martes, 3 de octubre de 2017

Se descubren las mentiras de Donald “Fake News” Trump




nariz-pinocho
Hay más de un Pinocho en esta historia
Todos suponen que el presidente de Estados Unidos  es una persona inteligente y no puede ser engañado como un tonto. Lo realmente grave sería, como al parecer está sucediendo, que el presidente sea un tonto, que  fácilmente se deja engañar por cualquiera de sus asesores y en base al engaño, toma decisiones de importancia , tanto para la política interna, como para la política exterior de Estados Unidos.

El señor Trump ha protestado en un buen número de ocasiones sobre las noticias falsas, “Fake News”, que se divulgan sobre su persona, asesores, miembros de su gobierno y acciones que el mismo realiza, sin embargo, al parecer, cuando se trata de utilizar  “Fake News” para sustentar alguna decisión tomada  por su administración, o sugerida por alguno de sus asesores, no tiene limitación en hacerlo, haciéndose la ilusión, de que nunca se conocerá la verdad, complemento implícito de la tontería que caracteriza su forma de pensar.  La verdad siempre se conoce.

La propuesta de incrementar la hostilidad hacia Cuba, reclamada por Marco Rubio y algunos dentro de la Mafia Miamense, necesitaba un pretexto que pudiera ponerse en las manos de Trump, para que este pudiera mostrar su “fortaleza de criterio”, su “ejecutividad presidencial” y la facilidad con que es engañado y manipulado por  cualquiera que considera su aliado, categoría que no abunda entre las personas que lo rodean o pertenecen a su propio partido.

Así fue como se comenzó a conformar el pretexto para iniciar un grupo de acciones que pudieran utilizarse con el objetivo de  afectar el nivel de relaciones existentes entre Cuba y Estados Unidos, fomentar desconfianza, y tomar medidas que afecten la economía de Cuba y de los cubanos.  Volver a los tiempos de Bush y hacer ver que el culpable del retroceso es el gobierno cubano. No fue casualidad que el primero que habló del “rayo invisible” fuera Marco Rubio.

Pero como dijimos anteriormente, la verdad se abre paso y es importante que  sean las propias agencias de prensa estadounidenses las que nos muestran los fallos cometidos por los enemigos de Cuba, para que no pueda pasar por la mente de alguien, que lo dicho es un “invento cubano”.  Con los de Marco Rubio ya tenemos bastante.

El día 16 de septiembre publicamos en EL HERALDO  el siguiente artículo de prensa:
“CIA Y COMIN.- PENETRACIÓN DEL MAR AFECTA  EQUIPOS LRAD EXITENTES EN LA EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS EN LA HABANA

Por JOSH LEDERMAN, MICHAEL WEISSENSTEIN y ROB GILLIES
Associated Press15 de septiembre de 2017

Un funcionario de la NASA, que pidió no ser identificado, informó que la agencia estaba preparando una demanda contra la American Technology Corporation, fabricante de los equipos LRAD-RX que utilizan en la Habana para comunicarse con sus agentes.

La demanda está fundamentada principalmente en la afectación auditiva que dichos equipos han causado a un grupo de funcionarios y familiares de los mismos.  Según el funcionario de la NASA, los equipos fueron adquiridos hace menos de un año, los funcionarios de la American Technology Corporation entrenaron a los que se encargarían de utilizar estos ,pero en momento alguno dijeron que dichos equipos podían causar problemas auditivos.

La demanda incluye la compensación económica por los daños recibidos a los que operaron los equipos y los familiares afectados y los perjuicios operativos sufridos debido a no poder operar los mismos, a pesar de la garantías ofrecidas por el fabricante.

En cuanto se conocieron de los problemas auditivos de los operadores, la NASA ordenó no continuar utilizando el LRAD-RX pero esto implicó un cambio inmediato en los medios de comunicación con la agentura, lo cual requirió el gasto  de dinero en la utilización de otras vías, que no estaba en su presupuesto.

El problema se ha complicado por la penetración del mar en la Embajada estadounidense en  la Habana, debido al huracán Irma, ya  que una parte del equipamiento quedó bajo las aguas del mar y aunque se había planificado el viaje a Cuba de un número de técnicos y especialistas para verificar las condiciones de los equipos, ahora se considera el viaje no tiene sentido.

En estos momentos se limitó el acceso del público a la Embajada para desmontar los equipos y envíalos a Estados Unidos para que,  si es posible, sean revisados.”

Este artículo fue comentado por algunos expertos cubanos, que también escribieron su criterio sobre el asunto, generalizándose la idea de que  un fallo de la CIA  y la NSA se había tomado como pretexto para crear el problema.

En día de hoy, 2 de octubre, al recibir Panorama Mundial, encuentro otro artículo que se refiere al mismo asunto y ratifica mucho de lo dicho en el primero. El artículo es el siguiente:
“ ATAQUES EN LA HABANA AFECTARON A RED DE ESPÍAS EEUU EN CUBA

 Michael Weissenstein, Josh Lederman y Mathew Lee
LA HABANA (AP)  2 OCT. – Los aterradores ataques contra el personal estadounidense en La Habana afectaron al corazón de la red de espionaje de Washington en Cuba, según pudo saber The Associated Press. Efectivos de inteligencia de Estados Unidos estuvieron entre las primeras víctimas y las más afectadas.

No fue sino hasta que los espías estadounidenses que trabajaban bajo cobertura diplomática reportaron oír extraños sonidos y sufrir efectos físicos que Estados Unidos detectó que algo iba mal, dijeron personas familiarizadas con la situación.

Los ataques comenzaron días después de la sorpresiva elección de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre del año pasado. La cronología exacta de los acontecimientos sigue sin estar clara, como tampoco lo está si los agentes de inteligencia fueron las primeras víctimas o simplemente los primeros en reportar lo sucedido.

Estados Unidos dice que la situación “sigue en curso”.
Hasta la fecha, la administración Trump ha dicho de forma general que las 21 víctimas eran personal de la embajada de Estados Unidos o “miembros de la comunidad diplomática”. Esa descripción sugirió que sólo los diplomáticos de buena fe y sus miembros de la familia fueron afectados, sin ninguna motivación lógica más allá de interrumpir las relaciones entre ambos países.

Sin embargo, tras bambalinas los investigadores inmediatamente comenzaron a buscar explicaciones en el mundo más turbio del espionaje y el contraespionaje, dado que muchos de los primeros casos reportados involucraron trabajadores de inteligencia enviados a la embajada de Estados Unidos. Esa revelación, confirmada a la AP por media docena de funcionarios, añade otro elemento de misterio a una saga que ya lleva un año y que según el gobierno de Trump no ha terminado.

El Departamento de Estado y la CIA no quisieron comentar para esta historia.
Los primeros informes inquietantes de ruidos agudos y fuertes, así como padecimientos físicos inexplicables apuntaban a alguien que atacaba deliberadamente la red de inteligencia del gobierno estadounidense en la isla, en lo que parecía una escalofriante escalada de los juegos de espionaje que Washington y La Habana han librado entre sí en el último medio siglo.

Pero Estados Unidos pronto descubrió que los diplomáticos en la embajada también se vieron afectados por ataques similares, dijeron funcionarios, confundiendo aún más la búsqueda de un culpable y un motivo.

De los 21 casos confirmados, espías estadounidenses sufrieron algunos de los daños más agudos, incluyendo daño cerebral y pérdida auditiva, dijeron varios funcionarios estadounidenses que no estaban autorizados a hablar públicamente sobre la investigación y exigieron el anonimato. Los afectados escucharon un sonido inquietante dentro y en algunos casos fuera de sus casas en La Habana, descrito como similar al chirrido de los grillos. Entonces comenzaban a sentirse mal.
Con el tiempo, los ataques parecían evolucionar.

En muchos de los casos más recientes, las víctimas no oían ruidos y no sabían que se estaba produciendo un ataque, y sólo sentían los síntomas más tarde. Eso ha generado preocupación entre los investigadores de que los ataques podrían ser cada vez más s sofisticados y difíciles de detectar, dijeron personas al tanto de la investigación
.
Aunque el Departamento de Estado ha dicho que todos los casos está n “confirmados médicamente”, varios funcionarios estadounidenses dijeron que no está claro si todos los síntomas de las víctimas están vinculados de manera concluyente a los ataques. Considerando el profundo sentimiento de alarma entre los estadounidenses que trabajan en la embajada, es posible que algunos trabajadores atribuyan enfermedades no relacionadas a los ataques.

Casi nada de lo que ha ocurrido en La Habana es perfectamente claro.
Pero así suelen ser las cosas en Cuba.

Durante décadas, Washington y La Habana llevaron su rivalidad a niveles sin precedentes de acción encubierta. Los antiguos enemigos rastrearon el personal de cada uno, convirtieron agentes mutuamente y, en el caso de la CIA, incluso montó un intento fallido de derrocar al gobierno cubano en la invasión de Bahía de Cochinos en 1961.

Sin embargo, existían esperanzas de que las dos naciones estuvieran empezando a dejar atrás esa amarga historia tras renovar las relaciones diplomáticas en 2015. Cuando los ataques se produjeron por primera vez, ambos gobiernos se esforzaron por conseguir nuevos acuerdos comerciales y de inmigración. No se conoce   públicamente ninguna nueva fricción entre los servicios de inteligencia.
Once meses después, Estados Unidos no puede garantizar que la amenaza haya terminado. La semana pasada, el Departamento de Estado advirtió a los estadounidenses que se mantuvieran alejados de Cuba y ordenó la salida indefinida de más de la mitad del personal de la embajada. Anteriormente, Washington había dado a todo el personal de la embajada la opción de volver a casa, pero incluso la mayoría de los afectados por los misteriosos ataques habían optado por quedarse, dijeron personas familiarizadas con la situación.

Para los que se quedan y los recién llegados, Estados Unidos está dando instrucciones sobre qué ver y escuchar para identificar un ataque en curso. También están aprendiendo pasos a seguir para mitigar el riesgo, dijeron funcionarios.

Pero Estados Unidos no ha identificado ningún dispositivo que sea responsable del daño. Las investigaciones del FBI no han arrojado resultados.

Para identificar mejor los patrones, los investigadores crearon un mapa detallando áreas específicas de la capital cubana donde se han producido ataques, dijeron varias personas familiarizadas con el asunto. Tres “zonas”, o grupos geográficos de ataques, cubren las casas donde viven diplomáticos estadounidenses y varios hoteles donde ocurrieron los ataques, incluido el histórico Hotel Capri.
Desde la primera revelación de la situación en agosto, Estados Unidos había evitado la palabra “ataques” y los llamaba “incidentes” , hasta el viernes pasado. Ahora, el Departamento de Estado los considera “ataques específicos” dirigidos contra los estadounidenses asignados en La Habana, sin decir qué nueva información, de haberla, dio lugar a la nueva confianza de que eran realmente deliberados.

El motivo más obvio para atacar a los estadounidenses en La Habana sería crear animosidad entre Estados Unidos y Cuba. Si ese es el caso, la estrategia parece tener éxito.

La reducción de la embajada de la semana pasada aumentó la creciente fricción entre las naciones. Y una nueva advertencia de viaje amenaza con reducir el turismo, una columna vertebral de la economía cubana.

En La Habana, los diplomáticos estadounidenses están vendiendo frenéticamente sus cosas _desde colchones hasta artículos enlatados y juguetes para niños_ y buscando empleo y lugares para vivir en Estados Unidos. Muchos han pasado años en el extranjero y no tienen un hogar en su propio país.
Para los cubanos, puede que no sea mejor. El gobierno estadounidense ha estado proporcionando 20.000 visas al año a los cubanos que se mudan a Estados Unidos. Ha emitido miles más a los cubanos que desean visitar a la familia en territorio estadounidense.

La reducción en el personal estadounidense en La Habana significa que el trámite de visas queda suspendido indefinidamente. (1)

Cuba ha negado con vehemencia la participación o el conocimiento de los ataques. Algunos en el gobierno de Estados Unidos creen que los cubanos pueden estar diciendo la verdad, dijeron las autoridades.

Cuando el presidente Raúl Castro negó cualquier culpabilidad en febrero, lo hizo al margen de una reunión en La Habana con cinco legisladores estadounidenses que estaban de visita, se enteró AP.
Estados Unidos había denunciado los ataques a Cuba unos días antes a través de canales diplomáticos.

Pero los legisladores no sabían nada de los ataques. Tampoco sabían que Castro aprovechó el encuentro para llamar por separado a Jeff DeLaurentis, entonces el máximo diplomático estadounidense en Cuba, para decirle en privado que su gobierno estaba igualmente alarmado y dispuesto a ayudar.

Todos los legisladores se negaron a hacer comentarios. Funcionarios cubanos dicen que están decepcionados con las medidas de represalia de Washington, pero seguirán cooperando con la investigación.

(1)   En el día de hoy, 2 de octubre, en el parque situado frente a la funeraria de Calzada y K, donde habitualmente se hacen las colas para solicitar y recibir visas, habían cerca cuarenta personas en la cola.  Consultado uno de los observadores que tenemos en la zona, nos informó que  esas personas habían sido citadas  por la Embajada para los tramites de visa.

Cómo dijimos anteriormente, la verdad se abre paso y no son solamente los intereses de los que mantienen una política hostil hacia Cuba los que se mueven en circunstancias como estas. Quizás si Trump llegara a darse cuenta de que lo están engañando como a un tonto, la situación mejore.

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