Por:
Fabián Escalante
Cincuenta y cuatro años
después, el asesinato del Presidente Kennedy no ha sido esclarecido y
nada se ha descubierto sobre sus asesinos directos e indirectos en los
informes que periódicamente son desclasificados por las autoridades
norteamericanas, sin embargo, de cuando en vez, se orquestan campañas mediáticas que acusan a Cuba
de haber participado en el magnicidio sin fundamento alguno,
sospechosamente cada vez que la Administración de turno endurece sus
políticas agresivas e inhumanas contra Cuba.
Esa es la razón por las cuales hemos
considerado necesario, esclarecer los aspectos esenciales de aquella
trama, exponer los análisis y consideraciones de las investigaciones
cubanas y de estudiosos norteamericanos al respecto, que develan de
manera meridiana las causas que originaron el complot homicida y apuntan
hacia sus instigadores y eventuales ejecutores.
1.- El presidente Kennedy
fue asesinado al mediodía del 22 de noviembre de 1963, en Dallas,
Texas, mientras en Cuba un emisario por él enviado, el periodista
francés Jean Daniel, conversaba con Fidel Castro las dimensiones y
causas del conflicto existente entre ambas naciones y sus eventuales
soluciones.
2.- ¿Cuáles fueron las circunstancias que originaron ambos acontecimientos? Sin lugar a dudas, los cambios que se comenzaban a delinear en la política exterior norteamericana con respecto a Cuba,
que fueron resultado directo del conflicto que puso al mundo al borde
de una guerra nuclear, causado por el emplazamiento defensivo de misiles
soviéticos en la Isla, ante la escalada de actos terroristas y
agresiones de Estados Unidos que debían concluir con una invasión
militar a finales de 1962.
Kennedy se percató durante la gestión
de la Crisis, que los halcones del Pentágono y la CIA estaban dispuestos
a desencadenar el holocausto nuclear, con tal de hacer prevalecer su
doctrina político militar y ello lo hizo reflexionar y proponerse nuevos
caminos para la resolución del denominado “asunto cubano”.
Su discurso del 10 de junio de ese año en la Universidad Americana de Washington así lo señaló:
“¿A
qué tipo de paz me refiero? ¿Qué tipo de paz queremos conseguir? No una
Pax Americana impuesta al mundo por el armamento de guerra
estadounidense. No la paz de la tumba ni la seguridad del esclavo. Estoy
hablando de la paz genuina, del tipo de paz que hace que la vida en la
Tierra merezca la pena ser vivida, del tipo que permite que los hombres
de todas las naciones crezcan en la esperanza y construyan una vida
mejor para sus hijos (no solo la paz para los estadounidenses, sino para
todos los hombres y mujeres), no solo paz en nuestro tiempo sino paz
para todos los tiempos.”
3.- En los comienzos de 1963, un
emisario norteamericano, el abogado James Donovan, visitó nuestro país e
indago con su contraparte cubana las alternativas para una solución
negociada del conflicto. En abril, regresó nuevamente, esta vez
conjuntamente con la periodista norteamericana de ABC News Lisa Howard
quien le realizo una extensa entrevista a Fidel Castro –expuesta en la
TV norteamericana- donde se abordó este tema, ocasión en la cual el
dirigente explicó la disposición cubana para encontrar, dentro de los
principios, una solución política al conflicto.
Luego, en septiembre, por orientaciones
de ambos gobiernos se reunieron en Washington sus embajadores en ONU,
para confeccionar una agenda para una eventual conversación política,
todo lo cual fue consultado por el embajador William Atwood a Robert
Kennedy. Y finalmente en noviembre, al conocer el presidente Kennedy que
el periodista francés Jean Daniel viajaba a Cuba a entrevistar a Fidel,
se reunió con él y le solicitó le abordara el tema de la relaciones
entre ambos países y cuáles eran las opiniones del dirigente cubano al
respecto.
Por tanto, los hechos hablan de por sí.
Se estaba creando un nuevo ambiente entre ambos países, que pudiera
haber conducido – si Kennedy no hubiese sido asesinado- a una solución
pacífica y política del conflicto existente.
4.- Sin embargo, contradictoriamente la
guerra subversiva contra Cuba había escalado. Solo en aquel año la CIA
planeo 17 complots homicidas contra Fidel, entre ellos, el que estuvo a
punto de ejecutarse, mediante unas pastillas envenenadas. Comandos de
origen cubano se entrenaban en Nicaragua y República Dominicana con las
pretensiones unos, de atacar los barcos mercantes en camino hacia la
Isla y sellar así el bloqueo, y otros, de llevar la guerra de guerrillas
a las montañas orientales del país
.
Para entonces, la CIA había creado un emporio subversivo en Miami, que hemos denominado “mecanismo cubano americano de la CIA y la Mafia”,
que ya para entonces actuaba con plenas libertades con respecto a su
mando en Langley. Contaba con 4,000 hombres entrenados, 55 empresas para
el aseguramiento y logística, aviación y marina de guerra y transporte,
campos de entrenamiento y un presupuesto anual de 100 millones de
dólares, sin contar los aportes de la Mafia y empresas como la ITT o la
United Fruit con importantes intereses anteriores en Cuba. Desde allí
decenas de grupos CR, teams de misiones especiales, aviones, lanchas
rápidas lanzaban continuos ataques contra nuestros pescadores y poblados
costeros, armaba a sus agentes internos con los explosivos más
sofisticados, para sabotear todo lo posible y asesinaban a maestros y
campesinos, mientras una brutal campaña mediática de guerra sicológica,
utilizando todos los medios a su alcance, intentaba reblandecer la
conciencia del pueblo cubano y contraponerlo a su Revolución.
Mientras en Paris, Francia, la CIA
ponía a punto su operación Am/Lash que pretendía asesinar a Fidel y
provocar un golpe militar dentro del país, que rápidamente solicitara
la intervención norteamericana.
5.- Aquel era el escenario
político-operativo de entonces y fue en el mismo que la JM/Wave o el
“mecanismo cubano americano de la CIA y la Mafia” decidió, o le
ordenaron, asesinar al presidente y comenzó a urdirse el complot –al
menos desde el mes de mayo- que tenía dos objetivos: asesinar a
JFK y culpar a Cuba con el hecho, de manera tal que se posibilitara una
respuesta militar de tal envergadura que derrocara la Revolución.
6.- Lee Harvey Oswald, el alegado
asesino solitario, fue el hilo conductor de nuestras investigaciones,
sus antecedentes como agente CIA, su “asilo en la URSS”, su regreso a
USA con todos los gastos pagos por su embajada. Luego, su actividad como
informante el FBI en Dallas, el repentino arribo a Nueva Orleans, la
conducta para simular simpatías por la revolución cubana y devenir en
organizador de un comité pro justo trato; el episodio de México, con su
intento de viajar a Cuba y las idas y venidas al consulado soviético
con la pretensión de documentar los vínculos con ambos países, para
finalmente, ante la imposibilidad de viajar a la Isla, regresar a Dallas
donde sus “manejadores” fabricaron la Opción B la cual documentara sus
relaciones con Cuba, por medio de la “fabricación” de 5 cartas enviadas
desde la Habana a su buzón en Dallas, contentiva de instrucciones
alusivas al asesinato del Presidente
.
También tuvimos en cuenta los
resultados investigativos de nuestros archivos, relativos a destacados
terroristas de origen cubano que según diversas fuentes se encontraban
en Dallas en vísperas del asesinato; así como las declaraciones de
Antonio Cuesta Valle, importante agente CIA implicado en los hechos y
para entonces sancionado en la Isla, quien denuncio a Herminio Díaz y
Eladio del Valle, como dos de los tiradores de Dallas. El análisis
detallado de todos los elementos encontrados en las investigaciones
oficiales norteamericanas, así como los aportados por otros estudiosos
norteamericanos ( Jim Garrison, Gaeton Fonzi, etc.) y finalmente el
reconocimiento del terrorista Antonio Veciana quien aceptó en sus memorias haberse reunido en Dallas durante
el mes de septiembre de 1963 con Oswald y su oficial David A.
Phillips, para coordinar el viaje del primero a México, que era la pieza
clave en toda la provocación montada.
Finalmente por medio de la Comisón
Warren y la del Congreso, conocimos que en noviembre de 1963 el Servicio
Secreto de Estados Unidos tuvo acceso a informaciones sobre dos
importantes complots para asesinar a JFK, uno en Chicago y otro en
Miami, donde estaban implicados agentes de la CIA de origen cubano y
nada investigó al respecto, ni tan solo se reforzaron las medidas de
seguridad en Dallas. Algo realmente anonadante.
7.- De las informaciones aludidas se
concluye que la JM/Wave, el “mecanismo cubano americano de la CIA y la
Mafia” fue el cerebro planificador y ejecutor del magnicidio y sus
oficiales David A. Phillips, David Morales, Howard Hunt, George Ionides,
William Harvey, Cord Meyer y los jefes Richard Helms y Allen Dulles, en
unión de elementos de la denominada “operación 40” tales como Joaquín
Sanjenis, Félix Rodríguez, Luis Posada, Orlando Bosh, los hermanos Novo
Sampol, Herminio Díaz, Eladio del Valle y otros, como los responsables y
ejecutores del operativo que asesino a Kennedy.
9.- Los elementos expuestos indican que
no ha existido intención alguna por parte de las autoridades
norteamericanas para esclarecer los hechos. Las recientes
desclasificaciones así lo demuestran, en tanto ellas solo han servido
para aportar nuevos elementos de los niveles de agresividad que alcanzó
en aquellos años la operación anticubana y aprovechar por medio de
desinformaciones elaboradas para sembrar la duda sobre la eventual
complicidad de Cuba en el magnicidio.
La CIA y su unidad en Miami, la JM/Wave
fue la que organizó y ejecuto el crimen, en tanto tenían los motivos,
los medios y la oportunidad para realizarlo. ¡Esa es la verdad!
9.- ¿Por qué 54 años sin respuestas?.
Porque los que ordenaron el magnicidio en Estados Unidos, el poder real
que gobierna aquel país y quienes tienen toda la información relativa al
asesinato, no lo ha querido.
¿Entonces por qué las sistemáticas
inculpaciones a Cuba? Recuérdese el principio guebeliano de que una
mentira repetida mil veces deviene en verdad. No caben dudas que estas
periódicas acusaciones están vinculadas con las escaladas agresivas
norteamericanas contra Cuba. ¿Acaso el actual gobierno de Trump las
pretende utilizar para asfixiar la Revolución incrementar sus agresiones
y finalmente derrocar a su gobierno? No han aprendido nada de la
historia y de la capacidad del pueblo cubano para vencerlos.
(Tomado de la Pupila Imsomne)
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