Por: José Miguel Vázquez.
Cada primero de octubre se celebra en nuestra patria el Día del Adulto Mayor, desde que en 1990 fuera establecido por las Naciones Unidas, a fin de rendir homenaje a las personas de la tercera edad, y como una toma de conciencia para la prolongación de la vida.
En Cuba, la esperanza de vida se encuentra en 77 años, lo que la coloca entre los 25 paises de mayor espectativa en el mundo, a la vez que se le brinda a los adultos mayores una especial atención a través de los Círculos de Abuelos, y en las Universidades donde matriculan cada año en las sedes municipales ya habilitadas.
Aqui en Matanzas, esta fecha precisamente fue la escogida para dar inicio a un nuevo curso de la Universidad del Adulto Mayor en un acto que tuvo lugar en el Museo Provincial Palacio de Junco de la ciudad, donde nuestros abuelos tuvieron la oportunidad de oficializar su matrícula.
Y yo me pregunto en qué país se ven estas cosas, como no sea los pobres ancianos durmiendo en albergues pordioseros y en plena via pública cobijados solamente por sacos y cartones de cajas.
Aqui en Cuba, y en nuestra provincia, los ancianos todos son altamente protegidos, y su salud y alimentación están garantizadas por nuestra sociedad.
Que lindo es ver cada mañana a los que rebasan los 65 años, realizando sus ejercicios en nuestros parques como integrantes de los Círculos de Abuelos.
Cerca de nuestra emisora Radio 26, los vemos, se trata del Círculo Amigos del Deporte, del Parque René Fraga Moreno, donde no solamente se ejercitan fisicamente, sino que además acometen actividades recreativas, festivas, excursiones y otras más.
Por cualquier barrio se alzan las Casas de los Abuelos, instituciones protegidas por el estado donde pasan el día, bajo la tutela de médicos y enfermeras., allí platican, juegan, leen,ven la televisión, salen de paseo y luego en horas de la tarde regresan a sus hogares.
Están también los asilos, para los que no tienen familiares que los acojan, y allí viven cómodamente con todo garantizado para ellos.
La vejez, en cualquier rincón de Cuba, no es un problema, gozan nuestros abuelitos del reconocimiento social que se merecen, son protegidos y viven una vida placentera hasta el fin de sus días.
Así es la tercera edad aquí en Matanzas, y en Cuba, por eso envejecer no es una derrota, sino un triunfo de la vida.Nuestra población va envejeciendo paulatinamente, y ello es consecuencia del alto desarrollo que vamos obteniendo pese a las dificultades.
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