lunes, 8 de enero de 2018

Un simple libro provoca iracundo guirigay en la Casa Blanca

Páginas demoledoras entran en juego y ni el poder presidencial puede parar su venta y lectura con los intríngulis de una administración peculiarmente caótica. Pero no es el único texto sobre el presidente Donald Trump

  Por. Juana Carrasco.






El jueves, los abogados de Donald Trump enviaron una carta conminatoria para que la editorial desistiera de la publicación de Fire and Fury: Inside the Trump White House, un libro escrito por Michael Wolff. Así dijo The Washington Post, pero la respuesta fue todo lo contrario: Henry Holt & Co., la empresa editora, se apresuró a ponerlo en venta desde el primer minuto del viernes cinco de enero y ya se podían leer con muchos más detalles, frases y anécdotas, pormenores filtrados sobre una Casa Blanca caótica, disfuncional e incompetente, bajo la égida de un presidente neófito.

El escándalo de las revelaciones es tal que —al menos en Estados Unidos— ha relegado a un segundo plano hasta el mismísimo «ciclón bomba», que ha dejado helada la costa atlántica del país, con un saldo de no pocos muertos y daños materiales. Pero los chismes políticos y domésticos pesan e interesan mucho más
.
Todo esto a pesar de que el periódico The Hill apuntaba que ayudantes actuales y antiguos de Trump consideraban que muchas de las historias eran exageradas o total ficción, por lo que pensaban que Fuego y Furia: Dentro de la Casa Blanca de Trump no tendría resonancia más allá del cinturón de los principales partidarios del mandatario.

Aunque la frustración provenía más del hecho de que Michael Wolff, el autor, un periodista con fama de exagerado, había campeado durante meses por los salones de la mansión ejecutiva, cuando trabajaba en el proyecto y «por la aparente baja estima que algunos miembros del personal tienen del Presidente», de acuerdo a como es descrito en el libro.

Una fuente cercana a ese ámbito le dijo a The Hill: «El mayor error político en la historia de Estados Unidos fue permitir que un reportero, cuya integridad ha sido impugnada en todo el espectro, ingrese a la Casa Blanca y darle rienda suelta».

Salía a relucir como culpable un hombre que fue conocido como el Rasputín de esa Administración, «guía espiritual» de Donald Trump, la eminencia gris que le llevó a la Oficina Oval y contribuyó decisivamente a propagar su lema de America First; en fin, «almas  gemelas ideológicas». Steve Bannon se lleva las palmas con extensas citas y sus críticas al Presidente y a su familia, las grandes ronchas levantadas por este escandaloso libro.

Tom Steyer —el multimillonario y gran donante de los candidatos del Partido Demócrata que se ha gastado ya 20 millones de dólares en la campaña Need to Impeach, como promoción por el juicio político a Trump— anunció que ha comprado una copia del nuevo libro para cada representante y senador (535) del Congreso. Él espera apoyo a su campaña y Fire and Fury no deja de ser un buen impulso a su propósito.

En solo 20 minutos, Kranerbooks, una librería de Washington DC, había vendido todo su lote de ejemplares cuando lo puso en vidriera y estantes a la medianoche, y ante Dupont Circle docenas de ansiosos lectores hacían cola para adquirir el libro-bomba, mientras escenas similares se vivían en otras ciudades del país, incluso cuando algunas de ellas estaban bajo gruesa capa de nieve.

Candela en algunos pasajes

Entre sus páginas, los ávidos lectores encontrarán que Trump no esperaba ganar la presidencia, y esto yo me lo había imaginado más de una vez por una actuación no pocas veces errática e improvisada hasta en la escogencia de su gabinete y otros altos personajes del Gobierno.

Donald Trump no creyó jamás que fuese a ganar las elecciones. Y cuando lo hizo, se quedó helado como un fantasma. Un estupor del que, una vez investido Presidente, pareció seguir preso: no procesaba información, no leía y ni siquiera ojeaba los informes. Era un «niño grande» que abroncaba al servicio por tocar su cepillo de dientes y se quedaba paralizado ante asuntos complejos. Así dice El País que lo describe el libro de Wolff

El propio Trump, en días anteriores, había expresado a su amigo, el presidente de la cadena Fox, Roger Ailes, su convicción de que haber llegado hasta ahí era ya un triunfo que le abría las puertas de la fama, aunque se le cerrasen las de la Casa Blanca. Pero todo cambió esa noche. Perplejo, su consejero de campaña Steve Bannon lo vio transformarse. Primero escéptico, luego horrorizado, y finalmente iluminado: «Donald Trump se convirtió en el hombre que consideraba que merecía ser y era perfectamente capaz de ser, el presidente de Estados Unidos».

 

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