viernes, 26 de diciembre de 2008

Conozca las historia de Sandalio y sus jutías.


Por: José Miguel Vázquez.


Posturas graciosas, hábitos desenfadados, camaradería y en ocasiones un poco de rivalidad describen con bastante acierto a la colonia de jutías congas que habita el patio de Sandalio Ramírez del Toro, en el sureño municipio de Ciénaga de Zapata, uno de los mayores humedales de América Latina y Sitio Ramsar.
La historia que les cuento comenzó hace trece años, cuando uno de los hijos de Sandalio, se apareció en la casa con cuatro pequeñas jutías, tres hembras y un macho. Desde entonces el número de estos animales se incrementó considerablemente. Hoy cuentan con algo más de 150 animales de esta especie de uno y otro sexo.
Según se afirma el propio Sandalio, nadie pensó que estos curiosos animalitos serían parte importante en la vida de esta familia matancera.
El patio de este hogar de Sandalio se la convertido en un lugar de obligado transito para quienes visitan la zona. Si algo resulta en extremo curioso es ver como se agrupan a la hora de comer. Paradas en dos patas, estos singulares mamíferos por ciento muy abundantes en Las Antillas, arrancan las hojas para luego llevárselas a la boca. Suelen alimentarse además con la corteza de los árboles, como soplillo, almácigo, raíces, tubérculos y frutas.
Sandalio nunca ha pensado en vender ninguna de sus jutías, es una práctica vedada. En ocasiones ha regalado algunos ejemplares para que sean utilizados con fines terapéuticos pues su carne resulta en extremo saludable.
La jutía es un mamífero de pelaje espero y leonado, más oscuro en el lomo, y su carne es muy apreciada. Existen varias especies de ellos.
Aunque en la Ciénaga de Zapata como en otras zonas de Cuba, los mamíferos no son el grupo dominante las jutías ( Capromis pilorides) es uno de los sitios en que se aún se conservan en estado silvestre, y ha sido objeto de mucha caza por el hombre , debido a su rica carne, lo que ha hecho disminuir su población.
Como una enorme rata que habita en las ramas de los árboles, la jutía es uno de los mamíferos más típicos de los campos cubanos. Al menos unas tres especies de esta familia, también conocida como Rodentia, han desaparecido. Aunque aún sobreviven más de una decena. Entre ellas se encuentra la jutía conga, que ocupa la tercera posición en tamaño entre los roedores del planeta.
Las jutías son vegetarianas, su alimentación se compone de hojas y corteza de los árboles, frutas, y hasta raíces y tubérculos. Casi no necesitan tomar agua, pues al parecer les basta con la que absorben de esos alimentos.
Entre las especies más abundantes y conocidas de jutías en Cuba, están la conga, la carabalí y la andaraz. Esta última se limita solo a las provincias orientales, las otras sí se extienden por todo el archipiélago. De las demás especies, dos solo se encuentran en la Isla de la Juventud y las otras cinco se limitan a dos de los cayos adyacentes a la isla grande.
La jutía conga es la que prefiere vivir más pegada a la tierra, pues se esconde predilectamente en oquedades de los suelos rocosos, aunque sube a la cima de las arboledas para alimentarse o solearse. El resto de las especies, prefieren vivir en huecos de los troncos arbóreos, o simplemente entre el follaje de grandes árboles. Las habitantes de los cayos conviven entre los manglares; una de ellas, la jutía rata, como hacen los castores, levanta diques, conductos y montones en el agua.

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