A
diferencia de lo que se suele publicar en la mayoría de los medios
occidentales, en Cuba existen visiones distintas sobre el enfoque
económico (y político) que requiere la isla
Cuba se encamina a
un nuevo proceso electoral, a través del que renovará a más de la mitad
de sus diputados en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Asamblea
Nacional) el próximo 11 de marzo. Ellos serán los encargados de nombrar
al nuevo presidente cubano y, por tanto, presidente del Consejo de
Estado y jefe de Gobierno, que ya no será Raúl Castro. Éste había
anunciado desde el VI y VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC)
la “conveniencia de limitar a dos términos de cinco años el ejercicio
de los principales cargos de la nación”.[1] En su caso, el plazo se
cumple cuando se constituya la nueva Asamblea Nacional el 19 de abril.
Está por verse si
el nuevo presidente será elegido entre los diputados que todavía
provienen de la dirigencia histórica (conformada por quienes
protagonizaron los primeros años de la Revolución), José Ramón Machado
Ventura o Ramiro Valdés, o aquellos cuadros pertenecientes a las
generaciones más jóvenes, entre los que destaca el actual vicepresidente
Miguel Díaz-Canel. Aunque todo apunta a que la balanza se decante hacia
una renovación generacional del liderazgo, las apuestas todavía están
abiertas.
Mientras las
asambleas municipales eligen a sus candidatos a diputados de la Asamblea
Nacional,[2] el conjunto del país enfrenta al reto de la actualización
del modelo económico y social del socialismo cubano aplicando los
Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la
Revolución para el período 2016-2021[3] aprobados en su versión
actualizada en el VII Congreso del PCC de abril de 2016, y por la
Asamblea Nacional en julio de ese mismo año. Cabe mencionar, no
obstante, que el debate sobre los lineamientos viene de tiempo atrás,
pues su primera versión fue aprobada en el VI Congreso de 2011.[4]
Esta implementación
se hace en medio de un debate sobre cuál es el rumbo que ha de tomar el
país en su línea de perfeccionar el socialismo. A diferencia de lo que
se suele publicar en la mayoría de los medios occidentales, en Cuba
existen visiones distintas sobre el enfoque económico (y político) que
requiere la isla. Visiones que, grosso modo, se podrían resumir en
estatistas, economicistas y autogestionarias.[5] Seguramente las tres
estarán representadas en la nueva Asamblea Nacional y podrían entrar en
pugna.
Asimismo, como su
propia dirigencia reconoce, los problemas en la actualización del modelo
“han sido más complejos de lo que pensamos”.[6] Ésta se debe hacer en
un contexto económico difícil, con numerosas tensiones, algunas de ellas
fruto de factores exógenos (como el bloqueo, el paso del huracán Irma,
la sequía o el impacto de los vaivenes económicos internacionales en la
isla, en concreto en el sector de los hidrocarburos);[7] y otras,
producto de factores endógenos que tienen que ver con las
características particulares de la economía cubana.
Desafíos que
suponen la conjugación de una política económica más eficiente para el
desarrollo del país, que no agrave las desigualdades existentes en la
sociedad cubana desde la introducción de medidas de atracción de
divisas, iniciadas durante el Período Especial que padeció Cuba después
del colapso de la Unión Soviética (de 1989 en adelante). De hecho, poner
fin a la doble moneda es uno de los propósitos de la dirigencia cubana
en el mediano y largo plazo. En palabras de Raúl Castro el pasado 21 de
diciembre de 2017, en su alocución ante la Asamblea Nacional clausurando
el X Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura: “…la
dualidad monetaria y cambiaria (…) favorece la injusta pirámide
invertida, donde a mayor responsabilidad se recibe una menor
retribución
y no todos los ciudadanos aptos se sienten motivados a trabajar
legalmente, al tiempo que se desestimula la promoción de cargos
superiores de los mejores y más capacitados trabajadores y cuadros,
algunos de los cuales emigran al sector no estatal”.[8] La idea de fondo
es conseguir, además, que el trabajo se convierta la primera fuente de
ingresos de la población.[9]
Otro de los
elementos críticos es poder satisfacer la creciente demanda de consumo
de los cubanos y cubanas,[10] tanto de aquellos que tienen acceso a
mayores ingresos por contar con familiares en el exterior, ser
cuentapropistas o pertenecer a alguna de las nuevas cooperativas no
agropecuarias creadas. Pero también existe el reto de garantizar dicho
consumo a los sectores más vulnerables de la sociedad cubana, que son
los pensionistas y trabajadores estatales, cuyos ingresos son muy
inferiores a los que pueden recibir los cubanos con acceso al turismo o
las divisas. Equilibrar las disparidades y armonizar la convivencia de
las nuevas fórmulas económicas no estatales con las estatales, forma
parte del centro de las preocupaciones del Gobierno cubano.
La implicación de
los jóvenes en la vida política cubana, la generación conocida como la
del Período Especial, [11] es otro de los retos de la actual dirigencia.
Proporcionar horizontes vitales atractivos a estos jóvenes,
bombardeados cada vez más por los estilos de vida del capitalismo, para
garantizar que se queden en la isla y no emigren, parece un elemento
importante para la continuación del socialismo cubano. De hecho, las
agencias de inteligencia estadounidenses son muy conscientes de la
importancia de seducir a estos sectores para usarlos como caballo de
Troya con los que provocar un cambio de sistema desde adentro. Por eso,
llevan años tratando de atraerlos con distintos programas financiados
por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(USAID). Uno de ellos fue el conocido como ZunZuneo.[12] El reciente
anuncio del Departamento de Estado de crear un Grupo de Trabajo de
Internet para Cuba se encuentra en esa misma línea.[13]
De telón de fondo,
sin duda, planea el deterioro de las relaciones bilaterales entre EE.
UU. y Cuba con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE. UU.
Con la reversión de lo avanzado desde diciembre de 2014, las
posibilidades económicas que se abrían con la “normalización” de
relaciones entre ambos países, en términos de comerciar con empresas
estadounidenses ahorrando costos y duración de transporte, o en términos
de atraer turismo estadounidense, se han frustrado para la parte
cubana. Pero también para buena parte del establishment económico
estadounidense interesado en comerciar con la isla.[14]
No obstante este
revés, que seguramente perjudica más a EE. UU. que a Cuba, la isla sigue
apostando por la diversificación de sus vínculos económicos
internacionales, e incrementó su número de visitantes en 11,9 % en
2017.[15] Además de proseguir en su labor de atraer inversión extranjera
en proyectos clave como la Zona Especial de Desarrollo Mariel,[16] pues
aquélla está destinada a jugar “un papel fundamental en el desarrollo
económico del país”, según los establecido en el Plan de la Economía
2018.[17] En lo que tiene que ver con América Latina y el Caribe, al
asedio al principal aliado político (y segundo socio comercial, detrás
de China[18]) de la República de Cuba, la Venezuela bolivariana, pone a
Cuba en una situación vulnerable, a pesar de lo cual Raúl Castro
ratificó “la cooperación con el Gobierno y el pueblo venezolanos, aun
bajo las circunstancias más adversas”.[19]
El socialismo
cubano enfrenta, en definitiva, el reto de adaptarse al entorno
geopolítico de un sistema internacional muy distinto al que le dio
surgimiento durante los años de bipolaridad de la Guerra Fría. Una labor
en la que las nuevas generaciones nacidas ya bajo la Revolución van a
tener un papel determinante, todavía bajo la atenta mirada de la
dirigencia histórica. A partir del 19 de abril sabremos si la página que
se escribe será de continuidad o de ruptura.
Referencias:
[1] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-22/aqui-estamos-y-estaremos-libres-soberanos-e-independientes-22-12-2017-02-12-50
[2] http://www.granma.cu/elecciones-en-cuba-2017-2018/2018-01-24/candidatos-a-diputados-a-la-asamblea-nacional-del-poder-popular-ix-legislatura-24-01-2018-00-01-50
[3] http://www.granma.cu/file/pdf/gaceta/Lineamientos%202016-2021%20Versi%C3%B3n%20Final.pdf
[4] http://www.celag.org/informe-sobre-los-nuevos-lineamientos-del-modelo-economico-cubano/
[5] http://www.celag.org/cuba-grupos-de-poder-estratos-sociales-y-orientacion-del-cambio-economico-por-luismi-uharte/
[6] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/evalua-el-parlamento-marcha-de-la-implementacion-de-los-lineamientos-21-12-2017-16-12-10
[7] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/plan-de-la-economia-2018-21-12-2017-12-12-54
[8] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-22/aqui-estamos-y-estaremos-libres-soberanos-e-independientes-22-12-2017-02-12-50
[9] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/evalua-el-parlamento-marcha-de-la-implementacion-de-los-lineamientos-21-12-2017-16-12-10
[10] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/plan-de-la-economia-2018-21-12-2017-12-12-54
[11] http://www.cubadebate.cu/noticias/2015/09/09/cuba-quienes-son-los-hijos-del-periodo-especial-multimedia/#.Wm28EXlG3IU
[12] https://www.theguardian.com/world/2014/apr/10/senate-committee-cuban-twitter-usaid-zunzuneo
[13] https://translations.state.gov/2018/01/23/creacion-del-grupo-de-trabajo-de-internet-para-cuba/
[14] https://www.telesurtv.net/news/Camara-de-Comercio-de-EE.UU.-reitera-compromiso-con-Cuba-20170617-0005.html
[15] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/plan-de-la-economia-2018-21-12-2017-12-12-54
[16] http://www.zedmariel.com/es
[17] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-21/plan-de-la-economia-2018-21-12-2017-12-12-54
[18] https://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTAKCN1AW26C-OUSLD
[19] http://www.granma.cu/cuba/2017-12-22/aqui-estamos-y-estaremos-libres-soberanos-e-independientes-22-12-2017-02-12-50
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