viernes, 21 de junio de 2019

¿Cómo se lidia en Cuba con el Caracol Gigante Africano? (+ Video)


¿Cómo se lidia en Cuba con el Caracol Gigante Africano? (+ Video)



Donde se encuentren ejemplares de caracol gigante africano, es necesario que se sean colectados con el uso de guantes o bolsas de nailon para proteger las manos, nunca con las manos desnudas. Foto: Vicente Brito/ Escambray.
 Al inicio de la Mesa Redonda de este jueves 20 de junio de 2019, el M. Sc. Michel Matamoros Torres, investigador y especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, explicó que el caracol gigante africano (CGA), oriundo de África oriental, es hermafrodita pero no se autofecunda, y puede colocar entre 100 y 500 huevos cada vez, de los cuales nacen entre el 85 y el 95%. En un año, puede poner hasta 1 800 huevos.

Alcanza su madurez sexual entre 4 y 5 meses de vida, según lo observado en Cuba, y puede vivir hasta 4 años. Su concha puede alcanzar una talla de hasta 20 cm.

Es una especie omnívora. Consume mayormente material vegetal, pero puede ingerir lo mismo líquenes y hongos que papel o cartón, entre otros. Esta es una de las características que lo hacen muy exitoso en su adaptación a diversos ecosistemas, así como su capacidad para enterrarse ante amenazas o para protegerse de depredadores, y cerrar su concha mediante una membrana y disminuir su metabolismo en condiciones adversas como la sequía o ante la falta de alimento.

Como todo molusco, es muy dependiente de la humedad. Las condiciones climáticas de Cuba son muy favorables para su establecimiento y desarrollo (vegetación tropical, alta humedad, la lluvia, la presencia de carbonato de calcio en el suelo, y la ausencia de barreras naturales que impidan su dispersión). “Esto hace que el país sea un paraíso para la especie”, dijo Matamoros.

Entre las principales vías de dispersión del caracol gigante africano, el especialista mencionó la acción del hombre (al adoptarlo como mascota, usarlo para fines ornamentales o de artesanía, como carnada o con fines religiosos), la natural (aunque por la lentitud de la especie, se ha demostrado que no es la más eficaz a gran escala, pues solo funciona en el nivel local), y la transportación de suelo, sustratos y plantas donde pueda haber ejemplares o huevos.

Tras su detección en Cuba por primera vez en junio de 2014, en el reparto Poey, municipio habanero de Arroyo Naranjo, se activó el sistema de vigilancia fitosanitaria mediante la ejecución de encuestas de detección en el territorio nacional y la ejecución de acciones de control.

Actualmente, precisó el especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, el caracol gigante africano se encuentra en 12 provincias cubanas y en el Municipio Especial Isla de la Juventud.

Localización del caracol gigante africano: La Habana, Mayabeque, Artemisa, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y el Municipio Especial Isla de la Juventud.

Las principales áreas de localización de la especie son los asentamientos poblacionales (en jardines, patios, escuelas, basureros, solares…), lo cual, recalcó Matamoros, “coincide con lo planteado en los estudios internacionales: el CGA se disemina principalmente por la acción del hombre
”.
“Es una especie extremadamente polífaga y, según reportes, puede llegar a afectar hasta 250 especies de plantas. En Cuba, no ha sido detectado en áreas agrícolas ni se informan afectaciones económicas a cultivos hasta el momento. No obstante, como resultado de la ejecución de un proyecto se identificaron más de 30 especies vegetales que el caracol utiliza como recurso trófico (alimento), entre ellas 17 cultivos agrícolas”, explicó Matamoros.
Ante la amenaza del CGA:
No botarlo vivo en ríos, solares yermos, calles o en la basura que recoge el servicio de comunales.
No consumirlo, comercializarlo, dispersarlo o usarlo como carnada, ofrenda a deidades afrocubanas o para otros fines.
No tener contacto directo con la baba del caracol. Si esto ocurre, lave con abundante agua y jabón la zona expuesta.
No consumir alimentos sin lavar, especialmente aquellos por el cual el CGA haya pasado.

Enfrentamiento a la amenaza


El 23 de mayo se descubrió el Caracol Gigante Africano(CGA) (Lissachatina fulica) en la comunidad de Certeneja, ubicada a unos 15 kilómetros de la ciudad de Holguín. Foto: Carlos Rafael Díaz Borges/ ¡ahora!

Durante la Mesa Redonda de este jueves, Yailin Nápoles Hinojosa, jefa de la Sección de Peligros Sanitarios del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, insistió en la importancia de prestar especial atención a la proliferación en zonas agrícolas de cultivos varios.

En situaciones como la generada por la presencia del caracol gigante africano, el Estado Mayor de la Defensa Civil tiene entre sus facultades crear grupos multidisciplinarios para procesos de reducción de riesgos y creación de planes de control y enfrentamiento.

Con base en ello, se concibió la Resolución 5 de 2018 y se creó un grupo de trabajo temporal que integran además el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y el Ministerio de Educación, así como el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal.
“Se establecen las prioridad y la responsabilidad de los Organismos de la Administración Central del Estado para la reducción del riesgo de desastre sanitario. Hay riesgos en sanidad vegetal pero también en la salud humana, estamos llamando a manejar la situación de forma integradora”, afirmó.

Al respecto, Michel Matamoros Torres precisó que existe un plan de aviso, “diseñado en función de que en las áreas agrícolas los productores tengan vías para avisar sobre la presencia del caracol”.

Ante la sospecha o detección de la presencia del caracol gigante africano, el productor deberá contactar al fitosanitario de la estructura de base, al fitosanitario de la Delegación Municipal de la Agricultura o a la Estación Territorial de Protección de Plantas.

“Hoy estamos capacitando a todos los servicios de la agricultura en el país”, apuntó el especialista de Malacología del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal.
Medidas de control
Donde se encuentren ejemplares de caracol gigante africano, es necesario que se sean colectados con el uso de guantes o bolsas de nailon para proteger las manos, nunca con las manos desnudas. Así se evita el contacto directo con el CGA.
Posteriormente, la persona pudiera:
-Destruir la concha y enterrarlos o arrojarlos a la basura, siempre en una bolsa hermética.
-Quemarlos de manera segura en algún recipiente sin que haya peligro de que se genere un incendio.
-Sumergir los caracoles en una solución de sal o cal (3 cucharadas por litro de agua) durante 24 horas. Luego, enterrar los restos o arrojarlos a la basura, siempre en una bolsa hermética.

Peligro ambiental y social

Por su parte, el M. Sc.  Antonio Casanova Guilarte, director de Control Ambiental del CITMA, precisó que esta especie tiene también un notable impacto en los ecosistemas, especialmente en el cubano, por su alta voracidad y crecimiento. “Esto hace que compitan por el hábitat especies autóctonas del país y el CCG. Debemos llamar la atención sobre el parecido de esta especie con una nuestra y por ello exhortamos a consultar a los especialistas para no eliminar el espécimen cubano”.


Advirtió además sobre las condiciones óptimas que presenta el animal para su reproducción en nuestro país -humedad y vegetación-, y las acciones que en las entidades forestales se adoptan para su control. “Se investigan, además, las maneras de erradicarlo con el apoyo de la ciencia y se presta especial atención a las formas de traslado y manipulación”, añadió.

En el espacio televisivo se reiteró que el CGA puede ser hospedero de larvas del nematodo Angiostrongylus cantonensis, un parásito pulmonar de las ratas; estas se infectan al ingerir las larvas que portan algunos moluscos como el CGA y también pueden accidentalmente infectar al hombre y provocarle meningoencefalitis eosinofílica.

 “La enfermedad se manifiesta por cefaleas intensas y calambres. Aunque la literatura reconoce que hay casos en los que no se revelan los síntomas, si la carga infectante es muy grande puede causar daños severos al sistema nervioso central y puede causar la muerte”, advirtió la especialista. 
Peña García subrayó que no se reportan en Cuba de manera oficial ningún paciente con meningitis a partir del caracol gigante africano. “No quiere decir que el riesgo no esté, se han comprobado animales con alta carga infecciosa”.

En este sentido recalcó que el diagnóstico es muy complejo y los daños en niños pueden desencadenar trastornos psicomotores.

Recomendó asistir al consultorio médico ante cualquier duda o al policlínico para reportar la presencia de la especie invasora.

Por último, la M. Sc. Yanira Gómez Delgado, directora de Actividades Educativas Especializadas del MINED, comentó que, a partir de las orientaciones recibidas, las instituciones educativas promueven acciones de información, educación y comunicación encaminadas a disminuir el riesgo de enfermedades transmitidas por este molusco.

Resaltó que el plan del MINED no incluye acciones de colecta y destrucción del molusco por lo que los niños no serán expuestos a estos animales.

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