miércoles, 5 de febrero de 2020

Trump pinta un EEUU triunfante bajo su mandato en el Informe del Estado de la Unión




Donald Trump durante su discurso en el Capitolio. Foto: AP

Nueva York. Donald Trump entró triunfante al Capitolio donde fue formalmente acusado con cargos que ameritan su destitución hace siete semanas y donde aún está bajo juicio político que concluirá con su exoneración el miércoles, para ofrecer su tercer informe presidencial anual, conocido como “El estado de la unión”, pero que en los hechos fue un discurso para arrancar su campaña de reelección (se escucharon consignas de “cuatro años más” de los legisladores republicanos).

Trump, quien no mencionó su impeachment -y rehusó darle la mano a Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la cámara baja al llegar al podio- ofreció un mensaje de optimismo cuyo tema era “el gran retorno de America”.
Trump tenía razones por su optimismo: mañana será absuelto y goza de la tasa de aprobación más alta de su presidencia (en Gallup, un 49 por ciento -niveles superiores a los de Barak Obama y de Bill Clinton en este periodo de su presidencia).

Declaró que sus logros económicos, cada uno “sin precedente” o “marcando récord”, han beneficiado “como nunca” a todas las razas y clases -enfatizando el auge para los trabajadores.

Elogió sus logros recientes incluyendo la ratificación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá y nuevos acuerdos con China, sus logros como guerrero, incluyendo el asesinato de un general iraní, y la reducción dramática del flujo migratorio.

El discurso narcisista afirmó que “nuestro país es altamente respetado otra vez”. Enfatizó que “nuestra fronteras están seguras” y declaró que “el estado de nuestra unión es más fuerte que nunca antes”.

Trump afirmó que está “restaurando el liderazgo estadunidense a través del mundo, y una vez más defendiendo la libertad en nuestro hemisferio”, y agregó que se están apoyando “las esperanzas de cubanos, nicaragüenses y venezolanos”. Estados Unidos, afirmó, está encabezando una coalición diplomática contra “el dictador
socialista” Nicolás Maduro, y volteando hacia el palco de invitados especiales del presidente, declaró que estaba presente el “presidente legítimo” de Venezuela, Juan Guaidó, quien recibió una ovación bipartidista, incluyendo la de Pelosi. Advirtió: “El socialismo destruye naciones… la libertad unifica el alma”
.
Hablando de eso, promovió iniciativas para debilitar escuelas públicas con becas para escuelas privadas, y prometió luchar contra iniciativas que buscan anular seguros privados para salud, ya que “nunca permitiremos que el socialismo destruya el sistema de salud estadunidense”.

Sobre migración, resaltó la construcción de su “largo, alto y muy poderoso” muro en la frontera sureña, todo parte de “un esfuerzo sin precedente para asegurar la frontera sureña de Estados Unidos”, e informó que los cruces ilegales se han reducido un 75 por ciento desde mayo, en parte resultado de “acuerdos de cooperación históricos” con México, Honduras, El Salvador y Guatemala.

Reiteró su ya añejo mensaje sobre los inmigrantes indocumentados que representan una amenaza contra la seguridad pública, contando de actos criminales brutales cometidos por ellos, y acusó que las políticas de las llamadas ciudades y estados “santuarios” los protegen.

Elogió sus políticas contra el aborto, otorgó la medalla civil más alta al conductor de radio ultraconservador Rush Limbaugh, resaltó su compromiso con defender la “libertad religiosa” como también el derecho de portar armas.

Y resaltó la lucha contra el “terrorismo radical islámico”, hablando de operaciones en donde Estados Unidos asesinó a líderes “terroristas”, incluyendo al general iraní Qasem Soleimani, a quien acusó de matar o herir a miles de militares estadunidenses.

“Estados Unidos es una tierra de héroes”, concluyó, mencionando a varios nombres a lo largo de la historia, como Lincoln, Teddy Roosevelt, Frederick Douglass (quien hubiera odiado al presidente) el general Pershing (quien intervino en México), entre otros, recordando los primeros peregrinos anglos hasta los “patriotas texanos que hicieron su última batalla en el Álamo”.

Trump rindió su informe ante una sesión conjunta de la cámara baja y el Senado, con la mayoría de ese público a favor de su impeachment y destitución. Por lo menos nueve legisladores decidieron boicotear la sesión en protesta, incluyendo las diputadas Alexandra Ocasio-Cortez quien informó que “no usaré mi presencia en una ceremonia de Estado para normalizar la conducta ilegal y la subversión de la Constitución por Trump”.
Al final, mientras se retiraba Trump, la presidenta de la cámara, Nancy Pelosi, la demócrata más poderosa en el Gobierno, despedazó su copia del discurso presidencial en el podio ante las cámaras de televisión. Cuando le preguntaron el por qué, poco después, respondió: “Fue lo cosa más cortés que hacer, dada la alternativa”.

(Tomado de La Jornada)

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