viernes, 17 de julio de 2020

«Contamos con una historia inspiradora para lanzarnos a la pelea»


Cuba, afirmó el Presidente, «vuelve a ser retada por el contexto mundial y una agresiva política imperial. No lo busca, pero no le teme. Contamos con una historia inspiradora para lanzarnos a la pelea. A eso se suma el talento de los científicos y del personal de la Salud que nos coloca entre los países que han logrado controlar una pandemia terrible»
«Fuerza Cuba, que seguiremos viviendo, impulsando la economía y venciendo. ¡Viva Cuba Libre!». Foto: Estudios Revolución
La estrategia del país para el fortalecimiento de la economía constituye «un plan que defiende un ideal, no como idea de perfección sino como la suma de los objetivos a conseguir», aseguró el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante su intervención este jueves en el Consejo de Ministros, la cual fue transmitida en el programa Mesa Redonda.

Dichos propósitos, detalló, consisten en implementar los acuerdos del Congreso del Partido y cumplir con las demandas populares emanadas del debate de los Lineamientos, derrotar la política del bloqueo, enfrentar la crisis global que el neoliberalismo y la pandemia han exacerbado, y aplicar ciencia e innovación para afianzar el desarrollo, así como legitimar el ideal socialista como único camino conocido hacia la prosperidad con justicia social.

Informó que lo dispuesto fue aprobado por el Buró Político y ha tomado como bases el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, la Conceptualización del Modelo Económico y los Lineamientos.

Dicha estrategia, cuya implementación empezará de inmediato, ha tenido en cuenta, a juicio del mandatario, la situación del mundo y del país, así como las propuestas derivadas del debate público, de la academia, e incluso de quienes arremeten contra la Revolución.

Díaz-Canel recordó que, a nivel global, se expande una profunda crisis provocada por la covid-19, el derrumbe definitivo de los paradigmas neoliberales que venía defendiendo el imperialismo, unido al ejercicio abusivo de la hegemonía imperial, basada en la presión permanente a otros gobiernos, la injerencia, la violencia, la amenaza de intervención militar, la reactivación de la Doctrina Monroe, la obsesión contra Cuba y Venezuela...

La Mayor de la Antillas, subrayó, ha enfrentado la escalada del bloqueo, con constantes medidas de persecución financiera, congelamiento de cuentas bancarias, acciones para desprestigiar a funcionarios cubanos, recortes en el envío de remesas, sanciones a empresas que mantienen negocios en Cuba, a lo que se suman los intentos para promover posiciones políticas opositoras. Nos tenemos que ubicar, afirmó, en un campo de batalla.

Según el Presidente, «en temas de derecho y sociedad no han desistido en la búsqueda de puntos de quiebre de la unidad nacional, magnificando los posibles disensos, respecto al matrimonio igualitario, el racismo, la violencia contra la mujer o el maltrato a los animales, asuntos en los cuales trabajamos seriamente para resolver deudas de siglos que solo la Revolución ha enfrentado».

Por tanto, resulta imprescindible comprender, a juicio de Miguel Díaz-Canel, que mientras más frentes puedan abrir, y mientras menor sea la capacidad de nuestras instituciones políticas y sociales para resolver lo pendiente y desmontar con argumentos las falacias, mayores resultados obtendrán los enemigos.

Debemos ser capaces, orientó, de generar una estrategia de comunicación con rigor y herramientas más ajustadas a nuestra realidad y a la singularidad de nuestro pueblo. No obstante, la manera más efectiva de comunicar es hacer las cosas y hacerlas bien.

A aprovechar nuestras potencialidades, a no burocratizar los procesos ideológicos, a ser más proactivos y a anticiparnos a las posibles manipulaciones mediáticas también convocó el Jefe de Estado.

Los enemigos trabajan para sembrar desesperanza y desaliento y hablan de un «apartheid económico». Pero acaso resulta eso posible, cuestionó el mandatario, en un país que se preocupa porque les llegue la ­mayor cantidad de cosas posibles a todos por igual.

En su intervención, Díaz-Canel aseveró que se mantendrá, a un costo tremendo, un nivel de ventas en las tiendas en CUC o CUP, fundamentalmente alimentos, aseo, la canastilla, leche en polvo, y también se van a vincular más actores económicos para suplir productos que no se pueden importar como muebles, calzado y ropa.

Pero necesitamos, explicó, vender una cantidad de productos en MLC para tener divisas y seguir ampliando ese comercio y, con ello, poder contar con recursos para introducir una parte en la industria nacional y otra parte para sostener el resto de la comercialización.

Durante su comparecencia, reiteró que, en medio de la situación compleja que enfrentamos desde mediados del año pasado, seguimos buscando soluciones para todos y lo hecho es para buscar un bien común.

Hay desabastecimiento, reconoció, pero, ¿por qué lo hay? Entre otras cosas, respondió, por el bloqueo, porque no podemos importar todo lo que queremos, porque nos interrumpen los créditos e impiden que llegue combustible al país.

Ante estos obstáculos, hay otros que, en palabras de Díaz-Canel, hay que seguir enfrentando: los coleros, de manera más decisiva e intensiva, los revendedores que nos complican la vida, los casos de corrupción, el mercado ilícito de divisas. Pero en ese combate, agregó, tenemos la fuerza de la Revolución y la participación del pueblo.

Como Gobierno, resaltó, «nos corresponde atender, escuchar, diferenciar la crítica honesta del acto malicioso, argumentar y aplicar todo cuanto aporte; solo así se gana la confianza de las mayorías y se prueba que todo lo que hacemos es para salvar el país y avanzar».

En los últimos meses, reiteró, hemos enfrentado desabastecimientos de alimentos, insumos y materias primas, así como sanciones que han mermado los ­ingresos en divisas. Aun así, apuntó, hemos mantenido la vitalidad de la activad productiva, las inversiones fundamentales, las medidas para proteger a toda la población ante la pandemia; tampoco colapsó el sistema de Salud y hemos ayudado a otros países.

El Presidente recordó que la Revolución, en su devenir histórico, ha probado su vocación de justicia social. «Nos debemos al pueblo, lo respetamos y queremos, y para su bienestar trabajamos. Bajo esas premisas nos hemos planteado enfrentar la situación pos-covid-19, no solo para resistir sino para avanzar y fortalecernos».

En opinión de Díaz-Canel, la estrategia económica y social demanda un comportamiento de la economía con intensidad e innovación, pues, en términos simples, desarrollar la economía significa ofrecer mayor bienestar al pueblo. Se trata de retomar lo pendiente de lo aprobado en los Congresos del Partido y quitar las trabas identificadas, teniendo en cuenta que las transformaciones en marcha demandan la implementación de 209 lineamientos.

En todas, alertó, hay oportunidades y riesgos a enfrentar, pero el peor riesgo estaría en no cambiar y en perder el apoyo popular. Las medidas, puntualizó, tendrán una implementación gradual, con la agilidad y eficacia que el momento demanda.

Nos toca, en opinión del mandatario, aprender a vivir con menos importaciones y más exportaciones, potenciando los sistemas productivos locales. De igual modo, la implementación de la estrategia exige preparación de los organismos y de una comunicación que logre llevar toda la información al pueblo.
En estos momentos, enfatizó, nos vamos a centrar en la producción de alimentos, en la soberanía alimentaria, lo cual conlleva importantes transformaciones en la agricultura, incentivos, apoyo en créditos, cambios en los mecanismos de comercialización, así como en las relaciones entre empresas estatales y otras formas de gestión. Asimismo, es preciso:

  • Reordenar el comercio interior.
  • Fortalecer la empresa estatal socialista.
  • Transformar el entorno monetario en la inversión extranjera.
  • Modificar el sistema de distribución de divisas de la economía.
  • Incrementar la participación de la industria nacional como principal proveedor de bienes y servicios que demanda la economía.
  • Aumentar y diversificar las exportaciones.
  • Perfeccionar y ampliar el trabajo del sector no estatal.
  • Eliminar el gravamen al dólar.
  • Canalizar las remesas en función del desarrollo económico.
  • Incrementar incentivos fiscales a los exportadores.
  • Diseñar e implementar el mercado de deuda pública con la participación de diversos actores.
  • Completar e implementar la tarea de unificación monetaria y cambiaria.

Cuba, afirmó el Presidente, «vuelve a ser retada por el contexto mundial y una agresiva política imperial. No lo busca, pero no le teme. Contamos con una historia inspiradora para lanzarnos a la pelea. A eso se suma el talento de los científicos y del personal de la Salud que nos coloca entre los países que han logrado controlar una pandemia terrible».

Casi al finalizar su intervención, Miguel Díaz-Canel evocó el meridiano concepto de Revolución del Comandante en Jefe Fidel Castro y patentizó que: «pudimos y podremos. Pudimos enfrentar y controlar la pandemia y pudimos y podremos enfrentar la crisis. Fuerza Cuba, que seguiremos viviendo, impulsando la economía y venciendo. ¡Viva Cuba Libre!».

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