jueves, 14 de diciembre de 2017

Elecciones y pluripartidismo ¿Cómo es la cosa?


Por el profesor Enrique Martínez
Caricatura cubana.








No pueden entender los imperialistas nuestro proceso de elecciones ni nuestra democracia (hablo de los imperialistas porque los vendepatrias no merecen explicación). El principal responsable de que votemos de manera diferente y de que tengamos una democracia diferente es Fidel Castro, porque es el mejor intérprete de Martí y uno de los principales actores de la Revolución que se inició en 1868. (Por cierto, ahora anda por ahí, cabalgando al frente de una enorme legión alada de agradecidos de todo el mundo, como dice Raúl Torres en su canción).

Desde 1492 nos impusieron una manera de pensar y valorar. Después, aquella cosmovisión religiosa, paradigma del medioevo como advierte Frei Betto, la transformaron en racionalidad, ética y moral, para que sirviera de paradigma de la modernidad. Pero nada; era un eurocentrismo extendido en gran parte del mundo; hasta que los yanquis impusieron su hegemonía anglosajona y convirtieron aquel eurocentrismo en occidentalismo, cuya epistemología hunde sus raíces en Roma y las “antiguas culturas universales”. Pero ahí no cuentan ni las culturas asiática, africana, ni latinoamericana. Por ello no pueden entender que votemos de forma diferente ni que tengamos una democracia diferente.
Hay países donde luchan 5 o 6 partidos por el poder, o 7 u 8 partidos. ¿Tiene que ser así? ¿Entonces por qué en EEUU solo hay dos? ¿Por qué nosotros no podemos tener uno que no vote en elecciones?
Pobres en EEUU. Foto tomada de Internet.
Total, los imperialistas romanos no tenían partidos. Y allí la democracia no incluía a los esclavos; como en Atenas, eran esclavos adquiridos a través de las guerras. Tampoco los yanquis incluyen a los negros que asesinan todos los días, ni a los pobres, ni a la clase media, ni a muchos “ricos”: son excluidos como los esclavos de Roma o Atenas.

¿Para qué sirven la democracia y las elecciones? ¿No son acaso medios para un fin, para el bienestar de la nación, del “demos”? ¿Para qué sirven la democracia y las elecciones en EEUU si tienen 16 millones de personas que no saben leer ni escribir y un chorro de gente que duerme en las calles y se come el desecho de los demás?

Evidentemente, no pensamos igual. La epistemología viene cambiando y las escalas de valores divergen. Por favor, no se metan con nuestra democracia. Si allí la democracia y las elecciones solo sirven para enriquecer a los que lleguen y entretener a quienes ni pueden soñar, en Cuba tratamos de ver las cosas de un modo diferente.
Un parque cubano. Cualquier día del año. Fotografía de Ernesto Fresnillo.

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