Por: José Miguel Vázquez.
El 12 de octubre la ciudad de Matanzas, arriba a su aniversario 314, por esta razón quiero abordar en estos días en mi bitácora, algunas notas acerca de nuestra querida urbe, creo que la mejor manera de comenzar es precisamente haciendo referencia al origen de su nombre.
El territorio ocupado actualmente por la ciudad de Matanzas reporta la presencia del hombre primitivo desde hace 10 mil años,
Estos individuos habitaban en diferentes sitios de las márgenes del río Canímar, el Valle de Yumurí, y otros lugares muy cercanos a la bahía.
Cuando comenzaron los contactos iniciales con el hombre europeo en la primera década del sigo XVI, un cálculo conservador de algunos especialistas determinó el total de la población aborigen en unos dos mil individuos aproximadamente agrupados en ocho aldeas.
Por distintas razones, los primitivos habitantes de la zona se concentraron en el llamado pueblo de Caneymar el cual debió existir entre 1519 y 1530, y según análisis de los expertos estaba situado en las márgenes del río Canímar, Este poblado desapareció posteriormente debido a una epidemia de viruelas que diezmó considerablemente a los indocubanos.
El primer europeo que llegó a la bahía de Guanima, como la llamaban los nativos, fue Sebastián de Ocampo cuando en 1509 realizó el bojeo a la isla con el propósito de demostrar su insularidad.
Pero pocos años después la espaciosa, bella y útil rada cambiaría de nombre bajo trágicas circunstancias conociéndose entonces como la bahía de la Matanza,
Esta denominación a través de tiempo ha llamado la atención, es compartida por medio centenar de lugares de al menos tres continentes y proviene al igual de sus otros homólogos, de hechos sangrientos sucedidos en sus territorios, aunque en el caso de la ciudad yumurina lo ocurrido aquí fue llevado a cabo en el mar.
Existen varias teorías que buscan darle respuesta a este apelativo, ellas hablan de degollinas de puercos, indios y españoles, sin embargo un somero análisis nos puede indicar el verdadero origen de la denominación, lo cierto es que el sacrificio de ganado pudo haberse realizado muchos años antes de la naciente colonia y mucho menos en los primeros años de la presencia hispana en la bahía matancera, no existen tampoco indicios de carnicería de indios en las inmediaciones de estos parajes.
Se impone entonces tener en cuenta la tercera teoría, o sea el exterminio de un grupo de españoles a manos de los aborígenes, versión que reúne todos los requisitos para quedar ubicada en la historia del país.
Cuenta la historia que en las inmediaciones de la bahía, habitaba un grupo de aborígenes en un poblado denominado Yucayo, los indocubanos estaban regidos por un cacique nombrado Guayucayex, quien parecía conocer de las atrocidades cometidas por otros hombres blancos y decidió enfrentar a otro grupo que había naufragado en otras costas.
El ladino cacique ofreció la posibilidad a los extranjeros de cruzar la bahía en sus frágiles canoas accediendo a ellos los hispanos, y cuando se encontraban en aguas profundas los remeros indígenas volcaron los esquifes matando a los invasores, la mayoría ahogados, mientras un grupo menor fue atacado y ultimado en tierra salvándose solamente un hombres y dos mujeres que quedaron en poder de Guayucayex.
Desde ese entonces la bahía de Guanima, comenzó a llamarse bahía de Matanzas, la que por extensión dio el mismo nombre a la ciudad que surgiría en sus inmediaciones.
Muchos matanceros piensan que de no mediar estos hechos históricos que dieron lugar a su actual nombre, quizá Matanzas, pudiera haberse llamado Guanima, o quizá Canimar, nombres propios de los aborígenes de ese entonces.
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