En el mismo día en que entran en vigor las más recientes medidas de la administración Trump contra Cuba,
el representante especial de EE.UU. sobre Venezuela, Elliott Abrams, ha
declarado que la Casa Blanca “está considerando” nuevas sanciones
contra la Isla.
En una entrevista con Reuters en su oficina del Departamento de Estado, Abrams dijo que “siempre estamos buscando formas de presionar (a Cuba) porque no vemos ninguna mejora en su conducta”, esgrimiendo el argumento de las relaciones con el gobierno legítimo de Venezuela.
Las sanciones contra Cuba que se están considerando, y se esperan para “las próximas semanas”, probablemente apunten al sector turístico y a cortar el suministro de petróleo que Venezuela entrega a La Habana sobre la base de una lista negra de tanqueros usados para transportar los suministros, sostuvo bajo condición de anonimato un segundo funcionario de alto rango del Gobierno estadounidense.
La frustración de Trump por el fracaso de su campaña de “máxima presión” para que Maduro abandone el poder ha llevado a sus asesores de política exterior a preparar nuevas medidas y presionar a países europeos y latinoamericanos para que impongan sanciones más duras a Venezuela, agregó esa fuente.
Según el reporte de Reuters, en la mira está también el apoyo de Rusia a Caracas. El gigante petrolero Rosneft ha ayudado a Venezuela a comercializar su crudo desde que Washington impuso sanciones a la petrolera estatal PDVSA en enero.
Cuando se le preguntó si Washington está preparando sanciones contra Rosneft, Abrams dijo que el Gobierno está “observando más de cerca a Rosneft por su apoyo al régimen”, pero se negó a especificar entidades o personas.
A comienzos de agosto, Washington congeló los activos del Gobierno venezolano en Estados Unidos y amenazó con “sanciones secundarias” a cualquier empresa relacionada con Maduro, en una nueva escalada de presión que se estimó apuntaría a Rosneft.
Abrams dijo que Washington ahora intenta “dar nombres” y que se esperan nuevas sanciones a individuos en los próximos tres meses.
Pero funcionarios estadounidenses reconocen la cautela respecto a apuntar a una compañía de tanto alcance como Rosneft por sus lazos con Venezuela. “No podemos darnos el lujo de improvisar”, dijo a Reuters el alto funcionario de la Casa Blanca, enfatizando que no se refería específicamente a Rosneft.
“Si se trata de una empresa que solo está haciendo negocios en Venezuela, se podría actuar. Pero cuando se trata de entidades que tienen múltiples componentes, tenemos que ser minuciosos”
.
El Gobierno de Trump también reconoce el riesgo de sumar presiones a la relación entre Estados Unidos y Rusia, tensa por desacuerdos geopolíticos en temas como Siria, Ucrania y el control de armas.
(Con información de Reuters)
En una entrevista con Reuters en su oficina del Departamento de Estado, Abrams dijo que “siempre estamos buscando formas de presionar (a Cuba) porque no vemos ninguna mejora en su conducta”, esgrimiendo el argumento de las relaciones con el gobierno legítimo de Venezuela.
Las sanciones contra Cuba que se están considerando, y se esperan para “las próximas semanas”, probablemente apunten al sector turístico y a cortar el suministro de petróleo que Venezuela entrega a La Habana sobre la base de una lista negra de tanqueros usados para transportar los suministros, sostuvo bajo condición de anonimato un segundo funcionario de alto rango del Gobierno estadounidense.
La frustración de Trump por el fracaso de su campaña de “máxima presión” para que Maduro abandone el poder ha llevado a sus asesores de política exterior a preparar nuevas medidas y presionar a países europeos y latinoamericanos para que impongan sanciones más duras a Venezuela, agregó esa fuente.
Según el reporte de Reuters, en la mira está también el apoyo de Rusia a Caracas. El gigante petrolero Rosneft ha ayudado a Venezuela a comercializar su crudo desde que Washington impuso sanciones a la petrolera estatal PDVSA en enero.
Cuando se le preguntó si Washington está preparando sanciones contra Rosneft, Abrams dijo que el Gobierno está “observando más de cerca a Rosneft por su apoyo al régimen”, pero se negó a especificar entidades o personas.
A comienzos de agosto, Washington congeló los activos del Gobierno venezolano en Estados Unidos y amenazó con “sanciones secundarias” a cualquier empresa relacionada con Maduro, en una nueva escalada de presión que se estimó apuntaría a Rosneft.
Abrams dijo que Washington ahora intenta “dar nombres” y que se esperan nuevas sanciones a individuos en los próximos tres meses.
Pero funcionarios estadounidenses reconocen la cautela respecto a apuntar a una compañía de tanto alcance como Rosneft por sus lazos con Venezuela. “No podemos darnos el lujo de improvisar”, dijo a Reuters el alto funcionario de la Casa Blanca, enfatizando que no se refería específicamente a Rosneft.
“Si se trata de una empresa que solo está haciendo negocios en Venezuela, se podría actuar. Pero cuando se trata de entidades que tienen múltiples componentes, tenemos que ser minuciosos”
.
El Gobierno de Trump también reconoce el riesgo de sumar presiones a la relación entre Estados Unidos y Rusia, tensa por desacuerdos geopolíticos en temas como Siria, Ucrania y el control de armas.
(Con información de Reuters)
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