La
reanudación de los servicios en la Embajada de Estados Unidos en Cuba a
partir del 4 de enero de 2023 es el anuncio más reciente de la
administración del presidente Joe Biden, cuya agenda respecto de la isla
sigue, con algunos ajustes mínimos, la política de su antecesor, el
republicano Donald Trump (2017-2021).
Desde septiembre de 2017 la sede diplomática de Washington asumía funciones limitadas, tras la denuncia de supuestos ataques sónicos contra los funcionarios y, por consiguiente, la reducción de 60% del personal, si bien no existía ninguna prueba que justificara el desmantelamiento de la misión ni se encontrara al culpable de los misteriosos problemas de salud.
"El
pretexto de los incidentes sónicos, desmontado luego con todo rigor por
la comunidad científica, y el daño de las relaciones bilaterales,
acarreó enormes dificultades para la familia cubana que debió
trasladarse a Guyana y a otros países para la realización de trámites
migratorios", dijo a Sputnik el historiador y profesor titular de la
Universidad de la Habana (UH) Hassan Pérez Casabona.
De
acuerdo con el académico, la decisión supuso un obstáculo para el
traslado legal, sumado a la permanencia de otras disposiciones como la Ley de Ajuste Cubano,
promulgada el 2 de noviembre de 1966, que permite a los ciudadanos de
la isla presentes físicamente en EEUU durante al menos un año solicitar la residencia permanente.
"Ese mecanismo alienta la migración irregular y desordenada y el tráfico de personas con un costo significativo de vidas.
También tiene un carácter criminal porque estimula, basado en el
reencuentro de las familias, procesos migratorios que no están
estipulados y defendidos de manera internacional", indicó.
Desde principios de 2023, la embajada estadounidense retomará el procesamiento completo de visas de inmigrantes,
con la inclusión de familiar inmediato, preferencia familiar,
diversidad —otorga residencia permanente— y visa de prometido —para el
ciudadano norteamericano que quiera contraer matrimonio con su
prometido/a extranjero en territorio de EEUU—.
Esto significará un aumento de las personas beneficiadas, pues en los últimos cinco años solo se tramitaron alrededor de 4.000 visas.
La
noticia trascendió este miércoles 9 de noviembre tras reuniones de
funcionarios de ambos países, entre ellos, la secretaria adjunta del
Departamento de Estado para Temas Consulares, Rena Bitter, y la directora de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración del Departamento de Seguridad Interna, Ur Mendoza,
hasta el momento las representantes de mayor nivel de visita en el
territorio antillano, desde la llegada de Biden al despacho oval.
En
todos estos años, Estados Unidos no ha cumplido cabalmente con los
acuerdos migratorios establecidos en 1994 y 1995, mediante los cuales
asumía el compromiso de otorgar un mínimo de 20.000 visas anuales y el establecimiento de rondas semestrales de conversaciones para la comprobación del cumplimiento de esos convenios.
Relaciones bilaterales ¿son posibles?
A juicio de Pérez Casabona, la noticia va en la dirección correcta porque demuestra que es posible articular vínculos respetuosos, centrados en intereses comunes y la enorme posibilidad de avanzar en múltiples ámbitos.
Los
acuerdos y memorando firmados bajo el mandato de Obama favorecían "un
entendimiento diplomático, respetuoso y civilizado e involucraron, en su
momento, a sectores de la ciencia, medio ambiente y cultura", y
hubieran permitido un camino más amplio, de no producirse el
estancamiento durante la presidencia de Trump que continúa actualmente,
añadió.
El experto advirtió que, tras las elecciones de medio término en EEUU, Biden puede retomar algunas de las acciones prometidas durante su campaña electoral.
"Cuba
es un interlocutor de respeto, con un ordenamiento social estable y
tranquilo que posee numerosos avances científicos, perceptible en la
creación de los cinco candidatos vacunales, tres de ellos convertidos en
vacuna, para el enfrentamiento a la pandemia, y los nuevos productos
asociados, por ejemplo, al tratamiento del Alzheimer y el cáncer de
pulmón", reconoció.
Política exterior hacia Cuba
Para
Luis René Fernández Tabío, del Centro de Investigaciones de la Economía
Internacional de la UH, "esta es una de las decisiones con mayor
impacto en la familia, lazos bilaterales e intercambios pueblo a
pueblo", unido al restablecimiento de los vuelos a otras provincias, eliminados durante el Gobierno de Trump en 2019 y que desde agosto de 2020 solo llegaban a La Habana.
Sin
embargo, el experto consideró que los dictámenes de la presente
administración en casi dos años de mandato no han tocado los
instrumentos más sensibles y de alto impacto sobre la realidad cubana,
entre ellos, las remesas ni las 243 medidas de recrudecimiento del bloqueo de la última administración republicana, catalogado como una guerra económica.
De igual manera, Cuba continúa en la lista de países patrocinadores del terrorismo—
incluida nuevamente durante los últimos días de gobierno de Trump en
enero de 2021—, lo cual la imposibilita el acceso al Sistema Electrónico
de Autorización de Viaje (ESTA) y desconoce los 19 convenios
internacionales suscritos por La Habana sobre el enfrentamiento al
terrorismo.Si
bien en mayo Washington comunicó una serie de iniciativas que, en
apariencia, revertían las acciones tomadas por Trump, en el caso de las
remesas, aún no existe un soporte práctico para su envío, tampoco nexos
interbancarios y persisten las sanciones a la corporación Fincimex, la contraparte cubana de la empresa Western Union.
Todo
ello, en el contexto de una crisis económica nacional y mundial,
pandemia de COVID-19, incremento de los precios, el paso del huracán Ian
en septiembre y la persecución constante en las esferas de transporte,
transferencias, adquisición de insumos, entre otras, "que pudieron ser
aliviadas por el propio Biden".
En muy pocas ocasiones, el actual jefe de Estado asumió una política propia, manifestó Pérez Casabona; por el contrario, su manera de actuar, caracterizada por la inmovilidad, contrasta con sus propias promesas de campaña.
Condena internacional
Pérez
Casabona se refirió a la votación contra el bloqueo impuesto por EEUU
en la Asamblea General de las Naciones Unidas los días 2 y 3 de
noviembre. Por trigésima ocasión el mundo reclamó el fin de ese cerco,
en esta oportunidad, con 185 votos a favor de la resolución presentada por la isla.
Para
el analista, los asistentes denunciaron de manera contundente esa
política "criminal, genocida y que impide el desarrollo estratégico del
país, pues no solamente nos priva de alimentos y medicinas, también
resulta una espada de Damocles que incide en la cotidianidad de cada uno
de nosotros".
En los primeros 14 meses de presidencia de Joe Biden, el bloqueo causó pérdidas valoradas en más de 6.300 millones de dólares
y, desde agosto de 2021 a febrero de 2022, el valor asciende a 3.800
millones de dólares, precisó. De ahí que, algunos economistas consideran
que, en condiciones normales, el PIB pudo experimentar un crecimiento
de alrededor de 4,5 %.
"EEUU carece de credibilidad cuando, después del paso del huracán Ian,
ofrece dos millones de dólares de ayuda humanitaria. En realidad, si le
preocupase el bienestar del pueblo cubano, al menos debía levantar las
243 sanciones. Pese a todo, Cuba transita por una etapa de resistencia
creativa y continúa con sus puentes de solidaridad", concluyó.
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