Por Isaura Diez Millán
La Habana, 6 oct (Prensa Latina) Luis Posada Carriles asesinó a 73 personas en Barbados, pero a Estados Unidos no le convenía que fuera juzgado por el crimen contra el vuelo CU-455, afirmó hoy el abogado José Pertierra.
La Habana, 6 oct (Prensa Latina) Luis Posada Carriles asesinó a 73 personas en Barbados, pero a Estados Unidos no le convenía que fuera juzgado por el crimen contra el vuelo CU-455, afirmó hoy el abogado José Pertierra.
En exclusiva con Prensa Latina, el abogado cubano radicado en Washington, aseguró que Posada guardaba secretos sobre la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que podían implicar al gobierno norteamericano en terrorismo de Estado.
De acuerdo con registros oficiales, el 6 de octubre de 1976, el vuelo CU-455 de Cubana de Aviación partió desde Guyana hacia La Habana, vía las islas de Trinidad y Tobago, Barbados y Jamaica.
Tras las explosiones del C-4 implantado en el avión por dos venezolanos al mando de Luis Posada Carriles y Orlando Bosh, murieron todos los pasajeros: 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos.
'La evidencia sobre la culpabilidad de Posada Carriles como autor intelectual del atentado es abundante', expuso Pertierra.
Según el abogado, Hernán Ricardo, uno de los autores materiales del hecho, confesó a los oficiales de Trinidad y Tobago que él y su cómplice, Freddy Lugo, detonaron dos bombas en el avión por mandato de Posada.
'Estas confesiones existen, están escritas a mano por Hernán Ricardo y Freddy Lugo, yo las leí con mis propios ojos y se las enviamos a las autoridades estadounidenses cuando tratamos de extraditar a Posada Carriles para ser juzgado en Venezuela', refirió.
Al ser interrogados por la policía de Barbados, los responsables confesaron e implicaron a Posada y Bosch, por lo que ambos hombres fueron detenidos en Venezuela.
Los cuatro detenidos fueron sometidos a un prolongado proceso judicial del cual Ricardo y Lugo recibieron condenas de 20 años de prisión el 8 de agosto de 1985.
'Antes de que el caso concluyera, Posada Carriles se fugó de la cárcel de San Juan de los Morros en Venezuela con la ayuda de sus amigos en Miami y en Washington', recordó Pertierra.
Explicó que pocas semanas después, y a pesar de ser fugitivo con código rojo de Interpol, la CIA contrató a Posada para que trabajara en la operación conocida como Iran/Contra en la base militar de Ilopango, El Salvador.
'Estados Unidos simplemente no le hizo caso a nuestra solicitud de extradición aunque la ley plantea que si la evidencia muestra la presunta culpabilidad del acusado, habría que detenerlo con fines de extradición y enviarlo a Venezuela', expuso el letrado.
Además, el Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil firmado por Venezuela y Estados Unidos en 1971, obligaba a Washington a extraditar al terrorista o juzgarlo por homicidio calificado en territorio estadounidense.
De acuerdo con el especialista, Washington persigue a musulmanes por supuestos actos de terrorismo contra sus intereses, a la vez, protege a los terroristas que ellos mismos han reclutado, entrenado, armado y dirigido.
'Posada Carriles era un operativo de la CIA y su propio abogado defensor dijo que todo lo que hizo en América Latina, lo hizo a nombre de Washington', aseguró Pertierra.
En el expediente sobre el crimen de Barbados se encuentra un diagrama de la organización terrorista que Posada Carriles y Orlando Bosch formaron para realizar este y otros actos terroristas: la denominada Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), recordó el abogado.
Asimismo, aseguró que los documentos recogen la confesión de Hernán Ricardo sobre la subordinación de esa organización a la CIA.
'Posada Carriles asesinó a sangre fría. Lo que más me impactó del expediente fue el informe del médico forense de Barbados que describe la condición en que se encontraban los restos de una niñita guyanesa', comentó Pertierra.
La descripción del médico forense se refiere a Sabrina, quien viajaba con su familia a Cuba y fue una de las 15 personas cuyos restos pudieron ser recuperados de las aguas de Paradise Beach.
'El terrorismo es abominable. El combate debiese ser siempre en el campo del honor, contra un enemigo capaz de defenderse. No contra civiles indefensos y niñitas de nueve años', enfatizó el abogado.
Orlando Bosch Ávila falleció en Miami el 27 de abril de 2011 y Luis Posada Carriles lo hizo en 2018, ambos vivieron libres en las calles de Florida hasta sus muertes.
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