ventura de Jesús
El lanzador matancero Jorge Alberto Martínez fue la mejor noticia en la jornada beisbolera del jueves último. Logró la inusual faena de dejar sin jit ni carrera al conjunto Industriales, en desafío disputado en el coloso del Cerro, en el que únicamente un hombre le llegó a primera, por pelotazo en la segunda entrada.
El matancero lanzó el cero jit cero carrera número 50
Con un dominio estupendo en su recta, cercana a las 90 millas, y mezclando bien sus lanzamientos, el joven propinó el juego número 50 de cero jit cero carrera en campeonatos cubanos y se convirtió en el quinto monticulista matancero que alcanza tal hazaña.
“Me sentí en excelente forma, puse la bola donde quería, fui bien defendido y, tuve la suerte a mi favor. Ese resultado es fruto de muchos poquitos, y todo nos salió bien, no lamentamos ni una piedrecilla industrialista en el terreno. Era mi noche”, apuntó el tirador yumurino.
¿Cuándo pensaste en la posibilidad de completar esa actuación?
“A partir de la quinta entrada, aunque no imaginé que lo lograría. Industriales es un conjunto que sabe jugar a la pelota y al que respeto y admiro mucho, por eso me siento doblemente feliz”.
Jorge Alberto reside con sus padres en la ciudad de Matanzas, esta en su quinta Serie Nacional, tiene 25 años de edad y cursa el primer año de la carrera de Cultura Física.
“Es un muchacho inteligente, disciplinado, y su mayor virtud como deportista es la ecuanimidad, tiene cualidades para aspirar a mucho más”, remarcó Wilfredo Menéndez, piloto de la nave yumurina.
En su casa este viernes no cesaba de sonar el teléfono. De todas partes llamaban para felicitar. El padre, sin embargo, confiesa ser un industrialista a matarse, aunque como es natural se siente contento por la labor de su hijo.
“Practiqué el béisbol desde niño pero nunca llegué a jugar más allá de los pitenes en el barrio. Quizás por ello le inculqué la pelota a mi hijo desde sus ocho años de edad. Ahora es un joven tranquilo, no bebe, ni fuma y ni si quiera toma café”.
¿No le molesta que la haya emprendido con su equipopredilecto?
“No me duele. Después de todo, la sangre es la sangre, y, además, tengo la esperanza de que Industriales saldrá de este mal momento”, concluyó el padre.
Ventura de Jesús
El lanzador matancero Jorge Alberto Martínez fue la mejor noticia en la jornada beisbolera del jueves último. Logró la inusual faena de dejar sin jit ni carrera al conjunto Industriales, en desafío disputado en el coloso del Cerro, en el que únicamente un hombre le llegó a primera, por pelotazo en la segunda entrada.
El matancero lanzó el cero jit cero carrera número 50
Con un dominio estupendo en su recta, cercana a las 90 millas, y mezclando bien sus lanzamientos, el joven propinó el juego número 50 de cero jit cero carrera en campeonatos cubanos y se convirtió en el quinto monticulista matancero que alcanza tal hazaña.
“Me sentí en excelente forma, puse la bola donde quería, fui bien defendido y, tuve la suerte a mi favor. Ese resultado es fruto de muchos poquitos, y todo nos salió bien, no lamentamos ni una piedrecilla industrialista en el terreno. Era mi noche”, apuntó el tirador yumurino.
¿Cuándo pensaste en la posibilidad de completar esa actuación?
“A partir de la quinta entrada, aunque no imaginé que lo lograría. Industriales es un conjunto que sabe jugar a la pelota y al que respeto y admiro mucho, por eso me siento doblemente feliz”.
Jorge Alberto reside con sus padres en la ciudad de Matanzas, esta en su quinta Serie Nacional, tiene 25 años de edad y cursa el primer año de la carrera de Cultura Física.
“Es un muchacho inteligente, disciplinado, y su mayor virtud como deportista es la ecuanimidad, tiene cualidades para aspirar a mucho más”, remarcó Wilfredo Menéndez, piloto de la nave yumurina.
En su casa este viernes no cesaba de sonar el teléfono. De todas partes llamaban para felicitar. El padre, sin embargo, confiesa ser un industrialista a matarse, aunque como es natural se siente contento por la labor de su hijo.
“Practiqué el béisbol desde niño pero nunca llegué a jugar más allá de los pitenes en el barrio. Quizás por ello le inculqué la pelota a mi hijo desde sus ocho años de edad. Ahora es un joven tranquilo, no bebe, ni fuma y ni si quiera toma café”.
¿No le molesta que la haya emprendido con su equipopredilecto?
“No me duele. Después de todo, la sangre es la sangre, y, además, tengo la esperanza de que Industriales saldrá de este mal momento”, concluyó el padre.
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