Por Néstor García Iturbe:
Todos suponen que el presidente de Estados Unidos es una persona inteligente y no puede ser
engañado como un tonto. Lo realmente grave sería, como al parecer está
sucediendo, que el presidente sea un tonto, que
fácilmente se deja engañar por cualquiera de sus asesores y en base al
engaño, toma decisiones de importancia , tanto para la política interna, como
para la política exterior de Estados Unidos.
El señor Trump ha protestado en un buen número de ocasiones
sobre las noticias falsas, “Fake News”, que se divulgan sobre su persona,
asesores, miembros de su gobierno y acciones que el mismo realiza, sin embargo,
al parecer, cuando se trata de utilizar
“Fake News” para sustentar alguna decisión tomada por su administración, o sugerida por alguno
de sus asesores, no tiene limitación en hacerlo, haciéndose la ilusión, de que
nunca se conocerá la verdad, complemento implícito de la tontería que
caracteriza su forma de pensar. La
verdad siempre se conoce.
La propuesta de incrementar la hostilidad hacia Cuba,
reclamada por Marco Rubio y algunos dentro de la Mafia Miamense, necesitaba un
pretexto que pudiera ponerse en las manos de Trump, para que este pudiera
mostrar su “fortaleza de criterio”, su “ejecutividad presidencial” y la
facilidad con que es engañado y manipulado por
cualquiera que considera su aliado, categoría que no abunda entre las
personas que lo rodean o pertenecen a su propio partido.
Así fue como se comenzó a conformar el pretexto para iniciar
un grupo de acciones que pudieran utilizarse con el objetivo de afectar el nivel de relaciones existentes
entre Cuba y Estados Unidos, fomentar desconfianza, y tomar medidas que afecten
la economía de Cuba y de los cubanos.
Volver a los tiempos de Bush y hacer ver que el culpable del retroceso
es el gobierno cubano. No fue casualidad que el primero que habló del “rayo
invisible” fuera Marco Rubio.
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